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LA MISIÓN MILITAR FRANCESA EN RUSIA Y RUMANIA EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

JEAN DOMETTE C. ENERO 15, 2015

PRIMER CUADERNO DE NOTAS DE MI ABUELO ING. PIERRE DOMETTE BOUSSARD SOBRE LA MISIÓN MILITAR FRANCESA EN RUSIA Y RUMANIA EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, TAMBIÉN LLAMADA LA GRAN GUERRA, QUE SE DESARROLLÓ ENTRE EL 28 DE JULIO DE 1914 Y EL 11 DE NOVIEMBRE DE 1918.

Esta aventura comienza el 10 de octubre de 1916 y termina el 13 de abril de 1917

A bordo del barco Ecaterina II – el 10 de octubre de 1916 inicio este cuaderno desde mi camarote. Ayer embarcamos en el puerto de Brest. El embarque estuvo muy tardado y un poco desordenado, no faltaron eventos pintorescos y momentos emotivos. Pasamos 24 horas en esta ciudad, poco atractiva a pesar de ser un gran puerto de Bretaña. Fuimos concentrados en varias barcazas, después en pequeños barcos, entre el cual se encontraba el barco Ecaterina II, de origen ruso y localizado en medio del puerto, muy cerca de su salida. Buenos amigos y pilotos como Lyautey, Manchoulas, Texier, Lemonnier, Thèron y muchos más. Muchas personas nos esperaban cerca del muelle, señoras, madres, esposas que vinieron a despedir a sus hijos y maridos. Se ven muy nerviosas y preocupadas, a nuestro paso para abordar, nos mandan una sonrisa, unas palabras de valor. Confirmo que mis compañeros, ya están a bordo. Para esta aventura me acompañan, algunos chocolates y cigarros. El sonar de una sirena nos indica que estamos por subir al barco – todos nos hacen saludos, algunas personas reunidas nos gritan “hurras”. Algunos señores nos saludan, con sus sombreros, los agitan y gritan para desearnos mucha suerte, seguramente muchos tienen a sus hijos a bordo. 

Cruzamos el puerto, estamos en los muelles, a lo lejos comienza el alba y aparecen los primeros rayos de sol comenzando a iluminar la ciudad, el viejo puerto, y los muelles. Todo un espectáculo hermoso. Por fin cruzamos el puerto, el sol está muy bajo al fondo en el horizonte. Destaca el trasbordador, el final de la ciudad, de todo el puerto, el viejo fuerte, todo es muy bello. Llegamos rodeados de toda una flota. ¡Gloria y Patria! Es bueno para nosotros y para esta situación. Un nuevo sonido de sirena nos indica que estamos al costado del barco, es muy grande y parece en buen estado, uno por uno vamos subiendo al puente en un total desorden. El equipaje se va amontonando sobre la cubierta principal donde cada uno intenta recogerlo y comenzamos a buscar un lugar para poder acomodarnos para nuestro viaje. Hay que apresurarse, estamos a la espera de lo que siga. Son las 6 de la mañana, el piloto viene a tomar el mando, se oye de nuevo la sirena que nos indica que se ha levantado el ancla. Los barcos de guerra que se encuentran a nuestro alrededor izan sus banderas, deseándonos buen viaje. Los oficiales en uniforme de gala están en el puente, las orquestas tocan marchas militares como (1) “la Sambre et Meuse y la Marsellesa”. 

Otro gran sonido de sirena y el barco inicia un movimiento, lento, se desliza sobre el agua del puerto. El sol está muy fuerte. La protección antisubmarina se abre y comenzamos el viaje. Nos acompaña un pequeño buque de guerra y así dejamos Francia. Adiós, querida patria, cuando te volveremos a ver, esperamos que sea pronto y cuantos regresaremos con alegría a este puerto que dejamos con angustia. Esta noche el destino está en juego.

**Descripción del Ecaterina II, 14,000 Ton, 10,000 hp/16 nudos –largo, 135, metros de ancho, 20 metros

El tiempo es agradable, me quedo con el amigo Lyautey en el puente un largo rato, luego regresamos a nuestra cabina la cual obtuvimos gracias a nuestros compañeros que la habían tomado rápido. Nos acostamos pensando a los que dejamos atrás en la querida tierra francesa, esperando que volveremos a vernos en este puerto de Brest. Hoy en la mañana empieza a moverse y baila. Voy a hacer lo que todos los compañeros están haciendo, quedarme acostado en mi cabina. La situación va de mal en peor y paso leyendo. Desayuno muy poco en mi cabina, la situación va de menos a más, el mar está enojado en serio, hay que agarrarse de la litera para no caer.

11 DE OCTUBRE DE 1916

Ya es de noche, nuestro barco es bonito, poco confortable porque desde el inicio de la guerra viaja sin descanso entre Arcángel y Brest. Lo acondicionaron para el transporte de tropas y de material de guerra como municiones. Su velocidad es un poco lenta. Estimamos hacer 12 días, si los alemanes nos dejan tranquilos y no recibimos ningún torpedo. El viento se ha vuelto más fuerte y el cielo se torna todo gris, pienso todo el tiempo en mi mamá que le tiene miedo al agua. Mi compañero Lyautey está de pie, pero sostenido desde la cama platicando conmigo y varios compañeros; así el día se pasa muy lentamente y la noche llega. He intentado conciliar el sueño y dormir. El barco va directamente hacia el norte.

12 DE OCTUBRE DE 1916 

Todavía estoy enfermo. Mucho viento, lluvia y el barco se columpia. El pequeño barco que nos acompaña, se regresa y el nuestro va muy lentamente hacia el norte, todo parece muerto en este gran casco sucio, solo se escuchan los motores. Los pasajeros guardados en sus cabinas no hacen ruido. El día es monótono, solo algunos se atreven a caminar por los pasillos, visitando a algunos amigos, platicando con ellos o llevarles algo de comer o alguna noticia. Todo el mundo está sacudido y dicen que apenas estamos en el primer día de nuestro viaje.

13 DE OCTUBRE DE 1916 

Fecha fatídica, viernes trece, nos preguntamos ¿seremos torpedeados o no? – Hoy el mar está más tranquilo, seguimos en la dirección del norte. Necesito un poco de aire puro, así que decido salir de mi cabina tratando de beber una taza de café con un poco de leche. Después me dirijo hacia el puente, pero… Ups tengo que volver el estómago de algo delicioso, todo al mar, así que regreso a mi cabina. El tiempo está igual y todo vuelve a moverse, me quedo acostado contemplando los adornos del barco.

Mi valiente compañero Lyautey se ha transformado en cuidador, le cuesta trabajo encontrar algo que le pido por qué en el barco hay muy poco pan y desde mañana solos eran galletas. Nuestro pedido es llegar pronto a tierra firme y esta tierra tan deseada se llama Arcángel. Nada entre nosotros, solo agua y tierra. El agua no deja de chocar contra el barco haciendo que se mueva de un lado a otro. El cielo se oscurece y está cargado de nubes y así seguimos hacia el norte

14 DE OCTUBRE DE 1916

Hoy en la mañana, después de una mejor noche, me desperté a las 9 y media, me tome con éxito un café con leche e inicie mi paseo por el puente. Algunos están saliendo de sus cabinas y me encuentro a Deribes por cierto creo que hay alguno había parentesco. Me reúno con mis compañeros Manchoulas, Lemonnier, Thèron, que se encuentran reunidos cerca del puente. Me comentan que no hay nada nuevo más que nosotros entre el agua y el cielo. Hacia mediodía el mar se vuelve a enojar, se mueve mucho; sin embargo, ya no me siento muy mal. Hacia las 4 de la tarde, la primera emoción en el barco. Vimos un humo bastante lejos que viene de un barco, muy lejano que no podemos distinguir, ¡quizás sea un carguero regresando a Francia! Nos preparamos y acabamos de establecer, las listas de los botes salvavidas, no hay nada determinado, es lo que se puede hacer. 

El barco se vuelve muy sombrío porque tenemos que viajar con todas las luces apagadas, el ambiente es tétrico, así uno se siente pequeño e indefenso en estos momentos. Como pienso en Francia, sobre todo en la postguerra, y deseó que esta pesadilla termine pronto. Siempre se destapó un “villano” a bordo. Muchos hombres se han manifestado brutal y ruidosamente acerca de la mala comida. Tienen razón, es una porquería, también hay que tomar en cuenta que el mal tiempo ha impedido cocinar, pero yo creo que también es una falta de organización. Hay que gritar “viva Francia” con el estómago vacío.

15 DE OCTUBRE DE 1916

Ahora me siento repuesto, parece que todo irá bien, e irá mejor, las 9 después de asearme “Pierre” está en todo su esplendor. Hay juntas en el puente superior, cerca de los botes de salvamento, instrucciones, discursos y me asignan el bote 6 junto con Lyautey, así como a mi amigo Gaufroy, exingeniero de las fábricas Japy. Asistimos a la distribución de víveres para 4 días, y cinturones de salvamento. Después de colocar mi cinturón de salvamento junto a mi cama, duermo con la fotografía de mi mamá cerca de mi cama. Le pido a dios que nos proteja y lleguemos a la tierra prometida, al puerto de Arcángel.

16 DE OCTUBRE DE 1916

La mañana presenta un tiempo más tranquilo. La brújula indica que viajamos hacia el norte. Esta noche hemos centrado nuestra navegación hacia Rusia. Quizás allí recuperaremos el tiempo perdido. También hace frío, cae nieve derretida. No se ve nada al horizonte. Seguimos entre el agua y el cielo. Junto con mi actual amigo Lyautey nos arreglamos bien. A las 3 de la tarde gran escándalo porque una ballena se acercó al barco y yo no la vi. Seguimos con las maniobras de salvamento, cada vez con nuevas instrucciones. La noche terminó con el tradicional “póker”.

17 DE OCTUBRE DE 1916

Bajo un gran frío cruzamos el círculo polar. Estamos en el mar de hielo, cerca del polo norte. Hoy a las 9 de la mañana fuimos sometidos a una tormenta de nieve. Paso rápido y el día volvió a ser aburrido. Hasta las 5 horas en que vemos un humo en el horizonte, seguramente es un barco que no logramos ver, así que queda como desconocido en nuestra imaginación. Parece que si todo sigue normal, llegaremos a Rusia en 8 días, el próximo sábado que suerte, después de ver solo cielo y agua, nubes y la gracia de Dios. Las instrucciones del día, fueron maniobras de salvamento en los botes ya conocidos por cada uno de nosotros, me parece poco interesante.

18 DE OCTUBRE DE 1916

Noveno día de travesía, noche tranquila, el tiempo frío, desayuno, caminata, platica. Siempre el mismo tema: pronósticos de cómo será nuestra llegada y cómo evitar los submarinos alemanes. Por cierto, hoy apareció otra chimenea, veíamos como el humo de vapor que sale de las calderas se dirigía hacia nosotros. Afortunadamente, es un barco noruego cargado con madera, destinado quizás al mercado francés. La vida al día, sobre el barco, nos pesa cada vez más. La comida sigue pésima y de acuerdo al dicho quien no come bien por lo menos que duerma bien. Me paso largas horas durmiendo en la tarde. Nueva humareda de un barco que no identificamos. Parece que nos encontramos en una ruta, más transitada, con frecuencia de barcos que pueden ser más peligrosos sobre si hay presencia alemana. Se llevó a cabo la tradicional sesión de salvamento, ahora las pláticas se prolongan muy de noche, evitando la comida y así dormir mejor. Todos soñamos llegar bien a nuestro destino.

19 DE OCTUBRE DE 1916

Nunca había dormido tan bien, lejos del temor diario. Viajamos hacia el norte-este, pasamos el cabo norte. Esta noche vimos humo de 2 barcos. El nuestro empieza a navegar más aprisa porque el tiempo se lo permite, el mar está tranquilo. A las 4 de la noche, alerta, hay que tomar el chaleco de salvavidas, algunos vienen y abandonan sus pertenencias, cada quien a sus botes salvavidas y nos pasamos una larga hora para alejarnos del “alemán”. Luego todo pasa a la normalidad, tuvimos suerte.

Los marineros rusos para entretenerse se colocan en el alcázar delantero y cantan, el coro es formidable y muy característico, pero triste. Parece que se refieren a que pasamos cerca de la muerte. Vamos a cenar. Después rápidamente vamos al puente a tomar aire, es una noche clara con pláticas tardías. Algunos quieren pasar la noche en el puente. Yo prefiero ir a mi camarote a dormir.

20 DE OCTUBRE DE 1916

El frío se ha hecho más fuerte, el barco sigue al norte, otro día estúpido. El tiempo pasa sin ninguna novedad, una tranquilidad inútil, ¡nos instalamos en el puente! La misma sopa, la única actividad, la de todos los días, son las maniobras de salvamento.

21 DE OCTUBRE – DÍA 11 A BORDO

Esta mañana, muy temprano, nos levantamos con grandes gritos y exclamaciones ¡tierra, tierra! A la derecha del barco se aprecia una larga porción de tierra, lejana, blanca, es la costa de la península de la isla de Kola lo que nos indica que entramos en el mar Blanco. También es una zona más peligrosa. Parece que el frío nos viene desde tierra, todos estamos fuertemente vestidos para resistir el frío, y a pesar de todo me paseo en el puente, el mar está muy tranquilo, el cielo un poco nublado. A las 9 aparece un humo fuerte, con su forma bien dibujada, muy cerca de la superficie del agua, que será un barco crucero o lanzador de torpedos. Descubrimos que es un guardacostas inglés, equipado para ser un cazador furtivo. Hacemos e intercambiamos señales de identificación. Todo esto en relación con la zona de mayor peligro donde estamos, por un lado, los “alemanes” y también las “minas”. Una lancha viene a nuestro barco y un oficial sube por una escalera de cuerdas. Se entretuvo bastante tiempo con el comandante de nuestro barco y se regresa a su barco y todo termina con “finish”, nadie nos comunica nada, y porque no tenemos derecho a saber “algo”. Nos precipitamos sobre la brújula y nos damos cuenta, el barco se dirige al Noreste. Seguramente con todo tipo de opiniones opuestas, las discusiones abundan y todo confirma que estamos muy cerca de la península de Kola, frente a la bahía de Kandalakcha, donde estamos no importa, lo que importa es que estamos cerca de tierra y en caso de algún accidente de “baño forzado” esperamos que todo salga bien y rápido.

El barco va muy despacio. Empezamos a ver boyas de minas flotantes. A las 4 de la tarde se para el barco, por patrulleros rusos equipados como cazadores. Señales ópticas, como prudencia porque hay en la zona un submarino “alemán” escondido como velero de pesca. Uno de los pequeños patrulleros nos toma como protector. Volvemos a caminar lentamente, estamos muy tranquilos, con gran alegría vemos “tierra” y una extraña sensación de estar cerca de haber escapado del “alemán”. El resto del día se pasa bien tranquilos, navegamos, suavemente en forma de zigzag, para evitar las minas gracias a nuestro pequeño patrullero. La noche, tranquila, con luz boreal fuera de lo normal, bañado la parte trasera del barco con una capa plateada. La noche refresca mucho más y si la situación no sería crítica podríamos decir que la noche es maravillosa. Por esto nos hemos, en gran número concentrado en el puente del barco. Vemos, sin embargo, con facilidad la luz roja de nuestro guardián, el patrullador. Como a las 11 de la noche vemos desde lejos dos faros. Hay un poco de emoción y temor, son focos de faro colocados en la entrada del mar Blanco, quizás mañana, el pequeño barco ya no este. Vemos en la bahía de Dviná, se puede diseñar la costa muy cercana y mañana podamos ver el puerto de Arcángel. Nadie quiere subirse a las lanchas de salvamento que se mueven lenta y siniestramente sin excepción. Sin embargo, el comandante del barco lo exige para las 8 de la mañana.

22 DE OCTUBRE – 12VO DÍA DE NUESTRA TRAVESÍA

Cada vez más, vemos muchas chimeneas sacando humo, creemos que deben venir de Arcángel. Hacia las 10 de la mañana vemos un poblado pequeño, muy pobre, muy cerca de la costa. Hace un frío bárbaro, desde la pequeña población se despega una barcaza que se acerca a nosotros. Seguro estamos cerca de Arcángel. Nadie se quiere ir del puente. Poco a poco se destacan los bordos del río Dviná, el mar es más fino, el agua es amarilla, lo que puede significar que es agua dulce, mucho más clara, en ella nada un gran pedazo de hielo sobre el que se encuentran muchos patos salvajes,   moviendo sus plumas tranquilamente. Tiempo gris sin lluvia. La desembocadura del río Dviná, es enorme. Tiene una longitud de más de 70 kilómetros, lo que me recuerda por su tamaño, pero no por su belleza, al Bósforo.

El pobre pueblo está rodeado de lagunas y se ven muchos pantanos sobrecargados de madera, se aprecian leña y más maderas, así hasta el horizonte donde se ven algunos grandes edificios que representan corporaciones que tienen que ver con la industria de la madera y estamos en plena explotación forestal. Los muelles de esta región son muy curiosos, ya que están hechos de rondines enormes unos sobre otros, amarrados entre sí, los huecos están rellenos de arena, de desperdicios de madera y hasta carbón. Con el tiempo este ensamble que parece un muelle flotante resulta algo muy sólido y de una continuidad perfecta.

A medida que avanzamos, cruzamos varios barcos que se encuentran entre ellos, todos cargados de madera y más maderas. Otros pueblitos se acercan uno y otro donde se ven las iglesias bizantinas, entre todo esto, muchos campesinos trabajando en los muelles— hombres y mujeres, cargan, jalan, y luchan para lograr un buen trabajo, todos tienen las botas sucias, llenas de lodo en todas partes. Empieza a llover después de la comida. Arcángel, ya se dibuja al lado izquierdo del barco. Cruzamos un gran barco francés “El Champagne”, está anclado en la bahía y nos avisan que él llevará nuestras cartas a Francia. Los oficiales suben a bordo del Ekaterina II y nos felicitan por haber escapado de los alemanes. Estamos frente a la ciudad de Arcángel. Se ven varias iglesias, así como la catedral, importante construcción que se dibuja en el horizonte. Mucho ruido, muchas embarcaciones que me recuerdan al gran puerto de Constantinopla.

Dejamos la ribera derecha del río Arcángel. Es decir, a la izquierda y nos dirigimos hacia la derecha cerca del muelle que se encuentra lleno de materiales, toda esta maniobra porque no hay lugar cerca de la parte derecha de Bucaritza, puerto de Arcángel. Así se llama la bahía del río Dviná de una gran dimensión, con construcciones no terminadas establecidas al vapor, demostrando poca planeación. Con bastante dificultad abordamos el muelle de Bucaritza. La noche nos ha ganado, no se ve nada, excepto pedazos de madera, mucho lodo y chozas sin ningún interés; sin embargo, bajamos para estirar un poco los pies y las piernas en la noche. En la cena todos han recuperado su alegría francesa. Terminamos con una partida de póker y nos fuimos a dormir, pero no pudimos hacerlo. De repente se abrieron los paneles del barco y los que estaban en el puente se pusieron a trabajar y de los flancos del barco sacar todo para vencer a los alemanes. Es decir, algunos miles de toneladas de municiones, bombas las que traemos con nosotros para nuestros aliados. Si pensábamos que nos hubieran torpedeado seriamos un buen “pate humano”. Hoy terminó todo y no debemos seguir reflexionando en esto. Nos acostamos y todos piensan en sus familias.

23 OCTUBRE DE 1916 ARCÁNGEL 

Mi primera actividad es ir a la oficina de telégrafos y correos. El empleado de correo está impresionado con nuestras plumas para escribir y para atendernos nos pide a cada uno un regalo. Mi impresión es que es un pueblo simple, infantil, ¿es lo que descubrimos? Así serán todos los rusos. Estaremos ante un pueblo diferente. En los muelles hay una actividad febril. Hay obuses, armas, pólvora y materiales de todo tipo de usos, en fin todo lo que se necesita para matar y hacer sufrir a millones de seres humanos. Dejó el Ekaterina II y junto con mi compañero Lyautey tomamos una pequeña lancha de motor para atravesar la bahía del Bucaritza hacia Arcángel, ¡que está frente a nosotros!

Hay muchas lanchas que dan este servicio de transportar personas y mercancías, todo en un desorden indescriptible, hombres, mujeres,” Boyars” (nobles) con Moujks (gente del pueblo o gente pobre) entremezclados con animales, y un poco de todo. Lástima que la lluvia nos impide tomar fotos. Abordamos la ciudad de Arcángel, en la parte baja de la ciudad establecida sobre la ribera del río Dviná. Subimos a un muelle que está pavimentado. Esta parte de la ciudad tiene un aspecto “oriental con antiguos comercios pintados en forma infantil, hay muchas cabañas, supuestamente tiendas, abiertas a los 4 vientos, ofreciendo a los paseantes los artículos más diversos,  más curiosos y me parecen infantiles, insisto, pequeños artículos y juguetes de madera de una ingenuidad primitiva. Más lejos hay tiendas de ropa con unos anuncios “moda de París” vienen del mercado de Berlín y Leipzig. Hay muchas botas y sartenes sucios en el frente de las tiendas repugnantes. En otros lugares ofrecen todo tipo de pescados, sardinas, carpas, salmones, truchas hasta el famoso esturión, unos frescos y otros salados. Nos atrevemos a comprar una buena cantidad de pescados y seguimos caminando hacia el resto de la ciudad. Nos llama mucho la atención la construcción de la catedral como una flecha grandiosa, muy bien dirigida hacia el cielo. La ciudad presenta grandes avenidas llenas de lodo parecido a Turquía en las que se insertan construcciones de lujosas dudas. A la derecha y a la izquierda las banquetas tiene interrupciones para paso de aguas con trampolines de madera, muchos rotos, torcido, peligrosos, sostenidos por postes de unos 50 cm arriba del suelo y unas bardas que evitan los trineos. En 2 avenidas vemos tranvías eléctricos. Las casas son de un solo piso, todas construidas de madera con un sistema de ensamble aparente sólido. No encontramos tiendas elegantes y observó que las puertas se abren al exterior, hacia fuera, me pregunto ¿por qué? Compramos tarjetas postales, todas en blanco y negro. Nos atrevemos a comer en un restaurante modesto donde el mesero nos hablaba en alemán. ¡Qué animal! Pagamos un alto precio por un menú extraño, carne con papas, pan negro muy duro, dos cafés o algo llamado así y descubrimos que era una infusión de bellotas con un poco de leche y un poco de queso tipo gruyere y todo con una cerveza como bebida, hecha de quien sabe qué cereal poco fermentado y aquí termina nuestro paseo. Sigue lloviendo y tomamos un barquito para regresar al Ecaterina II. Desde el barco siguen bajando el material bélico para luchar contra los alemanes. La cena se lleva a cabo con tranquilidad a bordo de nuestro barco. Nos acostaremos temprano, antes hay que preparar nuestro equipaje. Con suerte ya no pensaremos en los riesgos que pasamos durante la travesía.

LOS MARINEROS DEL BARCO ASCOL

Los pocos marinos, todos rusos, están presentados ante un consejo de guerra, de este país, después de que, en el Mediterráneo, fueron arrestados en el mismo barco ASCOL. Se habían revelado y a su capitán lo tiraron al mar. Cuidan su trabajo cuando el tiempo lo permite salen al puente y cantan tristes melopeas, algunos no han visto a sus familias desde hace 3 años y seguramente nunca vivirán en  la gran Rusia.

24 0CTUBRE DE 1916 

Esta mañana nos llena de alegría, preparando y transportando nuestro equipaje en el muelle cerca del Ekaterina II, donde nos espera el tren que nos llevará por toda Rusia. El tren tiene una gran locomotora con ruedas enormes y está compuesto de algunos vagones, de primera, segunda y tercera clase, en los que se distribuirán oficiales y los demás graduados. Para nosotros, la tropa, estamos en furgones de mercancía, o de animales con adecuaciones para el transporte de tropas; en el centro hay una gran hornilla para el fuego, en la parte derecha y la izquierda al frente y en la parte trasera hay 2 planchas de madera una de 60 cm del suelo y la otra a un metro, como tipo literas. Tenemos que cubrirnos con paja. Bueno, no es precisamente algo que se parezca a un sleeping car del Orient Express. Bueno, hay que ser realista, y nos arreglaremos, sigo con mi fiel amigo Lyautey, los otros que nos acompañan son mecánicos, poco educados, pero buenas personas. Rápidamente, nos dedicamos, a conseguir madera en los depósitos cercanos, logramos una buena cantidad, arreglamos el equipaje y la cama esperando la salida. Antes de dejar el muelle voy a retratar el Ecaterina II, el que nos trajo a pesar de ciertas emociones, valientemente, a este tan esperado puerto donde la comida de medio día fue muy reducida y esperamos que la cena sea mejor. La cocina está colocada en dos vagones cerca de los vagones-almacén, con ropa y artículos varios, materiales y víveres. Es indiscutible un largo convoy. La espera es un poco larga, ¡por fin el tren arranca a las 2 de la tarde! Después de un kilómetro, más o menos llegamos a un tipo de talleres, construidos al vapor, la mayoría de madera, que contiene todo tipo de materiales y productos “bélicos” para nuestra guerra, por ejemplo rieles, municiones, fusiles, automóviles muy primitivos, cañones la mayoría de origen inglés y francés. El tren se estacionó y así nos quedamos hasta la noche, la hora de la cena se acerca y la espera no resulta muy productiva. Nos avisan que la cocina no funciona. Hay que esperar hasta mañana sin cenar así que decidimos ir a dormir, por cierto el vagón tiene poca ventilación.

25 DE OCTUBRE DE 1916

Parece que el tren se deslizó un poco en la noche, atravesamos un bosque de robles y de pinos. Los rieles son de vía estrecha, mal colocados en polines de madera de pino sobrepuesto sobre arena. Hacia el mediodía llegamos a una pequeña estación. La demora es larga los campesinos nos vienen a ver con mucha curiosidad, pasan 2 cazadores que llevan dos conejos blancos, bastantes gordos. Como la sopa de medio día y la comida fueron muy malas, convenzo a mis compañeros que compremos los animales y les prometo prepararlos. Todos están de acuerdo, nos costaron 4 rublos. Los colgamos en la puerta del vagón. El tren vuelve a moverse, el paisaje no cambia, el tren va muy despacio, en la noche la cena muy pobre.

26 DE OCTUBRE DE 1916

El tren cruza lentamente a través del mismo paisaje. Se para en una pequeña estación donde llevamos a cabo nuestra limpieza, en una cabaña donde hay una bomba de agua y una caldera de agua caliente. 

Los habitantes se extrañan porque para ellos el agua caliente era para él “te”. Todo alrededor es muy pobre, mucha miseria. Hacia mediodía llegamos a Valogna, y su estación. Aquí se nos ofrece una comida por los compañeros rusos. Después de una hora de discursos y música – algo que parece no terminar – un oficial ruso nos pide que los acompañemos y nos dirigimos hacia un edificio que tiene un gran comedor. Alrededor de unas grandes, mesa, unos campesinos nos sirven bajo el control de señoras de la Cruz Roja rusa, nos sirven una sopa con carne (borj), después un pedazo de carne asada con papas hervidas y para beber solo te. Espero que esto siga en otra ocasión. Estuvo mejor que lo acostumbrado, regresamos a nuestro vagón. Es probable que la cena será pobre, me pongo a preparar nuestros conejos, con el hacha para cortar la madera, los corto, después de haberles quitado la piel y en un gran plato estoy preparando un rico platillo “civet de conejo”, le agrego pan viejo, en lugar de harina, una buena dosis de Coñac del poco que nos quedó de Francia a todos les parece muy sabroso. El tren vuelve a caminar en dirección a Moscú. Alrededor de nuestra chimenea, degustamos el platillo, platicamos, fumamos una rica pipa y así nos olvidamos que estamos en guerra, recordamos la leyenda del gran ejército de Napoleón, en plena Rusia… que decía hay que tener una buena comida, buen vino y a nosotros nos faltan también mujeres.

28 DE OCTUBRE DE 1916

De igual cómo hasta la fecha de nuestra llegada a Rusia nos avisan que en la noche llegaremos a Moscú, y en efecto a esta situación parece que tendremos una mejor cena, en especial una buena sopa. Los más nerviosos, los más ardientes son los jóvenes, que son los más numerosos de la misión. Son los mecánicos de la aviación que en pequeños grupos han aprovechado algunos descansos para hacer su limpieza física. Avanzamos poco, pero tenemos esperanza de lograr el objetivo – un soldado de origen parisino – pasa cerca de los vagones y se ofrece como peluquero y tendrá éxito porque se acerca a “domicilio” y con los equipos disponibles está solicitado sin descanso. El tren se para con frecuencia, la sopa no llega ni tampoco Moscú – parece que esta noche nos quedaremos con nada en el estómago y recordamos las promesas de Valogna y ¡por cierto no cenamos tanto! ¡Por lo pronto el paisaje sigue igual, nada especial a destacar, en la tarde cruzamos el río Volga!

29 DE OCTUBRE DE 1916

A las 4 de la madrugada nos despiertan porque el tren dejo de caminar, estamos parados y nos parece que es Moscú. Debemos esperar que se haga de día porque no hay luz eléctrica. Aparece la luz de la madrugada y efectivamente estamos en el Moskova, nos vestimos rápidamente, la estación donde llegamos está al norte de la ciudad, con construcciones de tipo alemán. Esperamos recibir las órdenes y estamos listos a las 8 am. La estación toma un aspecto de pasajeros, a pesar de que sea domingo, y estos son los primeros desde que dejamos el puerto de Brest, bien vestidos, por fin salimos de la estación en pequeños grupos. Frente a nosotros, en una gran plaza, se observan trabajos, para la construcción de otra gran estación, de proporciones diferentes. La ciudad parece interesante, buscamos el centro de la ciudad, no sabemos hacia dónde ir, por fin encontramos una iglesia católica, allí tropezamos con un profesor de francés que hace de sacristán, nos introduce a la sacristía y nos ofrece un vaso de un buen vino francés ¡sensacional!, a mí me hubiera gustado un buen café con leche y un pedazo de pan tostado, mantequilla y mermelada, en fin. La cortesía hay que apreciarla. De allí nos vamos al banco para cambiar nuestros francos por rublos. El banco es de tipo comercial, lleno de jóvenes rusos que no parecen eslavos, sino más bien parisinos. Nos colocan en una pequeña sala para nuestra correspondencia, cada uno escribe a los suyos y no hacemos caso a todo, el movimiento que existe en el banco, sobre todo de estas jóvenes “ninfas”. Dejamos la sala y nos dirigimos hacia el Kremlin, para los que no lo hemos visitado, no es como se le puede imaginar, como un palacio celebre y hermoso, no! es una inmensa amalgama, un desordenado amontonamiento de palacios, estatuas como pequeñas ciudades, murallas con sus varias torres, ¡todo llamado Kremlin! es en realidad una vieja fortaleza donde hoy se encuentra el palacio nacional, el ministerio de guerra, la iglesia de la Asunción, el campanario de Iván Valky, el palacio del senado, la tumba de Alejandro II “este es un monumento moderno y clásico de construcción francesa”. Para entrar en el kremlin, hay que atravesar varias puertas, que recuerdan la entrada de viejas ciudades asiáticas. De repente nos encontramos en una enorme explanada donde los soldados rusos hacen sus maniobras y nos acercamos al palacio imperial, frente al cual se encuentran todos los cañones, morteros, obuses, que Napoleón exportó en 1812 a Rusia. Nos parece que no hay mucha razón de mezclar todo este armamento, hasta el famoso gran cañón de bronce de 560 mm que debería estar en un museo con algunos cañones modernos franceses de 75 mm, modernas ametralladoras o hasta por allí el nuevo 420 mm. El campanario de Iván Valky permite ver todo Moscú. Lástima el tiempo está nublado y no se puede ver gran cosa, la iglesia misma llena de iconos poco interesantes. La catedral de la Asunción es una construcción destacada que tiene en su interior iconos espléndidos, cortinas bordadas en oro con piedras preciosas, todo una  gran riqueza que vienen de los siglos XI y XII.

La tumba de Alejandro II es imponente, un bonito proyecto, una realización muy brillante con mucho oro, se ve moderno en medio del conjunto tipo bizantino. Lo que es de gran belleza es lo que descubrimos atrás del monumento, un panorama de los más bellos que llega hasta la vieja ciudad amurallada.

Dentro del mismo Kremlin y donde nos encontramos a unos cientos de metros, el río Moskova, con 2 andenes, rodeados de unos palacios que nos brindan la oportunidad de contemplar todo Moscú. Destacan las torres, domos, flechas y grandes construcciones. Sin abandonar el Kremlin entramos en la Plaza Roja, donde destaca la iglesia de san Basilio, construida en el siglo XV. Es día de descanso, la iglesia está cerrada. Mediante algunos rublos corrompemos al portero que nos permitiera entrar en este maravilloso santuario. La iglesia está constituida por 9 torres, cada una con su capilla, ninguna de las 9 torres tiene la misma arquitectura. La que está en el centro es la más alta y es la más decorada por ser la imperial, tiene una sola entrada con 20 escalones, y con un circuito de pasadizos para ir de una a otra capilla. Todo muy oscuro, hay bonitas pinturas murales que admiramos gracias a un poco de luz. En la capilla central hay un icono de gran belleza que se realizó con las monedas donadas por el emperador. Es aquí donde una vez al año el Zar y la Zarina escuchan la misa. Cada uno tiene un trono para rezarle a Dios. Cada capilla tiene puertas de hierro forjado que permiten aislarlos del pueblo, mientras en el interior están los soberanos. Frente a estas iglesias, en la otra parte de la Plaza Roja, se encuentra la alcaldía de Moscú, una gran construcción de tabique rojo estilo flamenco que no tiene nada que ver con el resto de los edificios, se ve nuevo. Regresamos a la ciudad pasando por la Plaza Roja y podemos admirar importantes edificios y varias galerías con tiendas, mucho comercio, se parece en su construcción al gusto alemán, pero en su organización más bien como bazares orientales, son tiendas muy simples, llenas de productos de baja calidad también de origen alemán, a veces con un anuncio que son franceses. Negociamos varios artículos, comprando una pieza de pan, un par de calcetines de lana por un valor de 4.85 rublos, que hacen un total de 11.67 francos, un frasco de agua de colonia Pivert, lo pudimos comprar con 30 rublos o 66 francos, faltan monedas de pequeño valor, entonces devuelven cupones de 5,10,15, 20 Kopeks para hacer las futuras compras. Los timbres valen 2 francos, los demás billetes son de 1, 2, 3, y 5, rublos. Los productos más económicos son el pescado ahumado, mantequilla 2 rublos, arroz ½ kilo 2.5 rublos, lo que hace 9 francos el kilo. La vida no es barata para los rusos y me pregunto cómo pueden vivir aquí. Nos llamó la atención la gran cantidad de palomas, sobre todo en la Plaza Roja, donde muchas mujeres venden chícharos secos para las palomas. Yo compré varias bolsitas, me recordaron las palomas que conocí en la plaza de San Marcos de Venecia, el famoso cielo azul de Italia, nos hace falta, pero el frío del Kremlin tiene su interés. Seguimos caminando por la ciudad, y vamos a comer a un restaurante bastante elegante y muy caro. Es el primer buen menú que hicimos desde que llegamos a Arcángel, así uno se siente bien.

En nuestra travesía por la ciudad estamos frecuentemente encontrando franceses y francesas que nos saludan muy amables, que forman grupos y nos acompañan hasta la estación de trenes llamada Kiev, ya que nuestro tren dio la vuelta a la ciudad. Nos damos cuenta de que eso era una verdadera fiesta no prevista, estamos cambiando de vagones, Lyautey y yo tomamos lugares. En un vagón de cuarta clase, que tiene calefacción, con 4 camas, parecen de gran medida como todos los vagones rusos, tomando en cuenta el ancho de las vías, permiten instalaciones confortables para un largo viaje, hacemos una buena provisión de madera, ordenamos el inventario de víveres esperando que el viaje sea más placentero. De Moscú me llevo un recuerdo lleno de impresiones mezcladas de curiosidad, como una ciudad sucia, colores feos y sus habitantes no son los más interesantes. Salimos a las 7:00 de la noche entre aclamaciones y toda clase de buenos deseos de todos los franceses reunidos en la estación.

30 DE OCTUBRE DE 1916

Toda la noche hemos observado que el tren ha caminado mejor de día, al contrario, se ha parado muchas veces. Nos ha dado la posibilidad de adquirir más vivieres de mejor calidad y menos caros, comentamos que las personas son más afables y el mismo pasaje es menos monótono, los bosques de pino y otras especies son mucho más raros, se observa más tierra cultivada y molinos de viento de 6 aspas. Parece que la vida se ve más intensa y más civilizada. En nuestro nuevo vagón estamos muy cómodos la hornilla en que cocinaremos mejores platillos y así tener una alimentación más equilibrada. El resto del tiempo jugamos a las barajas, principalmente Póker, sin dinero sustituido por semillas de girasol, que los rusos utilizan en la producción de pan y que mastican todo el día escupiendo los restos en el suelo. En algunas estaciones, bajamos para recoger víveres, agua fría y caliente para él te, sin olvidar la madera. Tomamos contacto con la gente de otros vagones, buscando estirar las piernas y así mantener buenas condiciones de salud. Debemos estar muy atentos porque el tren arranca sin avisar. De noche llegamos a una estación llamada Brainskirch nada interesante, nos parece que el viaje dura mucho tiempo. Además, debemos agradecer al clima una buena temperatura.

31 DE OCTUBRE DE 1916

Nuestra organización en el vagón marcha bien. Lo que nos preocupa es el tren que va cada vez más despacio, calculamos que solo son 20 km los que recorremos cada día. A veces el tren se estaciona en plena naturaleza, paisaje poco interesante y en pequeñas poblaciones sin interés alguno. Lo que no mejora es la comida, cada vez peor, afortunadamente con nuestro dinero podemos comprar algunos alimentos. A medida que avanzamos hacia el sur del país, el clima se hace más accesible y esto facilita nuestro viaje. La gente no es simpática, hemos tomado la decisión de aumentar nuestras compras sin tomar en cuenta sus actitudes que han cambiado desde Moscú. Al medio día llegamos frente al campo de prisioneros llamado Damniza que tiene una amplia superficie. El tren se estacionó junto a los alambres de púas, vemos varias cabañas con un gran número de hombres que se empuja y gritan con fuerza, muy cercanos a los estandartes gritando ¡viva Francia!, no entendemos a que se deba este fenómeno y al preguntarles a qué se debe esta situación, descubrimos que son alsacianos que fueron movilizados para luchar en contra de los rusos, para luchar junto a los alemanes y se  dejaron ser prisioneros. Nos dicen ser infelices y que son la burla de los soldados alemanes. Han hecho solicitudes oficiales para ser incorporados en el ejército francés. Parece que hay un comité en la ciudad de Kiev – estamos a solo 10 km – para tratar su repatriación a Francia. Después de 2 horas de descanso nuestro tren vuelve a iniciar su movimiento, a casi 5 o 6 km de la ciudad de Kiev, atravesamos el río Dniéper que rodea la ciudad y entramos a una estación con una enorme vía de ferrocarril con muchos vagones y locomotoras, todas en un gran desorden. Al cruzar el río Dniéper observamos un gran puente metálico tipo “Eiffel” de casi 500 metros a 600 metros, desgraciadamente es de noche y no podemos apreciarlo con más detalles. Hay unos proyectores que iluminan todo el puente. Estuvimos esperando casi hasta las 8 de la noche para recibir la cena que nos ofrecieron los rusos, pero al no llegar nada tomamos la decisión de comenzar a preparar todo con nuestros propios productos. Después nos acostamos. Otros se fueron a caminar por las calles de Kiev. Nosotros lo haremos mañana. Como a las 11 y media de la noche nos despertaron para decirnos que la cena de las 8 ofrecidas por los rusos será a las 12 de la noche. Caminamos entre los rieles como un kilómetro y llegamos a la estación de Kiev, donde en un gran restaurante nos sirven una curiosa cena. Regresamos al tren y dormimos. Quiero hacer especial mención que en la estación de Moscú y Kiev hemos visto prisioneros austriacos, trabajando sin guardias especiales y nos parece que no tienen la intención de evadirse, es sin duda una situación muy extraña.

PRIMERO DE NOVIEMBRE DE 1916 (DÍA DE TODOS LOS SANTOS)

Kiev, 50,000 habitantes, capital de la pequeña Rusia. Lyautey y yo nos dirigimos como a las 8 pm, hacia la ciudad y pensamos encontrar la dirección adecuada para llegar al centro de la misma. De repente un soldado en un muy buen francés nos da las indicaciones muy precisas y válidas. Descubrimos que era un alsaciano como los que habíamos visto en Donitza, nos explica que es empleado de la agencia consular de Francia. Lo que nos platica no tiene gran interés. Nos lleva al agente consular, en compañía de otro compañero suyo, nos encontramos en un entorno muy francés. Nos reciben con café, con leche, y nos ofrecen todo tipo de ayuda que pudiéramos solicitar. Nos brindan una composición de salmón, compuesta, por té, pan, crema, mermelada y miel. Su familia, su esposa y sus cuatro hijos lo acompañan, él es profesor de francés desde hace 40 años en la universidad de Kiev. Es muy ¡locuaz! Simpático. De repente nos comienza a contar todo lo malo que tiene hoy Rusia. Sobre todo de los gobernadores, el mismo gobierno, el zar y la zarina. Terminamos el excelente convivió y nos lleva con el cónsul de Francia, Mosie Bala Chonsky, es judío polaco y casado con una francesa, hombre simpático de 50 años más o menos, nos recibe en una vestimenta muy poco común – un esmoquin – zapatos muy brillantes. Su entorno es lujoso, con una mezcla muy poco coherente, hasta contradictoria de bonitas y feas cosas. En la sala hay un piano de cola, un arpa, algunas piezas de cerámica de Bretaña, varias pequeñas mesas de todos tipos, junto a muebles Luis XV, antigüedades de buen gusto, dos o tres cuadros de dibujos de Corot, y otros de algunos pintores desconocidos, tapetes persas, árabes y cortinas egipcias, sumo todo lo que pude observar. Su esposa, una mujer de unos 45 años, no muy bella, simpática, muy elegante en un vestido negro, es de origen francés pero ya rusa, ya que vive desde hace 40 años aquí. Después de una conversación muy general, nos ofrece un coñac y nos presenta a su hija, totalmente rusa, de 22 o 23 años, morena, vestida de color morado, hablando en francés con un acento eslavo, muy curioso, se ve una persona amable, alegre, simpática, y nos invita a pasar al comedor que tiene una amplia Bay Window, vidrio en forma de semicírculo con vista al río Dniéper. El lugar está adornado con crisantemos. La mesa está muy adornada y nos ofrecen una comida ligera pero muy amplia y muy bien servida. El menú sin carne, varios quesos, huevos, frutas, pasteles, acompañados de vinos franceses. Somos una decena con una conversación, muy animada, les platicamos las historias del frente francés, nos prestan mucha atención, luego pasamos al salón para degustar un buen café, un cigarro oriental.

El hijo del cónsul es teniente de guardias del emperador, un muchacho grande en una vestimenta muy elegante, cinturón y botas con su sable con mango de plata. Acaba de llegar del frente de Vilma de donde lo regresaron por enfermedad de “bronquitis”. No tiene mucha información acerca de todo el frente, de repente aparece una Madame de unos 30 a 40 años, muy elegante, amable, hablando mucho, muy francesa, pero igual, con acento eslavo, se apellida Petit. Su esposo es abogado y es secretario particular de Milerand.

Madame Petit, ha llegado hace poco de Francia, como vive en los medios políticos, hace algunos comentarios interesantes, muy agradables, además con un juicio de los 2 países, criticando lo que han hecho, o no, en este conflicto, insistiendo en las miserias, que la guerra provoca, los compromisos políticos que afectan las operaciones militares, las traiciones y la apatía que envuelve a Rusia y termina diciéndonos que lo que hay que cambiar es la cabeza. Afirma que el pueblo cuando se refiere a los emperadores dice: cuando los alemanes son vencidos en el frente ruso, ¡La Zarina llora! Cuando los rusos en el frente son vencidos, ¡el Zar llora a su vez!

La emperatriz es criticada siempre. Su mamá, ¡todavía más! El joven oficial nos ofrece acompañarnos para conocer la ciudad, aceptamos, agradeciendo a nuestros amigos después de comer y en admirar la extraordinaria vista sobre el río Dniéper, jamás había tenido en mi vida un paisaje tan espectacular, maravilloso. Vamos al teatro nacional donde una “zigara” (vieja gitana) nos ofrece un espectáculo destinado a los heridos de guerra. Alrededor del edificio, se encuentran soldados haciendo guardia, la gente camina, sin tomar en serio el espectáculo, hay pocos peatones que de vez en cuando miran y aplauden. De repente aparece un carruaje tipo victoriano que se estaciona a la entrada del teatro y de él decide la emperatriz “madre” que entra en el teatro sin ningún gesto amistoso, sin aplausos, sin gritos de viva, sin un saludo. Después vamos a visitar a la iglesia de Santa Sofía, una maravilla del estilo bizantino, es una copia reducida de la original de Santa Sofía de Constantinopla. Me llaman la atención de los mosaicos representando al Cristo caído, magnífico. Tiene tanto del lado izquierdo como del derecho a los apóstoles, todos con unos colores jamás vistos, un poco borrados, muy bien amalgamados. Frente al coro hay varias puertas de bronce con esculturas de gran belleza, los altares son bonitos, nada más, sobre ellos hay reliquias muy interesantes. Un “pope” nos sirve de guía con la ayuda del joven “Sergio” que nos traduce toda la visita que dura casi una hora. Los jardines que rodean a la iglesia tienen galerías con vendedores de recuerdos religiosos como anillos, iconos, medalla, artículos de madera. Compramos algunos objetos y regalamos algo de dinero a una parte de mendigos y otra de hermanos de la guerra que se encontraban en la entrada de la iglesia.

Llegamos a la plaza principal, donde los jóvenes reclutas practican el uso de las armas y ejercicios de gimnasia. Nada excepcional, los hombres parecen autómatas y poco militares, se ven saludables, y vigorosos, aprenden a servir a su patria. Frente a la tienda de alimentos se amontonan muchos pobres, que esperan horas por un pedazo de pan, de carne o cualquier otro producto. El azúcar es muy escaso, casi difícil de conseguir, la carne se distribuye solamente 3 veces por semana. En fin tengo la sensación de una gran miseria. Frente a todo este espectáculo, se ven automóviles, carretas con caballos, todo lo que los “Boyardos” (nobles y ricos) utilizan frente al pueblo que se muere de hambre. La cantidad de civiles se mezcla con los militares – sobre todo oficiales – en un vaivén sin descanso. Hacemos algunas compras y nos despedimos de nuestro encantador guía y después nos dirigimos a la estación. Y a la vuelta de una avenida encontramos a un grupo de franceses compuesto por jóvenes muchachos y muchachas, que discuten en medio de los rusos impasibles, es parte de la colonia francesa que acompaña la misión que está en la estación ferroviaria. Volvemos a encontrar a nuestro agente consular, que dirige a este ruidoso grupo. Las muchachas coquetean con los muchachos de la misión, una viejita que es la institutriz, captura a Lyautey y a mí y nos proporciona su dirección por si regresamos a Kiev. Cerca del tren hay otro grupo de mujeres que nos ofrecen, flores y cigarros, pastelillos y otros artículos. La mayoría de las señoras son esposas de franceses que combaten en el frente de nuestro país. En plena conversación nos indican que no podemos salir a las 7 y media de la noche, sino hasta la una de la madrugada. Entonces muchos compañeros aprovecharon para irse con alguna de las muchachas hacia la ciudad, el agente consular y su esposa regresaron por nosotros. Decidió invitar otras doce personas, junto a dos oficiales, 2 suboficiales, y de repente vuelven hacia nosotros para ir de nuevo a su casa. Allí improvisaron una pequeña cena, muy francesa, adornada de buenos vinos franceses, y terminada la cena con champaña, buenos deseos de éxito y por la hora de partir que se anuncia ¡subimos al tren!, cada quien en su compartimiento y a dormir con un excelente recuerdo de Kiev, salvo los exabruptos de la vieja institutriz Madame Labrosse.

A los que piadosamente murieron por la patria, tienen derecho…

Desgraciadamente, hoy en la mañana el tiempo amaneció gris, triste, como enlutado. Un compañero nos recuerda que es el Día de los Muertos, cada uno piensa en algún amigo o compañero, pariente que se ha adelantado, en aquellos que se quedaron en algún agujero del suelo francés defendiendo a su país. Cada uno reza a su manera, y sobre todo ¡piensan en el futuro! El tren inicia su marcha en la noche nada nuevo. Las paradas se multiplican y así conocemos más y más estaciones, todas monótonas que se componen de una sola construcción, una cabaña, ¡una bomba! Es la imagen de una estación tren de Rusia. La mayoría no tiene ni un semáforo, sino un simple y primitivo disco de madera, manejando manualmente. La falta de comunicación entre las estaciones aumenta, – incluyendo la vía única— la tardanza en avanzar. Hasta la tarde llegamos a Nayodin una estación sin mucha importancia. El día se pasa como siempre, problemas con la comida y con los juegos de naipes.

3 DE NOVIEMBRE DE 1916

¡Tengo la sensación de que no llegaremos nunca a nuestro destino! Estamos en la estación Guenernica como a las 12, solo hemos adelantamos 30 kilómetros en 24 horas. Tengo la suerte de estar de guardia. Pasan pocos momentos, y parece un día cualquiera. De repente empezamos a ver muchos trenes militares, vagones sanitarios, con artillería, otros con materiales militares. Parece que nos acercamos al frente de batalla. Aquí se divide vía hacia Cernovitz, Kichinev y Odesa. Esta última es la que tomamos.

4 DE NOVIEMBRE DE 1916

Hoy en la madrugada nos despertamos porque el tren está parado en una doble vía. Nos informan que los alemanes han empezado a penetrar en Rumania, esto aumenta nuestras preocupaciones. Estamos en plena zona de los combates y nuestro avance se resiente. Además, nuestro tren se ha ampliado con nuevos vagones con soldados con destino a Rumania. Los campesinos de los pueblos que cruzamos nos presentan prisioneros austriacos y son agresivos hacia nuestro tren y hacia nosotros mismos enseñando el puño como saludo. El resto del día se pasa con una comida ofrecida por los rusos – sopa de carne, carne asada y té. Seguimos lentamente nuestro recorrido.

5 DE NOVIEMBRE DE 1916

Estamos cerca de la provincia de Besarabia, el paisaje cambia. Pasamos de los bosques de pinos, los desiertos, las estepas, aparecen campos agrícolas bien trabajados de maíz, vid, y todo tipo de legumbres. Las iglesias aparecen con otra construcción más orientales, más bizantinas, las casas tiene techos de madera y de paja, los campesinos se visten de otra manera y se parecen a los de Transilvania, están bien vestidos y son en mayoría civiles. Hacia las 2 de la tarde llegamos al río Pruth frontera entre la pequeña Rusia, o sea la Rusia del sur, con la provincia antes rumana, conocida como Besarabia, conquistada por los rusos en el año de 1877, que era parte de Dobrugea. Aquí el río es enorme, haciendo un codo grande debajo de las vías del tren, con la protección de un puente metálico, a su derecha hay un resto de una fortaleza rumana, para defenderse de los rusos, construcción con gran personalidad. La ciudad donde estamos llegando se llama Bandery, se destaca la estación como a un km. Con gran dificultad y lentitud, el tren, entra a la estación. Estamos citados a comer a las 2 en un local donde los rusos prepararon nuestra llegada. Está a un kilómetro y medio de la estación, hace un frío intenso en este local, cada uno recibe un plato, cubiertos y un vaso con té. La estación tiene un tráfico intenso. En las dos vías, se encuentran estacionados los vagones llenos de serbios que hablan rumano, estos son los que viven en Rusia desde hace varios meses, suman como 2 divisiones y están aquí desde hace 6 semanas esperando a sus oficiales para ir a Odesa, y después a Rumania para luchar en Dobrogea, lugar donde las cosas no van muy bien frente a los alemanes y los búlgaros. El tren vuelve a su marcha para llegar a Kichinev como a las 10 horas.

Llegamos a una pequeña estación de trenes sin mayor importancia. Cenamos y luego nos acostamos, estamos cerca de la frontera rumana. Cambiando de tren porque las vías rumanas son dobles, una buena noticia por lo menos. El número de trenes hospitales se ha multiplicado, curiosamente parecen bien equipados, pero muy sucios y los heridos están unos sobre otros. Los trenes están cargados de arcones, de paquetes, de cocinas, todos muy extrañamente acomodados. Los movimientos de los trenes son dirigidos por mujeres, hay algunas que ayudan a los trabajadores en componer las vías del ferrocarril. Seguro que nuestras parisinas no pueden hacer todo o mucho menos.

6 DE NOVIEMBRE DE 1916

A las 7 de la mañana llegamos a la frontera rumana. Pasamos la aduana en el pueblo de Ungheni. Cruzamos un puente protegido en sus dos extremidades por centinelas rusas y rumanas de cada lado. Es con una gran emoción en volver a pisar este territorio en el que fui tan feliz, este país que puedo considerar como mi segunda patria. Inmediatamente, bajamos del tren para tomar las noticias más recientes y nos informan que los alemanes empujan fuerte en Transilvania y se fortifican en el frente de Moldavia, están con fuerza en Dobrogea para tratar de cruzar por el Danubio en la parte sur. Esas son las malas noticias, aunque no creo que todo sea tan malo, vamos a viajar desde Ungheni, como 12 km para llegar a Iaşi. El tren pasa cerca de varios talleres ferrocarrileros, aquí nos quedamos para descargar el equipaje, colocándolos en el patio. Varios oficiales rumanos nos esperan, con autos y camiones que se llenan con equipajes y personal. Las recepciones son tranquilas, pero queremos saber si están preocupados y nos dicen que sí.

Me desplazo en busca de establecer el lugar para nuestra estancia, hay una escuela que nos otorgan para nuestro uso. Paso todo el día para la organización y comienzan las actividades de intérprete. En la tarde me reúno con Lyautey. Él se ocupa de los equipajes, un asunto de gran importancia. Cenamos rápido y nos vamos a dormir en la escuela. Me siento muy cansado, en realidad desde que salí de Francia no me he sentido nada bien de salud. Espero que el aire limpio de Rumania, me ayude a curarme. Hoy, sin embargo, no hace mucho frío, pero la humedad y la neblina no me ayudan mucho. La ciudad de Iaşi es muy desordenada, mucha basura, con muchos rusos por todas partes. No es para alegrarse ¡En fin en Rumania! Hay que esperar los comunicados que son generalmente anónimos.

7 DE NOVIEMBRE DE 1916

Me despierto con fiebre, con una presión en el pecho. Sigo trabajando con Lyautey, pero ya no aguanto más, voy a la enfermería del centro de aviación, donde el médico me interna de inmediato, parece que tengo bronquitis aguda.

Me da mucha rabia estar enfermo cuando mis compañeros están dirigiéndose a varios lugares y antes de estar aquí no pude ver a mis jefes, que acaban de llegar desde Bergen pasando por Bucarest esta mañana. Estoy en un cuarto en compañía de un sargento rumano, herido en el estómago. Más tarde aparecen otros 2 soldados enfermos. El lugar es triste y sucio.

8 DE NOVIEMBRE AL 14 DE NOVIEMBRE DE 1917

He pasado todos estos días en la enfermería y estoy muy aburrido, mi Dr. es muy buena persona, se apellida Marzi y me cuida bien. Han llegado 2 nuevos heridos, son franceses y reemplazan a los rumanos. Uno es mecánico de la aviación y el otro fotógrafo. Afortunadamente, el clima está bastante mejor, gracias al cual deja pasar algunos royos de sol a nuestra pequeña sala, y calienta un poco el ambiente. Tengo varias visitas, Lyautey viene cada día. Manchoulas, Texier y otros más, no me falta nadie. Lo único es que me aburro más y  me molesta el dolor de las ventosas. Por un lado, mi descanso me hace falta. Desde hacía tiempo antes de salir de Francia, me sentía ya muy cansado, el mismo Dr. piensa que hace tiempo llevaba esta molestia y es probablemente que mis difíciles días en la batalla de Somme sea donde pesque la gripe y seguro con mucho catarro. Se me convirtió en una buena bronquitis.

Frente a nosotros, la ciudad de Iaşi incluye un viejo monasterio que se ve majestuosamente y se presenta ante una puesta de sol magnifica. Debajo de esta pequeña colina se encuentra la carretera que viene de Ungheni y va hasta el centro de Rumania y hacia el oeste llega al frente de Moldavia. Todo el día, como una impresionante cien pies se mueven con lentitud, circulan las tropas rusas que van a ocupar el paisaje rumano. Esperaba llegando a Iaşi, ¡tener cartas desde Francia! Sin embargo, nada. Lyautey sale para Bucarest.

Estoy programado para salir de la enfermería el 14 después de haber pasado por un delicioso baño, me presentó después de 7 días en la enfermería, a la oficina del centro. Allí están todos los oficiales, me recomiendan que debo descansar otros días más. Me ubico en una recámara, de la casa de una señora de edad, cerca del centro. Bien instalado, me puedo dedicar a recuperarme, con una buena comida, de lácteos huevos y carne.

Pongo al día mi correspondencia, y me voy sintiendo mucho mejor. Hago de inmediato una solicitud para ir al campo donde se encuentra una zona avanzada del frente y a la que puedo ir sin autorización especial.

15 DE NOVIEMBRE DE 1916

Empieza para mí una vida de descanso, me despierto tarde voy al centro, platico con mis compañeros, después de comer hago una siesta, me paseo, luego ceno y me voy a dormir temprano. El clima cambió, hace frío, ha empezado a nevar. Paso encerrado con 2 amigos, Lafarge, piloto, ganadero en Argelia, y Bourgois un joven parisino intrépido piloto.

Platicamos muy a gusto en lo que podríamos llamar cafetería, tomamos te, chocolates muy sabrosos y una buena cantidad de pasteles. Admiramos a las bellas rumanas muy elegantes, polveadas, perfumadas. Hay rumanos, civiles y militares, todos flirtean frente a un vaso de agua. Pasamos momentos muy agradables y si esto sigue así vamos a empezar pensando que esto no es la guerra. La tarde así como la noche las ocupo para hacer mi correspondencia. Cada quien se va a su recámara diciendo que la hemos pasado muy bien, y pensando naturalmente en la familia dejada muy lejos.

16 DE NOVIEMBRE DE 1916

El tiempo volvió a cambiar. Nevó toda la noche, ya no cae nieve, y el sol luce y produce un espectáculo maravilloso. Voy al centro hacia las 9:30 horas. Me piden hacer algunas traducciones y un oficial me indica que siga todavía un rato la vida de convaleciente. No tengo todavía la autorización para ir a Schitzu y me siento un poco triste, pensando que los alemanes avanzan y avanzan. Las tropas rusas ocupan gran parte de la ciudad, desfilan todo el día, sobre todo los de infantería en formaciones compactas, dando la impresión de ser tropas fuertes, poderosas. Parecen estar bien equipados. Cantan, tienen buena música, presentaciones de chiflidos, gritos, todos muy salvajes. En su totalidad, sin embargo, se ven poco aseados, mucho olor a cuero, a pieles. Muchas personas les temen y otros los admiran seguramente porque se ven muy aguerridos, violentos y listos para el ataque. No parecen ser muy civilizados, se encuentran concentrados en patios, jardines, en donde duermen y comen. Tienen muchos abastos, comestibles, material de guerra como carretas, caballos, autos, furgones de todo tipo. Están armados, con un Fusil, Modelo Label 1886-M93, con bayoneta larga sin funda. La mochila parecida a la nuestra, es más flexible, con diferentes formas y colores. Me llama la atención, que tienen muy buenos zapatos y botas. Buscan dar la mejor impresión, disciplina y valentía. Todas las tiendas que venden productos a base de alcohol están cerradas y vigiladas por la policía porque los rusos beben de todo lo que se parezca al vodka, palabra que pronuncian al llegar en cualquier pueblo. La ciudad está muy animada. Las últimas noticias del frente son confusas y vagas. El punto crítico está en Craiova, desde allí las noticias son poco certeras y muy cortas.

Los oficiales rusos, con sus uniformes de gala, se pasean, platican, se ríen frente y ante las muchachas rumanas, ¡sin tener la impresión que van a la guerra! y luego a su país. Me parece que son bastante inconscientes. Todavía no hay correo desde Francia. Es mucho tiempo. Espero que mañana llegue algo, hoy en la noche fuimos a cenar todo un grupo de compañeros, el suboficial Gerard con su conquista “Raphaine”. Lafarge, Texier, Therin, Lemonnier. Lyautey, se encuentra en Bucarest y no se ha ocupado de comunicarse por algún medio para tener noticias desde Rumania.

17 DE NOVIEMBRE DE 1916

Hoy en la mañana, muy temprano, me dirijo al centro para ver a mi doctor, el cual me comunica que todo término, pero que necesito mucho aire y que me pasee para que precisamente logre su recomendación. Empiezo el ejercicio a las 10:00 horas. Aprovechó el clima fresco, con algo de sol y con la humedad de la nieve, lo que ayuda para mi recuperación. Mi amigo Bourgois, con su vehículo, me hace un tour de 10 minutos por la ciudad. El paisaje con nieve es maravilloso, por esto sigo muy severamente las recomendaciones de mi médico. Desayuno en compañía de los suboficiales y con los pilotos, en el centro del ejército, así el ambiente es más alegre. Al recibir buenas noticias, desde Craiova y Dobrudja, un oficial me informa que estoy listo para ir cuanto antes a Bucarest y después a la ciudad de Goleşti. El resto del día me la paso caminando, tomo algo de té, pastelería y mucha plática con todos. Todavía no hay nada de correo. Me atrevo a mandar un telegrama porque me prometen que llegará en menos de 10 días. ¡Espero que sea verdad! Como quisiera viajar junto al telegrama hacia mi viejo París.

18 DE NOVIEMBRE DE 1916

Anoche, arregle mi equipaje y espero salir hoy desde Iaşi. Me presento en el centro y se me informa que debo esperar algunos días, que utilizaré de transporte un avión de carga hasta Ungheni y esta será mi primera tarea. Estas son las órdenes, esta será mi responsabilidad, me acompaña un sargento y ambos caminamos sobre el lodo entre miles de andenes y vagones. Me enojo y grito todo en rumano para enseñarle a mi colega su primera clase del idioma y por fin arregló el doble trabajo, el suyo y el mío, para el transporte aéreo de las cajas de aviones que se encontraban en la estación de trenes de Iaşi. La estación se encuentra a 5 km del centro y la falta de tractores me dificulta la operación; sin embargo, logro organizar el último transporte gracias a una plataforma que localizo donde está la terminal de tranvías y que puedo colocar en la vía del tren. Atravesamos la ciudad, pasamos por el rastro, y el mismo centro. El medio fue muy práctico y rápido. En la noche me siento muy cansado y voy con mi vieja polaca que está feliz de verme. Es mujer de 50 años, polaca de nacimiento y en el momento de la declaración de la guerra en Polonia huyo con su hijo que tiene como 18 años y vive con ella, su marido fue hecho prisionero y su otro hijo, el mayor, estuvo en Francia en el 14 donde se incorporó como voluntario. Ha estado sin noticias de él por mucho tiempo; hace unos días recibió un comunicado oficial del hospital militar de Grenoble, con fecha de septiembre, donde el Dr. le indica, que Julius Bartel se encuentra en tratamiento por heridas recibidas en las piernas, riñones y la espalda, por todo esto la pobre mujer tiene el derecho de estar llorando todo el tiempo. Como son de origen rumano, el hijo será incorporado al ejército. Esta mujer está feliz de ver a un francés hablar en rumano, y hace todo lo posible por consentirme, con té y leche caliente para evitar que tenga mi famosa tos que es parte de mi enfermedad. A pesar de estar muy bien tratado, deseo partir y regresar a casa sin alemanes. Parece que será dentro de 2 o 3 días como siempre que habra correo. Por el momento el día está bastante bonito. ¡Ha dejado de nevar y lástima porque el deshielo empieza a ensuciar todo! Me parece que los soldados rusos se han multiplicado seriamente.

19 DE NOVIEMBRE DE 1916

El día parece que va a hacer soleado con un poco de caída de nieve. La temperatura es cálida todavía. No recibo la autorización del gran cuartel general para ir a Schitu, ¡que lastima! Estoy paseando por los alrededores del parque, escribo algunas cartas y hago algunas traducciones, me aburro mucho, por eso ya quiero irme a Schitu.

La instalación aquí se arregla poco a poco. Del frente hay muy pocas noticias. Son comunicados que se publican en la plaza todos los días, hago este comentario: creo que las noticias deben de ser muy malas y por eso son escasas y cortas, sobre todo cerca del río Jiu, que se encuentra en dirección del Argés. En cuanto al frente del Danubio nada se sabe, por esto no confió en las noticias. Haré todo lo posible para partir.

20 DE NOVIEMBRE DE 1916

Un día espléndido, parece que nada pasó con la nevada de ayer, qué extraño clima, por fin, después de muchas palabrerías y discusiones, el gran cuartel general, me citó para avisarme que tenía que partir hacia Bucarest, a las 4 de la tarde ¡qué alegría ¡regreso a mi casita, arreglar mis papeles y mi equipaje! Mi vieja polaca se pone desesperada y me ofrece un montón de cosas para mi viaje. Voy haciendo algunas compras de último momento, me dirijo a la estación para confirmar la hora de la salida, apuesto que no hay nada más difícil de precisar  que la salida de un tren en Rumania. Pues sí, yo tenía razón, saldrá hasta mañana a las 6:00 h de la mañana, ¡ni modo! De regreso sigo con el consentimiento de mi vieja polaca. Voy a cenar con mis compañeros y me acostaré temprano un poco molesto por perder un día más.

Las comunicaciones son poco precisas. Del lado de Campulung los alemanes acaban de avanzar,  al igual que sobre la ciudad de Tîrgoviște,. ¡Qué desastre!

21 DE NOVIEMBRE DE 1916

Me levanto a las 4 de la mañana para no perder el tren. A la 5 y media viene una camioneta para ir a la estación. En el camión me encuentro a otros franceses que también van a Rumania. Muchos empujones en el tren. Me informan que va un general ruso, no lo veo, pero gracias a él el tren sale 2 horas después, está totalmente cargado, me puedo acomodar en un strapontín (un asiento plegadizo) viajamos toda la noche, todo el día, el maldito tren nos sacude todo el tiempo. Espero llegar a Bucarest hasta las 7 ¡que viaje! Siempre me acordaré toda la vida.

22 DE NOVIEMBRE DE 1916

Llego por fin a Bucarest, cansadísimo, tengo mucha emoción al poner el primer pie en la estación, me recuerda a mi primera llegada en 1907, viniendo desde Turquía y Egipto, donde pude hacer realidad el sueño de volar mi avión, un Blériot XII, regresó a Rumania y salida para Francia, con un pequeña maleta, dejando atrás y llegando a París para estar  listo en 1914.

Hoy me parece todo eso tan lejos y, por un lado, parece que nunca había dejado Rumania. Tomó un carruaje (birjar) jalado por caballos y me dirijo a ver a Davidescu. No lo encuentro, luego voy con un compañero para poder asearme bien, salgo con un ligero sol y me dirijo hacia el restaurante del hotel Athenee Palace donde se encuentran mis jefes. Pregunto en la recepción por mi amigo Maisonueve del cual nadie sabe nada. Espero poder descubrir por qué todo aquí está en plena confusión y no sé qué pasa en la dirección de nuestra misión. Tengo que ir a Pipera, donde está el centro de la aviación, donde se encuentra mi orden de acompañar el material de guerra, aunque estaba destinado hacia Goleşti.

Después de dar una pequeña vuelta por la calle Victoria, tomó un ligero alimento y lo curioso es encontrar, a cada paso que doy a personas que conozco y me conocen. Algunas les llaman la atención verme de nuevo. Pregunto por Zentier y Domenge, me dicen que el primero está en Craiova y el segundo en Plopeni (Rumania). Nada hace que las cosas vayan muy bien. Terminando la comida me dirijo al domicilio de Zuebel, pero no lo encuentro, porque ya ha sido movilizado y está en el frente. Encuentro una carta y me dicen que hay 2 más pero dirigidas a Iaşi, con fecha de octubre. Me traslado al centro de la ciudad, me informan que mañana recogeré mi orden y empezaré a ordenar mi convoy. En la noche voy a reunirme con Texier que tiene 3 semanas en Bucarest. Parece que están muy entusiasmados con la ciudad y con los rumanos y sobre todo con las rumanas.

23 DE NOVIEMBRE DE 1916

Después de pasar una buena noche en Bucarest, en la mañana muy temprano me dirijo al terreno de la aviación y me encuentro con Bibescu, muy amable y también al Ing. Sesefsky buena persona. Me da gusto encontrarme con personas conocidas y con amigos de siempre, y que todos los “ases” de la misión están aquí. Hay varios vuelos durante el día. Regresamos a comer a Bucarest. A pesar de todo, parece que la vida sigue bella.

 Nada hace pensar, que el país está en guerra y que el enemigo está cerca de las puertas de la ciudad. El gran cuartel general se estableció en Perisoara, cerca de los terrenos de la corona. El cuartel real sigue en Buftea, algunos kilómetros de la otra posición. Me encuentro con Demeyer y hacemos una larga plática. Después trato de arreglar mi oficina y trabajo todo el día. Se me informa que el 25 recibiré mi orden de servicio, y por lo menos ya conozco la fecha. Sigo encontrándome a muchas personas, que me hacen muchas dudas y más preguntas.

Los medios de transporte entre la ciudad y el campo de la aviación francesa son un poco complicados, difíciles de tomar y tardan mucho tiempo. Hoy en la oficina se rumorea que el frente llego hasta el río Jiu y los búlgaros tratan de cruzar por el Danubio. Craiova está en grave peligro de caer. ¡Nadie puede estar tranquilo! Sin embargo, así está la población de la capital. Lo que más me llama la atención es el silencio de la prensa. Hoy el clima es espléndido y todo hace pensar que no estamos en invierno. Hago algunas tareas en el terreno de la aviación. He visto a Lyautey en el gran cuartel general. ¡Gran amigo y compañero! Reflexiono mucho en la mina y como estaría de regreso a ella. Supe que De Wendel con su esposa y sus hijos están en la refinería de Plopeni, donde disfrutan una vida campesina pero muy feliz. No esperaré mucho, voy a tratar de ir a verlos para platicar toda la noche hasta el amanecer. Me pondrán al día de muchos eventos que han pasado en el país desde que salí en 1914. Sigo buscando a Zentler, el cual seguramente vive en Craiova. Me quedo a dormir en su casa de y hacemos memoria de muchos buenos momentos vividos juntos. Era otra Rumania, momentos que me hacen estar muy feliz.

2 DE 24 DE NOVIEMBRE DE 1916

Dejo Bucarest y me dirijo a Pipera, encuentro nuevos pilotos, oficiales, compañeros, con sus equipajes y todo el material, todas las armas para el convoy de Goleşti, donde saldré mañana. Hable con Stanescu y está confirmado que saldremos mañana en un tren sanitario. A las 10.30 de la mañana nos visita una escuadrilla alemana, nos dejan caer algunas bombas sobre la ciudad, en cambio, sobre nuestro terreno dañan algunas paredes de los hangares que maltratan a un grupo de soldados rumanos. Ningún francés sale herido, solo el campo un poco. Me llama la atención que los cañones italianos antiaéreos, que son de 52 mm, no son capaz de derribar algún avión enemigo.

Revol, Tissot y Manchoulas, corren al campo y ponen en marcha sus aviones, para tratar de acabar con los enemigos, los que con gran astucia y velocidad huyen.

Cosas malas flotan en el aire, la jornada es incierta, los pilotos hacen vuelos de reconocimientos sobre el Danubio. Las noticias son malas. Aparentemente, Craiova ha caído ante la embestida del enemigo, nadie se lo esperaba, es la marcha sobre Bucarest y Ploesti. Todas las líneas ceden poco a poco. Las informaciones traídas por los pilotos no dan muchas esperanzas y más bien son pesimistas. Al cruzar el Danubio, se ven las tropas enemigas como a 60 km de Bucarest.

La ansiedad ya se está extendiendo a todas las poblaciones, los rumanos parecen dormidos y me da la impresión de no saber cómo reaccionar. 

25 DE NOVIEMBRE DE 1916

Me despierto a las 5 de la madrugada, el tiempo se ve bien, mi cargamento está listo. Mis 2 camiones están llenos y nos vamos a la estación de tren junto con mi equipo y soldados rumanos. Al llegar hay muchas discusiones, se nos informa que saldremos hasta la noche. La estación es pequeña, me instalo en el buffet, hay pocos clientes y excepto los trenes militares y sanitarios todo está en calma mientras oficiales rumanos, junto a sus esposas, sirvientas y mucho equipaje ¡Qué situación tan increíble! Voy a comer a la ciudad, muchas personas me comentan la caída de Craiova, las tropas se repliegan hacia el Argeș, ¿me pregunto por qué? Nadie entiende la situación. A pesar de ser la tarde el tiempo sigue bastante bien, regreso a la estación y cargo mi equipaje. Hay más y más personas que llegan a la estación, solicitando boletos para tal o cual dirección. Una gran cantidad de equipaje se amontona cerca de los pocos trenes. Los pasajeros parecen miedosos, desesperados, todos tratando de huir. Mi tren está listo desde las 5 pm, saldremos a las 11:00 hrs. A las dos de la madrugada me despierto, apenas hemos llegado a 25 km de Bucarest, nos indican que vamos a regresar porque el Argeş está cortado y ningún tren puede llegar a Goleşti. Qué gran desilusión, si no tuviera todo este material me decidiría ir a Schitu y ver cómo le hago con los que están en Goleşti. Toda la escuadrilla que espera mis materiales y sobre todo las ametralladoras que necesitan las municiones. ¡Que hacer de veras no sé! El tren se regresa a Bucarest, llegamos a la 1:00 de la madrugada. Los desesperados se han multiplicado y hacia mediodía es necesario establecer un cordón de seguridad para impedir la presión de la gente por invadir los andenes. Las últimas noticias indican que el ejército del sur, también se repliega, ¡no entiendo hacia Ploesti! ¡Increíble! Con grandes dificultades llevo el material a Lipera, mis pobres hombres no han comido desde casi 20:00 horas. Toda la gente está muy preocupada, me informan que los reconocimientos se multiplican sobre el Danubio. El jefe de la aerostación, el capitán Laudet y el sargento Gaufroy deciden partir en automóvil para realizar un reconocimiento hacia el sur para confirmar las contradicciones, las noticias y la realidad del lado rumano. No obtengo ninguna información, una nueva escuadrilla va a regresar proveniente de Goleşti. Llegarán hacía medio día. En la tarde los pilotos, el Teniente Kergolay y de Maille, tratan de dar un vuelo de reconocimiento hacia Guirgiu y Zumicea. Qué paso a la 1 de la madrugada no han regresado, desde este momento se comienza a pensar que algo malo les paso, y eso hace que se tenga más temor. Todos dormimos en el campo, cansados por no haber podido regresar a mi casa. Sin embargo, duermo unas horas, quedó pensando que hacen los míos en París.

26 DE NOVIEMBRE DE 1916

Nuestros compañeros no han regresado, y no sabemos qué ha sido de ellos. Telegrafiamos por todos lados, pero sin ningún éxito. Los otros pilotos recién llegados se instalan en Băneasa, para trabajar duro sobre el sector norte, él en que menos bien nos va. Los otros van sobre el sector sur del Danubio. La capital se ve amenazada de caer de un momento a otro. Nos comunicamos con las 2 divisiones de Turnu Severin, están cortadas en 2 partes, después de la caída de la ciudad de Craiova. Esperábamos que los alemanes se detuvieran y así no todo estaría perdido después de la caída de la ciudad. Durante el día varios aviones alemanes sobrevolando la ciudad sin éxito. En la noche bajo a la ciudad y cenamos varios camaradas con Dumitrescu y luego a dormir.

Veo a Cosmescu y me comenta que está decidiendo evacuar a su esposa y a sus hijos y que tomo esta decisión, después de mis comentarios acerca de Bucarest y que no hay muchos trenes para poder evacuar a la población civil. Me informo que mañana habrá un tren y a lo mejor puedo ayudarlo a subir con su familia. Me recuerdo cuando me tuve que ir en 1914 dejando todo atrás. ¡Están bombardeando Câmpulung! Platicamos mucho y luego a dormir algunas horas. Al alba me dirijo al tren y consulto por teléfono para confirmar si podemos viajar.

27 DE NOVIEMBRE DE 1916

Espero hasta medio día, pero no sucede nada, así que me voy al centro de la ciudad. Ahí me encuentro a Cosmescu y me dice que no sabe qué hacer, no puede regresar a su casa, que pasara con los suyos. Busco a De Meyer, el cual me confirma que está muy preocupado con la situación y que toda la gente se ha vuelto muy inquieta. Todo el día es un gran desfile de personas con sus familias y equipajes, van de un lado a otro de la ciudad. Los comunicados siguen llegando confusos sin alguna indicación precisa. En el sur la cosa va mal, bien vale decir que hacía el oeste, y al norte también todo va mal. Tomo un poco de tiempo para redactar mi correspondencia, esto me hace olvidar por unos instantes toda esta situación en que mi vida se encuentra hoy.

28 DE NOVIEMBRE DE 1916

Nuestros compañeros y amigos se van de Bucarest. En las secretarias de estado empiezan la mudanza de todos los archivos. La estación de trenes está cada vez más llena de personas, todas muy tristes en dejar su casa, nosotros el campo de aviación. Hago varios viajes desde el hotel Athenee Palace al aeropuerto, donde se encuentran nuestros grandes jefes. Nada nuevo, no nos movemos sino hasta el último momento. Los ingleses todo el tiempo nos indican que deberíamos irnos ya, me quedo todo el día en el hotel. El tiempo es espléndido y no podemos creer que con este sol la situación sea catastrófica. Hoy salieron 2 pilotos para hacer un reconocimiento, pero estamos preocupados porque no han regresado, es un asunto muy triste. La ciudad está en calma, la circulación de un vehículo no militar después de la 8:00 horas de la noche es muy rara. Los militares circulan libremente. Pienso que es un estado de guerra ya establecido, la ciudad se apaga. No hay duda, Bucarest va a caer, me quedo a dormir en el campo de aviación, en la madrugada me despierta un fuerte cañonazo. Nos levantamos, parece que vienen desde el norte-oeste. Despierto a los amigos. La gente está impactada. El teniente Lebrun tiene una herida ligera en su pierna.

29 DE NOVIEMBRE DE 1916

Empezamos a desmontar los hangares de la aviación, para comenzar a enviar los materiales de los almacenes del campo, la maquinaria de los talleres. Durante el día los alemanes pasan sin dejar bombas. Un tren lleva parte de los pilotos y del personal, hacía Bârlad y Cuelintza este será el nuevo centro. Veo partir con mucha pena a Manchoulas y muchos buenos amigos. En este mismo tren veo salir al pobre Ledoet, que abandona su fábrica y todos sus negocios como lo hice yo en 1914. La ciudad ya no está nerviosa, sino en un tremendo pánico. Se ha llegado a ofrecer hasta 1,000 leí, por un automóvil, que pueda transportar a personas a unos 60 km. de Bucarest. La gente vende de todas colecciones valiosas, joyas y otros bienes. Acercarse a la estación de trenes es casi imposible, pilas de equipajes se amontonan, mucha gente en un caos, desde luego animales y sobre todo soldados que luchan con los gendarmes que tratan de poner orden. En las noches el correo se muda con todos los archivos y sus servicios, la aduana también. ¡No hay duda Bucarest va a caer!

30 DE NOVIEMBRE DE 1916

Esta mañana se oye muy fuerte y sordo el famoso ruido del cañón. La mudanza en el campo continúa ahora, el mal tiempo complica las cosas, hace mucho frío de repente y llueve fuerte, eso nos dificulta todo. Hoy las embajadas abandonan Bucarest. Trato de contactar a Cunescu en mis pesquisas, me encuentro con Zentier con una larga barba muy sucia, había escapado de Craiova y en su carreta hizo 5 días para llegar a Bucarest. Está vencido, cansado y muy triste sin dormir. Le pregunto si ha visto a Jean Bibescu. Me dice que no sabe si está muerto o prisionero en la región de Turnu Severin. 

Todo es un ámbito de tristeza. De Meyer no sabe qué hacer para ir a Plopeni, para tratar de ver a su familia. Todo el día suenan los cañones desde lejos. Me ocupo con mi ayudante, cargar documentos y aparatos, de acuerdo a mi criterio, me da pena escribir que la actitud de los oficiales rumanos es poco profesional propio para esta situación. Los trenes llegan con trabajo a los andenes. Las escenas que se ven son difíciles de comentar por ser desagradables. Pasamos en el campo toda la noche, después de una ligera cena en la ciudad. Quizás sea de las últimas. Regreso al campo. El clima se ha tranquilizado, ha dejado de llover.

Esta mañana voy a llevar un sobre importante a la estación, destinada al gran cuartel general. Aquí se está dando una verdadera lucha, todos quieren pasar para huir, los más pobres con todos sus bienes en una mochila, otros que han llegado de los territorios ocupados, se amontonan, llorando, gritando, atontados por la situación. Todos se concentran frente a los pocos trenes. La estación ya no tiene puertas, ventanas y los vidrios todos rotos. La situación demuestra la falta de civilidad, frente a una pesada situación de pánico. Durante todo el día, a todas las personalidades políticas se les ven huyendo, algunos en aviones ingleses y franceses, solo van quedando pocos en Bucarest. En la noche la ciudad que durante todo el día fue convulsionado está bastante tranquila, buscando serenidad. Pocas luces para no decir ninguna. Dormimos en el campo, su restaurante está sobrecargado como de costumbre. Adiós a los hoteles llenos de oficiales, y lindas mujeres. Todos han desaparecido por milagro, la noche se ve interrumpida por el ruido de los cañones y el horizonte se ilumina por luces de la batalla misma de la ciudad de Bucarest.

1 DE DICIEMBRE DE 1916

Todo el día sigue el embarqué con prisa, pero hay que trabajar con las dificultades normales. Recibí una llamada telefónica De Meyer que piensa salir hoy en la noche. Voy a verlo más tarde, en el gran cuartel general que se cambiara de lugar también esta noche. Así que bajamos todos los días del campo aéreo a la ciudad. Solo algunos pilotos y soldados rumanos se ocupan de nadar y refrescarse en un estanque cercano donde acampamos. De repente estalla una bomba y hieren a varios soldados. La salida ya es oficial para mañana. Solo queda un tren de mantenimiento, pero no hay locomotora. He podido ver a De Meyer que viajará a pie para Ploiești y espero que podrá ir a ver a su familia, tiene todavía los vendajes en su cabeza que cubre sus heridas. Se nota que una gran cantidad de la población ha abandonado la ciudad y una parte queda a la buena voluntad de dios. 

2 DE DICIEMBRE DE 1916

El cañón se acerca, las noticias son un poco más precisas, todos indican que los acontecimientos se precipitan. Organizó un convoy en el que partirán los oficiales, y suboficiales franceses, con los mecánicos. Solo quedarán los pilotos, el capitán Pierre Sarret, el sargento Farge el secretario Pourtale y yo. A las dos horas se verá cómo el convoy pueda salir, quedando algunos soldados franceses en el campo. El clima está tranquilo con algunos chubascos.

3 DE DICIEMBRE DE 1916

La jornada parece tranquila, estamos a la espera de los acontecimientos. Los últimos pilotos se van, nos quedamos solo 4 personas, en una construcción desierta y platicamos y platicamos. Nuestro último tren no ha podido salir por falta de locomotora. Está completa con pilotos y materiales, equipaje y todo lo que teníamos en el campo. A las 10 el cañón escupe más fuego pero sin grandes resultados. La noche la vamos a pasar en la fábrica de glucosa. Nos acostamos con nuestros uniformes y todo el equipo a la mano. Dos camiones y un automóvil nos esperan para llevarnos a Iaşi. Debemos partir mañana muy temprano. A las 2 de la madrugada me despierta un ruido ensordecedor de una sirena, tiros de pistola y muchos gritos. Llegó rápido y me asomo por una ventana rota y veo un suboficial rumano gritando a los soldados franceses, hay que salvarse de los alemanes que entraron en la ciudad. La sirena no para de sonar, voy y despierto a mis compañeros que me preguntan qué está diciendo y les indico. Rápido recojamos todas nuestras cosas, y nos ponemos en marcha. Salimos con el capitán Pierre Sarret a la cabeza del convoy, también se une con nosotros un teniente rumano. En el camión van mecánicos franceses y sobre la otra camioneta colocamos una ametralladora para poder tener alguna ventaja, frente a las posibles patrullas alemanas. Aprovechamos la oscuridad para poder huir de la ciudad, y dejamos en los hangares, teléfonos, aceite y gasolina que no pudimos destruir por órdenes de los oficiales rumanos. ¡Que lastima! Estoy más que furioso. En algunos momentos llegamos a las barreras, aquí el espectáculo es increíble, todo mezclado, convoy, artillería, municiones, tropas, animales y en medio de todo esto una gran cantidad de personas, hombres, mujeres, todos a pie, y qué decir de los niños, cargando equipajes, bagajes, carriolas, carretas en las se acumulan los más viejos algunos enfermos, minusválidos o heridos y sumergidos en una gran oscuridad con solamente algunas lámparas, linternas, para no llamar la atención de un posible encuentro con alguna patrulla de los alemanes. Es un gran ambiente lúgubre. Me llama la atención como se hacen paso a punta de culatas y de fuentes de los oficiales, que tratan de pasar con los automóviles que bloquean la carretera, todos empujan para ir a la derecha y a la izquierda gritando, llorando. Cómo caímos en esta situación nos costó una hora para cruzarla. Tomamos un camino a través del campo en dirección de la población Urziceni, durante la travesía se poncharon varias llantas.

*El río Buzău es un río del este Rumania, tributario del río Siret. Su longitud total es de 325 km. Su fuente está al este de Braşov, al sureste de los Cárpatos, fluye generalmente hacia el este, hasta Buzău. El río atraviesa los distritos rumanos de BraşovCovasnaBuzău y Brăila. Vierte sus aguas en el Siret, en su curso bajo, cerca de su confluencia con el Danubio, al oeste de la ciudad de Galaţi.

Sus principales afluentes son los ríos Bâsca Roziliei, Slănic, Nehoiu y Nişcov.

El curso del río Buzău es aprovechado para obtener energía hidroeléctrica con una central en Nehoiaşu y Cândeşti.

4 DE DICIEMBRE DE 1916

Llegamos a las 6 de la madrugada a Urziceni, buscamos un lugar para nosotros, no hay nada, entonces les pido a mis compañeros que vayan a la estación de policía y allí entre mesas y sillas dormimos un poco porque no podemos ir adelante. La pequeña ciudad está llena de personas que huyen, de convoyes, tropas, y animales. Encontramos a nuestro convoy salido de Pipera. Esto aumenta el número de autos de los franceses, un poco heteróclito de todo tipo de modelos, incluyendo un camión con 50 oficiales, camionetas, coches con caballos, ¡de todo! En la mañana, como a las 10, se decide iniciar el camino del convoy, me nombraron jefe, qué honor. Estoy a la cabeza y espero que todos me sigan. Si los jefes del frente francés del Somme nos vieran seguro que se burlaran de nosotros. La lluvia nos persigue, pero es pasajera, a las 12 y media llegamos a un pequeño pueblito cerca de la ciudad de Mizil. En el camino hemos recogido a un médico que nos ofrece llevarnos a un hospital que ya no existe. No quedo nada de él. Conseguimos algunos huevos y comimos muy rápido. Nos alcanzan 3 vehículos con problemas que se habían atrasado y doy la orden de seguir, con gran dificultad por el mal estado de los caminos, llegamos a Buzău, donde se encuentra el gran cuartel general, y que era nuestro destino. Buscamos en la oscuridad, algunas minas desiertas y por fin los localizamos, mi buen amigo Lyautey me va a compartir su recámara.

5 DE DICIEMBRE DE 1916

Se nos informa que los alemanes, entraron en la capital, casi al alba. ¡Quiere decir que escapamos en pocas horas! La ciudad de Buzău parece bastante bien. El gran cuartel general está instalado en un gran castillo que hoy se ve bastante bien. En la mañana veo a mis jefes y en la tarde me voy a ocupar en localizar una recámara para mí solo, y dónde uno puede ir a comer. Aquí empiezan las dificultades porque la ciudad está invadida de demasiada gente y no encuentras ni un pedazo de pan. En mis peregrinaciones tropiezo con mi buen, amigo Cosac que me informa que desde que me fui de la mina, nada ha cambiado. Me dice que Cosmescu no se fue con su familia. Les ofrezco a los dos, si él lo localiza encontrarnos más tarde. La muchedumbre aumenta rápidamente. Se está formando una aglomeración desmedida, además viniendo del norte, ¡llegan tropas rusas! Por fin encuentro un cuarto, no lujoso, pero cómodo, para dormir tranquilo. Además, está caliente porque el frío se acaba de soltar en la tarde noche. Las noticias del frente son muy malas, la persecución continúa, las tropas alemanas de Ploesti ya se están acercando a Mizil ¡es imposible entender la caída del país! Como a las 5 de la tarde, voy a acompañar al capitán Gaufroy en el auto para alcanzar un tren y así a la escuadrilla. Todo paso bien, excepto el lodo en cantidades extraordinarias y regreso en la noche para poder descansar y dormir mejor. Como es muy tarde ya no encuentro nada para cenar. «Como dice un dicho, quien duerme bien cena

6 DE DICIEMBRE DE 1916

¡Día lluvioso, clima triste! No pude dormir muy bien, por culpa del frío, del ruido, del movimiento de tropas, de convoyes, que van en todos sentidos. Es difícil entender qué está pasando, voy al gran cuartel general, para hacer varios trabajos. Me encargo de buscar unos cuartos para los oficiales, la situación es tensa, sabemos que los alemanes siguen avanzando. Hay pocas posibilidades encontrar alimentos. El correo no sale, tengo varias cartas, las tropas rusas cada vez más numerosas que vienen del norte y las tropas rumanas del sur, que siguen replegándose en total desorden…. A la vuelta de la esquina me tropiezo con 7 u 8 campesinos llenos de equipaje y de lodo, mal lavados, son viejos mineros míos. Les pregunto a dónde van, no saben, cómo toda la gente me informa que desde mi salida todo quedo igual. El día transcurre sin mayor incidente, muy monótono, e inquietante, no sé qué pasa atrás de nosotros, al igual que nosotros acerca de lo que pasa en el frente.

7 DE DICIEMBRE DE 1916

El clima malo, igual que el clima, las noticias que nos avisan que los alemanes siguen avanzando tomaron la ciudad de Mizil y sus 50,000 habitantes. La inquietud reina en el cuartel general, donde se prepara una salida cuanto antes. Otro día agitado, triste, donde no se encuentra nada de comida. El pánico se expande poco a poco, la ciudad está llena de tropas, carriolas, carros, camiones, caballos, civiles en grupos, todos desconsolados. ¡Qué tristeza, más ya no sé qué contar!

8 DE DICIEMBRE DE 1916

Estoy con mi compañero Pourtale en nuestra recámara donde tenemos frio porque afuera está helando, nos despertamos temprano. No llueve, pero el día está muy sombrío con un cielo muy gris. La inquietud es cada vez más y más grande, me encuentro con el príncipe Bibescu. No se puede encontrar nada de comer, todo está casi cerrado, la salida del gran cuartel general se va a llevar a cabo en la tarde, me nombran a quedarme con el sargento en aerostática para dirigir la evacuación del material motorizado que todavía queda aquí, 2 grandes camiones, 2 remolques, 2 autos, etc… y toda la mudanza del gran cuartel general no es una fácil tarea. Quedamos en la ciudad los franceses de la aviación. Nos acostamos tarde, la agitación sigue en todo los barrios de la ciudad, es un verdadero relajo. Los rusos se enfrentan a la población rumana y entran en muchos comercios.

Camiones, 2 remolques, 2 autos, etc. y toda la mudanza del gran cuartel general no es una fácil tarea. Quedamos en la ciudad los franceses de la aviación. Nos acostamos tarde, la agitación sigue en todos los barrios de la ciudad, es un verdadero relajo. Los rusos se enfrentan a la población rumana y entran en muchos comercios.

9 DE DICIEMBRE DE 1916

Nos levantamos temprano, arreglamos el equipo, vamos al cuartel de los bomberos donde se encuentran el material y nuestros amigos los rumanos. Hay un primer transporte desde la estación de tren que se lleva a cabo. Hay tanto lodo que nuestro camión más grande, tiene que jalar al otro camión, a unos 800 metros de la rampa del cargamento. Tratamos, sin éxito, lograr el apoyo de la policía, de alguna otra autoridad, pero repito sin éxito, toda la gente está alocada, así que decido maniobrar solicitando a unos campesinos que pasaban con sus bueyes, y por las buenas o por las malas me ayudan con sus animales para jalar los camiones. En la noche podemos por fin llegar al muelle de embarque. Nos topamos con la dificultad en encontrar la plataforma, todo bajo una lluvia que se agrega al lodo, me pongo a luchar más y más, son las 11 de la noche, ya tenemos 2 camiones en un vagón. Agradezco a los rumanos por su ayuda. Llueve y llueve. Llega a la estación un tren con artillería rusa, bajan las municiones, carretas con gran rapidez y se instalan en los andenes de la estación, la ocupan toda. Me dirijo la mitad en francés y la mitad en alemán con el oficial a cargo, para pedirle ayuda, para cargar mi material y gracias a ellos y a mis hombres, colocamos todo sobre las plataformas, ya son las 12 y media de la noche. Nos quedamos en la ciudad, dormiremos un poco.

10 DE DICIEMBRE DE 1916

Despierto temprano, para arreglar mi equipaje, la muchedumbre es cada vez más desordenada, A lo lejos se oye el cañón, no muy fuerte. La búsqueda de pan es inútil. Ha desaparecido, con dificultad pude comprar algunos alimentos. Encontré en una tienda algunos pasteles. ¡Increíble no! Voy a la estación de tren. Allí se encuentra el asistente Sesefsky me informa, que los alemanes se encuentran a 10 km. Hay que partir de inmediato. Tomamos nuestro pequeño coche y nos ponemos en camino. Sigue lloviendo y hace mucho frío. Alcanzamos los alrededores de la ciudad con gran dificultad. También hay mucho viento y sigue nevando. El camino es intransitable, se nota el desorden, animales, carros, camiones, algunas tropas, sin jefe, mediante los cuales intentamos atravesar la carretera que está cortada, hay muchos baches y el pobre carrito brinca y brinca, espero que no se desarme. Hay tramos que nos toman hasta 2 horas y luego podemos avanzar, la lluvia y la nieve siguen sin cesar. Por fin llegamos al río Sarat. A las 2 de la tarde, en toda la ciudad no encontramos nada de comer, la ciudad parece muerta, está todo cerrado, de repente una ventana se abre, es una casa que parece ser una panadería y una persona se asoma, es un oficial rumano, nos invita a pasar, por supuesto accedemos porque estamos muy mojados y con mucho frío. Nos platica que es un gran terrateniente de Bucarest, y que acaba de escapar de los alemanes, pudo encontrar a su esposa que también había huido con algo de equipaje. Nos ofrece, algo más o menos, de comer. Gracias a dios hace calor y con algo de comida creo que podremos dormir mejor. No podemos quedarnos mucho ahí porque después de unas horas retomamos el camino. El oficial nos pide que lo llevemos, ya que se quiere reincorporar a su tropa, así que después de sus amabilidades acepto. La lluvia es pertinaz, así que luchamos contra ella, el desorden está por todos lados, de regreso a la carretera nos encontramos con una columna de artillería, municiones cada vez más numerosas, más confusos en su huida, estamos desesperados y no saben cuándo podrán salir de esta situación. Por fin llegamos a Forsain muy tarde en la noche, me dirijo a la estación de policía y nos dan unos tickets para podernos alojar en una casa adaptada para los soldados. En el camino encontramos un restaurante abierto, nos bajamos para poder comer algo, y no hay más que sopa y mămăligă, mi compañero nunca la había probado. Unos oficiales que se encontraban en el lugar, comienzan una conversación y luego se reúnen con nosotros, muy amables, nos comparten un vaso de su vino, luego nos vamos a buscar nuestro alojamiento, somos tres en un pequeño cuarto con una sola cama; me toca dormir con un oficial y mi ayudante dormirá en un colchón en el suelo así que buenas noches y hasta mañana.

11 DE DICIEMBRE DE 1916

Nos levantamos temprano, hacemos nuestra limpieza y el bagaje. Sigue lloviendo y cae mucha nieve. Con alegría encontramos un café con leche y cigarrillos en un depósito que fue hace días robados, qué suerte. No aparece nuestro automóvil, no sabemos dónde está o que está pasando, así que vamos a buscar algo de comer y afortunadamente como a la hora aparece nuestro ayudante que es el chofer y nos explica que compuso un resorte roto y que no encontró gasolina. Así nos vamos en el camino y nos topamos con un convoy, el cual después de mucha discusión nos dan un poco de gasolina y emprendemos nuestro viaje. Llegamos a Tecuci como a las 7 de la noche. Es una pequeña ciudad, sucia, y brumosa, sigue la lluvia y el viento. Nos dirigimos a la estación de policía, gracias a nuestro ayudante encontramos dos recámaras en la única posada abierta, allí nos encontramos a la escuadrilla de Grulin, Manchoulas, Micheletti y Thèron, el fotógrafo Cabella y a varios mecánicos. Pudimos cenar, la comida bastante buena, así que podremos dormir mejor.

12 DE DICIEMBRE DE 1916

Nos despertamos con un frío muy fuerte. Empezamos a viajar a las 9:00 horas. Después de despedirnos de los compañeros que se quedan en Tecuci donde se va a establecer la escuadrilla. La carretera está en muy mal estado, lleno de baches, de repente aparece una manada de borregos sin pastor, seguramente están perdidos. Más adelante nos topamos con una columna de artillería rusa que camina a un lado de la carretera, dejando los equipajes junto a sus caballos, abandonando todo y se internan en el campo para robar alguna una vaca. Son una bola de bárbaros. Cansados, mojados y helados llegamos a Bârlad como a las 7 ½ de la noche. Así que me dirijo hacia el gran cuartel general que hacía 2 días había llegado a esta ciudad. Desde ayer se encuentran instalándose en un edificio importante, me parece que vamos a estar bien. Me encuentro con el comandante (R) y los compañeros, así como a mi amigo Lyautey cenamos todos juntos y luego de una gran plática, nos vamos a dormir en este lugar sobre algunos colchones y estoy tranquilo porque por fin llegue y termino mi misión.

18 DE DICIEMBRE DE 1916

Tengo que poner mis apuntes al día, aquí la vida está llena de trabajos y agregaría sin gran interés. Estamos instalados en la Escuela Normal. Es un edificio muy adecuado. La comida un poco mejor, dormir sobre colchones en el suelo es algo difícil. Aquí me encuentro a mi primo De Ribes. Es el secretario del comandante de instalación que organiza la llegada a Iaşi. Me informan que los alemanes siguen avanzando, los rusos bajan como avalancha hacia el frente, el pobre ejército rumano regresa en desorden, hacia el norte, donde debe reorganizarseSe esperan grandes combates sobre los ríos Pruth, Sireth y Putna. Allí están las fortificaciones que los rumanos había construido en contra de los rusos, se van a voltear en contra de los alemanes. Recibimos el correo desde Francia, con fecha de octubre, ¡ni modo! Pero mejor que no recibir noticias, saber que de todos están en buena situación. La guerra no termina y hay que saber que pasa allá. Hoy me informan que mi amigo y camarada, Lemonnier en una prueba de avión en Iaşi es el primer miembro de la misión que fallece. La especialidad de intérprete no nos deja mucho tiempo para otras actividades. Todo el día y a veces en la noche – muy tarde estoy traduciendo un montón de papeles, a veces si gran importancia. El tiempo ha mejorado y la nieve ya no cae, lo que hace que el frío se haya reducido. Vamos a contribuir en la reorganización de la escuadrilla de aviación.

22 DE DICIEMBRE DE 1916

Otros días en los que deje pendiente mi diario, ¡el clima frío! No hay nieve, hay algo de sol, los pilotos hacen su trabajo, los alemanes también van avanzando. Parece que el frente se está fijando sobre el Pruth. Los rusos no dejan de venir desde el norte. La alimentación empieza a escasear. La vida a pesar de lo que pase es tranquila y monótona. Se comentó que el gran cuartel general aquí se queda. Lo único seguro no sabemos dónde ir a Botoșani, Vaslui, Iaşi, en el frente nadie sabe nada.

23 DE DICIEMBRE DE 1916

El tiempo ha mejorado. No parece ser invierno, las tropas alemanas no dejan de progresar, no han llegado al río Pruth ni al Sireth y al Putna. Seguramente serán sus objetivos. Las tropas rusas legan y llegan. Nuestro compañero Texier abatió un Aviatek esta mañana. Esto hace bien al ambiente. Rezamos que vivimos. Siguen los rumores de una mudanza. Debo ir a Iaşi en los próximos días. No tengo noticias de Francia. Un teniente regresa a Francia y lleva consigo un correo de todos. Mi primo De Ribes deja Bârlad y parte para Iaşi

25 DE DICIEMBRE DE 1916

Ayer fue Navidad, ¡muy triste! Tuve un día ocupadísimo. En la noche cenamos y pudimos agregar algunas provisiones traídas por nuestro compañero, todos somos tristes tanto tiempo lejos de Francia. Aprendemos que los alemanes bombardearon la estación de Braila. La evacuación de esta ciudad es inminente. El compañero Manchoulas lucha muy fuerte contra un alemán. Hoy recibo 2 cartas de Francia, ¡qué alegría! Para este fin de año, aunque son antiguas, yo pienso mucho en ellos.

26 DE DICIEMBRE DE 1916

Salgo para una pequeña misión a Iaşi, llevo además un importante correo. Llego a las 11 y ½ de la noche. La nieve cae con mucha fuerza. Me dirijo al lugar de nuestro anterior estacionamiento, ceno y duermo. El frío es intenso, no había visitado Iaşi desde noviembre.

27 DE DICIEMBRE DE 1916

Después de una buena noche inicio mis asuntos, consulado, gran cartel general, etc. La nevada es intensa, ¡el frío es fuerte! Faltan medios de transporte, aparte de unos viejos tranvías, algunos autos, y trineos. Me encuentro con varios amigos y compañeros de Bucarest y una distinguida joven, rumana, qué honor para mí. La vida aquí es imposible, no hay pan, los restaurantes inaccesibles, no hay dónde comer. El día pasa sin nada especial, excepto que reportan los bombardeos sobre Brăila.

28 DE DICIEMBRE DE 1916

La caída de nieve es formidable. Hay más viento y más frío. Sigo realizado los trámites. Salida programada a la 11 de la noche, me voy a la estación como a las 10 de la noche y me encuentro al capitán Manchoulas y otros oficiales. El tren, atascado, la estación sobre poblada de soldados, después de varios intentos, muchas dificultades y algunos golpes, me acomodo en un rincón, envuelto en mi abrigo, una piel de borrego y una cobija, ¡demonios! El tren no está calentando y no tiene vidrios. Hasta las 2 de la madrugada esperamos salir. Parece que el tren no puede salir, el amanecer aparece y se anuncia que el tren saldrá solamente hasta las 12.30 horas. Bajamos congelados y después de muchas discusiones nos dejan entrar en un salón transformado en hospital para heridos rusos, olorosos, no muy limpios, donde robamos un poco de té y dormimos en unas bancas, seguramente llenas de piojos y pulgas. Nos despertamos a media mañana, o sea el 29 de diciembre y observamos que el tren no está listo para viajar.

29 DE DICIEMBRE DE 1916

Vamos a buscar algo para comer en el centro de la ciudad, volvemos a subir al tren que se supone, sale de un momento a otro. Nadie parece preocuparse, en el vagón donde me acomodo, tengo a mi izquierda a un joven subteniente rumano, que es correo militar, pariente lejano de Beligradianu y un subteniente francés y junto a él una señora rumana que pregunta si es difícil aprender francés. Frente a nosotros, un viejo coronel rumano, que mastica algo todo el tiempo, completa el grupo, otro oficial rumano de correo militar y un soldado francés que fuma su pipa y que seguramente piensa en su país. Salimos por fin a la 9:00 horas y a las 10.30 hemos caminado solo 18 o 20 km y estamos luchando para subir una colina, donde hace algunos días se había descarrilado otro tren. La vía está llena de nieve, el tren se lanza, sube, patina y se regresa un poco, se para, otra espera, se va a buscar otra locomotora a Iaşi, toda la operación toma como 3 horas, por fin se engancha la nueva máquina y gracias a las maniobras volvimos a caminar. Llegamos por fin a la 5 ½ de la madrugada a Bârlad. Cansados, helados, el joven oficial tiene un lugar en la casa de la señora. ¡Es la guerra!

30 DE DICIEMBRE DE 1916

Después de una buena noche de descanso, iré en la mañana para entregar mi misión al gran cuartel general, saludo compañeros. Nada nuevo, se acerca el fin de año, otro año que se ha escurrido, bastante rápido y parece que nada nuevo aparecerá al horizonte. Tengo entendido que habrá un próximo viaje, que daríamos por estar de regreso a nuestro país, en nuestra casa, con nuestras familias de regreso a nuestras actividades, de nuestra profesión.

31 DE DICIEMBRE DE 1916

Un día bien completo. El coronel «R» es cada vez más gruñón. Esperamos a un nuevo jefe que lo sustituirá, ¡será esta la causa! Nos avisan que llegará en la noche, es el comandante De Vergnette. Nos encontramos cenando cuando va llegando, que pena nadie fue por él, yo hubiera hecho esa tarea con gusto. Tiene la cara de enojado, es chaparro y camina muy aprisa y habla con un ligero acento, a mí me parece simpático, es mi primera impresión. La noche está cargada de conversaciones y de poco descansó y de mucha información que no paran, las noticias del frente son mejores. Las posiciones se están estableciendo. 

1 DE ENERO DE 1917

¡Año Nuevo! ¡Nos aportará la paz! Por lo menos hay un sol radiante y el día se ve mejor cómo hacía mucho tiempo, porque cuando el clima es benéfico nuestros hermanos se matan menos. Él pretextó, es en bien de la civilización ¡Será verdad! Aunque hoy es día de fiesta, el trabajo sigue sin descanso, las tropas Alemanas se han parado en el río Siret, estamos a muchos kilómetros, menos inquietos, a pesar de que la ciudad de Brăila está en manos de nuestros enemigos. ¡Nuestra aviación trabajo duro! El comandante “R” es automáticamente enfermo, quizás por la llegada del nuevo jefe, son momentos cómicos “para tener alguna diversión”. El asistente Gavais llegó a realizar la paga que nos toca. El clima es frío y se ha vuelto insoportable, el termómetro no deja de bajar. Lástima que en un día como hoy no tenemos noticias de Francia. 

Las tropas rusas siguen llegando y el ejército rumano, desgraciadamente, continúa como en tropel hacia el norte.

2 DE ENERO DE 1917

El frente en Galaţi, está muy activo y bravo, está tomado su forma ¡Brăila fue evacuada! La cual está en manos de los alemanes, los rusos no hicieron nada para impedirlo. La caída, lo que yo diría, es una traición. Confirmado, el norte de Brăila, junto a los pantanos, son una defensa natural para el acceso a Galaţi. La caída de Brăila, un duro golpe, la ciudad capital del distrito del mismo nombre, no puede vivir sin peligro por mucho tiempo. Las luchas sobre el río Siret, y río Putna, siguen pero con menos vigor. Quizás el enemigo se ha cansado, ¡Será! Aquí en el cuartel general nada nuevo, mi vida sigue normalmente, pero monótona, espero un correo que llegue desde Rusia.

3 DE ENERO DE 1917

Hoy, a las 8 y media de la mañana, despertamos con un fantasma. Un avión alemán viene a dejarnos unos regalitos de fin de año, pero las baterías antiaéreas, lo obligan a huir, claro después de dejar un par de bombas y dejar lo demás para otro día. El frío sigue muy intenso a pesar del sol. Me informan que debo regresar a Iaşi. Se comenta secretamente que el comandante “R” debe de partir en misión especial a Rusia. En lo personal me suena como a una desgracia.

El correo francés tiene que venir esta noche. Esperaba ver a mis compañeros Manchoulas, Texier, Lemonnier, en hechos heroicos gracias a los cuales los alemanes se ponen a temblar. El día paso con mucho trabajo, interesante a pesar de una monótona organización.

4 DE ENERO DE 1917

El correo llegó en la noche junto con nuestros agentes de unión interrumpiendo nuestro sueño. Por esto fue una noche sin sueño, sin dormir, ya estoy aburrido de dormir en pajas, a veces con un pasajero fugaz. Lyautey encontró, no sé cómo una cama de campaña, el capitán ha encontrado también otra para mí. Cómo dormir si el teléfono no deja de sonar. Los más resistentes se dedican a grandes partidas de póker para engañar el sueño. El abasto en la ciudad se ha vuelto precario. Los rusos se están adueñando poco a poco. Parecen hombres buenos, pero en el campo de batalla son unos verdaderos salvajes, unos brutos humanos. En todas partes llevan a cabo actos inexplicables, dejando sus episodios bajo el efecto del alcohol. Como aliados me reservo el calificativo de poco interesantes. Hoy hay distribución de cartas, pocas pero siempre agradables.

5 DE ENERO DE 1917

Regreso a Iaşi, por unos días en la misión especial. Se siguen murmurando la mudanza. Nada seguro, al no poder vivir en el gran cuartel general, me empeño en encontrar una recámara, esperando tener mejor suerte. El amigo Gavais quién estaba aquí para el pago de los sueldos, se enfermó de repente de una congestión en la cara. Se va a internar en el hospital. No se sabe que tiene. El clima sigue frío y soleado. Cerca del gran cuartel hay un parque donde podemos caminar. Los niños del pueblo, juegan inconscientes del peligro que representa la guerra. No dejamos de ir casi cada día, para caminar, sobre todo al mediodía, cuando el clima lo permite y facilita el mismo trabajo que es menos intenso.

6 DE ENERO DE 1917

Tiempo mejor, ya no cae nieve. Los últimos convoyes de las tropas rumanas pasan por aquí cerca del gran cuartel general, y también del terreno donde se encuentra la aviación. Se establece un terreno para maniobras y así se quedarán. Estamos observando escenas pintorescas. Del lado del frente las noticias son mejores. Quedamos aquí por el momento. Hoy llego un regimiento siberiano, hombres fuertes, bien equipados dan la impresión de una gran fuerza, me llama la atención la manera como caminan muy oriental. No tengo más que comentar en este día.

7 DE ENERO DE 1917

Un correo inglés sale hacia Francia. Durante todo el día, gran actividad, mucha agitación y la preparación de documentos oficiales y correspondencia personal. La vida día a día se ha vuelto muy difícil. Las tiendas cerraron poco a poco por falta de productos. El frente no se mueve. Pocas noticias desde Francia. También allá las cosas parecen tranquilas, esperando que los días de paz regresen pronto. El clima frío sin nieve. Aquí en el cuartel general de la aviación, el drama R vs De Vergnette sigue. ¡Reirá mejor el último!

8 DE ENERO DE 1917

Hoy en la mañana cae un poco de nieve, a medio día el tiempo mejora. Estamos en plena labor para lograr provisiones de comida para satisfacer el hambre. El trabajo no falta aunque bastante aburrido. Encontré en la ciudad al amigo Lupescu – abogado – amigo desde el Cairo, es capitán y está en misión en Rusia y me dijo que tiene la suerte de tener a su esposa con él. Tendrá que ir al frente con una nueva división. La escasez de alimentos es notable, no hay regularidad de distribución. Hay lugares de verdaderas batallas donde la policía lucha contra la población. ¡Pobres rumanos!

9 DE ENERO DE 1917

Un día bonito pero muy frío, hay días pesados. Hoy tengo como nunca ideas negras. No hay mucho trabajo. Voy a realizar un poco de caminata con un compañero en un montecito cubierto de nieve. Vemos unos bueyes hambrientos – ellos también – comen cañas y restos de maíz que les damos. En la oficina poco trabajo. Nada muy interesante. No tengo noticias de Francia. Nos adaptamos a la presencia de los rusos.

10 DE ENERO DE 1917

Bonito día, cayó poca nieve, esto empezó en la madrugada, nada nuevo. La situación del cambio del “R” por De Vergnette sigue, el primero escapa por su enfermedad a las discusiones de todo lo que acontece. El teniente coronel De Vergnette ya empezó a trabajar. Al que hemos visto por aquí, parece que desearía, entrar a la aviación. Para mí sería una gran noticia. Después del lunch voy a visitar a mi amigo Gavais en el hospital, que se encuentra en frente del gran cuartel general. Será la primera vez que voy a ir a este hospital. El espectáculo es bastante triste, es horrible y yo tenía otra visión de los hospitales militares que había conocido. Desde la entrada, hay un vestíbulo grande, colchonetas de fibra de maíz, todo en el suelo, sobre ellas mujeres y hombres mezclados, hay militares heridos, enfermos, moribundos, sucios llenos de lodo, muchos heridos con sangre. La selección está lenta para atender a los enfermos infectados. Camino por varios pasillos, donde no hay nada calefacción, se encuentran en desorden, todo tipo de camas, pobladas por enfermos, heridos que sufren de todo tipo de heridas y enfermedades. Hay salas atascadas con heridos en camas amontonadas en total desorden apenas separadas por algunos centímetros, lo que también llama la atención es que en cada cama tiene 2 heridos, uno con la cabeza hacia la cabecera y el otro al revés. ¡Qué miseria! Por fin llegamos al pabellón de los aislados. Nuestros compañeros tienen “erisipela” y están aislados juntos en el mismo cuarto, una rusa que se está muriendo. La ocupación del lugar lo completan 2 alemanes y un austriaco junto a 2 rumanos. Todos apelmazados, el hospital sucio, contaminado, maloliente lleno de parásitos. Todos me dan pena ¡es verdad que para los países latinos lo provisional es para siempre! De allí voy a seguir trabajando.

11 DE ENERO DE 1917

La nevada es moderada el resto del tiempo se comporta bien, sobre todo después de mediodía. Nos avisaron que dos aviones alemanes venían hacia nosotros, nada sucedió. Varias conferencias se han llevado a cabo entre el comandante “R” y el teniente coronel De Vergnette, espero que lo que siga sea bueno. El día se muestra tranquilo lo que me permite preparar algo de correspondencia ya que el correo saldrá pronto. Los combates un poco más suaves, siguen en el Pruth y Putna. Parece que los alemanes no podrán traspasar. Se trabaja duro en la conformación del frente. Los rusos dan un poco de apoyo. La ciudad es cada vez más ocupada por ellos, lo que dificulta más y más la vida diaria. La mayoría de las tiendas están cerradas, más robos y menos comestibles.

12 DE ENERO DE 1917

El día es muy bonito la nieve no cae. Hace mucho frío. ¡El compañero Manchoulas abate un avión alemán y lo festejamos! Se ha recrudecido la lucha en el Pruth, Siret y Putna. Parece que entre lo que queda del ejército rumano y los rusos podrán dar la batalla. Se vuelve a comentar la mudanza del gran cuartel general para Iaşi. No sé si es posible porque las tropas estarán lejos. Espero que el hombre del correo salga mañana. Este segundo correo es bienvenido. Los rusos siguen bajando desde el norte y los rumanos suben hacia los campos de capacitación en el norte de Moldavia. Hay menos rumanos y muchos rusos. Recibimos una bomba que no estalló, sin más problemas, solo un incendio en el campo de la aviación, en un depósito donde los amontonados rusos por equivocación prendieron fuego.

13 DE ENERO DE 1917

Voy en misión un día a Iaşi. Hay dificultades entre nuestros jefes, menos mal que los enojos no me han llegado hasta la fecha y siendo un soldado hay que obedecer. Hacia medio día se me ordena que debó salir urgentemente, como algo, tomo mi mochila, y me dirijo a la estación del tren y allí el coronel “R” me da las últimas instrucciones. Empieza a nevar, hace mucho frío. Son las dos y media de la noche ¡la suerte sigue de mi lado! El tren está a reventar. Encuentro a la salida del vagón de oficiales del estado mayor de la misión, un general ruso, el coronel De Vergnette un general rumano y recibo la orden de no partir. He visto en la estación a la familia De Meyer que va a Iaşi así como la familia Bruckner. Qué curioso encontrar conocidos. El tren está cargado de personas, El tren se encuentra abarrotado con tanta gente y se encuentra en la bajada de Ciurea a 13 kilómetros de Iaşi. Acabo de recibir un mensaje telefónico que pone el gran cuartel general en plena revolución. Es una espantosa catástrofe lo que acaba de suceder, se habla de 800 muertos y heridos dos oficiales franceses así y algunos soldados franceses. El incendio sigue, comentan que el espectáculo es espantoso.

El general Berthelot debería estar allí así como el general A” que bajaron en una estación anterior con oficiales y soldados franceses. Se están llevando a cabo los trabajos de salvamento. El oficial correo que estaba en el tren no se encuentra. Para el general Berthelot es una gran suerte. Ya se habla de una mano criminal por la ruptura o mal funcionamiento de los frenos. Otros hablan de un atentado dirigido por los alemanes. Tengo que darle las gracias a la providencia, ya que seguro estaría sentado en el compartimiento junto a todos los oficiales compañeros y amigos muertos.

14 DE ENERO DE 1917 AÑO NUEVO EN RUMANIA

El año nuevo rumano empieza esta mañana con un clima muy bonito. La costumbre es muy arraigada y en todo el país se celebra como la navidad. El cuartel general está en calma, muy en calma. Nadie quiere ir a la guerra, cuando es día feriado. Al contrario la aviación – sobre todos nuestros pilotos – trabajaron duro todo el día. Personalmente tengo mucho trabajo hasta muy noche. Se nos anuncia que llego un correo desde Francia a Iaşi y esto es un gran regalo después de 16 días sin noticias desde la patria. He obtenido una recamara en una casa en la ciudad. Nada de lujo. Una buena cama y como en todas las recamaras rumanas tiene fotos, grabados, tarjetas postales clavadas en las paredes, bonitas cortinas adorna las ventanas, una buena chimenea para calentar el cuarto, así como algunos tapetes. Estoy seguro que es mucho mejor que en el cuartel general donde dormía sobre el piso. Cuanto veo este tiempo casi primaveral me acuerdo de las buenas horas que pasé en mi pequeña mina, en la parte alta de los montes de Transilvania, donde todo esto me parece bien lejos y perdido para siempre.

15 DE ENERO DE 1917

La situación militar no tiene cambios, los alemanes empujan con fuerza, pero los rusos y los rumanos resisten bien, ¡Son los últimos momentos! son las esperanzas que juegan entre nosotros. Los combates más crueles están alrededor del río Putna y del río Siret. Sobre este está la segunda línea del frente para parar a los alemanes. En esta situación que tenemos la esperanza de la resistencia es lo único que nos queda. Sobre el Siret, los rumanos habían colocado fuertes posiciones de resistencia en los años de 1912 y 1913, para defenderse de los rusos. Hoy volteadas ayudan curiosamente a los rumanos y a los rusos en su lucha contra los alemanes. El tiempo ha mejorado y la aviación tiene mucho trabajo y también los alemanes siguen molestando. Ayer por primera vez dos aviones alemanes han sobrevolado Bârlad donde se encuentra el cuartel general. No hicieron nada pero debemos esperar de un día a otro que sus visitas sean más frecuentes y que lancen algunas bombas. Hemos tomado las precauciones necesarias. No recibimos nada del correo de Francia y esto me va alimentando el montón de ideas ¡negras!

16 DE ENERO DE 1917

La vida continúa y se ha vuelto muy aburrida, regularmente similar a la del día anterior, creo que no me voy a equivocar va a nevar toda la noche. Nos informan que las noticias del frente se han vuelto mejores, sobre todo del frente francés. Ojala que estas noticias sigan. Desde la tarde la nieve se ha adelantado y el termómetro sigue bajando. Seguro que toda la noche hará mucho frío. Pienso en los soldados de las primeras líneas del frente con un clima así de duro. Extraño las noticias de Francia que no llegan.

17 DE ENERO DE 1917

La vida cambió de aspecto, la nieve que cayó toda la noche alcanzó 20 cm. y sustituyó la lluvia y el lodo. Dice el termómetro que bajo mucho toda la noche hasta llegar a 11 grados bajo cero. Las noticias del frente son mejores. La batería de cañones instalada por los alemanes en el punto más elevado en Dobrogea, frente a la ciudad de Galați la siguen la bombardeando. Fue descubierta por nuestros pilotos y los rusos, la están destruyendo. Todo el frente se está cristalizando y se está solidificando. La vida económica se ha vuelto cada día más difícil, por falta de abastecimiento de víveres y por una gran presencia de personas que llegan todos los días, pertenecientes a los municipios vecinos de Moldavia, única región no ocupada y que representa una tercera parte de Rumania. Desde hace 48 horas tengo un boleto de habitación en una casa de un piso, que no está mal.

18 DE ENERO DE 1917

La nieve sigue cayendo. Ahora la noche presentó 15 grados bajo cero, durante el día subió la temperatura a 10 grados bajo cero. Desde luego el sol no aparece. Los rusos no se acongoja con el frío, muchos visten con ropa ligera sin abrigos, quizás muchos tienen sobre la piel lo que se conoce como “cosocul” que corresponde a un chaleco de piel de borrego. La situación del frente no tiene cambios. El mal tiempo fija a los dos adversarios sobre sus actuales posiciones. La vida sigue su ritmo regular, igual de monótona como el clima y sin noticias de Francia. En mi pequeña recamara tengo el placer de encontrar mi lámpara y el calor, pero me falta algo ¡la mujer!

19 DE ENERO DE 1917

Hoy se celebra a San Juan ortodoxo. Es una gran fiesta religiosa se llama “Boboteaza” es decir bautizo. Los ritos y las ceremonias relacionadas con las fiestas son muy curiosos. Recuerdo haber asistido a muchas bellas ceremonias cerca del rio Dâmboviţa cerca de Bucarest, donde ha asistido el rey, la reina, toda Rumania. Aquí en Bârlad no sé lo que acontece y además no dispongo del tiempo para ver lo que se llevará a cabo. Por cierto después de mi vacunación anti-cólera, no me siento muy bien. El clima sigue frío, el frente igual sin movimiento y nosotros sin correspondencia. La guerra sigue ¡hasta cuándo!

20 DE ENERO DE 1917

En la mañana pequeña emoción, una carta, llegada por correo, una simple carta de mi hermano, quien sabe y como desde Francia y con fecha 26 de octubre. Son muy viejas noticias, pero de todos modos, dan placer en leerlas. El trabajo se ha acumulado. La vida regular sin nada relevante, excepto la condenada inyección de ayer que nos ha tumbado a todos. La nieve cae con menos fuerza y el sol trata de asomarse. El frente parece fijarse definitivamente. Sopla un ligero viento del norte. Mi nueva pequeña recamara es sencilla pero me gusta. La cama es estrecha, tengo una mesa de noche, una silla, un simpático horno para calentar – típico rumano entre 2 columnas, algunos trapos bordados colocados en las ventanas, muchos cromos, tarjetas postales pegadas en las paredes y en el suelo dos o tres tapetes tipo campesino y ya es todo. Aquí me puedo concentrar un poco, descanso, alivio el cuerpo y el espíritu, puedo leer, escribir y encontrarme con las viejas costumbres de soltero. Hoy más que nunca con las molestias de la famosa inyección. Leo mucho y es el mejor escape, frente al horno, el mejor remedio, para luchar contra los efectos de la inyección.

21 DE ENERO DE 1917

Día espléndido ya dejo de nevar el sol está presente. La temperatura está en – menos 10 grados bajo cero. El trabajo calmado. En estos días no hubo vuelos. Con algunos amigos hicimos un paseo en un gran parque cercano a la ciudad. Algunas señoras elegantes, también acostumbran a venir aquí, paseándose en trineos por la ancha avenida que cruza este lugar. Es algo curioso, ya que en toda la ciudad se ven pocas mujeres. Algunos oficiales franceses, rusos, ingleses hacen un poco de “footing”, es la única distracción. Por la tarde, 4 aviones alemanes estaban esperados pero seguro que alguna de nuestras escuadrillas no los dejaron pasar. No los vimos. ¡Mejor! estoy admirado frente a los motociclistas rusos, con gran virtuosidad, manejando entre obstáculos, lodo, como verdaderos campeones.

22 DE ENERO DE 1917

El buen clima continúa, la nieve está cesando de caer, el sol está presente. Han llegado nuevos oficiales franceses de la aviación. Se llaman Paumiat y Bernard, son muy amables lástima que no nos traían correspondencia ¡seguramente a nadie se le ocurrió! Me pongo a su disposición para sus compras ya que partirán de inmediato el frente. Recorremos la ciudad, ellos compran sartenes, comida y como falta de todo, no hay nada, ¡no hay nadie que trabaje! es difícil encontrar algo ¡la ciudad es muy judía! y muy dada a negociar los precios. ¡Muy típica Oriental! además es discriminatoria. Mis compañeros se extrañan mucho y ellos que vienen de Occidente no están muy acostumbrados a estas tradiciones. Son muy simpáticos, agradecidos conmigo. El resto del día la paso con algo de trabajo en el Gran Cuartel General. No pudimos comprar vino ya que su venta está prohibida por causa de los rusos, que han llegado a la ciudad. Son bebedores sin medida, ni pretexto, por esto surgen escenas desagradables.

23 DE ENERO DE 1917

Un día igual a los anteriores la temperatura está 11 grados no hay nieve, poco viento, algo de sol, paso el día entre compras, trabajos y un paseo en el parque que está cerca del gran cuartel general. Esperamos el correo del mes, que debe llegar de un momento a otro y que ojalá nos traiga cartas y noticias de nuestro país, que me parece tan lejos pero no olvidamos. Las noticias del frente nada diferente, todo está en calma y parece que las tropas rusas, toman posiciones frente a los alemanes, quizás nos veremos beneficiados en la primavera y así poder regresar a Francia.

24 DE ENERO DE 1917

Nos informan que el oficial que trae el correo llegará mañana, es nuestra esperanza. El resto sigue igual, monótono, todo sin ningún evento especial, trabajo intenso, no hay novedad en el frente, lo único que no cambia es el terrible clima extremadamente frío, por lo menos no cae nieve. Algunos comentan que los rusos han podido mejorar las cosas frente a Bârlad. Ya llego el correo y mañana hay distribución.

25 DE ENERO DE 1917

Por fin llegó el correo tan esperado, tengo solo una carta corta de mi mamá, esta misiva ha hecho casi un mes, y quizás sea un síntoma de que el correo será más ágil. La ciudad se está haciendo cada vez más rusa, los oficiales se sienten como en casa, lo que me recuerda a las tropas inglesas que se sentían como en casa en la región de Artois, en 1915, con la única diferencia es que los rusos son muy antipáticos. Las enfermeras rusas son mujeres bellas, de gran fuerza, altas y muy eslavas en sus rasgos de la cara, todas utilizan botas, y una falda larga, una chamarra de cuero tipo hombre y un velo blanco o azul sobre la frente. Tienen un toque masculino y no se alejan del tipo típico ruso, y son diferente de las rumanas. El timbre de voz es fuerte, claro, un poco agudo. Discuten todo el tiempo en grupos, al igual que los hombres.

26 DE ENERO DE 1917

Segundo día de distribución de correo. Soy muy feliz teniendo una carta más de Paris. Es de mi pobre hermano que me platica acerca de varios detalles sobre la vida en la capital durante este período de guerra, pienso cuando nos podremos reunir. Aquí el tiempo sigue igual un frío con más nevadas, la temperatura es mucho mejor.

El tiempo ha congelado también al frente. Las tropas rusas siguen trabajando, se sienten con este clima en su ambiente en especial con la nieve que les llega hasta las rodillas. Están instalando en su estado mayor, líneas telefónicas, hospitales, telégrafos, toman las cosas como definitivas.

En estos momentos en el frente hay una sola presencia del ejército rumano y varios ejércitos rusos el V y el VI siberiano. La vestimenta es curiosas: Los cosacos guardan sus grandes túnicas, que se abotonan en la espalda, no cubren los hombros, y con los pantalones «Bufante» es decir flojos, botas suaves, grandes tocados en la cabeza principalmente de astracán gris con un gran cinturón, con las pistolas, cuchillos, un gran sable en forma de luna y empuñadura de esmalte, tienen sus cartucheras cruzadas sobre sus pechos. La caballería tiene caballos maravillosos. Tienen un aspecto de guerreros muy característico y diferente a nuestro carácter latino; ¡hay que convivir con ellos porque son nuestros aliados! Deberían de estar en su país.

27 DE ENERO DE 1917

La nieve sigue cayendo sin parar, sin vientos molestos que vienen del norte. Todo es aceptable, esta situación impide a nuestros pilotos volar, actividad suspendida dejando a sus pájaros en tierra. En cambio para nosotros hay que despachar bastante trabajo en la organización rumana, en coordinación con la aviación rusa, la cual está en época de nacimiento. Bajo la dirección del gran cuartel general trabajamos todos, y me incluyo como intérprete, actividad que acostumbro realizar sin dificultad. No me quejo ya que así la vida pasa más rápidamente. ¡El espíritu se siente ocupado!

29 DE ENERO DE 1917

Todavía mucha nieve y también muchos rusos. El segundo cuerpo siberiano acaba de llegar, con la música a la cabeza. Parecen bien equipados, cuando la música se acaba empiezan los cantos. Caminan en filas de 7 soldados, bien alineados, sin importarles mucho la nieve, que más que nada les cae en la cara y los ojos. Es el cuerpo armado mejor que he visto hasta la fecha. Los oficiales caminan junto a sus tropas a unos metros adelante. Se ven muy activos y arrogantes. En su manera de sonreír hay desdén sobre todo cuando se les mira. Llegan como dueños y se sienten dueños del país que los recibe como aliados. Se puede entender. Nada importante en nuestra vida diaria. Hay que reconocer que gracias a los rusos se ha establecido el frente. Hace dos días, un consejo de guerra condenó al general rumano Losec que entregó a la ciudad de Bucarest al enemigo. Pasará 5 años en las minas de sal de Dragolton más su degradación.

30 DE ENERO DE 1917

Ha dejado de nevar, inclusive ha salido algo de sol. Los alemanes han llegado en la mañana para llevar a cabo un tour sobre la ciudad, sin dejar ninguna bomba, así que mi vida sigue normalmente.

31 DE ENERO DE 1917

Esta mañana comienza, y las siguientes voy a tener mucho movimiento. Vendrá desde Iaşi un suboficial para entregar la paga él es mi amigo Farge. Los oficiales y jefes de diversas unidades, desde el frente vienen a buscar sus fondos. Es la ocasión para charlar y tener noticias más frescas y precisas, se realizan las famosas apuestas ¡cuando regresamos a Francia!, y el fin de la guerra, etc. Así pasamos mejor el tiempo, en estos días hay muchas correspondencias y más trabajo. El clima es frío, helado intenso, pero sin nevadas.

1 DE FEBRERO DE 1917

Mucho frío, más heladas, un poco de sol, la ciudad está infestada de rusos. Acaparan todo, las cafeterías, tiendas, grandes espacios comerciales que transformen en oficinas. Esto se parece a lo que hicieron los ingleses en el norte de Francia en 1915. Aquí los rusos han vaciado hasta un hospital para ocupar su espacio.

2 DE FEBRERO DE 1917

El día bonito, el cielo claro, anoche no cayó nieve, hace mucho frío. A las 11:00 horas nos visita un avión alemán el cual es bien recibido por la defensa antiaérea. Hasta hoy no han podido dejar caer bomba alguna. Cada vez que aparece algún avión, la población entra en pánico, parece que recuerdan la masacre de Bucarest. Aquí la ciudad está bien resguardada. Seguimos sin noticias desde Francia y la vida continúa normalmente, lo que podríamos llamar una vida de guerra, como si estuviéramos en un cuartel.

3 DE FEBRERO DE 1917

Con un frío sin nieve y un poco de sol, esperamos a los alemanes todo el día y no pasó nada. Esta semana una distracción, quizás la única por el clima tan helado. La vida queda suspendida, el trabajo sin cambios, estúpido pero nos entretiene.

4 DE FEBRERO Y 5 DE FEBRERO DE 1917

Me han asignado para una pequeña misión a Iaşi, saldré por el tren correo a las tres y media de la tarde, gracias a una suerte inesperada, llegaríamos el lunes a las 7 de la mañana en compañía del sargento Farge un buen compañero. Llegamos sin nieve pero con un frío tremendo después de algunas horas de descanso en el sofá de mi amigo me dirijo al centro, veo y platico con todos mis amables compañeros, después me ocupo de mis asuntos. La ciudad es invadida por refugiados rumanos cuya vida es insoportable. No hay restaurantes, no hay pan, muy poco vino, nada de lugares donde dormir y la vida excesivamente cara. Voy a visitar a la señora Dragomirescu esposa del doctor que se ha refugiado junto con su padre, una persona mayor con barba blanca viviendo en una recamara muy estrecha. Piensan emigrar a Rusia para escapar de la hambruna. ¡Si es verdad!, si es verdad Rumanía está en camino hacia la hambruna. Esta pobre gente escapó milagrosamente de la catástrofe de Crimea el 31 de enero de 1913. Están todavía muy traumados por el terror, el doctor está en Bârlad curando a los enfermos.

6 DE FEBRERO DE 1917

En la mañana el clima está mejorando ya que hay poca nieve, voy a ver a los aviadores a mi pequeño primo De Ribes, que sigue quejándose de la guerra, en fin no hay solución. Estoy caminando a mediodía a pesar de que hace mucho frío. Me encuentro civiles y militares, señoras y mujerzuelas muy elegantes, parece no importarles la guerra. La calle se llama calle victoria como la de Bucarest.

Parece que les gusta exhibirse aunque no tenga nada que comer ni esperar algo bueno de su país que está agonizando y que sus habitantes están sufriendo mucho. Sin embargo sonríen, coquetean, platican y me pregunto si se dan cuenta de su responsabilidad, pobre país así se le juzga hoy en día. La ciudad está ocupada sobre todo en el centro por las tropas rusas que no siempre son simpáticas, se imponen resienten dueños y que los rumanos se cuiden cuando sea fijada la paz. Vuelve a nevar y para caminar, uno tiene que dirigirse bajo reflejos ya que no hay iluminación. Las calles se han vaciado totalmente.

7 DE FEBRERO DE 1917

Nevó abundantemente toda la noche. Las calles están cubiertas de nieve hasta con 30 centímetros. Tardaré poco en terminar mis asuntos y recibo la noticia de que todo está bloqueado y no hay trenes para hoy. Sigue nevando, parece que el tiempo se esclarece. Al pasar por esta calle me tropiezo con un grupo de prisioneros alemanes, a pesar de que son unos bárbaros los compadezco de todo corazón y una vez más odio la condenada guerra. Parece que es un grupo de 100 a 150 soldados, sólo algunos tienen sobre su espalda un cobertor o algún viejo abrigo, los demás están con su simple vestimenta militar, sin saco, con una gorra, otros cubren su cabeza con algunas cachuchas, otros con boinas rumanas, algunos con zapatos, otros descalzos, algunos privilegiados con sus botas de cueros o zapatos rotos. Sus hombros están cubiertos de nieve, las caras congeladas y en sus barbas y cabellos se forman pequeños pedazos de hielo. Tienen la mirada perdida, siento que caminan desde hace varios días para llegar aquí desde el frente, se ven miserables y dan lastima. Hoy en la noche voy a cenar con mis compañeros en un restaurante de los pocos que todavía existen. Llegamos a las 6:30 y a penas a las 7: 30 pudimos iniciar a comer. El restaurante está hasta el tope no podemos escoger. Te dan lo que tiene. Ningún restaurante tiene desde hace tiempo una carta. Esto se acabó. Nos ofrecieron un pedazo de carne, frijoles y una copa de vino, sólo un pedazo de pan. Por cierto en otros no dan ni siquiera pan, sino mămăligă. A la salida, las 9 .30 me doy cuenta que las calles están desiertas. La nieve ya no cae.

8 DE FEBRERO DE 1917

Esta mañana aparece el sol sobre la nieve que hace un espectáculo increíble, en la pequeña montaña, Nicolina, con su viejo monasterio que se recorta en el cielo. Del otro lado de la estación de trenes se aprecia toda la parte norte de la ciudad, todo un conjunto arquitectónico cerca de la vía férrea. Comida con los médicos y otros miembros de la misión sanitaria todos muy amables.

Conocí a Madame Bonnet, es una enfermera de 2 segundo grado militar, ha estado en la campaña de Serbia, es la líder del grupo, es la mascota del grupo. Es esposa y madre de varios hijos y es sin duda una verdadera francesa.

Por la tarde logro hacer algunas compras en tiendas de provisiones para soldados. Al anochecer regresó a la estación. El tren sigue parado ya cumple 48 horas. Se encuentra repleto de soldados rusos, están por todos lados del andén, no pasan desapercibidos ya que gritan y se pelean, se empujan, son unos verdaderos brutos. Un grupo llegó rompiendo los vidrios de las ventanas del vagón para entrar y así poder acomodarse más aprisa que sus compañeros, nadie los puede controlar. Tengo suerte, me encuentro a un oficial rumano que me invita a su compartimiento. El tren sale a las 10 horas. Apenas hemos avanzamos 15 kilómetros por la cantidad de nieve que tapa las vías. Después de 5 horas se nos unen 4 locomotoras, la mala noticia es que las quitanieves se quedaron en Bucarest. Me temo que vamos a llegar como a las 6 de la noche del viernes, lo que sumarían 18 horas para tan solo 200 km. Me dicen que el tren ha hecho 24 y 36 horas para cubrir la misma ruta, y este tren es el correo del cuartel general. La falta de líneas férreas contribuye a este problema en Rumania.

En Iaşi por ejemplo ya no hay cerillos, pasa un soldado con carbones prendidos para poder encender los cigarros, curiosa moda de 1917.

Llegó a Iaşi, solo con un pequeño trineo se puede uno desplazar así que aprovecho el viaje y logró comprar víveres y algunos periódicos franceses claro uno era del 17 de enero pero eso es mejor que nada, me hacen falta libros, y toda clase de publicaciones. Los rumanos siguen huyendo hacia Rusia, la mayoría a Kistow o a Kiev. Para estos lugares hay trenes especiales circulan dos veces a la semana, pasaportes especiales han sido establecidos, con la ayuda consular francesa y son otorgados a estas familias.

10 DE FEBRERO DE 1917Hoy en la mañana regreso a mi oficina, ya no cae nieve pero el frio es muy intenso. Así que la vida se vuelve muy monótona, toda la ciudad se encuentra bajo un manto blanco, solo algunos trineos circulan rompiendo el silencio con la campanitas de los caballos. Es muy agradable viajar en un trineo, es una lástima que por las avenidas de mi París no haya este tipo de trineos. En verdad extraño mis autobuses parisinos

11 DE FEBRERO DE 1917

Cayó poca nieve durante la noche así que hace mucho frio, me dirijo a mi oficina ya que hay una reunión en la cual se nos avisa que se han roto las relaciones diplomáticas con China, nadie sabe qué beneficios va aportar esta coalición reforzada para luchar contra Alemania. Llegan noticias de que los Ingleses tuvieron éxito en el Somme en contra de los enemigos, ojalá esto pueda apresurar el fin de la guerra, así poder regresar a nuestra Francia querida.

12 DE FEBRERO DE 1917

Me apresuro a llegar a mi oficina para preparar un voluminoso correo, por conducto de un amigo, herido y que está obligado a regresar a París. Son las 11 de la mañana, suena las sirenas, tenemos visitas de 2 aviones. Triplanos Fokker. Curiosamente salen entre las nubes y pasan por encima del gran cuartel general pero las sub-ametralladoras antiaéreas que se encuentran apostadas a los lados de los edificios los hacen huir sin hacer gran daño.

Hoy en la mañana un buen amigo piloto y buen combatiente fue promovido con el grado de sargento ya que fue abatido en plenas líneas alemanas. Todos nos alegramos mucho. Hoy sale un correo para la patria lástima que no me puedo transformar en misiva.

13 DE FEBRERO DE 1917

Tiempo tranquilo no hay nieve y un poco de sol lo hace menos frío. Este día será como cualquier otro en la oficina, circulan miles de papeles y dicen que hay crisis de papel, ¡qué ironía! La novedad este día es la aparición de un diario hecho por la misión. No tiene nada de humorístico, no sustituye la revista «La vie parisienne» lo más importante son las noticias del frente en Francia y la política en Europa

14 DE FEBRERO DE 1917

El día amanece tranquilo, durante la noche bajo la temperatura aún más que en días pasados, el frío es severo. Está saliendo el sol y contrasta con los árboles con hielo y con algunas estalactitas de las goteras de las casas, es un espectáculo magnífico. Hacia mediodía se puede sentir un cambio de clima un poco más hacia la primavera. Interrumpe esa tranquilidad un grupo de aviones alemanes que vuelan sobre nosotros tratando de tomar fotos del cuartel general y así desapareciendo tan rápido como pueden para evitar las baterías antiaéreas, huyen hacia el norte gran error porque tropiezan con 2 New Port de caza, y comienza la batalla uno de ellos es abatido sobre las líneas rusas.

Los pilotos amigos como Revel -Tissot participaron pero no Manchoulas. Es el segundo abatido lo que da un gran efecto sobre la moral, por otra parte nuestro coronel ayer fue condecorado con la gran cruz de la orden de Stanislas de Rusia, ¡bravo! bien ganada se nos informa que va a dejar Rumania y se va a Rusia creo que es una «retirada forzosa» para regresar a Francia y yo sigo esperando el correo.

15 DE FEBRERO DE 1917

Hoy amanecimos con un famoso viento helado que viene desde Rusia. El frío es espantoso. Hoy en la oficina me llegan las órdenes que hay que cumplir junto al comandante Leveque para traducir nuevos documentos técnicos – planos, estudios, métodos de productos metálicos, cables y más.

Salgo y siento como el viento me corta el cuerpo. La ciudad se mantiene monótona al igual que nuestra vida pienso y deseo que para fin de año ¡logremos la paz! espero el correo desde Francia.

16 DE FEBRERO DE 1917

Sigo con mi trabajo poco interesante junto a mi gaga comandante. La profesión de intérprete no es muy excitante en estos días. Me faltaría el inglés que me parece más fácil. Afortunadamente al medio día me refugió con los asuntos de la aviación no hay mucha actividad pero mis compañeros pilotos son muy simpáticos. El frío sigue y no tenemos novedades importantes del frente rumano, y no llegan las noticias de Francia.

17 DE FEBRERO DE 1917

Sigue el viento frío, nieve, aprovechando el mal tiempo los alemanes, ganaron algunos lugares de los rusos en todo el frente alrededor de Doina Valtra en Moldavia. Los rusos hicieron una muy sangrienta y cruel contraofensiva con muy buenos resultados, venciendo a los alemanes. Hemos comentado con todos los del estado mayor la contribución de los Estados Unidos en la guerra. Mi vida sigue de la misma manera, monótona como el mismo tiempo. Desde la salida del comandante “R” vivimos más tranquilos. No tenemos noticias de Francia.

18 DE FEBRERO DE 1917

Mucho viento y nieve muy típica de los inviernos de Rumania. Llegaron al cuartel general algunos prisioneros rumanos que habían escapado de los austriacos y son conducidos por oficiales franceses para ser interrogados. Me mandan llamar para participar como intérprete, no es algo alegre, son parte de un grupo que siguió preso de los austriacos, lo que narran es increíble parecería que nos encontráramos en otro siglo que XX ¡que lastima!

19 DE FEBRERO DE 1917

Sigue la nieve. La vida sin cambios. Me dirijo a la oficina en el gran cuartel general de aviación, siguen los rumores entre mis compañeros de nuestro cambio, desde Bârlad para dejarles el espacio a los rusos, nuestros amables aliados. Para que nos cambiemos con este tiempo, hay que tener paciencia. Nos comentan que desde 1907 o sea más de 10 años no se había visto tanta nieve, estamos como todos los rumanos, deseando que venga la primavera.

20 DE FEBRERO DE 1917

Vivimos en nuestros lugares como lirones ¡el frio sigue! si no fuera por la necesidad de buscar los alimentos, tarea compleja, importante que nos ocupa y preocupa, gracias a estos problemas la vida sería menos monótona. Todavía no hay noticias, lo que nos aísla de los nuestros.

21 DE FEBRERO DE 1917

Hoy es el aniversario de Verdún 20-2-16 quizás son pocos aquellos que estuvieron ahí, y pocos los que restan. Qué tristeza, hay que esperar que estén en la gloria. En la prensa rumana se menciona la posible movilización civil. A mi parecer un poco más que difícil y con poca posibilidad de éxito. Aquí el frente rumano sin cambio alguno.

22 DE FEBRERO DE 1917

Los pilotos franceses Manchoulas y Tissot fueron condecorados con el mérito militar rumano. ¡La ganaron a toda lid! ¡Bravo!. Las noticias sin algún contenido sensacional. Aquí algunos vuelos poco sustentables de parte de los alemanes, nuestras vidas siguen monótonas, día tras día, también un poco tristes.

24 DE FEBRERO DE 1917

Hoy estoy muy contento llegó el correo desde París muy temprano por la mañana. La selección se inició en Iaşi, así que tendremos nuestras cartas sin falta. Cada uno espera con impaciencia saber de su familia, es muy comprensible, estar tan lejos de ellos y tener tan poca comunicación, es muy angustiante. Las epidemias con el frío se han desarrollado especialmente, el tifo hepático y el cólera.

24 DE FEBRERO DE 1917

Hoy estoy muy contento llegó el correo desde París muy temprano por la mañana. La selección se inició en Iaşi, así que tendremos nuestras cartas sin falta. Cada uno espera con impaciencia saber de su familia, es muy comprensible, estar tan lejos de ellos y tener tan poca comunicación, es muy angustiante. Las epidemias con el frío se han desarrollado especialmente, el tifo hepático y el cólera.

25 DE FEBRERO DE 1917

Otro día típicamente rumano, triste y frío, con mucha nieve. Hoy la vida se volvió más agitada tomando en cuenta la famosa mudanza de los rusos, instalándose en Iaşi. Si bien Bârlad es triste, quizás perdida de todos modos estamos bien. A Iaşi se le toma como el centro de las epidemias que llegaron a esta ciudad, como el cólera, el tifo, y dios sabe que otras. A medio día una visita de un avión alemán. El día era muy claro así que uno de los pilotos el teniente Mahieu con sus manos congeladas voló para ir tras él. Regresó enfermo y tuvo que ser evacuado, por sus sufrimientos y llevado aIaşi.

26 DE FEBRERO DE 1917

Nada nuevo, estamos viviendo hoy, la mudanza hacia Iaşi está pendiente. EL clima sigue frío, gris y sin nieve, hoy el trabajo en la oficina está tranquilo ya que las operaciones de la aviación están muy bajas por causa del clima. Solo abren un ojo como para ser un gendarme y cuidarnos ¡gracias! Los rusos ocupan cada vez más la ciudad. Las noticias sanitarias del país, son bastante malas por eso desearíamos no mudarnos a Iaşi. El frío es muy intenso y no encontramos madera para calentarnos. Hay muchos robos, la gente está desesperada, roban las cercas, postes, ventanas, puertas así que el aspecto de las casas cambia poco a poco. Por supuesto los rusos contribuyen a esta situación. No tenemos noticias de nuestra patria.

27 DE FEBRERO DE 1917

La madrugada fue brumosa esperando que el tiempo se vaya mejorando poco a poco mientras transcurre el día. Esperamos con ansia la llegada de la primavera. Para los que conocemos el clima rumano, seguramente van a aparecer lo que se conoce como las «Babes» es decir las matronas que dan a luz. La vida sigue monótona sumergidos en la nieve que solo permite patrullas ligeras, sin mayores operaciones. No hay todavía noticias de París. Nos enteramos que la valija no llegó porque los barcos se han retrasados entre Francia y Newcastle. Hay que esperar. Hemos sabido que en Francia, la ofensiva sobre el frente Inglés ha iniciado con victorias, ojala se transformen en una gran ofensiva exitosa en todos los frentes.

28 DE FEBRERO DE 1917

Hoy el tiempo ha mejorado. Llega un comunicado venido desde Francia, indica que la ofensiva inglesa va de éxito en éxito. Aquí aprovechando el mejor tiempo y por supuesto hemos recibido la visita de aviones alemanes que fueron expulsados rápidamente gracias a la artillería antiaérea.

Nuevos destacamentos y servicios rusos llegan a instalarse en la ciudad y como siempre nada organizados se les ha pedido que limpie y proteja las calles, los parques, y los árboles. Siguen con la idea de la mudanza del cuartel general, pero sin precisión. La vida sigue monótona y agradecemos la salida del sol.

1 DE MARZO DE 1917

Como todas las mañanas tenemos la visita de 2 aviones alemanes, que no pudieron hacer daño por haber sido repelidos por nuestros las baterías antiaéreas. El gran cuartel general se dice que se muda en 8 días ¡será verdad! Un turista francés está muriendo en un hospital rumano. Nadie sabía y nos hemos dirigido al lugar, para ver en que lo podemos ayudar en esta situación. Monsieur Bratianu regreso de Petrogrado y ha anunciado un acuerdo Ruso-Rumano, y con todos los aliados. ¡Yo tengo mis dudas! La radio nos avisa que hemos tenido éxito en el frente del Somme y que se han podido liberar varias poblaciones. El clima mejoró gracias al sol.

2 DE MARZO DE 1917

El clima se descompuso no hay visitantes alemanes. El compañero Large murió hoy en la madrugada tenía 47 años -dos de sus hijos también muertos en el frente de Francia. Como muchos se había enrolado como voluntario. Tan lejos de su patria su esposa, pobre ahora sin marido, sin hijos ¡La desgraciada guerra! Me parece que el tifo hace más muertos cada día. En Botoșani se comenta que un regimiento de aproximadamente 2,800 soldados de los cuales más de 1,850 han muerto por causa del tifo. Médicos y enfermeras francesas luchan contra este mal sin mucho éxito. Con la llegada de los rusos los alimentos son cada vez más escasos. Nada nuevo, nevó toda la tarde.

3 DE MARZO DE 1917

Cae nieve, la temperatura fría no ha mejorado. La aviación tranquila, cerca de Iaşi se estableció una gran misión de un hospital bajo la dirección del Dr. Clunet y su esposa que es la jefa de enfermeras y estará destinado a los que requieren aislamiento, como el tifo. Lo curioso es que todos son médicos y enfermeras franceses pertenecientes a la misión. Pobre gente, cuanta devoción, poca conocida. La epidemia está en todo su apogeo y se está extendiendo en forma difícil de controlar. En el gran cuartel general la higiene es de alta prioridad ante el tifo homicidio, y las medidas son sumamente extremas si las comparamos con las del frente. Hoy las noticias nos indican que las tropas inglesas invaden Mesopotamia y en el frente francés siguen las victorias. Aquí el clima nada nuevo.

4 DE MARZO DE 1917

Sigue la nieve y el frío, las noticias del frente francés muy buenas, tanto en el río Somme, y cerca de Verdún. ¡Suerte! Aquí los alemanes atacan poco y sin tanto éxito. Han iniciado a utilizar gas asfixiante lo que es malo para los soldados rumanos, que no saben utilizar las máscaras antigás. De acuerdo a oficiales franceses los soldados rumanos piensan que son obuses y no gases. De acuerdo a la estación de radio alemana, parece que no le tienen miedo con la entrada de América y que no aportará gran apoyo a los aliados, dinero, quizás hombres y seguramente mucho material. Hay que vivirlo para conocer la verdad.

5 DE MARZO DE 1917

Hoy amanecemos con la noticia que anoche falleció Mademoiselle Hennet de Goutel, por causa del tifo en el hospital general. El General Berthelot la condecoró con la citación siguiente «enfermera mayor voluntaria, miembro de la sociedad de asistencia de los heridos de guerra, integrada por su pedido al servicio de los contagiosos de tifo en el hospital general de Iaşi. En este puesto de honor ha dado un extraordinario ejemplo de abnegación y espíritu de sacrificio, luchando sin medir los grandes retos y peligros, logrando prodigar día y noche el cuidado de los más difíciles enfermos de tifo hemático, lo que provoca su muerte el 4 de marzo de 1917, víctima de su entrega sin límite. Pobre mujer, lejos de su país y lejos de los suyos. Quizás es un principio de derrumbe de la misión. Aquí en el gran cuartel general las actividades siguen a diario y la monotonía en mi vida igual.

6 DE MARZO DE 1917

El mal tiempo sigue. Un oficial francés que vino de Rusia nos platica que el ruido de una revolución es muy fuerte y que se teme que él Zar Nicolás II de Rusia y toda su familia, podían ser asesinados, no podemos creerlo debe de ser propaganda alemana. Aquí hoy llegó un destacamento ruso muy fuerte armado. Nos están pidiendo que nos vayamos y que dejemos las instalaciones, con mucha prepotencia se sienten como dueños del país, ¡como conquistadores! Por otro lado las buenas noticias del frente francés en Chalons y Perrone con grandes avances todos nos alegramos esperando que sigan así. La vida no nos aporta nada nuevo las actividades diarias sin cambio.

7 DE MARZO DE 1917

La nieve ha dejado de caer. El cielo está iluminado. Hoy tenemos noticias del frente, nos informan que los ingleses están cerca de Bagdad bien por ellos, qué bueno que el frente francés reciba victorias al norte y al oeste de las islas y al norte de Puisieux-au-Mont así como el este de Bouchornes.

Aquí la vida material tiene cada vez más dificultades, los rusos cada vez más majaderos, más molestos. Sin duda estos aliados son poco civilizados. Los pobres rumanos se sienten cada vez más borrados frente a ellos, dan pena. Estamos a un paso de la mudanza y esta situación es molesta, vivir así entre cajas y equipajes es nuestra suerte ni modo.

8 DE MARZO DE 1917

Hoy gran sesión de inyecciones anti-viruela. Muchas visitas médicas además gran actividad en el gran cuartel general ya que los rusos quieren asaltar el edificio. Las tropas rusas aumentan día con día y sienten que la ciudad es demasiado pequeña.

Nuestro restáurate militar cada vez da un peor servicio y los rumanos ya no saben qué hacer con la falta de alimentos, entonces qué vamos a hacer. Quizás deberíamos ya cambiarnos de sede y se terminaría el asunto. Todavía no hay noticias de Francia, esta situación es muy triste. La vida sigue siendo monótona, trabajo rutinario.

9 DE MARZO DE 1917
Nuevas tropas siberianas acaban de llegar, tienen buen aspecto. El contingente camina en 6 filas de frente. Los hombres son de buena estatura y con sombreros de astracán recordando el Fez turco más o menos de color gris y blanco y grabado con el águila imperial, usan grandes abrigos, con botas altas, caminando y cantando mensajes de guerra. Todos tienen ritmo lento, muy ruso, más rustico, poco militar, en general dan buena impresión. El día se pasa sin incidentes, hoy vimos un poco de nieve el clima se compuso.

10 DE MARZO DE 1917

Llego el correo de Francia y quizás tenga para la noche alguna carta, sigo esperando con impaciencia. El día bastante ocupado por asuntos de todo tipo. Mejoro el clima volvió a salir el sol, tuvimos algunos vuelos de escuela, sin mayor interés alguno, los pilotos franceses, ubicados en el frente lograron, gracias al buen tiempo, asustar nada más a los alemanes. Hemos iniciado la organización más confortable, llevamos algún tiempo más cómodos y ahora hay que mudarnos. He saludado algunos compañeros llegados del frente y pudimos conversar largamente.

11 DE MARZO DE 1917

Hoy es un buen día, el correo de Francia llegó, viajó por Arcángel después de la caída de “Baguien” por esto el viaje dura 45 días desde París a Bârlad. Desgraciadamente tiene pocas cartas pero estoy de suerte ya que recibo una de mi madre y una de mi hermano. Por los periódicos franceses se entiende que habrá una gran ofensiva en el frente francés al igual que el de los ingleses. Esperamos sean definitivas para dar fin a la guerra. El clima nos hace más jugadas, hoy cayó una gran cantidad de nieve, luego llovió, salió el sol y se soltó un fuerte viento. La helada nos revela que la primavera está cerca, y nuestras vidas sin novedades. No tenemos de qué quejarnos ¡Pobres son los compañeros que están en el frente!

12 DE MARZO DE 1917

El clima se muestra incierto, tuvimos lluvia y luego sol. Lo que nos valió la visita de un avión alemán, como a las 10:30 pero rápidamente huyó. El correo regresa a Francia esta tarde se llevara nuestras cartas y nuestros pensamientos hacia nuestra bella patria. Todos los que queremos están tan lejos.

Pensamos que nuestros compañeros del frente francés sigan luchando con valor hasta la victoria y que la paz sea cercana. Aquí la situación en el frente es estable sobre todo por las altas variaciones del clima. Tuvimos un día agotador pero sin mucho interés. La famosa mudanza sigue a la orden del día y quizás pronto legaremos a Iaşi donde la situación sanitaria sigue muy riesgosa.

13 DE MARZO DE 1917

Amaneció con un tiempo más tranquilo, la radio nos avisa que en el frente francés las victorias se enlazan sobre todo en la montaña de Mesnil y Mainson Champagne y que los ingleses también son victoriosos en otros lugares. Los alemanes han tenido aquí algo de éxito hacia el norte. Los rusos han comenzado a perder terreno. Lo que no se deja de escuchar es la artillería. Aquí la vida sigue igual, nos quedamos un poco tristes porque el correo regreso a Francia. Cuando llega es alegría, cuando regresa quedamos tristes. El trabajo igual.

14 DE FEBRERO DE 1917

No pensábamos, pero volvió a nevar. Además hoy hubo un accidente en el terreno de la aviación donde el teniente Olanesco, cayó con su avión por causas de la nieve y está en estado grave. Fuimos con el capitán Tissot para ayudarlo, ya que sus compañeros rumanos no se ocupan de él. Por cierto han llegado a la dirección mucha gente y han aumentado mis ocupaciones. Tuve trabajó casi toda la noche. Nada más importante que mencionar.

15 DE MARZO DE 1917

Hoy por la mañana, con el mal tiempo, que nos sigue recordando que estamos en el invierno. Las noticias que llegaron de Francia no aportan nada importante. También lo mismo del frente rumano. Parece que lo importante es la nevada. Los rusos siguen preparándose y sentimos que quieren demostrar que son los aliados fuertes. La radio nos avisa que un zepelín alemán fue derribado al volar sobre París, gracias al buen trabajo de las fuerzas aéreas. Parece que el capitán George Guymener ha logrado abatir su 34 avión enemigo. Además 9 aviones fueron derribados en el frente francés, felicidades a nuestros soldados aliados ingleses que también logran éxitos. Aquí nada nuevo. No llegaron periódicos franceses y la vida diaria se complica cada vez más. Me he ocupado de tareas domésticas, como componiendo zapatos.

16 DE MARZO DE 1917

Día triste, gris, monótono, la misma radio no nos avisa nada importante y se queda así casi todo el día. Tampoco hay la llegada de algún alemán. Para entretenernos Lyautey y yo hacemos la posible recolección de alimentos. Vamos a ver a nuestros proveedores, compramos, vendemos y traficamos todo para poder comer. Frente al problema hemos podido arreglarnos, por lo menos hasta el día de hoy. Desde luego los víveres que se encuentran están fuera de precio, por ejemplo una lata de grasa para zapatos de 29 c ya cuesta 1 leí y hasta 1.25 leí, el arroz de 8 a 10 leí el kilo. La carne de 2.50 a 4 0 5 leí y para el pan hay grandes colas sin fin. Pienso en estas tropas miserables, desmotivadas, de veras no sé cómo expresarlo. ¡Pobre país! Desde luego el frente no se mueve por culpa de la nieve. Seguimos esperando la primavera.

17 DE MARZO DE 1917

El tiempo amaneció muy nublado en la mañana. A medio día apareció un sol radiante. La nieve se derrite poco a poco y ya nos sentimos optimistas, acerca de la llegada de la primavera Estamos ocupados con los arreglos de las operaciones rusas para el frente. A las 11:00 horas como es costumbre nos alertan por la visita del avión alemán, es Herman así lo hemos bautizado, ya no es tan educado y lanza 3 bombas cerca de la estación de trenes matando a un ruso, una mujer, un padre de la iglesia ortodoxo y 11 caballos. Puede escapar a pesar de los tiros de los artilleros, regresó hacia medio día con 2 otros aviones pero esta vez tuvieron que huir gracias a la férrea defensa aérea y la aviación. Vimos con los catalejos, que le dieron la lucha hasta perderlos de vista.

¡La gran noticia del día! es el estallido de la revolución en toda Rusia, nos avisan que el Zar ha abdicado, de verdad no me extraña ya se venía venir.

Hoy el día es espléndido, seguimos con las noticias sensacionales venidas de Francia, la radio nos anuncia que el ejército francés ha recuperado Bafaume y que los alemanes al retirarse, incendiaron, robaron y matado como verdaderos salvajes. También avanzan en dirección hacia Lassigny, Nestlé, Noyon y el Compiègne. Todo el día estamos pegados al mapa y discutimos acerca de los combates. Si los éxitos se comprueban, cuantos compañeros seguramente están muertos por esta noble causa que es la paz. Del lado ruso no hay novedad alguna. Las versiones son muchas y nada precisas. Los oficiales rusos viven con cierta alegría este movimiento popular y revolucionario que seguramente cambiará su país. ¿Será esto bueno para nosotros sus aliados? En el frente rumano no se mueve nada, muchos movimientos de artillería y municiones de parte de las tropas rusas que se mueven hacia el Siret.

Hoy en la noche para celebrar la victorias francesas nos hemos reunido todos y hemos bebido ¡desgraciadamente un mal vino! con poca comida, lo mejor es que teníamos el corazón feliz.

19 DE MARZO DE 1917

Hoy el tiempo parece espléndido, en la mañana tuvimos sol. A las10:00 horas se nublo y regresamos al tiempo gris, triste del invierno. A las 10:30 gran emoción y gran felicidad, la radio nos indica que las tropas francesas han retomado Ham, reconquistando Nestlé y Noyon. Los ingleses por su lado han fortalecido su frente desde Arras hasta Péronne. Está bien pensar y alegrarse sin embargo al reconquistar las pequeñas poblaciones, vimos mucha gente aplaudiendo a las tropas, pero deben pensar en algún hijo, marido o amigo que quedó muerto en algún hoyó de un obús o entre los alambres de púas. Aquí la vida sigue igual, quizás, un poco menos fácil. Los rumanos con su segundo ejército no han logrado casi nada, los rusos preparan otro movimiento, se agrupan hombres y material bélico pero tendrán que esperar el deshielo de la nieve, lo que está calculado entre dos y tres semanas. Los alemanes están activos en los frentes de Sireth y de Galați, esperan a ver que va a pasar con las tropas rusas. Acerca de esto no se sabe bien qué pasa con la Duma, entre algunos bien informados afirman que el Zar fue asesinado. No hay que esperar nada extraño de este pueblo. Ahora sí creo que el gran cuartel general va a cambiarse, para Iaşi, ¡ni modo!

20 DE MARZO DE 1917

Tiempo primaveral a las 7 y media de la mañana, la alarma suena, toda la ciudad tiembla, varios aviones alemanes nos visitan tirando unas pocas bombas y huyen ante el fuego de las baterías antiaéreas. A las 10 regresa nuestro amigo «Hermann» como de costumbre, hace su recorrido sobre la ciudad esta vez no deja ninguna bomba, nuestra aviación fue muy activa pero no tuvo mucho éxito. Con este bonito clima lo que uno desea es vivir en paz. Sigo sin noticias de Francia. Seguimos con emociones de nuestros aguerridos compañeros del frente francés, esperando el correo este domingo. El cambio de la mudanza del gran cuartel general está establecido a las 10:00 am, se irá a Iaşi decisión definitiva. Pensamos Leautey y yo cómo nos arreglaremos allá también. Aquí las acciones del frente no son importantes salvó la preparación de los rusos. El otro día el tren Iaşi – Botoșani fue bombardeada por aviones enemigos, sabiendo que no había baterías antiaéreas, bajaron mucho solo tocando los últimos 2 vagones en uno de ellos estaba el general rumano Granicianu.

21 DE MARZO DE 1917

El tiempo esta maravilloso después de la horrible nieve, tenemos un poco de calor. Hace unos días llegamos 12 a grados bajo cero.Recibimos el comunicado desde Francia donde las tropas siguen venciendo al enemigo, pero qué desastre de estos bárbaros dejando atrás de su retirada un panorama espantoso. Aquí la gran revolución rusa es poco entendida y me pregunto que tienen los rumanos en ser tan apáticos, parecen ser insensibles ante todo. He podido hablar con oficiales rusos y me parece que están entusiasmados del movimiento en su país, comentando con una sonrisa, que era inevitable y consideran para Alemania como un golpe moral.

A pesar de que la prensa destaca que la revolución se llevó con calma, todos piensan que habrá grandes problemas, los incidentes más violentos fueron en Petrogrado donde según fuentes muy cercanas se llevaron a cabo luchas en las calles y suspendieron la vida pública 5 días. Nuestra salida para Iaşi está fijada para el domingo a las 12 horas. El frente sigue tranquilo.

22 DE MARZO DE 1917

Sigue el buen tiempo. Hoy a las 8 llegaron los alemanes, parece música matutina, la defensa los hace huir estos señores son madrugadores, se pasean como un chiflón. La temperatura muy agradable, el cielo azul. ¡Es la primavera! Las noticias de Francia son buenas y la toman de Roye es espléndida como resultado de la retirada alemana del 17 de marzo último, la línea que pasaba por el Oeste de Lassigny y Roye, fue reemplazada. ¡Nos hubiera gustado estar allá! Se quiere llorar de alegría para acompañar en el entusiasmo de las personas que se sacudieron de los alemanes. Gran actividad de la aviación enemiga aquí en nuestro frente pero sin grandes resultados. Solo cayeron, algunas bombas cerca del terreno de Galați. El correo de Francia está anunciado para estos días. El tifo hace cada vez más muertos sobre todo en los alrededores de Iaşi. En la última semana se registraron 205 muertos. Es algo pavoroso muchos son médicos y enfermeras, que con gran valor ayudan a todos para salvarlos. Los alimentos suben de precio y cada vez son más escasos, la mantequilla de 30 leí  a 36 leí, el kilo, el huevo a 50c la pieza, la leche de 1 a 1.50 leí el litro, sardinas la lata de 10 a 12 leí

23 DE MARZO DE 1917

La vida sigue igual. Es verdad que las cosas parecen que van mejor .Esta mañana la radio no se escuchaba bien ya que los alemanes han logrado interferir la transmisión. Solo se sabe que las tropas francesas van sobre el canal de Saint-Quentin.

En el frente rumano las únicas acciones fueron en el frente de la Dobrudja, y el bombardeo a Galați no fue con aviación sino con artillería. La mudanza a Iaşi es el domingo, todo de acuerdo a lo planeado hoy un día muy tranquilo, no hemos recibido la visita de nuestro amigo “Herman». Espero que en Iaşi las cosas serán diferentes y me pregunto si vamos a tener alguna biblioteca, librería, periódicos, por eso deseo tanto la paz.

24 DE MARZO DE 1917

Último día de trabajo en el gran cuartel general. Un día relativamente ocupado, muy temprano 7 y media recibimos nuestra visita de los alemanes, huyen rápidamente por la artillería antiaérea, lo cual hace que se regresen a su lugar de origen. Aquí desde la madrugada mucho movimiento debido a la famosa mudanza, en medio del trabajo cotidiano. Hay que mover muchas cajas. Los martillos y los clavos retumban, todo está listo. Iniciamos el viaje y da nostalgia dejar Bârlad. En cierta forma ya nos habíamos acomodado. Dicen y me consta que Iaşi está sobre poblada sobre todo invadida de enfermedades como el tifo y epidemias, en fin las órdenes hay que obedecerlas. ¡Hay una buena noticia, el correo de Francia llega a Iaşi mañana!

25 DE MARZO DE 1917

Ayer antes de dormir terminamos todo lo que hay que empacar en mi oficina. En la mañana terminamos la mudanza, todos ayudamos a todos, una parte del material va hacia la rampa de embarque. La camioneta regresa porque no pudo llegar por tanto lodo en la estación. Ha llovido las dos últimas noches, lo que dificulta todas las maniobras. La organización del trasporte es malísima y el gran cuartel general no está a la altura de las circunstancias. Después de mediodía hemos encontrado varios carros con bueyes y después de cargarlos y de más dificultades pudimos llegar a la estación. Aquí nadamos en el lodo, así que volvemos a bajar muebles y cajas con todos los documentos y nuestras mochilas con todo lo personal y a subirlas al vagón. Esta noche parece que van dos trenes, uno que saldrá a las 7:00 hrs con el material que hemos cargado y el otro que saldrá a las 11:00 hrs con el personal, oficiales y tropa. Pero preferimos mi equipo y yo viajar en el tren con el material, así podremos cuidar de nuestras cosas. En el centro del vagón acomodamos una mesa, para poder cenar, jugar y fumar, hasta preparar el té. Vamos a dormir un poco sobre el equipaje, movidos por el tren y en la madrugada todavía no hemos llegamos a Iaşi. Con dificultad llegaremos el lunes en la madrugada.

26 DE MARZO DE 1917

En medio de una muchedumbre y un desorden indescriptible, es fantástico, pero ya llegamos. Fue un día muy agitado, cansado y sin embargo el transporte en la ciudad fue fácil. En la tarde comenzamos a instalarnos en la oficina y luego iremos a buscar donde vivir. Hoy dormiré con mi amigo Farge quien me ofrece un sillón para dormir. El clima es primaveral ¡qué bueno!

27 DE MARZO DE 1917

Nos despertamos con un clima maravilloso. Terminamos los arreglos de la oficina en una escuela militar con poco espacio comparado con Bârlad donde fue también hospital recientemente desocupado, el ambiente huele a cal, formol y acido fenico, nada muy agradable. La ciudad nos ofrece un triste aspecto, el centro y varias calles están repletas de oficiales bien vestidos, bien arreglados, polveados y perfumados, equipados, distraídos acerca de lo que pasa en el frente. Parece que ni quieren enterarse. Las mujeres demuestran un lujo insolente. Si uno va en los suburbios alejados de los barrios centrales lo que se puede apreciar no es nada agradable. La mayoría de las casas están transformadas en tiendas y dormitorios para las tropas y ciudadanos sin casa refugiados, algunos con ambulancias al frente son como hospitalitos. En algunas residencias donde antes habitaban personas ahora son bodegas mixtas de mercancías y personas tipo barrio judío todo sucio, todo en desorden.

Tuve que ir a la casita de tifosos, sala de selección instalada en la estación de trenes, lo que acabo de ver es increíble y muy triste. La construcción de madera de 30 metros por 10, en la parte trasera hay hombres o más bien moribundos todos unos sobre otros, algunos desnudos, hombres con uniformes, llorando y quejándose, postrados sin esperanza de vida. Otros retorciéndose por los dolores de todo el cuerpo y en medio de todo esto una valiente mujer francesa “Madame Bonnet”, que va y viene en esta carnicería humana ofreciéndoles de beber, alguna medicina inyectada. Algunos soldados inconscientes de su situación pasean de un lado a otro. En una esquina hay un montón de muertos que se recogen de vez en cuando y se vuelven a amontonar cerca del edificio. ¡Qué visión de este mundo!

28 DE MARZO DE 1917

El clima es cada vez más agradable, el tiempo con mucho sol que transmite un aire primaveral. Esto nos da algo de energía para vivir en medio de esta profunda miseria. Que tristeza de ver a esta pobre gente hacer cola de cuatro a seis horas y por fin obtener desde la madrugada, hasta las 9:00 o 10:00 de la mañana un poco de pan. Qué decir de los posibles enfermos que caminan por toda la ciudad acostándose como se puede a veces sin fuerzas para levantarse. ¡Qué importa!, a pesar de que cada día franceses y francesas son alcanzados por las enfermedades. Todos son los que integran las unidades sanitarias ¡son verdaderos héroes! Nosotros tenemos mucho trabajo, solamente al salir a la calle nos damos cuenta que estamos en plena guerra. Toda Rumania se pasea, en la calle Lupescu, con un despliegue de lujo mientras ¡los soldados se mueren de hambre y tifo!

29 DE MARZO DE 1917

El sol aparece con sus rayos calientes que penetran en nuestras vidas mientras el tifo poco a poco nos merma aquí silenciosa y rápidamente. Aquí todo falta. ¡Las rumanas no tienen el valor de ofrecerse como enfermeras voluntarias! es precisamente por falta de cuidado que las personas tocadas por la epidemia se ha desarrollado y hace tantos muertos. Estas señoras se hacen de la vista gorda ante tanta desgracia por falta de ética dándonos el mal ejemplo. Hay un pequeño grupo que demuestra lo contrario, 2 médicos rumanos acaban de morir. La ciudad empieza a tomar medidas drásticas de higiene. No tenemos noticias de Francia salvo que las tropas inglesas siguen avanzando. Y en el frente el rumano no hay cambios.

LOS DÍAS 30 31 DE MARZO DE ABRIL NO HAY NADA ESCRITO

FALTA EL1 DE ABRIL 1917

2 DE ABRIL DE 1917

Tiempo excelente. La primavera está aquí, sería bueno vivir con este clima pero en otra parte. Con más impaciencia esperamos noticias de Francia. Me encontré al subteniente Bruckner quien está en los servicios de autos aquí en Iaşi, el mismo de siempre, gordo, lento, sin mucha vida, solamente creo que más francés gracias a su mujer.

Las noticias indican que la señora Bonnet ha sido internada por tifo, es sintomático, en el hospital rumano San Espiridión. Prometí verla y la encontré más o menos bien, los doctores piensan poder salvarla, deseo que sea verdad. Mi compañero Lourdereau parece estar tocado por el tifo, espero noticias precisas por parte del doctor. La situación en Rusia es de una gran crisis pero parece sin mucho derramamiento de sangre.

3 DE ABRIL DE 1917

La temperatura se ha elevado mucho hace más calor. Que nos esperara para el verano si no nos van a vestir en telas ligeras. Nos acaban de avisar que la valija llegará dentro de 4 días. Buenas noticias. Parece que las comunicaciones están mejorando y en el trabajo fue un día muy difícil. Hoy falleció otra mujer francesa Mademoiselle Flipp también por causas del tifo. Visite a mí a primo De Ribes ubicado en la aerostación. Allá el grupo de especialistas aéreos está compuesto sólo de rumanos. La mortandad es grande.

Hoy fueron otras dos víctimas, el Dr. Félix de la facultad de medicina de Bucarest que fue tocado por el tifo. En el frente francés esperamos tener noticias acerca de la entrada de las tropas norteamericanas ¡ojala tenga buenas consecuencias!

Desde Rusia parece que la situación se está tranquilizando. El comandante de la plaza emitió un comunicado en que se prohíbe a todo hombre y mujer circular en autos militares. Todo se debe al poco número disponible y al abuso de la gente. Hemos sido informados que el Coronel Dubois herido en la batalla de Craiova acaba de fallecer en medio de grandes dolores. Es otra víctima más. A última hora los Estados Unidos acaban de declarar la guerra a Alemania. Que aportarán nos preguntamos y esperamos que los aliados aporte una victoria final.

4 DE ABRIL DE 1917

La mañana llega con una noticia muy triste, uno de los nuestros el Doc. Clunet acaba de morir por casas también del tifo, que lastima perdemos mucho con su muerte que salvó tantas vidas. Tuvo una gran alegría que nos impresionó a todos el haber visto a su esposa antes de morir. Fue para él una gran satisfacción. Desde Rusia avisan que las cosas se están tranquilizando y el orden se restablece, las noticias vienen por conducto de compañeros, sin embargo en San Petrogrado las cosas se pusieron muy calientes, de todos modos la guerra civil ha acumulado muchos muertos. Hoy ha hecho mucho calor y un viento caliente a soplado lleno de polvo, al parecer como los vientos calientes que conocí en Egipto y Turquía. Me encontré con el Doc. Nichita muy cansado muy cambiado, ¡trabaja mucho! todos se lo agradecen.

5 DE ABRIL DE 1917

El tiempo es agradable, tengo mucho trabajo, a las diez y cuarto asisto a un espectáculo inolvidable que consiste en la ejecución de un subteniente rumano que al principio de la campaña fue acusado de traición. Facilitó datos de los movimientos de nuestras tropas rumanas en contra de los suyos, parece que era un hombre valiente, fue arrestado en noviembre de 1916, juzgado en marzo del 1917, espero 6 semanas para ser fusilado como un perro. Que lastima que con un día espléndido pueda suceder algo así cuanto para todos la vida sonríe para él la vida termina.

Las tropas y el público forman un cuadrado en el patio de una gran construcción militar, a la izquierda la infantería, a la derecha las escuelas militares y al fondo frente a un poste de madera están los oficiales y las mujeres se empujan para ver. A las 10:00 hrs lo llevan 2 gendarmes en auto sin estar amarrado. El comandante de la plaza de Iaşi le lee la sentencia, se quita su sombrero lo mismo lo hace para el condenado, sus dos manos están atadas atrás de su cuerpo, se ve tranquilo, recibe al sacerdote, y lo escucha, se despide con la bendición. Se acercan dos gendarmes para checar si está bien amarrado al poste, le quitan la chamarra, no se resiste y sigue platicando con el comandante de la plaza. Llega un teniente para vendarle los ojos lo que rehúsa. Los oficiales se retiran, ya son las 10:30, se logra zafar un brazo y frente al pelotón grita con una fuerte voz ¡muero feliz! ¡Viva el ejército rumano! El oficial baja el sable que indica a los soldados la orden de disparar y lo matado todo terminó a las 10:40, la justicia se completó. Se escucha una segunda detonación que es el tiro de gracia para asegurar que él había muerto. Acercándose dos soldados con camilla lo levantaron para llevarlo a una camioneta. La injusticia o la justicia se cumplió eso fue un comentario de la gente que se asomaba para ver el cadáver

6 DE ABRIL DE 1917

El tiempo es muy bonito hace mucho calor, nosotros muy ocupados. No tenemos noticias de Francia porque han podido intervenir con cierto éxito la radio militar. El oficial responsable del correo, regreso a Rusia, en la búsqueda de las valijas diplomáticas, esperamos que regrese en unas 24 horas. La noticia que viene de Rusia nos trata de convencer de que todo está en tranquilidad y que solamente en Petrogrado fue muy sangriento con peleas calle por calle. Presumen que todo está bajo control, cada soldado ruso se han colocado una banda roja en su uniforme para indicar el cambio de régimen. Al preguntarles si son capaces de indicar que está pasando en su país no saben con certeza que decir. Qué extraño pueblo en este siglo XX.

7 DE ABRIL DE 1917

Clima excelente mucho trabajo, la aviación se está volviendo más activa. Lástima que no tenemos más que pocos aviones y casi nada de materiales, no llegan. Los pilotos que tenemos están cansados. En fin a pesar de todo impedimos que los enemigos crucen las líneas. Sin embargo hoy bombardearon, provocando algunos muertos y pocas destrucciones materiales. Esperamos el correo de Francia esta noche. A partir de hoy los rumanos inician sus fiestas como si nada estuviera pasando. Qué extrañas personas, caminan por las calles, hay un desfile continuo de elegancia junto a soldados mal vestidos, asustados que parecen no saber hacia dónde ir, algunos tan cansados que se recargan en las paredes de las casas. Unos se duermen en la calle porque no tuvieron suerte de encontrar algún lugar. Pobres soldados rumanos.

8 DE ABRIL DE 191

Un espléndido día primaveral, los árboles han empezado a tener hojas verdes, y pensar que mientras la naturaleza vuelve a la vida, la muerte nos acecha todo el tiempo, sobre todo aquí donde todos los días recibo noticias tristes acerca de algún, amigo, compañero muerto en este país, lejos de los suyos, lejos de su querida Francia, culpa de ese terrible tifo y pensando que nada se puede hacer. El correo llegó esta mañana, el oficial Chaumiere quien se ha atrasado porque perdió la valija en Rusia, se disculpó después de haberla recuperado. No es la primera vez, sin embargo es increíble, porque esperamos el correo para este bonito día de pascua. Deseamos que nuestros seres queridos que se encuentran tan lejos, parientes, amigos, compañeros se hallen bien. Habrá muchas cartas pero para mí solo hubo una carta de mi madre y de mi hermano, creo que no es suficiente, bueno así es la fiesta reducida en Iaşi. Me gustaría saber lo que pasa en el frente rumano. Nada nuevo. Nos está llegando material francés, que estaba en Rusia. Me acabo de encontrar con un compañero de La Sexta División, que llegó aquí al servicio de las ambulancias, bajo la dirección de Su Majestad la Reina María de Rumania y pude platicar con él.

LUNES 9 DE ABRIL DE 1917 LUNES DE PASCUA

Día muy ocupado, muy lleno de problemas, mucha actividad, esta mañana se desarrolla el cortejo fúnebre del Coronel Dubois, del Doc. Cruzet, del soldado Legret, de la monja Antoinette, de Mademoiselle Flipp, todos nuestros muertos por la culpa del tifo tratando de salvar a muchas personas franceses y rumanas. Estuve de servicio en este funeral y tuve que hacer un reporte algo muy triste y lamentable. Pero todos y cada uno querían acompañar a nuestros hermanos hasta la última morada en tierra rumana, instalamos los cuerpos en la Iglesia Católica, donde se presentaron los rezos acostumbrados. Frente a los féretros el general Berthelot expuso sus valores y dedicación en un mensaje con voz firme y fuerte. Después Monsieur de Saint–De -Aulaire, embajador de Francia, luego Ion Bratianu jefe del Gabinete Rumano y el último en dar el mensaje fue el general Prescau jefe del Estado Mayor. Después los llevamos a un cementerio cerca de la ciudad. Regresamos todos muy  tristes bajo un calor muy fuerte. La inhumación muy emocionante fue llevada a cabo por nuestros valientes soldados franceses para evitar que no sean manos francesas las que toquen los cuerpos embalsamados. Luego todos regresamos muy apenados. Como a las 2 de la tarde recibí una nota escrita por mi amigo y compañero el sub-teniente Cabella que en un auto vendría por mí para ir al hospital. Me dirijo rápidamente para ver a mi amigo que no había visto desde hace 48 horas, irreconocible me doy cuenta de que ha sido tocado por el tifo. Le ayudó con su equipaje y lo subo al auto para ir a nuestro hospital francés. Lo entrego en las buenas manos de las monjas, santas mujeres. De regreso a mi oficina me entero que Cuba entró en la guerra Alemana. Me pregunto quién falta. También tenemos noticias que en el frente inglés se produjo una gran batalla aérea, debemos creer que fue fantástico fuera de serie.

10 DE ABRIL DE 1917

Desde que me levanto trato de informarme acerca de la salud de mi compañero que deje en el Hospital Francés donde me indican que fue trasladado a villa Grerul. Iré mañana a verlo. Son 8 kilómetros desde Iaşi. El tiempo está muy agradable. Seguimos bajo la impresión de las personas que enterramos ayer. Nos hace pensar en nuestros compatriotas en Francia tan lejos de nosotros. Los rusos se pasean por las calles generalmente borrachos.

11 DE ABRIL DE 1917

Me traslado al hospital a ver a mi amigo. El día amaneció gris, triste con mucho trabajo. Lo importante es recibir noticias de nuestros amigos y compañeros, enfermos del tifo. Cerca del Palacio Real, esta mañana vi a la pequeña princesa María caminando a pie, es una persona alta, de tipo latino más bien con un cuerpo alemán, con una linda cara y cabellos rubios. Desde Francia esperamos noticias de las victorias en todo el frente.

12 DE ABRIL DE 1917

Tiempo espléndido cada vez más trabajo. Voy al hospital el Grerul, para ver a mi amigo Cabella que se localiza a las afueras de una pequeña colina. Este hospital fue establecido por fallecido Doc. Clunet para los enfermos franceses. Allí hay dos voluntarios y muchas enfermeras sobre todo monjas, que asisten a los soldados que sufren de tifo. Actualmente hay aproximadamente 30 franceses. Hay casos muy severos y otros son convalecientes. La pobre Madame Clunet regresa a Francia dejando a su marido en tierras rumanas. Todos siguen hablando de este maravilloso hombre que demostró con su trabajo médico altos valores morales. Hoy sabemos que dos compatriotas están tocados de muerte por el tifo, el teniente de infantería Bourdeau, y el Dr. Lemonnier jefe del hospital del seminario católico. En el frente rumano todo tranquilo, los alemanes bombardean algunos municipios cercanos al frente utilizando bombas asfixiantes y se dicen civilizados. En el frente francés los ingleses han logrado un frente golpe en Arras, tomando once mil prisioneros, ciento diez cañones y doscientos ochenta oficiales. La radio francesa anuncia disturbios en Berlín y Hamburgo en contra de la guerra. Esperamos que para que el 15 de abril llegue el correo desde París, qué alegría. Hay un comunicado que nos indica con tristeza que dos compañeros el subteniente Tresch y el teniente De FLers no regresaron a nuestras líneas después de haber salido a un reconocimiento en la región de Dobrogea ¡quien los habrán hechos prisioneros, los búlgaros o habrán podido aterrizar en Rusia!

13 DE ABRIL DE 1917

Mi compañero Cabella sigue con su tifo. Las tropas inglesas y francesas conquistar más territorios al norte de Francia y más prisioneros. En el frente rumano no hay novedades. El clima sigue espléndido. Nos comunica la muerte de dos compañeros el capitán Arsins el teniente Gaubois, los dos de infantería todo en el frente rumano. Para su entierro no estaré de servicio.

Además de los Estados Unidos, entran en guerra Chile y Guatemala para apoyarnos. La aviación alemana muy activa. Nuestros compañeros responden muy bien con la defensa antiaérea, derribaron a un avión enemigo. Hoy recibimos más materiales desde Francia.

ABRIL 14, 15, 16, HASTA EL 18, NO SE PUEDE LEER

Esto es la traducción del cuaderno No.1 de notas de mi papá que llega hasta abril 13. Lástima que no tenemos el número 2 que seguramente cubriría el resto del tiempo y los años 1917 y 1918. En general he descubierto algunos aspectos desconocidos de mi padre como por ejemplo: estar preocupado por la comida, no sólo la suya, y de sus compañeros por no encontrar pan y que había que comer mucha mămăligă al llegar a Rumania.

Que jugaba póker con sus compañeros ¡para mí una novedad!

Que luchó contra el tifo que lo impactó muchísimo. Que la falta de cartas de su familia le molestaba. Que las muertes de sus compañeros, realmente le afectaba  mucho.

Que los rusos le parecían unos bárbaros. Que la guerra era odiosa y siempre deseaba la paz.

25 DE MARZO DE 1917

Aquí hay algunos testimonios de algunos amigos de mi papa.

El viaje de Bârlad a Iaşi fue más agradable que el anterior que hice en compañía de mi camarada Domette para mencionar mi salida. Muestra la salida precipitada de Bucarest, viaje del que tenemos malos recuerdos.

CABELLA

Me siento feliz de Guimomet a mi amigo Domette como recuerdo del día del bombardeo del gran cuartel general en viajar de Bârlad a Iaşi.Recuerdo afectuoso.

FÉLIX BOULANGER

Esto me recuerda el viaje en Rusia

Bibliografía: Paroles Franco- Rumanines SOCEC & S.A. Bucarest 1930

EL EKATERINA II

PRIMER CUADERNO DE NOTAS DE MI ABUELO ING. PIERRE DOMETTE BOUSSARD SOBRE LA MISIÓN MILITAR FRANCESA EN RUSIA Y RUMANA EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, TAMBIÉN LLAMADA LA GRAN GUERRA, QUE SE Desarrolló EL 28 DE JULIO DE 1914 Y AL 11 DE NOVIEMBRE DE 1918.

Esta aventura comienza el 10 de octubre de 1916 y termina el 13 de abril de 1917

 A bordo del barco Ekaterina II-el 10 de octubre de 1916 inicio este cuaderno desde mi camarote. Ayer embarcamos en el puerto de Brest. El embarque estuvo muy tardado y un poco desordenado, pero no faltaron eventos pintorescos y momentos emotivos. Pasamos 24 horas en esta ciudad, poco atractiva a pesar de ser un gran puerto de Bretaña. Fuimos concentrados en varias barcazas, después en pequeños barcos, entre el cual se encontraba el barco Ecaterina II, de origen ruso y localizado en medio del puerto, muy cerca de su salida. Buenos amigos y pilotos como Lyautey, Manchoulas, Texier, Lemonnier, Thèron y muchos más. Muchas personas nos esperaban cerca del muelle, señoras, madres, esposas que vinieron a despedir a sus hijos y maridos. Se ven muy nerviosas y preocupadas, y a nuestro paso para abordar, nos mandan una sonrisa, unas palabras de valor. Confirmo que mis compañeros, ya están a bordo. Para esta aventura me acompañarán, algunos chocolates y cigarros. El sonar de una sirena nos indica que estamos por subir al barco – todos nos hacen saludos, y algunas personas reunidas nos gritan “hurras”. Algunos señores nos saludan, con sus sombreros, los agitan y gritan para desearnos mucha suerte, seguramente muchos tienen a sus hijos a bordo. 

Cruzamos el puerto, estamos en los muelles, a lo lejos comienza el alba y aparecen los primeros rayos de sol comenzando a iluminar la ciudad, el viejo puerto, y los muelles. Todo un espectáculo hermoso. Por fin cruzamos el puerto, el sol está muy bajo al fondo en el horizonte. Destaca el trasbordador, el final de la ciudad, de todo el puerto, el viejo fuerte, todo es muy bello. Llegamos rodeados de toda una flota. ¡Gloria y Patria! Es bueno para nosotros y para esta situación. Un nuevo sonido de sirena nos indica que estamos al costado del barco, es muy grande y parece en buen estado, uno por uno vamos subiendo al puente en un total desorden. El equipaje se va amontonando sobre la cubierta principal donde cada uno intenta recogerlo y comenzamos a buscar un lugar para poder acomodarnos para nuestro viaje. Hay que apresurarse, estamos a la espera de lo que siga. Son las 6 de la mañana, el piloto viene a tomar el mando, se oye de nuevo la sirena que nos indica que se ha levantado el ancla. Los barcos de guerra que se encuentran a nuestro alrededor izan sus banderas, deseándonos buen viaje. Los oficiales en uniforme de gala están en el puente, y las orquestas tocan marchas militares como (1) “la Sambre et Meuse y la Marsellesa”.

Otro gran sonido de sirena y el barco inicia un movimiento, lento, se desliza sobre el agua del puerto. El sol está muy fuerte. La protección antisubmarina se abre e iniciamos el viaje. Nos acompaña un pequeño buque de guerra y así dejamos Francia. Adiós, querida patria, cuando te volveremos a ver, esperamos que sea pronto y cuantos regresaremos con alegría a este puerto que dejamos con angustia. Esta noche el destino está en juego.

 *Descripción del Ecaterina II, 14,000 Ton, 10,000 HP/16 nudos —largo, 135, m ancho, 20 metros.

El tiempo es agradable, me quedo con el amigo Lyautey en el puente un largo rato, luego regresamos a nuestras cabinas, la cual obtuvimos gracias a nuestros compañeros que la habían tomado rápido. Nos acostamos pensando a los que dejamos atrás en la querida tierra francesa, esperando que volveremos a vernos en este puerto de Brest.

Hoy en la mañana empieza a moverse y baila. Voy a hacer lo que todos los compañeros están haciendo, quedarme acostado en mi cabina. La situación va de mal en peor y paso leyendo. Desayuno muy poco en mi cabina, la situación va de menos a más, el mar está enojado en serio, hay que agarrarse de la litera para no caer.

 11 DE OCTUBRE DE 1916

Ya es de noche, nuestro barco es bonito, pero poco confortable porque desde el inicio de la guerra viaja sin descanso entre Arcángel y Brest. Lo acondicionaron para el transporte de tropas y de material de guerra como municiones. Su velocidad es un poco lenta. Estimamos hacer 12 días, si los alemanes nos dejan tranquilos y no recibimos ningún torpedo. El viento se ha vuelto más fuerte y el cielo se torna todo gris, pienso todo el tiempo en mi mamá que le tiene miedo al agua. Mi compañero Lyautey está de pie, pero sostenido desde la cama platicando conmigo y varios compañeros; así el día se pasa muy lentamente y la noche llega. He intentado conciliar el sueño y dormir. El barco va directamente hacia el norte. 

12 DE OCTUBRE DE 1916

Todavía estoy enfermo. Mucho viento, lluvia y el barco se columpia. El pequeño barco que nos acompaña se regresa y el nuestro va muy lentamente hacia el norte, todo parece muerto en este gran casco sucio, solo se escuchan los motores. Los pasajeros guardados en sus cabinas no hacen ruido. El día es monótono, solo algunos se atreven a caminar por los pasillos, visitando a algunos amigos, platicando con ellos o llevarles algo de comer o alguna noticia. Todo el mundo está sacudido y dicen que apenas estamos en el primer día de nuestro viaje.

 13 DE OCTUBRE DE 1916

Fecha fatídica, viernes trece nos preguntamos ¿seremos torpedeados o no? – Hoy el mar está más tranquilo, seguimos en la dirección del norte. Necesito un poco de aire puro, así que decido salir de mi cabina tratando de beber una taza de café con un poco de leche. Después me dirijo hacia el puente, pero… Ups tengo que volver el estómago de algo delicioso, todo al mar, así que regreso a mi cabina. El tiempo está igual y todo vuelve a moverse, me quedo acostado contemplando los adornos del barco.

Mi valiente compañero Lyautey se ha transformado en cuidador, le cuesta trabajo encontrar algo que le pido porque en el barco hay muy poco pan y desde mañana solo serán galletas. Nuestro pedido es llegar pronto a tierra firme y esta tierra tan deseada se llama Arcángel. Nada entre nosotros, solo agua y tierra. El agua no deja de chocar contra el barco haciéndose que se mueva de un lado a otro. El cielo se oscurece y está cargado de nubes y así seguimos hacia el norte.

 14 DE OCTUBRE DE 1916

Hoy en la mañana, después de una mejor noche, me desperté a las 9 y media, me tome con éxito un café con leche e inicie mi paseo por el puente. Algunos están saliendo de sus cabinas y me encuentro a Deribes por cierto creo que hay algún parentesco. Me reúno con mis compañeros Manchoulas, Lemonnier, Thèron, que se encuentran reunidos cerca del puente. Me comentan que no hay nada nuevo más que nosotros entre el agua y el cielo. Hacía medio día el mar se vuelve a enojar, se mueve mucho; sin embargo, ya no me siento muy mal. Hacia las 4 de la tarde, la primera emoción en el barco. Vimos un humo bastante lejos que viene de un barco, muy lejano que no podemos distinguir, ¡quizás sea un carguero regresando a Francia! Nos preparamos y acabamos de establecer, las listas de los botes salvavidas, no hay nada determinado es lo que se puede hacer.

El barco se vuelve muy sombrío porque tenemos que viajar con todas las luces apagadas, el ambiente es tétrico, así uno se siente pequeño e indefenso en estos momentos. Como pienso en Francia, sobre todo en la postguerra, y deseó que esta pesadilla termine pronto. Siempre se destapó un “villano” a bordo.  Muchos hombres se han manifestado brutal y ruidosamente acerca de la mala comida. Tienen razón, es una porquería, también hay que tomar en cuenta que el mal tiempo ha impedido cocinar, pero yo creo que también es una falta de organización. Hay que gritar “viva Francia” con el estómago vacío.

 15 DE OCTUBRE DE 1916

Ahora me siento repuesto, parece que todo irá bien, e irá mejor, las 9 después de asearme “Pierre” está en todo su esplendor. Hay juntas en el puente superior, cerca de los botes de salvamento, instrucciones, discursos y me asignan el bote 6 junto con Lyautey, así como a mi amigo Gaufroy, exingeniero de las fábricas Japy. Asistimos a la distribución de víveres para 4 días, y cinturones de salvamento. Después de colocar mi cinturón de salvamento junto a mi cama, duermo con la fotografía de mi mamá cerca de mi cama. Le pido a dios que nos proteja y lleguemos a la tierra prometida, al puerto de Arcángel.

 16 DE OCTUBRE DE 1916

La mañana presenta un tiempo más tranquilo. La brújula indica que viajamos hacia el norte. Esta noche hemos centrado nuestra navegación hacia Rusia. Quizás allí recuperaremos el tiempo perdido. También hace frío, cae nieve derretida. No se ve nada al horizonte. Seguimos entre el agua y el cielo. Junto con mi actual amigo Lyautey nos arreglamos bien. A las 3 de la tarde gran escándalo, ya que una ballena se acercó al barco y yo no la vi. Seguimos con las maniobras de salvamento, cada vez con nuevas instrucciones. La noche terminó con el tradicional “póker”.

 17 DE OCTUBRE DE 1916

Bajo un gran frío cruzamos el círculo polar. Estamos en el mar de hielo, cerca del polo norte. Hoy a las 9 de la mañana fuimos sometidos a una tormenta de nieve. Paso rápido y el día volvió a ser aburrido. Hasta las 5 horas en que vemos un humo en el horizonte, seguramente es un barco que no logramos ver, así que queda como desconocido en nuestra imaginación. Parece que si todo sigue normal llegaremos a Rusia en 8 días, el próximo sábado que suerte, después de ver solo cielo y agua, nubes y la gracia de Dios. Las instrucciones del día fueron maniobras de salvamento en los botes ya conocidos por cada uno de nosotros, me parece poco interesante.

 18 DE OCTUBRE DE 1916

Noveno día de travesía, noche tranquila, el tiempo frío, desayuno, caminata, platica. Siempre el mismo tema: pronósticos de cómo será nuestra llegada y como evitar los submarinos alemanes. Por cierto, hoy apareció otra chimenea, veíamos como el humo de vapor que sale de las calderas se dirigía hacia nosotros. Afortunadamente, es un barco noruego cargado con madera, destinado quizás al mercado francés. La vida al día, sobre el barco, nos pesa cada vez más. La comida sigue pésima y de acuerdo con el dicho quien no come bien por lo menos que duerma bien. Me paso largas horas durmiendo en la tarde. Nueva humareda de un barco que no identificamos.

Parece que nos encontramos en una ruta, más transitada, con frecuencia de barcos que pueden ser más peligrosos sobre si hay presencia alemana. Se llevó a cabo la tradicional sesión de salvamento, ahora las pláticas se prolongan muy de noche, evitando la comida y así dormir mejor. Todos soñamos llegar bien a nuestro destino.

 19 DE OCTUBRE DE 1916

Nunca había dormido tan bien, lejos del temor diario. Viajamos hacia el norte-este, pasamos el cabo norte. Esta noche vimos humo de 2 barcos. El nuestro empieza a navegar más aprisa porque el tiempo se lo permite, el mar está tranquilo. A las 4 de la noche, alerta, hay que tomar el chaleco de salvavidas, algunos vienen y abandonan sus pertenencias, cada uno a sus botes salvavidas y nos pasamos una larga hora para alejarnos del “alemán”. Luego todo pasa a la normalidad, tuvimos suerte.

Los marineros rusos para entretenerse se colocan en el alcázar delantero y cantan, el coro es formidable y muy característico, pero triste. Parece que se refieren a que pasamos cerca de la muerte. Vamos a cenar. Después rápidamente vamos al puente a tomar aire, es una noche clara con pláticas tardías. Algunos quieren pasar la noche en el puente. Yo prefiero ir a mi camarote a dormir.

 20 DE OCTUBRE DE1916

El frío se ha hecho más fuerte, el barco sigue al norte, otro día estúpido. El tiempo pasa sin ninguna novedad, una tranquilidad inútil, ¡nos instalamos en el puente! La misma sopa, la única actividad, la de todos los días, son las maniobras de salvamento.

 21 DE OCTUBRE – DÍA 11 A BORDO

Esta mañana, muy temprano, nos levantamos con grandes gritos y exclamaciones ¡tierra, tierra! A la derecha del barco se aprecia una larga porción de tierra, lejana, blanca, es la costa de la península de la isla de Kola lo que nos indica que entramos en el mar Blanco. También es una zona más peligrosa. Parece que el frío nos viene desde tierra, todos estamos fuertemente vestidos para resistir el frío, y a pesar de todo me paseo en el puente, el mar está muy tranquilo, el cielo un poco nublado. A las 9 aparece un humo fuerte, con su forma bien dibujada, muy cerca de la superficie del agua, que será un barco crucero o lanzador de torpedos. Descubrimos que es un guardacostas inglés, equipado para ser un cazador furtivo. Hacemos e intercambiamos señales de identificación. Todo esto en relación con la zona de mayor peligro donde estamos, por un lado, los “alemanes” y también las “minas”. Una lancha viene a nuestro barco y un oficial sube por una escalera de cuerdas. Se entretuvo bastante tiempo con el comandante de nuestro barco y se regresa a su barco y todo termina con “finish”, nadie nos comunica nada, y porque no tenemos derecho a saber “algo”. Nos precipitamos sobre la brújula y nos damos cuenta, el barco se dirige al Noreste. Seguramente con todo tipo de opiniones opuestas, las discusiones abundan y todo confirma que estamos muy cerca de la península de Kola, frente a la bahía de Kandalakcha, donde estamos no importa, lo que importa es que estamos cerca de tierra y en caso de algún accidente de “baño forzado” esperamos que todo salga bien y rápido.

El barco va muy despacio. Empezamos a ver boyas de minas flotantes. A las 4 de la tarde se para el barco, por patrulleros rusos equipados como cazadores. Señales ópticas, como prudencia porque hay en la zona un submarino “alemán” escondido como velero de pesca.

Uno de los pequeños patrulleros nos toma como protector. Volvemos a caminar lentamente, estamos muy tranquilos, con gran alegría vemos “tierra” y una extraña sensación de estar cerca de haber escapado del “alemán”. El resto del día lo pasamos bien tranquilos, navegamos, suavemente en forma de zigzag, para evitar las minas gracias a nuestro pequeño patrullero.

 La noche, tranquila, con luz boreal fuera de lo normal, ha bañado la parte trasera del barco con una capa plateada. La noche refrescó mucho más y si la situación no fuera crítica podríamos decir que la noche es maravillosa. Por esto nos hemos, en gran número, concentrado en el puente del barco. Vemos, sin embargo, con facilidad la luz roja de nuestro guardián, el patrullador. Como a las 11 de la noche vemos desde lejos dos focos. Hay un poco de emoción y temor, son focos de faro colocados en la entrada del mar Blanco, quizás mañana, el pequeño barco ya no esté. Vemos en la bahía de Dviná, se puede diseñar la costa muy cercana y mañana podemos ver el puerto de Arcángel. Nadie quiere subirse a las lanchas de salvamento que se mueven lenta y siniestramente sin excepción. Sin embargo, el comandante del barco lo exige para las 8 de la mañana.

 22 DE OCTUBRE – 12VO DÍA DE NUESTRA TRAVESÍA

Cada vez más, vemos muchas chimeneas sacando humo, creemos que deben venir de Arcángel. Hacia las 10 de la mañana vemos un poblado pequeño, muy pobre, muy cerca de la costa. Hace un frío bárbaro, y desde la pequeña población se despega una barcaza que se acerca a nosotros. Seguro estamos cerca de Arcángel. Nadie se quiere ir del puente. Poco a poco se destacan los bordos del río Dviná, el mar es más fino, el agua es amarilla, lo que puede significar que es agua dulce, mucho más clara, en ella nada un gran pedazo de hielo sobre el que se encuentran muchos patos salvajes, moviendo sus plumas tranquilamente. Tiempo gris sin lluvia. La desembocadura del río Dviná, es enorme. Tiene una longitud de más de 70 kilómetros, lo que me recuerda por su tamaño, pero no por su belleza, al Bósforo.

El pobre pueblo está rodeado de lagunas y se ven muchos pantanos sobrecargados de madera, se aprecian leña y más maderas, así hasta el horizonte donde se ven algunos grandes edificios que representan corporaciones que tienen que ver con la industria de la madera y estamos en plena explotación forestal. Los muelles de esta región son muy curiosos, ya que están hechos de rondines enormes unos sobre otros, amarrados entre sí, los huecos están rellenos de arena, de desperdicios de madera y hasta carbón. Con el tiempo este ensamble que parece un muelle flotante resulta algo muy sólido y de una continuidad perfecta.

A medida que avanzamos, cruzamos varios barcos que se encuentran entre ellos, todos cargados de madera y más maderas. Otros pueblitos se acercan uno y otro donde se ven las iglesias bizantinas, entre todo esto, muchos campesinos trabajando en los muelles— hombres y mujeres, cargan, jalan, y luchan para lograr un buen trabajo, todos tienen las botas sucias, llenas de lodo en todas partes. Empieza a llover después de la comida. Arcángel, ya se dibuja al lado izquierdo del barco. Cruzamos un gran barco francés “El Champagne”, está anclado en la bahía y nos avisan que él llevará nuestras cartas a Francia. Los oficiales suben a bordo del Ekaterina II y nos felicitan por haber escapado de los alemanes. Estamos frente a la ciudad de Arcángel. Se ven varias iglesias así como la catedral, importante construcción que se dibuja en el horizonte. Mucho ruido, muchas embarcaciones que me recuerdan al gran puerto de Constantinopla.

Dejamos la ribera derecha del río Arcángel. Es decir, a la izquierda y nos dirigimos hacia la derecha cerca del muelle que se encuentra lleno de materiales, toda esta maniobra porque no hay lugar cerca de la parte derecha de Bucaritza, puerto de Arcángel. Así se llama la bahía del río Dviná de una gran dimensión, con construcciones no terminadas establecidas al vapor, demostrando poca planeación. Con bastante dificultad abordamos el muelle de Bucaritza. La noche nos ha ganado, no se ve nada excepto pedazos de madera, mucho lodo y chozas sin ningún interés; sin embargo, bajamos para estirar un poco los pies y las piernas en la noche. En la cena toda han recuperado su alegría francesa. Terminamos con una partida de póker y nos fuimos a dormir, pero no pudimos hacerlo.

De repente se abrieron los paneles del barco y los que estaban en el puente se pusieron a trabajar y de los flancos del barco sacar todo para vencer a los alemanes. Es decir algunos miles de toneladas de municiones, bombas las que traemos con nosotros para nuestros aliados. Si pensábamos que nos hubieran torpedeado seriamos un buen “pate humano”. Hoy termino todo y no debemos seguir pensando en esto. Nos acostamos y todos piensan en sus familias.

23 OCTUBRE DE 1916 ARCÁNGEL

Mi primera actividad es ir a la oficina de telégrafos y correos. El empleado de correo está impresionado con nuestras plumas para escribir y para atendernos nos pide a cada uno un regalo. Mi impresión es que es un pueblo simple, infantil, ¿es lo que descubrimos? Así serán todos los rusos. Estaremos ante un pueblo diferente. En los muelles hay una actividad febril. Hay obuses, armas, pólvora y materiales de todo tipo de usos, en fin todo lo que se necesita para matar y hacer sufrir a millones de seres humanos. Dejó el Ekaterina II y junto con mi compañero Lyautey tomamos una pequeña lancha de motor para atravesar la bahía del Bucaritza hacia Arcángel, ¡que está frente a nosotros!

Hay muchas lanchas que dan este servicio de transportar personas y mercancías, todo en un desorden indescriptible, hombres, mujeres,” Boyars” (nobles) con Moujks (gente del pueblo o gente pobre) entremezclados con animales, y un poco de todo. Lástima que la lluvia nos impide tomar fotos. Abordamos la ciudad de Arcángel, en la parte baja de la ciudad establecida sobre la ribera del río Dviná. Subimos a un muelle que está pavimentado. Esta parte de la ciudad tiene un aspecto “oriental con antiguos comercios pintados en forma infantil, hay muchas cabañas supuestamente tiendas, abiertas a los 4 vientos, ofreciendo a los paseantes los artículos más diversos, más curiosos y me parecen infantiles, insisto, pequeños artículos y juguetes de madera de una ingenuidad primitiva. Más lejos hay tiendas de ropa con unos anuncios “moda de París” vienen del mercado de Berlín y Leipzig. Hay muchas botas y sartenes sucios en el frente de las tiendas repugnantes. En otros lugares ofrecen todo tipo de pescados, sardinas, carpas, salmones, truchas hasta el famoso esturión, unos frescos y otros salados. Nos atrevemos a comprar una buena cantidad de pescados y seguimos caminando hacia el resto de la ciudad. Nos llama mucho la atención la construcción de la catedral como una flecha grandiosa, muy bien dirigida hacia el cielo. La ciudad presenta grandes avenidas llenas de lodo parecido a Turquía en las que se insertan construcciones de lujosas dudas. A la derecha y a la izquierda las banquetas tienen interrupciones para paso de aguas con trampolines de madera, muchos rotos, torcido, peligrosos, sostenidos por postes de unos 50 cm arriba del suelo y unas bardas que evitan los trineos. En 2 avenidas vemos tranvías eléctricos. Las casas son de un piso, construidas de madera con un sistema de ensamble aparente sólido. No encontramos tiendas elegantes y observo que las puertas se abren al exterior, hacia fuera, me pregunto ¿por qué? Compramos tarjetas postales, todas en blanco y negro.

Nos atrevemos a comer en un restaurante, modesto, donde el mesero nos hablaba en alemán. ¡Qué animal! Pagamos un alto precio por un menú extraño, carne con papas, pan negro muy duro, dos cafés o algo llamado así y descubrimos que era una infusión de bellotas con un poco de leche y un poco de queso tipo gruyere y todo con una cerveza como bebida, hecha de quien sabe qué cereal poco fermentado y aquí termina nuestro paseo.

Sigue lloviendo y tomamos un barquito para regresar al Ecaterina II. Desde el barco siguen bajando el material bélico para luchar contra los alemanes. La cena se lleva a cabo con tranquilidad a bordo de nuestro barco. Nos acostaremos temprano, antes hay que preparar nuestro equipaje. Con suerte ya no pensaremos en los riesgos que pasamos durante la travesía.

 LOS MARINEROS DEL BARCO ASCOL

Los pocos marinos, todos rusos, están presentados ante un consejo de guerra, de este país, después de que en el Mediterráneo, fueron arrestados en el mismo barco ASCOL. Se habían revelado y a su capitán lo tiraron al mar. Cuidan su trabajo cuando el tiempo lo permite salen al puente y cantan tristes melopeas, algunos no han visto a sus familias desde hace 3 años y seguramente nunca vivirán en la gran Rusia.

24 0CTUBRE DE1916

Esta mañana nos llena de alegría, preparando y transportando nuestro equipaje en el muelle cerca del Ekaterina II, donde nos espera el tren que nos llevara por toda Rusia. El tren tiene una gran locomotora con ruedas enormes y está compuesto de algunos vagones, de primera, segunda y tercera clase, en los que se distribuirán oficiales y los demás graduados. Para nosotros, la tropa, estamos en furgones de mercancía, o de animales con adecuaciones para el transporte de tropas; en el centro hay una gran hornilla para el fuego, en la parte derecha y la izquierda al frente y en la parte trasera hay 2 planchas de madera una de 60 cm del suelo y la otra a un metro, como tipo literas. Tenemos que cubrirnos con paja. Bueno, no es precisamente algo que se parezca a un sleeping car del Orient Express. Bueno, hay que ser realista, y nos arreglaremos, sigo con mi fiel amigo Lyautey, los otros que nos acompañan son mecánicos, poco educados, pero buenas personas. Rápidamente, nos dedicamos, a conseguir madera en los depósitos cercanos, logramos una buena cantidad, arreglamos el equipaje y la cama esperando la salida. Antes de dejar el muelle voy a retratar el Ecaterina II, el que nos trajo a pesar de ciertas emociones, valientemente, a este tan esperado puerto donde la comida de medio día fue muy reducida y esperamos que la cena sea mejor. La cocina está colocada en dos vagones cerca de los vagones-almacén, con ropa y artículos varios, materiales y víveres. Es indiscutible un largo convoy. La espera es un poco larga, ¡por fin el tren arranca a las 2 de la tarde! Después de un kilómetro, más o menos llegamos a un tipo de talleres, construidos al vapor, la mayoría de madera que contiene todo tipo de materiales y productos “bélicos” para nuestra guerra, por ejemplo rieles, municiones, fusiles, automóviles muy primitivos, cañones la mayoría de origen inglés y francés. El tren se estacionó y así nos quedamos hasta la noche, la hora de la cena se acerca y la espera no resulta muy productiva. Nos avisan que la cocina no funciona. Hay que esperar hasta mañana sin cenar así que decidimos ir a dormir, por cierto el vagón tiene poca ventilación.

 25 DE OCTUBRE DE 1916

Parece que el tren se deslizó un poco en la noche, atravesamos un bosque de robles y de pinos. Los rieles son de vía estrecha, mal colocados en polines de madera de pino sobrepuesto sobre arena.

Hacia el mediodía llegamos a una pequeña estación. La demora es larga, los campesinos nos vienen a ver con mucha curiosidad, pasan 2 cazadores que llevan dos conejos blancos, bastantes gordos. Como la sopa de medio día y la comida fueron muy malas, convenzo a mis compañeros que compremos los conejos y les prometo prepararlos. Todos están de acuerdo, nos costaron 4 rublos. Los colgamos en la puerta del vagón. El tren vuelve a moverse, el paisaje no cambia, el tren va muy despacio, en la noche la cena muy pobre.

26 DE OCTUBRE DE 1916

El tren cruza lentamente atreves del mismo paisaje. Se para en una pequeña estación donde llevamos a cabo nuestra limpieza, en una cabaña donde hay una bomba de agua y una caldera de agua caliente.

Los habitantes se extrañan debido a que para ellos el agua caliente se utiliza para tomar él te. Todo alrededor es muy pobre, mucha miseria. Hacía medio día llegamos a Valogna, y su estación. Aquí se nos ofrece una comida por los compañeros rusos. Después de una hora de discursos y música – algo que parece no terminar – un oficial ruso nos pide que los acompañemos y nos dirigimos hacia un edificio que tiene un gran comedor. Alrededor de unas grandes mesas, unos campesinos nos sirven bajo el control de señoras de la Cruz Roja rusa, nos sirven una sopa con carne (borj), después un pedazo de carne asada con papas hervidas y para beber solo te. Espero que esto siga en otra ocasión. Estuvo mejor que lo acostumbrado, regresamos a nuestro vagón. Es probable que la cena será pobre, me pongo a preparar nuestros conejos, con el hacha para cortar la madera, los corto, después de haberles quitado la piel y en un gran plato estoy preparando un rico platillo “civet de conejo”, le agrego pan viejo, en lugar de harina, una buena dosis de Cognac del poco que nos quedó de Francia a todos les parece muy sabroso. El tren vuelve a caminar en dirección a Moscú. Alrededor de nuestra chimenea, degustamos el platillo, platicamos, fumamos una rica pipa y así nos olvidamos de que estamos en guerra, recordamos la leyenda del gran ejército de Napoleón, en plena Rusia… que decía hay que tener una buena comida, buen vino y a nosotros nos faltan también mujeres.

 27 DE OCTUBRE DE 1916

El día se pasa como de costumbre, a medio día llega una comida muy mala, lo único que se salva es el té, y que nos ofrecen en cada estación, donde siempre hay agua caliente. El tren va tan despacio que nos preguntamos si llegaremos algún día. El paisaje sigue igual, plano, monótono, árboles y más árboles. En las estaciones podemos comprar “Kliva” pan, manzanas y “malako” leche, este algo que me gusta mucho. Nos avisan que llegaremos a una gran estación donde seremos recibidos por los rusos. El tiempo es bueno, tomando en cuenta que pensábamos que nos tocaría un clima siberiano, a medida que bajamos hacia el sur, el clima mejora. Como a las 5.30 llegamos a la estación de Alexandrov, parece que toda la población vino a vernos. La vía por fin es doble, la estación tiene 3 andenes y cuatro vías. Un grupo de honor, con música militar, nos recibe, todos con aire superior y otros con caras amables y todos cantando la marsellesa, mezclada con polcas y valses que no tienen nada de ruso. En fin son muy amables, se han presentado las medidas de orden; sin embargo, nada nos asegura que tendremos casa. Vamos a la estación y nos encontramos una ¡sorpresa! Nuestros oficiales están sentados frente a un gran bufé y están, guardados por soldados con fusiles y bayonetas. Nos impiden entrar a los andenes y a las salas de la misma estación donde civiles nos saludan muy amables, ¡creemos que la situación no demuestra equidad y justicia! Como a las 8 de la noche, nos regresamos a los vagones y se nos distribuyen un arroz quemado y una sopa malísima, siempre nos acordaremos de la cena de Alexandrov, la Marsellesa, el Danubio azul, varias Polcas.

El francés es buen tipo, se acuesta sobre su barriga vacía cuando todo es por una buena causa y como dice el dicho ¡Quien duerme cena!

28 DE OCTUBRE DE 1916

De igual cómo hasta la fecha de nuestra llegada a Rusia nos avisan que en la noche llegaremos a Moscú, y en efecto a esta situación parece que tendremos una mejor cena, en especial una buena sopa. Los más nerviosos, los más ardientes son los jóvenes, que son los más numerosos de la misión. Son los mecánicos de la aviación que en pequeños grupos han aprovechado algunos descansos para hacer su limpieza física. Avanzamos poco, pero tenemos esperanza de lograr el objetivo – un soldado de origen parisino – pasa cerca de los vagones y se ofrece como peluquero y tendrá éxito porque se acerca a “domicilio” y con los equipos disponibles está solicitado sin descanso. El tren se para con frecuencia, la sopa no llega ni tampoco Moscú – parece que esta noche nos quedaremos con nada en el estómago y recordamos las promesas de Valogna y ¡por cierto no cenamos tanto! Por lo pronto el paisaje sigue igual, nada especial a destacar, en la tarde cruzamos el río Volga!

 29 DE OCTUBRE DE 1916

A las 4 de la madrugada nos despiertan porque el tren dejo de caminar, estamos parados y nos parece que es Moscú. Debemos esperar que se haga de día porque no hay luz eléctrica. Aparece la luz de la madrugada y efectivamente estamos en el Moskova, nos vestimos rápidamente, la estación donde llegamos está al norte de la ciudad, con construcciones de tipo alemán. Esperamos recibir las órdenes y estamos listos a las 8 am. La estación toma un aspecto de pasajeros, a pesar de que sea domingo, y estos son los primeros desde que dejamos el puerto de Brest, bien vestidos, por fin salimos de la estación en pequeños grupos. Frente a nosotros, en una gran plaza se observan trabajos, para la construcción de otra gran estación, de proporciones diferentes. La ciudad parece interesante, buscamos el centro de la ciudad, no sabemos hacia dónde ir, por fin encontramos una iglesia católica, allí tropezamos con un profesor de francés que hace de sacristán, nos introduce a la sacristía y nos ofrece un vaso de un buen vino francés ¡sensacional! A mí me hubiera gustado un buen café con leche y un pedazo de pan tostado, mantequilla y mermelada, en fin. La cortesía hay que apreciarla. De allí nos vamos al banco para cambiar nuestros francos por rublos. El banco tiene jóvenes rusos que no parecen eslavos sino parisinos. Nos colocan en una pequeña sala para nuestra correspondencia, cada uno escribe a los suyos y no hacemos caso a todo, el movimiento que existe en el banco, sobre todo de estas jóvenes “ninfas”. Dejamos la sala y nos dirigimos hacia el Kremlin, para los que no lo hemos visitado, no es como se le puede imaginar, como un palacio celebre y hermoso no! Es una inmensa amalgama, un desordenado amontonamiento de palacios, estatuas como pequeñas ciudades, murallas con sus varias torres, ¡todo llamado Kremlin! Es en realidad una vieja fortaleza donde hoy se encuentra el palacio nacional, el ministerio de guerra, la iglesia de la Asunción, el campanario de Iván Valky, el palacio del senado, la tumba de Alejandro II “este es un monumento moderno y clásico de construcción francesa”. Para entrar en el kremlin, hay que atravesar varias puertas, que recuerdan la entrada de viejas ciudades asiáticas. De repente nos encontramos en una enorme explanada donde los soldados rusos hacen sus maniobras y nos acercamos al palacio imperial, frente al cual se encuentran todos los cañones, morteros, obuses, que Napoleón exporto en 1812 a Rusia.

Nos parece que no hay mucha razón de mezclar todo este armamento, hasta el famoso gran cañón de bronce de 560 mm que debería estar en un museo con algunos cañones modernos franceses de 75 mm, modernas ametralladoras o hasta por allí el nuevo 420 mm.

El campanario de Iván Valky permite ver todo Moscú. Lástima el tiempo está nublado y no se puede ver gran cosa, la iglesia misma llena de iconos poco interesantes. La catedral de la Asunción es una construcción destacada que tiene en su interior iconos espléndidos, cortinas bordadas en oro con piedras preciosas, todo una gran riqueza que vienen de los siglos XI y XII.

 La tumba de Alejandro II es imponente, un bonito proyecto, una realización muy brillante con mucho oro, se ve moderno en medio del conjunto tipo bizantino. Lo que es de gran belleza es lo que descubrimos atrás del monumento, un panorama de los más bellos que llega hasta la vieja ciudad amurallada.

Dentro del mismo Kremlin y donde descubrimos a unos metros de distancia, el río Moskova, con 2 andenes, rodeados de unos palacios que nos brindan la oportunidad de contemplar todo Moscú. Destacan las torres, domos, flechas y grandes construcciones. Sin abandonar el Kremlin entramos en la Plaza Roja, donde destaca la iglesia de san Basilio, construida en el siglo XV. Es día de descanso, la iglesia está cerrada. Mediante algunos rublos corrompemos al portero que nos permitiera entrar en este maravilloso santuario. La iglesia está constituida por 9 torres, cada una con su capilla, ninguna de las 9 torres tiene la misma arquitectura. La que está en el centro es la más alta y es la más decorada por ser la imperial, tiene una sola entrada con 20 escalones, y con un circuito de pasadizos para ir de una a otra capilla. Todo está muy oscuro, hay hermosas pinturas murales que admiramos gracias a una poco de luz. En la capilla central hay un icono de gran belleza que se realizó con las monedas donadas por el emperador. Es aquí donde una vez al año el Zar y la Zarina escuchan la misa. Cada uno tiene un trono para rezarle a Dios. Cada capilla tiene puertas de hierro forjado que permiten aislarlos del pueblo mientras en el interior están los soberanos. Frente a estas iglesias, en la otra parte de la Plaza Roja, se encuentra la alcaldía de Moscú, una gran construcción de tabique rojo estilo flamenco que no tiene nada que ver con el resto de los edificios, se ve nuevo. Regresamos a la ciudad pasando por la Plaza Roja y podemos admirar importantes edificios y varias galerías con tiendas, mucho comercio, se parece en su construcción al gusto alemán, pero en su organización más bien como bazares orientales, son tiendas muy simples, llenas de productos de baja calidad también de origen alemán, a veces con un anuncio que son franceses. Negociamos varios artículos, comprando una pieza de pan, un par de calcetines de lana por un valor de 4.85 rublos, que hacen un total de 11.67 francos, un frasco de agua de colonia Pivert, lo pudimos comprar con 30 rublos o 66 francos, faltan monedas de pequeño valor, entonces devuelven cupones de 5,10,15, 20 Kopeks para hacer las futuras compras. Los timbres valen 2 francos, los demás billetes son de 1, 2, 3, y 5, rublos. Los productos más económicos son el pescado ahumado, mantequilla 2 rublos, arroz ½ kilo 2.5 rublos, lo que hace 9 francos el kilo. La vida no es barata para los rusos y me pregunto cómo pueden vivir aquí. Nos llamó la atención la gran cantidad de palomas, sobre todo en la Plaza Roja, donde muchas mujeres venden chícharos secos para las palomas. Yo compré varias bolsitas, me recordaron las palomas que conocí en la plaza de San Marcos de Venecia, el famoso cielo azul de Italia, nos hace falta, pero el frío del Kremlin tiene su interés. Seguimos caminando por la ciudad, y vamos a comer a un restaurante bastante elegante y muy caro. Es el primer buen menú que hicimos desde que llegamos a Arcángel, así uno se siente bien. En nuestra travesía por la ciudad estamos frecuentemente encontrando franceses y francesas que nos saludan muy amables, que forman grupos y nos acompañan hasta la estación de trenes llamada Kiev, ya que nuestro tren dio la vuelta a la ciudad. Nos damos cuenta de que era una verdadera fiesta no prevista, estamos cambiando de vagones, Lyautey y yo tomamos lugares. En un vagón de cuarta clase, que tiene calefacción, con 4 camas, parecen de gran medida como todos los vagones rusos, tomando en cuenta el ancho de las vías, permiten instalaciones confortables para un largo viaje, hacemos una buena provisión de madera, y tenemos una buena existencia de víveres esperando que el viaje sea más placentero. De Moscú me llevo un recuerdo lleno de impresiones mezcladas de curiosidad, como una ciudad sucia, colores feos y sus habitantes no son los más interesantes. Salimos a las 7 de la noche entre aclamaciones y toda clase de buenos deseos de todos los franceses reunidos en la estación.

 30 DE OCTUBRE DE 1916

Toda la noche hemos observado que el tren ha caminado mejor de día, al contrario, se ha parado muchas veces. Nos ha dado la posibilidad de adquirir más vivieres de mejor calidad y menos caros, comentamos que las personas son más afables y el mismo pasaje es menos monótono, los bosques de pino y otras especies son mucho más raros, se observa más tierra cultivada y molinos de viento de 6 aspas. Parece que la vida se ve más intensa y civilizada. En nuestro nuevo vagón estamos muy cómodos la hornilla en que cocinaremos mejores platillos y así tener una alimentación más equilibrada. El resto del tiempo jugamos a las barajas, principalmente Póker, sin dinero sustituido por semillas de girasol, que los rusos utilizan en la producción de pan y que mastican todo el día escupiendo los restos en el suelo. En algunas estaciones, bajamos para recoger víveres, agua fría y caliente para él te, sin olvidar la madera. Tomamos contacto con la gente de otros vagones, buscando estirar las piernas y así mantener buenas condiciones de salud.

Debemos estar muy atentos porque el tren arranca sin avisar. De noche llegamos a una estación llamada Brainskirch nada interesante, nos parece que el viaje dura mucho tiempo. Además, debemos agradecer al clima una buena temperatura.

 31 DE OCTUBRE DE 1916

Nuestra organización en el vagón marcha bien. Lo que nos preocupa es el tren que va cada vez más despacio, calculamos que solo son 20 km los que recorremos cada día. A veces el tren se estaciona en plena naturaleza, paisaje poco interesante y en pequeñas poblaciones sin interés alguno. Lo que no mejora es la comida, cada vez peor, afortunadamente con nuestro dinero podemos comprar algunos alimentos. A medida que avanzamos hacia el sur del país el clima se hace más accesible y esto facilita nuestro viaje. La gente no es simpática, hemos tomado la decisión de aumentar nuestras compras sin tomar en cuenta sus actitudes que han cambiado desde Moscú. Al medio día llegamos frente al campo de prisioneros llamado Damniza que tiene una amplia superficie. El tren se estacionó junto a los alambres de púas, vemos varias cabañas con un gran número de hombres que se empuja y gritan con fuerza, muy cercanos a los estandartes gritando ¡viva Francia!, no entendemos a que se deba este fenómeno y al preguntarles a qué se debe esta situación, descubrimos que son alsacianos que fueron movilizados para luchar en contra de los rusos, para luchar junto a los alemanes y se dejaron ser prisioneros. Nos dicen ser infelices y que son la burla de los soldados alemanes. Han hecho solicitudes oficiales para ser incorporados en el ejército francés. Parece que hay un comité en la ciudad de Kiev – estamos a solo 10 km – para tratar su repatriación a Francia. Después de 2 horas de descanso nuestro tren vuelve a iniciar su movimiento, a casi 5 o 6 km de la ciudad de Kiev, atravesamos el río Dniéper que rodea la ciudad y entramos a una estación con una enorme vía de ferrocarril con muchos vagones y locomotoras, todas en un gran desorden. Al cruzar el río Dniéper observamos un gran puente metálico tipo “Eiffel” de casi 500 metros a 600 metros, desgraciadamente es de noche y no podemos apreciarlo con más detalles. Hay unos proyectores que iluminan todo el puente. Estuvimos esperando casi hasta las 8 de la noche para recibir la cena que nos ofrecieron los rusos, pero al no llegar nada tomamos la decisión de comenzar a preparar todo con nuestros propios productos. Después nos acostamos. Otros se fueron a caminar por las calles de Kiev.

Nosotros lo haremos mañana. Como a las 11 y media de la noche nos despertaron para decirnos que la cena de las 8 ofrecidas por los rusos será a las 12 de la noche. Caminamos entre los rieles como un kilómetro y llegamos a la estación de Kiev donde en un gran restaurante nos sirven una curiosa cena. Regresamos al tren y dormimos. Quiero hacer especial mención que en la estación de Moscú y Kiev hemos visto prisioneros austriacos, trabajando sin guardias especiales y nos parece que no tienen la intención de evadirse, es sin duda una situación muy extraña.

 PRIMERO DE NOVIEMBRE DE 1916 -DÍA DE TODOS LOS SANTOS

Kiev, 50,000 habitantes, capital de la pequeña Rusia. Lyautey y yo nos dirigimos como a las 8 pm, hacia la ciudad y pensamos encontrar la dirección adecuada para llegar al centro de esta. De repente un soldado en un muy buen francés nos da las indicaciones muy precisas y válidas. Descubrimos que era un alsaciano como los que habíamos visto en Donitza, nos explica que es empleado de la agencia consular de Francia. Lo que nos platica no tiene gran interés. Nos lleva al agente consular, en compañía de otro compañero suyo, nos encontramos en un entorno muy francés. Nos reciben con café con leche, y nos ofrecen todo tipo de ayuda que pudiéramos solicitar. Nos ofrecen un pedazo de salmón, más te, pan, crema, mermelada, miel. Toda su familia, esposa y cuatro hijos lo acompañan, él es maestro de francés desde hace 40 años, en la universidad de Kiev. Es muy ¡locuaz! Simpático. De repente nos comienza a contar todo lo malo que tiene hoy Rusia. Sobre todo de los gobernadores, el mismo gobierno, el zar y la zarina. Terminamos el excelente convivió y nos lleva con el cónsul de Francia Mosie Bala Chonsky, es judío polaco y casado con una francesa, hombre simpático de 50 años más o menos, nos recibe en una vestimenta muy poco común – un esmoquin – zapatos muy brillantes. Su entorno es lujoso, con una mezcla muy poco coherente, hasta contradictoria de bonitas y feas cosas. En la sala hay un piano de cola, un arpa, algunas piezas de cerámica de Bretaña, varias pequeñas mesas de todos tipos, junto a muebles Luis XV, antigüedades de buen gusto, dos o tres cuadros de dibujos de Corot, y otros de algunos pintores desconocidos, tapetes persas, árabes y cortinas egipcias, sumo todo lo que pude observar. Su esposa, una mujer de unos 45 años, no muy bella, simpática, muy elegante en un vestido negro, es de origen francés pero ya rusa, ya que vive desde hace 40 años aquí. Después de una conversación muy general, nos ofrece un coñac y nos presenta a su hija, totalmente rusa, de 22 o 23 años, morena, vestida de color morado, hablando en francés con un acento eslavo, muy curioso, se ve una persona amable, alegre, simpática, y nos invita a pasar al comedor que tiene una amplia Bay Window, vidrio en forma de semicírculo con vistas al río Dniéper. El lugar está adornado con crisantemos. La mesa está muy adornada y nos ofrecen una comida ligera pero muy amplia y muy bien servida. El menú sin carne, varios quesos, huevos, frutas, pasteles, acompañados de vinos franceses. Somos una decena con una conversación, muy animada, les platicamos las historias del frente francés, nos prestan mucha atención, luego pasmos al salón para degustar un buen café, un cigarro oriental. El hijo del cónsul es teniente de guardias del emperador, un muchacho grande en una vestimenta muy elegante, cinturón y botas con su sable con mango de plata. Acaba de llegar del frente de Vilma de donde lo regresaron por enfermedad de “bronquitis”. No tiene mucha información acerca de todo el frente, de repente aparece una Madame de unos 30 a 40 años, muy elegante, amable, hablando mucho, muy francesa, pero igual con acento eslavo, se apellida Petit. Su esposo es abogado y es secretario particular de Milerand. Madame Petit, ha llegado hace poco de Francia, como vive en los medios políticos, hace algunos comentarios interesantes, muy agradables, además con un juicio de los 2 países, criticando lo que han hecho, o no, en este conflicto, insistiendo en las miserias, que la guerra provoca, los compromisos políticos que afectan las operaciones militares, las traiciones y la apatía que envuelve a Rusia y termina diciéndonos que lo que hay que cambiar es la cabeza. Afirma que el pueblo cuando se refiere a los emperadores dice: cuando los alemanes son vencidos en el frente ruso, ¡La Zarina llora! Cuando los rusos en el frente son vencidos, ¡el Zar llora a su vez!

La emperatriz es criticada siempre. Su mamá ¡todavía más! El joven oficial nos ofrece acompañarnos para conocer la ciudad, aceptamos, agradeciendo a nuestros amigos después de comer y en admirar la extraordinaria vista sobre el río Dniéper, jamás había tenido en mi vida un paisaje tan espectacular, maravilloso. Vamos al teatro nacional donde una “zíngara” (vieja gitana) nos ofrece un espectáculo destinado a los heridos de guerra.

Alrededor del edificio, se encuentran soldados haciendo guardia, la gente camina, sin tomar en serio el espectáculo, hay pocos peatones que de vez en cuando miran y aplauden. De repente aparece un carruaje tipo victoriano que se estaciona a la entrada del teatro y de él decide la emperatriz “madre” que entra en el teatro sin ningún gesto amistoso, sin aplausos, sin gritos de viva, sin un saludo. Después vamos a visitar a la iglesia de Santa Sofía, una maravilla del estilo bizantino es una copia reducida de la original de Santa Sofía de Constantinopla. Me llaman la atención de los mosaicos representando al Cristo caído, maravilloso. Tiene tanto del lado izquierdo como del derecho a los apóstoles, todos con unos colores jamás vistos, un poco borrados, muy bien amalgamados. Frente al coro hay varias puertas de bronce con esculturas de gran belleza, los altares son bonitos, nada más, sobre ellos hay reliquias muy interesantes. Un “pope” nos sirve de guía con la ayuda del joven “Sergio” que nos traduce toda la visita que dura casi una hora. Los jardines que rodean a la iglesia tienen galerías con vendedores de recuerdos religiosos como anillos, iconos, medalla, artículos de madera. Compramos algunos objetos y regalamos algo de dinero a una parte de mendigos y otra de hermanos de la guerra que se encontraban en la entrada de la iglesia.

Llegamos a la plaza principal, donde los jóvenes reclutas practican el uso de las armas y ejercicios de gimnasia. Nada excepcional, los hombres parecen autómatas y poco militares, se ven saludables, y vigorosos, aprenden a servir a su patria. Frente a la tienda de alimentos se amontonan muchos pobres, que esperan horas por un pedazo de pan, de carne o cualquier otro producto. El azúcar es muy escaso, casi difícil de conseguir, la carne se distribuye solamente 3 veces por semana. En fin tengo la sensación de una gran miseria. Frente a todo este espectáculo, se ven automóviles, carretas con caballos, todo lo que los “Boyardos” (nobles y ricos) utilizan frente al pueblo que se muere de hambre. La cantidad de civiles se mezcla con los militares – sobre todo oficiales – en un vaivén sin descanso. Hacemos algunas compras y nos despedimos de nuestro encantador guía y después nos dirigimos a la estación.

Y a la vuelta de una avenida encontramos a un grupo de franceses compuesto por jóvenes muchachos y muchachas, que discuten en medio de los rusos impasibles, es parte de la colonia francesa que acompaña la misión que está en la estación ferroviaria. Volvemos a encontrar a nuestro agente consular, que dirige a este ruidoso grupo. Las muchachas coquetean con los muchachos de la misión, una viejita que es la institutriz captura a Lyautey y a mí y nos proporciona su dirección por si regresamos a Kiev. Cerca del tren hay otro grupo de mujeres que nos ofrecen, flores y cigarros, pastelillos y otros artículos. La mayoría de las señoras son esposas de franceses que combaten en el frente de nuestro país.

En plena conversación nos indican que no podemos salir a las 7 y media de la noche, sino hasta la una de la madrugada. Entonces muchos compañeros aprovecharon para irse con alguna de las muchachas hacia la ciudad, el agente consular y su esposa regresaron por nosotros. Decidió invitar otras doce personas, junto a dos oficiales, 2 suboficiales y de repente vuelven hacia nosotros para ir de nuevo a su casa. Allí improvisaron una pequeña cena, muy francesa, adornada de buenos vinos franceses, y terminada la cena con champaña, buenos deseos de éxito y por la hora de partir que se anuncia ¡subimos al tren!, cada uno en su compartimiento y a dormir con un excelente recuerdo de Kiev, salvo los exabruptos de la vieja institutriz Madame Labrosse.

2 DE NOVIEMBRE DE 1916

A los que piadosamente murieron por la patria, tienen derecho….

Desgraciadamente, hoy en la mañana el tiempo amaneció gris, triste, como enlutado. Un compañero nos recuerda que es el Día de los Muertos, cada uno piensa en algún amigo o compañero, pariente que se ha adelantado, en aquellos que se quedaron en algún agujero del suelo francés defendiendo a su país. Cada uno reza a su manera, y sobre todo ¡piensa en el futuro! El tren inicia su marcha en la noche nada nuevo. Las paradas se multiplican y así conocemos más y más estaciones, todas monótonas que se componen de una sola construcción, una cabaña, ¡una bomba! Es la imagen de una estación tren de Rusia. La mayoría no tiene ni un semáforo sino un simple y primitivo disco de madera, manejando manualmente. La falta de comunicación entre las estaciones aumenta, – incluyendo la vía única- la tardanza en avanzar. Hasta la tarde llegamos a Nayodin una estación sin mucha importancia. El día se pasa como siempre, problemas con la comida y con los juegos de naipes.

 3 DE NOVIEMBRE DE 1916

¡Tengo la sensación de que no llegaremos nunca a nuestro destino! Estamos en la estación Guenernica como a las 12, solo hemos adelantamos 30 kilómetros en 24 horas. Tengo la suerte de estar de guardia. Pasan pocos momentos, y parece un día cualquiera. De repente empezamos a ver muchos trenes militares, vagones sanitarios, con artillería, otros con materiales militares. Parece que nos acercamos al frente de batalla. Aquí se divide vía hacia Cernovitz, Kichinev y Odesa. Esta última es la que tomamos.

4 DE NOVIEMBRE DE 1916

Hoy en la madrugada nos despertamos porque el tren está parado en una doble vía. Nos informan que los alemanes han empezado a penetrar en Rumania, esto aumenta nuestras preocupaciones. Estamos en plena zona de los combates y nuestro avance se resiente. Además, nuestro tren se ha ampliado con nuevos vagones con soldados con destino a Rumania. Los campesinos de los pueblos que cruzamos nos presentan prisioneros austriacos y son agresivos hacia nuestro tren y hacia nosotros mismos enseñando el puño como saludo. El resto del día se pasa con una comida ofrecida por los rusos – sopa de carne, carne asada y té. Seguimos lentamente nuestro recorrido.

 5 DE NOVIEMBRE DE 1916

Estamos cerca de la provincia de Besarabia, el paisaje cambia. Pasamos de los bosques de pinos, los desiertos, las estepas, aparecen campos agrícolas bien trabajados de maíz, vid, y todo tipo de legumbres. Las iglesias aparecen con otra construcción más orientales, más bizantinas, las casas tienen techos de madera y de paja, los campesinos se visten de otra manera y se parecen a los de Transilvania, están bien vestidos y son en mayoría civiles. Hacia las 2 de la tarde llegamos al rio Pruth frontera entre la pequeña Rusia, o sea la Rusia del sur, con la provincia antes rumana, conocida como Besarabia, conquistada por los rusos en el año de 1877, que era parte de Dobrugea. Aquí él río es enorme, haciendo un codo grande debajo de las vías del tren, con la protección de un puente metálico, a su derecha hay un resto de una fortaleza rumana, para defenderse de los rusos, construcción con gran personalidad. La ciudad donde estamos llegando se llama Bandery, se destaca la estación como a un km. Con gran dificultad y lentitud el tren, entra a la estación. Estamos citados a comer a las 2 en un local donde los rusos prepararon nuestra llegada.

Está a un kilómetro y medio de la estación, hace un frío intenso en este local, cada uno recibe un plato, cubiertos y un vaso con te. La estación tiene un tráfico intenso. En las dos vías, se encuentran estacionados los vagones llenos de serbios que hablan rumano, estos son los que viven en Rusia desde hace varios meses, suman como 2 divisiones y están aquí desde hace 6 semanas esperando a sus oficiales para ir a Odesa, y después a Rumania para luchar en Dobrogea, lugar donde las cosas no van muy bien frente a los alemaneses y los búlgaros. El tren vuelve a su marcha para llegar a Kichinev como a las 10 horas.

Llegamos a una pequeña estación de trenes sin mayor importancia. Cenamos y luego nos acostamos, estamos cerca de la frontera rumana. Cambiando de tren porque las vías rumanas son dobles, una buena noticia por lo menos. El número de trenes hospitales se ha multiplicado, curiosamente parecen bien equipados, pero muy sucios y los heridos están unos sobre otros. Los trenes están cargados de arcones, de paquetes, de cocinas, todos muy extrañamente acomodados. Los movimientos de los trenes son dirigidos por mujeres, hay algunas que ayudan a los trabajadores en componer las vías del ferrocarril. Seguro que nuestras parisinas no pueden hacer todo o mucho menos.

 6 DE NOVIEMBRE DE 1916

A las 7 de la mañana llegamos a la frontera rumana. Pasamos la aduana en el pueblo de Ungheni. Cruzamos un puente protegido en sus dos extremidades por centinelas rusas y rumanas de cada lado. Es con una gran emoción en volver a pisar este territorio en el que fui tan feliz, este país que puedo considerar como mi segunda patria. Inmediatamente, bajamos del tren para tomar las noticias más recientes y nos informan que los alemanes empujan fuerte en Transilvania y se fortifican en el frente de Moldavia, están con fuerza en Dobrogea para tratar de cruzar por el Danubio en la parte sur. Esas son las malas noticias, aunque no creo que todo sea tan malo, vamos a viajar desde Ungheni, como 12 km para llegar a Iaşi. El tren pasa cerca de varios talleres ferrocarrileros, aquí nos quedamos para descargar el equipaje, colocándolos en el patio.

Varios oficiales rumanos nos esperan, con autos y camiones que se llenan con equipajes y personal. Las recepciones son tranquilas, pero queremos saber si están preocupados y nos dicen que sí.

Me desplazo en busca de establecer el lugar para nuestra estancia, hay una escuela que nos otorgan para nuestro uso. Paso todo el día para la organización y comienzan las actividades de intérprete. En la tarde me reúno con Lyautey. Él se ocupa de los equipajes, un asunto de gran importancia. Cenamos rápido y nos vamos a dormir en la escuela. Me siento muy cansado, en realidad desde que salí de Francia no me he sentido nada bien de salud. Espero que el aire limpio de Rumania me ayude a curarme. Hoy, sin embargo, no hace mucho frío, pero la humedad y la neblina no me ayudan mucho. La ciudad de Iaşi es muy desordenada, mucha basura, con muchos rusos por todas partes. No es para alegrarse ¡En fin en Rumania! Hay que esperar los comunicados que son generalmente anónimos.

7 DE NOVIEMBRE DE 1916

Me despierto con fiebre, con una presión en el pecho. Sigo trabajando con Lyautey, pero ya no aguanto más, voy a la enfermería del centro de aviación, donde el médico me interna de inmediato, parece que tengo bronquitis aguda. Me da mucha rabia estar enfermo cuando mis compañeros están dirigiéndose a varios lugares y antes de estar aquí no pude ver a mis jefes, que acaban de llegar desde Bergen pasando por Bucarest esta mañana. Estoy en un cuarto en compañía de un sargento rumano, herido en el estómago. Más tarde aparecen otros 2 soldados enfermos. El lugar es triste y sucio.

 8 DE NOVIEMBRE AL 14 DE NOVIEMBRE DE 1917

He pasado todos estos días en la enfermería y estoy muy aburrido, mi Dr. es muy buena persona, se apellida Marzi y me cuida bien. Han llegado 2 nuevos heridos, son franceses y remplazan a los rumanos. Uno es mecánico de la aviación y el otro fotógrafo. Afortunadamente, el clima está bastante mejor gracias al cual deja pasar algunos royos de sol a nuestra pequeña sala, y calienta un poco el ambiente. Tengo varias visitas, Lyautey viene cada día. Manchoulas, Texier y otros más no me falta nadie. Lo único es que me aburro más y me molesta el dolor de las ventosas. Por un lado, mi descanso me hace falta. Desde hacía tiempo antes de salir de Francia, me sentía ya muy cansado, el mismo Dr. piensa que hace tiempo llevaba esta molestia y es probablemente que mis difíciles días en la batalla de Somme sea donde pesque la gripa y seguro con mucho catarro. Se me convirtió en una buena bronquitis.

Frente a nosotros, la ciudad de Iaşi incluye un viejo monasterio que se ve majestuosamente y se presenta ante una puesta de sol magnifica. Debajo de esta pequeña colina se encuentra la carretera que viene de Ungheni y va hasta el centro de Rumania y hacia el oeste llega al frente de Moldavia. Todo el día, como una impresionante cien pies se mueven con lentitud, circulan las tropas rusas que van a ocupar el paisaje rumano. Esperaba llegando a Iaşi, ¡tener cartas desde Francia! Sin embargo, nada. Lyautey sale para Bucarest. Estoy programado para salir de la enfermería el 14 después de haber pasado por un delicioso baño, me presento después de 7 días en la enfermería, a la oficina del centro. Allí están todos los oficiales, me recomiendan que debo descansar otros días más. Me ubico en una recámara, de la casa de una señora de edad, cerca del centro. Bien instalado, me puedo dedicar a recuperarme, con una buena comida, de lácteos huevos y carne. Pongo al día mi correspondencia, y me voy sintiendo mucho mejor. Hago de inmediato una solicitud para ir al campo donde se encuentra una zona avanzada del frente y a la que puedo ir sin autorización especial.

15 DE NOVIEMBRE DE 1916

Empieza para mí una vida de descanso, me despierto tarde voy al centro, platico con mis compañeros, después de comer hago una siesta, me paseo, luego ceno y me voy a dormir temprano. El clima cambió, hace frío y ha comenzado a nevar. Paso encerrado con 2 amigos, Lafarge, piloto, ganadero en Argelia, y Bourgois un joven parisino intrépido piloto. Platicamos muy a gusto en lo que podríamos llamar cafetería, tomamos te, chocolates muy sabrosos y una buena cantidad de pasteles.  Admiramos a las bellas rumanas muy elegantes, polveadas, perfumadas. Hay rumanos civiles y militares, todos flirtean frente a un vaso de agua. Pasamos momentos muy agradables y si esto sigue así vamos a empezar pensando que esto no es la guerra. La tarde así como la noche las ocupo para hacer mi correspondencia. Cada uno se va a su recamará diciendo que la hemos pasado muy bien, y pensando naturalmente en la familia dejada muy lejos.

16 DE NOVIEMBRE DE 1916

El tiempo volvió a cambiar. Nevó toda la noche, ya no cae nieve, y el sol luce y produce un espectáculo maravilloso. Voy al centro hacia las 9:30 horas. Me piden hacer algunas traducciones y un oficial me indica que siga todavía un rato la vida de convaleciente. No tengo todavía la autorización para ir a Schitzu y me siento un poco triste, pensando que los alemanes avanzan y avanzan. Las tropas rusas ocupan gran parte de la ciudad, desfilan todo el día, sobre todo los de infantería en formaciones compactas, dando la impresión de ser tropas fuertes, poderosas. Parecen estar bien equipados. Cantan, tienen buena música, presentaciones de chiflidos, gritos, todos muy salvajes. En su totalidad, sin embargo, se ven poco aseados, mucho olor a cuero, a pieles. Muchas personas les temen y otros los admiran seguramente porque se ven muy aguerridos, violentos y listos para el ataque. No parecen ser muy civilizados, se encuentran concentrados en patios, jardines, en donde duermen y comen. Tienen muchos abastos, comestibles, material de guerra como carretas, caballos, autos, furgones de todo tipo. Están armados, con un Fusil, Modelo Label 1886-M93, con bayoneta larga sin funda. La mochila parecida a la nuestra es más flexible, con diferentes formas y colores. Me llama la atención, que tienen muy buenos zapatos y botas. Buscan dar la mejor impresión, disciplina y valentía.

Todas las tiendas que venden productos a base de alcohol están cerradas y vigiladas por la policía, ya que los rusos beben de todo lo que se parezca al vodka, palabra que pronuncian al llegar en cualquier pueblo. La ciudad está muy animada. Las últimas noticias del frente son confusas y vagas. El punto crítico está en Craiova, desde allí las noticias son poco certeras y muy cortas. Los oficiales rusos, con sus uniformes de gala, se pasean, platican, se ríen frente y ante las muchachas rumanas, ¡sin tener la impresión de que van a la guerra! Y luego a su país. Me parece que son bastante inconscientes. Todavía no hay correo desde Francia.

Es mucho tiempo. Espero que mañana llegue algo, hoy en la noche fuimos a cenar todo un grupo de compañeros, el suboficial Gerard con su conquista “Raphaine”. Lafarge, Texier, Therin, Lemonnier. Lyautey, se encuentra en Bucarest y no se ha ocupado de comunicarse por algún medio para tener noticias desde Rumania.

17 DE NOVIEMBRE DE 1916

Hoy en la mañana, muy temprano, me dirijo al centro para ver a mi doctor, el cual me comunica que todo término, pero que necesito mucho aire y que me pasee para que precisamente logre su recomendación. Empiezo el ejercicio a las 10:00 horas. Aprovecho el clima fresco, con algo de sol y con la humedad de la nieve, lo que ayuda para mi recuperación. Mi amigo Bourgois, con su vehículo, me hace un tour de 10 minutos por la ciudad. El paisaje con nieve es maravilloso, por esto sigo muy severamente las recomendaciones de mi médico. Desayuno en compañía de los suboficiales y con los pilotos, en el centro del ejército, así el ambiente es más alegre. Al recibir buenas noticias, desde Craiova y Dobrudja, un oficial me informa que estoy listo para ir cuanto antes a Bucarest y después a la ciudad de Goleşti. El resto del día me la paso caminando, tomo algo de té, pastelería y mucha plática con todos. Todavía no hay nada de correo. Me atrevo a mandar un telegrama porque me prometen que llegara en menos de 10 días. ¡Espero que sea verdad! Como quisiera viajar junto al telegrama hacia mi viejo París.

 18 DE NOVIEMBRE DE 1916

Anoche arreglé mi equipaje y espero salir hoy desde Iaşi. Me presento en el centro y se me informa que debo esperar algunos días, que utilizaré de transporte un avión de carga hasta Ungheni y esta será mi primera tarea. Estas son las órdenes, esta será mi responsabilidad, me acompaña un sargento y ambos caminamos sobre el lodo entre miles de andenes y vagones. Me enojo y grito todo en rumano para enseñarle a mi colega su primera clase del idioma y por fin arreglo el doble trabajo, el suyo y el mío para el transporte aéreo de las cajas de aviones que se encontraban en la estación de trenes de Iaşi.

La estación se encuentra a 5 km del centro y la falta de tractores me dificulta la operación; sin embargo, logro organizar el último transporte gracias a una plataforma que localizo donde está la terminal de tranvías y que puedo colocar en la vía del tren. Atravesamos la ciudad, pasamos por el rastro, y el mismo centro. El medio fue muy práctico y rápido. En la noche me siento muy cansado y voy con mi vieja polaca que está feliz de verme. Es mujer de 50 años, polaca de nacimiento y en el momento de la declaración de la guerra en Polonia huyo con su hijo que tiene como 18 años y vive con ella, su marido fue hecho prisionero y su otro hijo, el mayor, estuvo en Francia en el 14 donde se incorporó como voluntario. Ha estado sin noticias de él por mucho tiempo; hace unos días recibió un comunicado oficial del hospital militar de Grenoble, con fecha de septiembre, donde el Dr. le indica, que Julius Bartel se encuentra en tratamiento por heridas recibidas en las piernas, riñones y la espalda, por todo esto la pobre mujer tiene el derecho de estar llorando todo el tiempo. Como son de origen rumano, el hijo será incorporado al ejército. Esta mujer está feliz de ver a un francés hablar en rumano, y hace todo lo posible por consentirme, con té y leche caliente para evitar que tenga mi famosa tos que es parte de mi enfermedad. A pesar de estar muy bien tratado, deseo partir y regresar a casa sin alemanes. Parece que será dentro de 2 o 3 días como siempre que habrá correo. Por el momento el día está bastante bonito. ¡Ha dejado de nevar y lástima porque el deshielo empieza a ensuciar todo! Me parece que los soldados rusos se han multiplicado seriamente.

 19 DE NOVIEMBRE DE 1916

El día parece que va a hacer soleado con un poco de caída de nieve. La temperatura es cálida todavía. No recibo la autorización del gran cuartel general para ir a Schitu, ¡qué lástima! Estoy paseando por los alrededores del parque, escribo algunas cartas y hago algunas traducciones, me aburro mucho, por eso ya quiero irme a Schitu. La instalación aquí se arregla poco a poco. Del frente hay muy pocas noticias. Son comunicados que se publican en la plaza todos los días, hago este comentario: creo que las noticias deben de ser muy malas y por eso son escasas y cortas, sobre todo cerca del río Jiu, que se encuentra en dirección del Argés. En cuanto al frente del Danubio nada se sabe, por esto no confió en las noticias. Haré todo lo posible para partir.

 20 DE NOVIEMBRE DE 1916

Un día magnífico, parece que nada sucedió con la nevada de ayer. Un clima extraño, finalmente después de muchas palabrerías y discusiones, el gran cuartel general me citó para avisarme de que tenía que partir hacia Bucarest a las 4 de la tarde. ¡Qué alegría! Regreso a mi casita, arreglo mis papeles y mi equipaje. Mi vieja polaca se pone desesperada y me ofrece un montón de cosas para mi viaje. Voy haciendo algunas compras de último momento, me dirijo a la estación para confirmar la hora de la salida, apuesto que no hay nada más difícil de precisar que la salida de un tren en Rumania. Pues sí, yo tenía razón, saldrá hasta mañana a las 6:00 hrs de la mañana, ¡ni modo! De regreso sigo con el consentimiento de mi vieja polaca. Voy a cenar con mis amigos y me acostaré temprano, aunque me siento muy molesto por perder un día más. Las comunicaciones son poco precisas. Del lado de Campulung los alemanes acaban de avanzar al igual que sobre la ciudad de Targuviste. ¡Qué desastre!

 21 DE NOVIEMBRE DE 1916

Me levanto a las 4 de la mañana para no perder el tren. A la 5 y media viene una camioneta para ir a la estación. En el camión me encuentro a otros franceses que también van a Rumania. Muchos empujones en el tren. Me informan que va un general ruso, no lo veo, pero gracias a él el tren sale 2 horas después, está totalmente cargado, me puedo acomodar en un strapontín (un asiento plegadizo) viajamos toda la noche, todo el día, el maldito tren nos sacude todo el tiempo. Espero llegar a Bucarest hasta las 7 ¡que viaje! Siempre me acordaré toda la vida.

22 DE NOVIEMBRE DE 1916

Llego por fin a Bucarest, cansadísimo, tengo mucha emoción al poner el primer pie en la estación, me recuerda a mi primera llegada en 1907, viniendo desde Turquía y Egipto, donde pude hacer realidad el sueño de volar mi avión, un Blériot XII, regresó a Rumania y salida para Francia, con una pequeña maleta, dejando atrás y llegando a París para estar listo en 1914. Hoy me parece todo eso tan lejos y, por un lado, parece que nunca había dejado Rumania. Tomo un carruaje (birjar) jalado por caballos y me dirijo a ver a Davidescu. No lo encuentro, luego voy con un compañero para poder asearme bien, salgo con un ligero sol y me dirijo hacia él, restáurate del hotel Athenee Palace donde se encuentran mis jefes. Pregunto en la recepción por mi amigo Maisonueve del cual nadie sabe nada. Espero poder descubrir por qué todo aquí está en plena confusión y no sé qué pasa en la dirección de nuestra misión. Tengo que ir a Pipera, donde está el centro de la aviación, donde se encuentra mi orden de acompañar el material de guerra, aunque estaba destinado hacia Goleşti. Después de dar una pequeña vuelta por la calle Victoria, tomo un ligero alimento y lo curioso es encontrar, a cada paso que doy a personas que conozco y me conocen. Algunas les llaman la atención verme de nuevo. Pregunto por Zentier y Domenge, me dicen que el primero está en Craiova y el segundo en Plopeni (Rumania). Nada hace que las cosas vayan muy bien. Terminando la comida me dirijo al domicilio de Zuebel, pero no lo encuentro, porque ya ha sido movilizado y está en el frente. Encuentro una carta y me dicen que hay 2 más pero dirigidas a Iaşi, con fecha de octubre. Me traslado al centro de la ciudad, me informan que mañana recogeré mi orden y empezare a ordenar mi convoy. En la noche voy a reunirme con Texier que tiene 3 semanas en Bucarest. Parece que están muy entusiasmados con la ciudad y con los rumanos y sobre todo con las rumanas.

23 DE NOVIEMBRE DE 1916

Después de pasar una buena noche en Bucarest, en la mañana muy temprano me dirijo al terreno de la aviación y me encuentro con Bibescu, muy amable y también al Ing. Sesefsky buena persona. Me da gusto encontrarme con personas conocidas y con amigos de siempre, y que todos los “ases” de la misión están aquí. Hay varios vuelos durante el día. Regresamos a comer a Bucarest. A pesar de todo, parece que la vida sigue bella.  Nada hace pensar, que el país está en guerra y que el enemigo está cerca de las puertas de la ciudad. El gran cuartel general se estableció en Perisoara, cerca de los terrenos de la corona. El cuartel real sigue en Buftea, algunos kilómetros de la otra posición. Me encuentro con Demeyer y hacemos una larga plática. Después trato de arreglar mi oficina y trabajo todo el día. Se me informa que el 25 recibiré mi orden de servicio, y por lo menos ya conozco la fecha. Me encuentro con muchas personas, que me hacen muchas preguntas. Los medios de transporte entre la ciudad y el campo de la aviación francesa son un poco complicados, difíciles de tomar y tardan mucho tiempo. Hoy en la oficina se rumorea que el frente llego hasta el rio Jiu y los búlgaros tratan de cruzar por el Danubio. Craiova está en grave peligro de caer.

¡Nadie puede estar tranquilo! Sin embargo, así está la población de la capital. Lo que más me llama la atención es el silencio de la prensa. Hoy el clima es espléndido y todo hace pensar que no estamos en invierno. Hago algunas tareas en el terreno de la aviación. He visto a Lyautey en el gran cuartel general. ¡Gran amigo y compañero! Pienso mucho en la mina y como estaría de regreso a ella. Supe que De Wendel con su esposa y sus hijos están en la refinería de Plopeni, donde disfrutan una vida campesina pero muy feliz. No esperaré mucho, voy a tratar de ir a verlos para platicar toda la noche hasta el amanecer. Me pondrán al día de muchos eventos que han pasado en el país desde que salí en 1914. Sigo buscando a Zentler, el cual seguramente vive en Craiova. Me quedo a dormir en su casa de y hacemos memoria de muchos buenos momentos vividos juntos. Era otra Rumania, momentos que me hacen estar muy feliz.

 24 DE NOVIEMBRE DE 1916

Dejo Bucarest y me redirijo a Pipera, encuentro nuevos pilotos, oficiales, compañeros, con sus equipajes y todo el material, todas las armas para el convoy de Goleşti, donde saldré mañana. Hable con Stanescu y está confirmado que saldremos mañana en un tren sanitario. A las 10.30 de la mañana nos visita una escuadrilla alemana, nos dejan caer algunas bombas sobre la ciudad, en cambio, sobre nuestro terreno dañan algunas paredes de los hangares que maltratan a un grupo de soldados rumanos. Ningún francés sale herido, solo el campo un poco. Me llama la atención que los cañones italianos antiaéreos, que son de 52 mm, no son capaces de derribar algún avión enemigo. Revol, Tissot y Manchoulas, corren al campo y ponen en marcha sus aviones, para tratar de acabar con los enemigos, los que con gran astucia y velocidad huyen.

Cosas malas flotan en el aire, la jornada es incierta, los pilotos hacen vuelos de reconocimientos sobre el Danubio. Las noticias son malas. Aparentemente, Craiova ha caído ante la embestida del enemigo, nadie se lo esperaba, es la marcha sobre Bucarest y Ploesti. Todas las líneas ceden poco a poco. Las informaciones traídas por los pilotos no dan muchas esperanzas y más bien son pesimistas. Al cruzar el Danubio, se ven las tropas enemigas como a 60 km de Bucarest. La ansiedad ya se está extendiendo a todas las poblaciones, los rumanos parecen dormidos y me da la impresión de no saber cómo reaccionar.

25 DE NOVIEMBRE DE 1916

Me despierto a las 5 de la madrugada, el tiempo se ve bien, mi cargamento está listo. Mis 2 camiones están llenos y nos vamos a la estación de tren junto con mi equipo y soldados rumanos. Al llegar hay muchas discusiones, se nos informa que saldremos hasta la noche. La estación es pequeña, me instalo en el bufé, hay pocos clientes y excepto los trenes militares y sanitarios todo está en calma mientras oficiales rumanos, junto a sus esposas, sirvientas y mucho equipaje ¡Qué situación tan increíble!

Voy a comer a la ciudad, muchas personas me comentan la caída de Craiova, las tropas se repliegan hacia el Argeș, ¿me pregunto por qué? Nadie entiende la situación. A pesar de ser la tarde el tiempo sigue bastante bien, regreso a la estación y cargo mi equipaje. Hay más y más personas que llegan a la estación, solicitando boletos para tal o cual dirección. Una gran cantidad de equipaje se amontona cerca de los pocos trenes. Los pasajeros parecen miedosos, desesperados, todos tratando de huir. Mi tren está listo desde las 5 pm, saldremos a las 11:00 h. A las dos de la madrugada me despierto, apenas hemos llegado a 25 km de Bucarest, nos indican que vamos a regresar porque el Argeş está cortado y ningún tren puede llegar a Goleşti. Qué gran desilusión, si no tuviera todo este material me decidiría ir a Schitu y ver cómo le hago con los que están en Goleşti. Toda la escuadrilla que espera mis materiales y sobre todo las ametralladoras que necesitan las municiones. ¡Que hacer de veras no sé! El tren se regresa a Bucarest, llegamos a la 1:00 de la madrugada. Los desesperados se han multiplicado y hacia mediodía es necesario establecer un cordón de seguridad para impedir la presión de la gente por invadir los andenes. Las últimas noticias indican que el ejército del sur, también se repliega, ¡no entiendo hacia Ploesti! ¡Increíble! Con grandes dificultades llevo el material a Lipera, mis pobres hombres no han comido desde casi 20:00 horas. Toda la gente está muy preocupada, me informan que los reconocimientos se multiplican sobre el Danubio. El jefe de la aerostación, el capitán Laudet y el sargento Gaufroy deciden partir en automóvil para realizar un reconocimiento hacia el sur para confirmar las contradicciones, las noticias y la realidad del lado rumano. No obtengo ninguna información, una nueva escuadrilla va a regresar proveniente de Goleşti. Llegarán hacia mediodía. En la tarde los pilotos, el Teniente Kergolay y de Maille, tratan de dar un vuelo de reconocimiento hacia Guirgiu y Zumicea. Qué paso a la 1 de la madrugada no han regresado, desde este momento se comienza a pensar que algo malo les paso, y eso hace que se tenga más temor. Todos dormimos en el campo, cansados por no haber podido regresar a mi casa. Sin embargo, duermo unas horas, quedo pensando que hacen los míos en París.

26 DE NOVIEMBRE DE 1916

Nuestros compañeros no han regresado, y no sabemos que ha sido de ellos. Telegrafiamos por todos lados, pero sin ningún éxito. Los otros pilotos recién llegados se instalan en Băneasa, para trabajar duro sobre el sector norte, él en que menos bien nos va. Los otros van sobre el sector sur del Danubio. La capital se ve amenazada de caer de un momento a otro. Nos comunicamos con las 2 divisiones de Turnu Severin, están cortadas en 2 partes, después de la caída de la ciudad de Craiova. Esperábamos que los alemanes se detuvieran y así no todo estaría perdido después de la caída de la ciudad. Durante el día varios aviones alemanes sobrevuelan la ciudad sin éxito. En la noche bajo a la ciudad y cenamos varios camaradas con Dumitrescu y luego a dormir.

Veo a Cosmescu y me comenta que está decidiendo evacuar a su esposa y a sus hijos y que tomó esta decisión, después de mis comentarios acerca de Bucarest y que no hay muchos trenes para poder evacuar a la población civil. Me informo que mañana habrá un tren y a lo mejor puedo ayudarlo a subir con su familia. Me recuerdo cuando me tuve que ir en 1914 dejando todo atrás. ¡Están bombardeando Câmpulung! Platicamos mucho y luego a dormir algunas horas. Al alba me dirijo al tren y consulto por teléfono para confirmar si podemos viajar.

27 DE NOVIEMBRE DE 1916

Espero hasta medio día, pero no sucede nada, así que me voy al centro de la ciudad. Ahí me encuentro a Cosmescu y me dice que no sabe qué hacer, no puede regresar a su casa, que pasara con los suyos.

Busco a De Meyer, el cual me confirma que está muy preocupado con la situación y que toda la gente se ha vuelto muy inquieta. Todo el día es un gran desfile de personas con sus familias y equipajes, van de un lado a otro de la ciudad. Los comunicados siguen llegando confusos sin alguna indicación precisa. En el sur la cosa va mal, bien vale decir que hacía el oeste, y al norte también todo va mal. Tomo un poco de tiempo para redactar mi correspondencia, esto me hace olvidar por unos instantes toda esta situación en que mi vida se encuentra hoy. 

28 DE NOVIEMBRE DE 1916

Nuestros compañeros y amigos se van de Bucarest. En las secretarias de estado empiezan la mudanza de todos los archivos. La estación de trenes está cada vez más llena de personas, todas muy tristes en dejar su casa, nosotros el campo de aviación. Hago varios viajes desde el hotel Athenee Palace al aeropuerto, donde se encuentran nuestros grandes jefes. Nada nuevo, no nos movemos sino hasta el último momento. Los ingleses todo el tiempo nos indican que deberíamos irnos ya, me quedo todo el día en el hotel. El tiempo es espléndido y no podemos creer que con este sol la situación sea catastrófica. Hoy salieron 2 pilotos para hacer un reconocimiento, pero estamos preocupados porque no han regresado, es un asunto muy triste. La ciudad está en calma, la circulación de un vehículo no militar después de la 8:00 horas de la noche es muy rara. Los militares circulan libremente. Pienso que es un estado de guerra ya establecido, la ciudad se apaga. No hay duda Bucarest va a caer, me quedo a dormir en el campo de aviación, en la madrugada me despierta un fuerte cañonazo. Nos levantamos, parece que vienen desde el norte-oeste. Despierto a los amigos. La gente está impactada. El teniente Lebrun tiene una herida ligera en su pierna.

 29 DE NOVIEMBRE DE 1916

Empezamos a desmontar los hangares de la aviación, para comenzar a enviar los materiales de los almacenes del campo, la maquinaria de los talleres. Durante el día los alemanes pasan sin dejar bombas. Un tren lleva parte de los pilotos y del personal, hacía Bârlad y Cuelintza este será el nuevo centro. Veo partir con mucha pena a Manchoulas y muchos buenos amigos. En este mismo tren veo salir al pobre Ledoet, que abandona su fábrica y todos sus negocios como lo hice yo en 1914. La ciudad ya no está nerviosa, sino en un tremendo pánico.

Se ha llegado a ofrecer hasta 1,000 leí por un automóvil, que pueda transportar a personas a unos 60 km de Bucarest. La gente vende de todas colecciones valiosas, joyas y otros bienes. Acercarse a la estación de trenes es casi imposible, pilas de equipajes se amontonan, mucha gente en un caos, desde luego animales y sobre todo soldados que luchan con los gendarmes que tratan de poner orden. En las noches el correo se muda con todos los archivos y sus servicios, la aduana también. ¡No hay duda Bucarest va a caer!

 30 DE NOVIEMBRE DE 1916

Esta mañana se oye muy fuerte y sordo el famoso ruido del cañón. La mudanza en el campo continúa ahora, el mal tiempo complica las cosas, hace frío de repente, llueve fuerte, eso nos dificulta todo. Hoy las embajadas abandonan Bucarest. Trato de contactar a Cunescu en mis pesquisas, me encuentro con Zentier con una larga barba muy sucia, había escapado de Craiova y en su carreta hizo 5 días para llegar a Bucarest. Está vencido, cansado y muy triste sin dormir.

Le pregunto si ha visto a Jean Bibescu. Me dice que no sabe si está muerto o prisionero en la región de Turnu Severin. Todo es un ámbito de tristeza. De Meyer no sabe qué hacer para ir a Plopeni, para tratar de ver a su familia. Todo el día suenan los cañones desde lejos. Me ocupo con mi ayudante, cargar documentos y aparatos, de acuerdo con mi criterio, me da pena escribir que la actitud de los oficiales rumanos es poco profesional propio para esta situación. Los trenes llegan con trabajo a los andenes. Las escenas que se ven son difíciles de comentar por ser desagradables. Pasamos en el campo toda la noche, después de una ligera cena en la ciudad. Quizás sea de las últimas. Regreso al campo. El clima se ha tranquilizado, ha dejado de llover. Esta mañana voy a llevar un sobre importante a la estación, destinada al gran cuartel general.

Aquí se está dando una verdadera lucha, todos quieren pasar para huir, los más pobres con todos sus bienes en una mochila, otros que han llegado de los territorios ocupados, se amontonan, llorando, gritando, atontados por la situación. Todos se concentran frente a los pocos trenes. La estación ya no tiene puertas, ventanas y los vidrios todos rotos. La situación demuestra la falta de civilidad, frente a una pesada situación de pánico. Durante todo el día, a todas las personalidades políticas se les ven huyendo, algunos en aviones ingleses y franceses, solo van quedando pocos en Bucarest. En la noche la ciudad que durante todo el día fue convulsionado está bastante tranquila buscando serenidad. Pocas luces para no decir ninguna. Dormimos en el campo, su restaurante está sobrecargado como de costumbre. Adiós a los hoteles llenos de oficiales, y lindas mujeres. Todos han desaparecido por milagro, la noche se ve interrumpida por el ruido de los cañones y el horizonte se ilumina por luces de la batalla misma de la ciudad de Bucarest.

1 DE DICIEMBRE DE 1916

Todo el día sigue el embarqué con prisa, pero hay que trabajar con las dificultades normales. Recibí una llamada telefónica De Meyer que piensa salir hoy en la noche. Voy a verlo más tarde, en el gran cuartel general que se cambiara de lugar también esta noche. Así que bajamos todos los días del campo aéreo a la ciudad. Solo algunos pilotos y soldados rumanos se ocupan de nadar y refrescarse en un estanque cercano donde acampamos. De repente estalla una bomba y hieren a varios soldados. La salida ya es oficial para mañana. Solo queda un tren de mantenimiento, pero no hay locomotora. He podido ver a De Meyer que viajará a pie para Ploiești y espero que podrá ir a ver a su familia, tiene todavía los vendajes en su cabeza que cubre sus heridas. Se nota que una gran cantidad de la población ha abandonado la ciudad y una parte queda a la buena voluntad de dios.

 2 DE DICIEMBRE DE 1916

El cañón se acerca, las noticias son un poco más precisas, todos indican que los acontecimientos se precipitan. Organizo un convoy en el que partirán los oficiales, y suboficiales franceses, con los mecánicos. Solo quedarán los pilotos el capitán Pierre Sarret, el sargento Farge el secretario Pourtale y yo. A las dos horas se verá cómo el convoy pueda salir quedando algunos soldados franceses en el campo. El clima está tranquilo con algunos chubascos.

 3 DE DICIEMBRE DE 1916

La jornada parece tranquila, estamos a la espera de los acontecimientos. Los últimos pilotos se van, nos quedamos solo 4 personas, en una construcción desierta y platicamos y platicamos. Nuestro último tren no ha podido salir por falta de locomotora. Está completa con pilotos y materiales, equipaje y todo lo que teníamos en el campo. A las 10 el cañón escupe más fuego pero sin grandes resultados. La noche la vamos a pasar en la fábrica de glucosa. Nos acostamos con nuestros uniformes y todo el equipo a la mano. Dos camiones y un automóvil nos esperan para llevarnos a Iaşi. Debemos partir mañana muy temprano. A las 2 de la madrugada me despierta un ruido ensordecedor de una sirena, tiros de pistola y muchos gritos. Llego rápido y me asomo por una ventana rota y veo un suboficial rumano gritando a los soldados franceses, hay que salvarse de los alemanes que entraron en la ciudad. La sirena no para de sonar, voy y despierto a mis compañeros que me preguntan que está diciendo y les indico. Rápido recojamos todas nuestras cosas, y nos ponemos en marcha.

Salimos con el capitán Pierre Sarret a la cabeza del convoy, también se une con nosotros un teniente rumano. En el camión van mecánicos franceses y sobre la otra camioneta colocamos una ametralladora para poder tener alguna ventaja, frente a las posibles patrullas alemanas. Aprovechamos la oscuridad para poder huir de la ciudad, y dejamos en los hangares, teléfonos, aceite y gasolina que no pudimos destruir por órdenes de los oficiales rumanos. ¡Qué lástima! Estoy más que furioso. En algunos momentos llegamos a las barreras, aquí el espectáculo es increíble, todo mezclado, convoy, artillería, municiones, tropas, animales y en medio de todo esto una gran cantidad de personas, hombres, mujeres, todos a pie, y que decir de los niños, cargando equipajes, bagajes, carriolas, carretas en las se acumulan los más viejos algunos enfermos, minusválidos o heridos y sumergidos en una gran oscuridad con solo algunas lámparas, linternas, para no llamar la atención de un posible encuentro con alguna patrulla de los alemanes. Es un gran ambiente lúgubre. Me llama la atención como se hacen paso a punta de culatas y de fuetes de los oficiales, que tratan de pasar con los automóviles que bloquean la carretera, todos empujan para ir a la derecha y a la izquierda gritando, llorando. Como caímos en esta situación nos costó una hora para cruzarla.

Tomamos un camino a través del campo en dirección de la población Urziceni, durante la travesía se poncharon varias llantas.

4 DE DICIEMBRE DE 1916

Llegamos a las 6 de la madrugada a Urziceni, buscamos un lugar para nosotros, no hay nada, entonces les pido a mis compañeros que vayan a la estación de policía y allí entre mesas y sillas dormimos un poco porque no podemos ir adelante. La pequeña ciudad está llena de personas que huyen, de convoyes, tropas, y animales. Encontramos a nuestro convoy salido de Pipera. Esto aumenta el número de autos de los franceses, un poco heteróclito de todo tipo de modelos, incluyendo un camión con 50 oficiales, camionetas, coches con caballos, ¡de todo! En la mañana, como a las 10, se decide iniciar el camino del convoy, me nombran jefe, qué honor. Estoy a la cabeza y espero que todos me sigan. Si los jefes del frente francés del Somme nos vieran seguro que se burlarían de nosotros. La lluvia nos persigue, pero es pasajera, a las 12 y media llegamos a un pequeño pueblito cerca de la ciudad de Mizil. En el camino hemos recogido a un médico que nos ofrece llevarnos a un hospital que ya no existe. No quedo nada de él. Conseguimos algunos huevos y comimos muy rápido. Nos alcanzan 3 vehículos con problemas que se habían atrasado y doy la orden de seguir, con gran dificultad por el mal estado de los caminos llegamos a Buzău, donde se encuentra el gran cuartel general, y que era nuestro destino. Buscamos en la oscuridad, algunas minas desiertas y por fin los localizamos, mi buen amigo Lyautey me va a compartir su recámara.

5 DE DICIEMBRE DE 1916

Se nos informa que los alemanes, entraron en la capital, casi al alba. ¡Quiere decir que escapamos en pocas horas! La ciudad de Buzău parece bastante bien. El gran cuartel general está instalado en un gran castillo que hoy se ve bastante bien. En la mañana veo a mis jefes y en la tarde me voy a ocupar en localizar una recámara para mí solo, y dónde uno puede ir a comer. Aquí empiezan las dificultades porque la ciudad está invadida de demasiada gente y no encuentras ni un pedazo de pan. En mis peregrinaciones tropiezo con mi buen, amigo Cosac que me informa que desde que me fui de la mina, nada ha cambiado. Me dice que Cosmescu no se fue con su familia. Les ofrezco a los dos, si él lo localiza encontrarnos más tarde. 

La muchedumbre aumenta rápidamente. Se está formando una aglomeración desmedida, además viniendo del norte, ¡llegan tropas rusas! Por fin encuentro un cuarto, no lujoso, pero cómodo, para dormir tranquilo. Además, está caliente porque el frío se acaba de soltar en la tarde noche. Las noticias del frente son muy malas, la persecución continúa, las tropas alemanas de Ploesti ya se están acercando a Mizil ¡es imposible entender la caída del país! Como a las 5 de la tarde, voy a acompañar al capitán Gaufroy en el auto para alcanzar un tren y así a la escuadrilla. Todo paso bien excepto el lodo en cantidades extraordinarias y regreso en la noche para poder descansar y dormir mejor. Como es muy tarde ya no encuentro nada para cenar. Como dice el dicho, quien duerme bien cena.

6 DE DICIEMBRE DE 1916

¡Día lluvioso, clima triste! No pude dormir muy bien, por culpa del frío, del ruido, del movimiento de tropas, de convoyes, que van en todos sentidos. Es difícil entender que está pasando, voy al gran cuartel general, para hacer varios trabajos. Me encargo de buscar unos cuartos para los oficiales, la situación es tensa. Sabemos que los alemanes siguen avanzando. Hay pocas posibilidades encontrar alimentos. El correo no sale, tengo varias cartas, las tropas rusas cada vez más numerosas que vienen del norte y las tropas rumanas del sur, que se siguen replegándose en total desorden… A la vuelta de la esquina me tropiezo con 7 u 8 campesinos llenos de equipaje, llenos de lodo, mal lavados, qué son viejos mineros míos. Les pregunto dónde van, no lo saben, cómo toda la gente me informa que desde mi salida todo quedo igual. El día trascurre sin mayor incidente, muy monótono, e inquietante, no sé qué pasa atrás de nosotros, al igual que nosotros acerca de lo que pasa en el frente. 

7 DE DICIEMBRE DE 1916

El clima malo, igual que el clima, las noticias que nos avisan que los alemanes siguen avanzando tomaron la ciudad de Mizil y sus 50,000 habitantes. La inquietud reina en el cuartel general, donde se prepara una salida cuanto antes. Otro día agitado, triste, donde no se encuentra nada de comida. El pánico se expande poco a poco, la ciudad está llena de tropas, carriolas, carros, camiones, caballos, civiles en grupos, todos desconsolados. ¡Qué tristeza, más ya no sé qué contar!

8 DE DICIEMBRE DE 1916

Me encuentro con mi compañero Pourtale en nuestra habitación, donde tenemos frío debido a que afuera está helando, nos despertamos temprano. No llueve, pero el día está muy sombrío con un cielo muy gris. La inquietud es cada vez más y más grande, me encuentro con el príncipe Bibescu. No se puede encontrar nada de comer, todo está casi cerrado, la salida del gran cuartel general se va a llevar a cabo en la tarde, me nombran a quedarme con el sargento en aerostática para dirigir la evacuación del material motorizado que todavía queda aquí, 2 grandes camiones, 2 remolques, 2 autos, etc. y toda la mudanza del gran cuartel general no es una fácil tarea. Quedamos en la ciudad los franceses de la aviación. Nos acostamos tarde, la agitación sigue en todos los barrios de la ciudad, es un verdadero relajo. Los rusos se enfrentan a la población rumana y entran en muchos comercios.

9 DE DICIEMBRE DE 1916

Nos levantamos temprano, arreglamos el equipo, vamos al cuartel de los bomberos donde se encuentran el material y nuestros amigos los rumanos. Hay un primer transporte desde la estación de tren que se lleva a cabo. Hay tanto lodo que nuestro camión más grande, tiene que jalar al otro camión, a unos 800 metros de la rampa del cargamento. Tratamos sin éxito, lograr el apoyo de la policía, de alguna otra autoridad, pero repito sin éxito, toda la gente está alocada, así que decido maniobrar solicitando a unos campesinos que pasaban con sus bueyes, y por las buenas o por las malas me ayudan con sus animales para jalar los camiones. En la noche podemos por fin llegar al muelle de embarque. Nos topamos con la dificultad en encontrar la plataforma, todo bajo una lluvia que se agrega al lodo, me pongo a luchar más y más, son las 11 de la noche, ya tenemos 2 camiones en un vagón. Agradezco a los rumanos por su ayuda. Llueve y llueve. Llega a la estación un tren con artillería rusa, bajan las municiones, carretas con gran rapidez y se instalan en los andenes de la estación, la ocupan toda. Me dirijo la mitad en francés y la mitad en alemán con el oficial a cargo, para pedirle ayuda, para cargar mi material y gracias a ellos y a mis hombres, colocamos todo sobre las plataformas, ya son las 12 y media de la noche. Nos quedamos en la ciudad, dormiremos un poco.

 10 DE DICIEMBRE DE 1916

Despierto temprano, arreglo mi equipaje, la muchedumbre es cada vez más desordenada, A lo lejos se oye el cañón, no muy fuerte. La búsqueda de pan es inútil. Ha desaparecido, con dificultad pude comprar algunos alimentos. Encontré en una tienda algunos pasteles. ¡Increíble no! Voy a la estación de tren. Allí está el asistente Sesefsky me informa, que los alemanes se encuentran a 10 km. Hay que partir de inmediato. Tomamos nuestro pequeño coche y nos ponemos en camino. Sigue lloviendo y hace mucho frío. Alcanzamos los alrededores de la ciudad con gran dificultad. También hay mucho viento y sigue nevando.

El camino es intransitable, se nota el desorden, animales, carros, camiones, algunas tropas, sin jefe, mediante los cuales intentamos atravesar la carretera que está cortada, hay muchos baches y el pobre carrito brinca y brinca, espero que no se desarme. Hay tramos que nos toman hasta 2 horas y luego podemos avanzar, la lluvia y la nieve siguen sin cesar. Por fin llegamos al río Sarat. A las 2 de la tarde, en toda la ciudad no encontramos nada de comer, la ciudad parece muerta, está todo cerrado, de repente una ventana se abre, es una casa que parece ser una panadería y una persona se asoma, es un oficial rumano, nos invita a pasar, por supuesto accedemos porque estamos muy mojados y con mucho frío. Nos platica que es un gran terrateniente de Bucarest, y que acaba de escapar de los alemanes, pudo encontrar a su esposa que también había huido con algo de equipaje.

Nos ofrece, algo más o menos, de comer. Gracias a dios hace calor y con algo de comida creo que podremos dormir mejor. No podemos quedarnos mucho ahí porque después de unas horas retomamos el camino. El oficial nos pide que lo llevemos, ya que se quiere reincorporar a su tropa, así que después de sus amabilidades acepto. La lluvia es pertinaz, así que luchamos contra ella, el desorden está por todos lados, de regreso a la carretera nos encontramos con una columna de artillería, municiones cada vez más numerosas, más confusos en su huida, estamos desesperados y no saben cuándo podrán salir de esta situación. Por fin llegamos a Forsain muy tarde en la noche, me dirijo a la estación de policía y nos dan unos tickets para podernos alojar en una casa adaptada para los soldados. En el camino encontramos un restaurante abierto, nos bajamos para poder comer algo, y no hay más que sopa y mămăligă, mi compañero nunca la había probado. Unos oficiales que se encontraban en el lugar, comienzan una conversación y luego se reúnen con nosotros, muy amables nos comparten un vaso de su vino, luego nos vamos a buscar nuestro alojamiento, somos tres en un pequeño cuarto con una sola cama; me toca dormir con un oficial y mi ayudante dormirá en un colchón en el suelo así que buenas noches y hasta mañana.

11 DE DICIEMBRE DE 1916

Nos levantamos temprano, hacemos nuestra limpieza y el bagaje. Sigue lloviendo y cae mucha nieve. Con alegría encontramos un café con leche y cigarrillos en un depósito que fue hace días robados, qué suerte. No aparece nuestro automóvil, no sabemos dónde está o que está pasando así que vamos a buscar algo de comer y afortunadamente como a la hora aparece nuestro ayudante que es el chofer y nos explica que compuso un resorte roto y que no encontró gasolina. Así nos vamos en el camino y nos topamos con un convoy, el cual después de mucha discusión nos dan un poco de gasolina y emprendemos nuestro viaje. Llegamos a Tecuci como a las 7 de la noche. Es una pequeña ciudad, sucia, y brumosa, sigue la lluvia y el viento. Nos dirigimos a la estación de policía, gracias a nuestro ayudante encontramos dos recámaras en la única posada abierta, allí nos encontramos a la escuadrilla de Grulin, Manchoulas, Micheletti y Thèron, el fotógrafo Cabella y a varios mecánicos. Pudimos cenar, la comida bastante buena, así que podremos dormir mejor.

12 DE DICIEMBRE DE 1916

Nos despertamos con un intenso frío. Empezamos a viajar a las 9:00 horas. Después de despedirnos de los compañeros que se quedan en Tecuci donde se va a establecer la escuadrilla. La carretera está en muy mal estado, lleno de baches, de repente aparece una manada de borregos sin pastor, seguramente están perdidos. Más adelante nos topamos con una columna de artillería rusa que camina a un lado de la carretera, dejando los equipajes junto a sus caballos, abandonando todo y se internan en el campo para robar alguna una vaca. Son una bola de bárbaros. Cansados, mojados y helados llegamos a Bârlad como a las 7 ½ de la noche. Así que me dirijo hacia el gran cuartel general que hacía 2 días había llegado a esta ciudad. Desde ayer se encuentran instalándose en un edificio importante, me parece que vamos a estar bien. Me encuentro con el comandante (R) y los compañeros así como a mi amigo Lyautey cenamos todos juntos y luego de una gran plática, nos vamos a dormir en este lugar sobre algunos colchones y estoy tranquilo porque por fin llegue y termino mi misión.

 18 DE DICIEMBRE DE 1916

Tengo que poner mis apuntes al día, aquí la vida está llena de trabajos y agregaría sin gran interés. Estamos instalados en la Escuela Normal. Es un edificio muy adecuado. La comida un poco mejor, dormir sobre colchones en el suelo es algo difícil. Aquí me encuentro a mi primo De Ribes. Es el secretario del comandante de instalación que organiza la llegada a Iaşi. Me informan que los alemanes siguen avanzando, los rusos bajan como avalancha hacia el frente, el pobre ejército rumano regresa en desorden, hacia el norte, donde debe reorganizarse. Se esperan grandes combates sobre los ríos Pruth, Sireth y Putna. En este lugar se encuentran las fortificaciones que los Rumanos habían edificado contra los rusos, y que serán volteadas contra los alemanes. Recibimos el correo desde Francia, con fecha de octubre, ¡ni modo! Pero mejor que no recibir noticias, saber que de todos están en buena situación. La guerra no termina y hay que saber que pasa allá. Hoy me informan que mi amigo y camarada, Lemonnier en una prueba de avión en Iaşi es el primer miembro de la misión que fallece. La especialidad de intérprete no nos deja mucho tiempo para otras actividades. Todo el día y a veces en la noche – muy tarde estoy traduciendo un montón de papeles, a veces si gran importancia. El tiempo ha mejorado y la nieve no cae, lo que hace que el frío sea menos fuerte. Vamos a contribuir en la reorganización de la escuadrilla de aviación.

22 DE DICIEMBRE DE 1916

Otros días en los que deje pendiente mi diario, ¡el clima frío! No hay nieve, hay un poco de sol, los pilotos hacen su trabajo, los alemanes también van avanzando. Parece que el frente se está fijando sobre el Pruth. Los rusos no dejan de venir desde el norte. La alimentación empieza a escasear. La vida a pesar de lo que pase es tranquila y monótona. Se comentó que el gran cuartel general aquí se queda. Lo único seguro no sabemos dónde ir a Botoșani, Vaslui, Iaşi, en el frente nadie sabe nada.

23 DE DICIEMBRE DE 1916

El tiempo ha mejorado. No parece ser invierno, las tropas alemanas no dejan de progresar, no han llegado al río Pruth ni al Sireth y al Putna. Seguramente serán sus objetivos. Las tropas rusas legan y llegan. Nuestro compañero Texier abatió un Aviatek esta mañana. Esto hace bien al ambiente. Rezamos que vivimos. Siguen los rumores de una mudanza. Debo ir a Iaşi en los próximos días. No tengo noticias de Francia. Un teniente regresa a Francia y lleva consigo un correo de todos. Mi primo De Ribes deja Bârlad y parte para Iaşi

 25 DE DICIEMBRE DE 1916

Ayer fue Navidad muy triste y tuve un día muy ocupado. En la noche cenamos y pudimos agregar algunas provisiones traídas por nuestro compañero, todos somos tristes tanto tiempo lejos de Francia. Aprendemos que los alemanes bombardearon la estación de Braila. La evacuación de esta ciudad es inminente. El compañero Manchoulas lucha muy fuerte contra un alemán. Hoy recibo 2 cartas de Francia ¡qué alegría! Para este fin de año, aunque son antiguas, yo pienso mucho en ellos.

 26 DE DICIEMBRE DE 1916

Salgo para una pequeña misión a Iaşi, llevo además un importante correo. Llego a las 11 y ½ de la noche. La nieve cae con mucha fuerza. Me dirijo al lugar de nuestro anterior estacionamiento, ceno y duermo. El gélido frío es intenso, y no había visitado Iaşi desde noviembre.

 27 DE DICIEMBRE DE 1916

Después de una buena noche inicio mis asuntos, consulado, gran cartel general, etc. La precipitación es intensa y el frío se intensifica. No se dispone de recursos adicionales para transporte, a excepción de unos antiguos tranvías, algunos automóviles y trineos. Me encuentro con varios amigos y compañeros de Bucarest y una distinguida joven, rumana, qué honor para mí. La vida aquí es imposible, no hay pan, los restaurantes inaccesibles, no hay dónde comer. El día pasa sin nada especial, excepto que reportan los bombardeos sobre Brăila.

 28 DE DICIEMBRE DE 1916

La caída de nieve es formidable. Hay más viento y más frío. Sigo realizado los trámites. Salida programada a la 11 de la noche, me voy a la estación como a las 10 de la noche y me encuentro al capitán Manchoulas y otros oficiales. El tren, atascado, la estación sobre poblada de soldados, después de varios intentos, muchas dificultades y algunos golpes, me acomodo en un rincón, envuelto en mi abrigo, una piel de borrego y una cobija, ¡demonios! El tren no está calentando y no tiene vidrios. Hasta las 2 de la madrugada esperamos salir.

Parece que el tren no puede salir, el amanecer aparece y se anuncia que el tren saldrá solamente hasta las 12.30 horas. Tras una extensa discusión, nos trasladamos a un salón transformado en un centro hospitalario destinado a pacientes rusos, olorosos, no muy limpios, donde adquirimos un poco de té y dormimos en bancas, probablemente llenas de piojos y pulgas. Nos despertamos a media mañana el 29 de diciembre y observamos que el tren no está listo para viajar.

 29 DE DICIEMBRE DE 1916

Vamos a buscar algo para comer en el centro de la ciudad, volvemos a subir al tren que se supone sale de un momento a otro. Nadie parece preocuparse, en el vagón donde me acomodo, tengo a mi izquierda a un joven subteniente rumano, que es correo militar, pariente lejano de Beligradianu y un subteniente francés y junto a él una señora rumana que pregunta si es difícil aprender francés.

Frente a nosotros un viejo coronel rumano, que mastica algo todo el tiempo, completa el grupo, otro oficial rumano de correo militar y un soldado francés que fuma su pipa y que seguramente piensa en su país. Salimos por fin a la 9:00 horas y a las 10.30 hemos caminado solo 18 o 20 km y estamos luchando para subir una colina, donde hace algunos días se había descarrilado otro tren. La vía está llena de nieve, el tren se lanza, sube, patina y se regresa un poco, se para, otra espera, se va a buscar otra locomotora a Iaşi, toda la operación toma como 3 horas, por fin se engancha la nueva máquina y gracias a las maniobras volvimos a caminar. Llegamos por fin a la 5 ½ de la madrugada a Bârlad. Cansados, helados, el joven oficial tiene un lugar en la casa de la señora. ¡Es la guerra!

30 DE DICIEMBRE DE 1916

Después de una buena noche de descanso, iré en la mañana para entregar mi misión al gran cuartel general, saludo compañeros. Nada nuevo, se acerca el fin de año, otro año que se ha escurrido, bastante rápido y parece que nada nuevo aparecerá al horizonte. Tengo entendido que habrá un próximo viaje, que daríamos por estar de regreso a nuestro país, en nuestra casa, con nuestras familias de regreso a nuestras actividades, de nuestra profesión.

31 DE DICIEMBRE DE 1916

Un día bien completo. El coronel «R» es cada vez más gruñón. Esperamos a un nuevo jefe que lo sustituirá, ¡será esta la causa! Nos avisan que llegara en la noche, es el comandante De Vergnette. Nos encontramos cenando cuando va llegando, que pena nadie fue por él, yo hubiera hecho esa tarea con gusto. Tiene la expresión de enojado, es chaparro y camina muy aprisa y habla con un ligero acento, a mí me parece simpático.

La noche está cargada de conversaciones y de poco descansó y de mucha información que no paran, las noticias del frente son mejores. Las posiciones se están estableciendo

 1 DE ENERO DE 1917

¡Año Nuevo! ¡Nos aportará la paz! Hay un sol radiante y el día se ve mejor cómo hace mucho tiempo, porque cuando el clima es bueno nuestros hermanos se matan menos. Él pretextó es en bien de la civilización ¡Será verdad! Aunque hoy es día de fiesta, el trabajo sigue sin descanso, las tropas Alemanas se han parado en el río Siret, estamos a muchos kilómetros, menos inquietos, a pesar de que la ciudad de Brăila está en manos de nuestros enemigos. ¡Nuestra aviación trabajo duro! El comandante “R” es automáticamente enfermo, quizás por la llegada del nuevo jefe, son momentos cómicos “para tener alguna diversión”. El asistente Gavais llego a realizar la paga que nos toca. El clima es frío y se ha vuelto insoportable, el termómetro no deja de bajar. Lástima que en un día como hoy no tenemos noticias de Francia. Las tropas rusas siguen llegando y el ejército rumano, desgraciadamente, continúa como en tropel hacia el norte.

 2 DE ENERO DE 1917

El frente en Galaţi, está muy activo y bravo, está tomado su forma ¡Brăila fue evacuada! La cual está en manos de los alemanes, los rusos no hicieron nada para impedirlo. La caída, lo que yo diría, es una traición. Confirmado, el norte de Brăila, junto a los pantanos, son una defensa natural para el acceso a Galaţi. La caída de Brăila, un duro golpe, la ciudad capital del distrito del mismo nombre no puede vivir sin peligro por mucho tiempo. Las luchas sobre el río Siret, y rio Putna, siguen pero con menos vigor. Tal vez el enemigo se ha cansado, ¡Será! En el cuartel general no hay nada nuevo, mi vida sigue normalmente pero monótona. Espero un mensaje que llegue desde Rusia.

 3 DE ENERO DE 1917

Hoy, a las 8 y media de la mañana, despertamos con un fantasma. Un avión alemán viene a dejarnos unos regalitos de fin de año, pero las baterías antiaéreas, lo obligan a huir, claro, después de dejar un par de bombas y dejar lo demás para otro día. El frío sigue muy intenso a pesar del sol. Me informan que debo regresar a Iaşi. Se comenta secretamente que el comandante “R” debe de partir en misión especial a Rusia. En lo personal me suena como a una desgracia. El correo francés tiene que venir esta noche. Esperaba ver a mis compañeros Manchoulas, Texier, Lemonnier, en hechos heroicos gracias a los cuales los alemanes se ponen a temblar. El día paso con mucho trabajo, interesante a pesar de una monótona organización.

 4 DE ENERO DE 1917

El correo llegó en la noche junto con nuestros agentes de unión interrumpiendo nuestro sueño. Por esto fue una noche sin sueño, sin dormir, ya estoy aburrido de dormir en pajas, a veces con un pasajero fugas. Lyautey encontró una cama de campaña, sin embargo, desconozco cómo el capitán ha localizado una alternativa para mí. Cómo dormir si el teléfono no deja de sonar. Los más resistentes se dedican a grandes partidas de póker para engañar el sueño. El abasto en la ciudad se ha vuelto precario. Los rusos se están adueñando poco a poco. Parecen hombres buenos, pero en el campo de batalla son unos verdaderos salvajes, unos brutos humanos. En todas partes llevan a cabo actos inexplicables, dejando sus episodios bajo el efecto del alcohol. Como aliados me reservo el calificativo de poco interesantes. Hoy hay distribución de cartas, pocas pero siempre agradables.

 5 DE ENERO DE 1917

Regreso a Iaşi, por unos días en la misión especial. Se siguen murmurando la mudanza. Nada seguro, al no poder vivir en el gran cuartel general, me empeño en encontrar una recámara, esperando tener mejor suerte. El amigo Gavais quien estaba aquí para el pago de los sueldos, se enfermó de repente de una congestión en la cara. Se va a internar en el hospital. No se sabe que tiene. El clima sigue frío y soleado. Cerca del gran cuartel hay un parque donde podemos caminar. Los niños del pueblo, juegan inconscientes del peligro que representa la guerra. No dejamos de ir casi cada día, para caminar, sobre todo al medio día, cuando el clima lo permite y facilita el mismo trabajo que es menos intenso.

 6 DE ENERO DE 1917

Tiempo mejor, ya no cae nieve. Los últimos convoyes de las tropas rumanas pasan por aquí cerca del gran cuartel general, y también del terreno donde se encuentra la aviación. Se establece un terreno para maniobras y así se quedarán. Estamos observando escenas pintorescas. Del lado del frente las noticias son mejores. Quedamos aquí por el momento. Hoy llego un regimiento siberiano, hombres fuertes, bien equipados, dan la impresión de una gran fuerza, me llama la atención la manera como caminan muy oriental. No tengo más que comentar en este día.

 7 DE ENERO DE 1917

Un correo inglés sale hacia Francia. Durante todo el día, gran actividad, mucha agitación y la preparación de documentos oficiales y correspondencia personal. La vida día a día se ha vuelto muy difícil. Las tiendas cerraron poco a poco por falta de productos. El frente no se mueve. Pocas noticias desde Francia. También allá las cosas parecen tranquilas, esperando que los días de paz regresen pronto. El clima frío sin nieve. Aquí en el cuartel general de la aviación, el drama R vs. De Vergnette sigue. ¡Reirá mejor el último!

8 DE ENERO DE 1917

Hoy en la mañana cae un poco de nieve, a medio día el tiempo mejora. Estamos en plena labor para lograr provisiones de comida para satisfacer el hambre. El trabajo no falta aunque bastante aburrido. Encontré en la ciudad al amigo Lupescu – abogado – amigo desde el Cairo, es capitán y está en misión en Rusia y me dijo que tiene la suerte de tener a su esposa con él. Tendrá que ir al frente con una nueva división. La escasez de alimentos es notable, no hay regularidad de distribución. Hay lugares de verdaderas batallas donde la policía lucha contra la población. ¡Pobres rumanos!

9 DE ENERO DE 1917

Un día bonito, pero muy frío, hay días pesados. Hoy tengo como nunca ideas negras. No hay mucho trabajo. Voy a realizar un poco de caminata con un compañero en un montecito cubierto de nieve. Vemos unos bueyes hambrientos – ellos también – comen cañas y restos de maíz que les damos. En la oficina poco trabajo. Nada muy interesante. No tengo noticias de Francia. Nos adaptamos a la presencia de los rusos.

 10 DE ENERO DE 1917

Bonito día, cayó poca nieve, esto empezó en la madrugada, nada nuevo. La situación del cambio del “R” por De Vergnette sigue, el primero escapa por su enfermedad a las discusiones de todo lo que acontece. El teniente coronel De Vergnette ya empezó a trabajar. Al que hemos visto por aquí, parece que desearía, entrar a la aviación. Para mí sería una gran noticia. Después del lunch voy a visitar a mi amigo Gavais en el hospital, que se encuentra en frente del gran cuartel general. Será la primera vez que voy a ir a este hospital. El espectáculo es bastante triste, es horrible y yo tenía otra visión de los hospitales militares que había conocido. Desde la entrada, hay un vestíbulo grande, colchonetas de fibra de maíz, todo en el suelo, sobre ellas mujeres y hombres mezclados, hay militares heridos, enfermos, moribundos, sucios llenos de lodo, muchos heridos con sangre. 

La selección está lenta para atender a los enfermos infectados. Penetro por varios pasillos, donde sin nada de calefacción, se encuentran en desorden, todo tipo de camas, pobladas por enfermos, heridos que sufren de todo tipo de heridas y enfermedades. Hay salas atascadas con heridos en camas amontonadas en total desorden apenas separadas por algunos centímetros, lo que también llama la atención es que en cada cama tiene 2 heridos, uno con la cabeza hacia la cabecera y el otro al revés. ¡Qué miseria! Por fin llegamos al pabellón de los aislados. Nuestros compañeros tienen “erisipela” y están aislados juntos en el mismo cuarto, una rusa que se está muriendo. La ocupación del lugar lo completan 2 alemanes y un austriaco junto a 2 rumanos. Todos se encuentran apelmazados en un estado de atención médica desconcertado, el centro hospitalario carente de aire, contaminado y lleno de parásitos. Todos me dan pena, ¡es verdad que para los países latinos lo provisional es para siempre! De allí voy a seguir trabajando.

11 DE ENERO DE 1917

La nevada es moderada, el resto del tiempo se comporta bien, sobre todo después de mediodía. Nos avisaron que dos aviones alemanes venían hacia nosotros, nada sucedió. Varias conferencias se han llevado a cabo entre el comandante “R” y el teniente coronel De Vergnette, espero que lo que siga sea bueno. El día se muestra tranquilo lo que me permite preparar algo de correspondencia porque el correo saldrá pronto. Los combates, un poco más suaves, siguen en el Pruth y Putna. Parece que los alemanes no podrán traspasar. Se trabaja duro en la conformación del frente. Los rusos dan un poco de apoyo. La ciudad es cada vez más ocupada por ellos, lo que dificulta más y más la vida diaria. La mayoría de las tiendas están cerradas, más robos y menos comestibles.

12 DE ENERO DE 1917

El día es muy bonito, la nieve no cae. Hace mucho frío. ¡El compañero Manchoulas abate un avión alemán y lo festejamos! Se ha recrudecido la lucha en el Pruth, Siret y Putna. Parece que entre lo que queda del ejército rumano y los rusos podrán dar la batalla. Se vuelve a comentar la mudanza del gran cuartel general para Iaşi. No sé si es posible porque las tropas estarán lejos. Espero que el hombre del correo salga mañana. Este segundo correo está bien recibido. Los rusos siguen bajando desde el norte y los rumanos suben hacia los campos de capacitación en el norte de Moldavia. Hay menos rumanos y muchos rusos. Recibimos una bomba que no estalló, sin más problemas, solo un incendio en el campo de la aviación, en un depósito donde los amontonados rusos por equivocación prendieron fuego.

13 DE ENERO DE 1917

Voy en misión un día a Iaşi. Hay dificultades entre nuestros jefes, menos mal que los enojos no me han llegado hasta la fecha y siendo un soldado hay que obedecer. En el transcurso del día, se me ha notificado que debía partir de manera urgente. Como algo, recojo mi mochila y me dirigió hacia la estación del tren, donde el coronel «R» me brindó las últimas instrucciones. Empieza a nevar, hace mucho frío. Son las dos y media de la noche, ¡la suerte sigue de mi lado! El tren está a reventar. Encuentro a la salida del vagón de oficiales del Estado Mayor de la misión, un general ruso, el coronel De Vergnette un general rumano y recibo la orden de no partir. He visto en la estación a la familia De Meyer que va a Iaşi así como la familia Bruckner. Qué curioso encontrar conocidos. El tren está cargado de personas, El tren se encuentra abarrotado con tanta gente y se encuentra en la bajada de Ciurea a 13 kilómetros de Iaşi. Me comentan que el espectáculo es espantoso. El general Berthelot debía estar presente, junto con el general «A», quien se bajó en una estación previa con oficiales y soldados franceses. Se están llevando a cabo los trabajos de salvamento. El oficial correo que estaba en el tren no se encuentra. Para el general Berthelot es una gran suerte. Ya se habla de una mano criminal por la ruptura o mal funcionamiento de los frenos. Otros hablan de un atentado dirigido por los alemanes. Tengo que darle las gracias a la providencia, ya que seguro estaría sentado en el compartimiento junto a todos los oficiales compañeros y amigos muertos.

14 DE ENERO DE 1917 AÑO NUEVO EN RUMANIA

El Año Nuevo rumano empieza esta mañana con un clima muy bonito. La costumbre es muy arraigada y en todo el país se celebra como la Navidad. El cuartel general está en calma, muy en calma. Nadie quiere ir a la guerra, cuando es día feriado. Al contrario, la aviación – sobre todos nuestros pilotos – trabajaron duro todo el día. Personalmente, tengo mucho trabajo y termino muy noche. Se nos anuncia que llego un correo desde Francia a Iaşi y esto es un gran regalo después de 16 días sin noticias desde la patria. He obtenido una recámara en una casa en la ciudad. Nada de lujo. Una cama agradable y, al igual que en todas las habitaciones rumanas, se encuentran fotografías, grabados, tarjetas postales ubicadas en las paredes, hermosas cortinas adornan las ventanas, una buena chimenea para calentar el cuarto, así como algunos tapetes. Estoy seguro de que es mucho mejor que en el cuartel general donde dormía sobre el piso. Cuanto veo este tiempo casi primaveral me acuerdo de las buenas horas que pasé en mi pequeña mina, en la parte alta de los montes de Transilvania, donde todo esto me parece bien lejos y perdido para siempre.

15 DE ENERO DE 1917

La situación militar no tiene cambios, los alemanes empujan con fuerza, pero los rusos y los rumanos resisten bien, ¡Son los últimos momentos! Son las esperanzas que juegan entre nosotros. Los combates más crueles están alrededor del río Putna y del rio Siret. Sobre este está la segunda línea del frente para parar a los alemanes. En esta situación que tenemos la esperanza de la resistencia es lo único que nos queda. Sobre el Siret, los rumanos habían colocado fuertes posiciones de resistencia en los años de 1912 y 1913, para defenderse de los rusos. Hoy volteadas ayudan curiosamente a los rumanos y a los rusos en su lucha contra los alemanes. El tiempo ha mejorado y la aviación tiene mucho trabajo y también los alemanes siguen molestando. Ayer por primera vez dos aviones alemanes han sobrevolado Bârlad donde se encuentra el cuartel general. No hicieron nada, pero debemos esperar de un día a otro que sus visitas sean más frecuentes y que lancen algunas bombas. Hemos tomado las precauciones necesarias. No recibimos nada del correo de Francia y esto me va alimentando el montón de ideas ¡negras!

16 DE ENERO DE 1917

La vida está siendo muy aburrida y, de manera habitual, similar a la del día anterior. Creo que no me voy a equivocar, va a nevar toda la noche. Nos informan que las noticias del frente se han vuelto mejores, sobre todo del frente francés. Ojalá que estas noticias sigan. Desde la tarde la nieve se ha adelantado y el termómetro sigue bajando. Seguro que toda la noche hará mucho frío. Pienso en los soldados de las primeras líneas del frente con un clima así de duro. Extraño las noticias de Francia que no llegan.

17 DE ENERO DE 1917

La vida cambió de aspecto, la nieve que cayó durante toda la noche alcanzó 20 cm. y sustituyó la lluvia y el lodo. Dice el termómetro que bajo mucho toda la noche hasta llegar a 11 grados bajo cero. Las noticias del frente son mejores. La batería de cañones instalada por los alemanes en el punto más elevado en Dobrogea, frente a la ciudad de Galați la siguen la bombardeando. Fue descubierta por nuestros pilotos y los rusos, la están destruyendo. Todo el frente se está cristalizando y se está solidificando. La vida económica se ha vuelto cada día más difícil, por falta de abastecimiento de víveres y por una gran presencia de personas que llegan todos los días, pertenecientes a los municipios vecinos de Moldavia, única región no ocupada y que representa una tercera parte de Rumania. Desde hace 48 horas tengo un boleto de habitación en una casa de un piso, que no está mal.

18 DE ENERO DE 1917

La nieve sigue cayendo. Ahora la noche presentó 15 grados bajo cero, durante el día subió la temperatura a 10 grados bajo cero. Desde luego el sol no aparece. Los rusos no se acongojan con el frío, muchos visten con ropa ligera sin abrigos, quizás muchos tienen sobre la piel lo que se conoce como “cosocul” que corresponde a un chaleco de piel de borrego. La situación del frente no tiene cambios. El mal tiempo fija a los dos adversarios sobre sus actuales posiciones. La vida sigue su ritmo regular, igual de monótona como el clima y sin noticias de Francia. En mi pequeña recámara tengo el placer de encontrar mi lámpara y el calor, pero me falta algo ¡la mujer!

19 DE ENERO DE 1917

Hoy se celebra a San Juan ortodoxo. Es una gran fiesta religiosa, se llama “Boboteaza” es decir bautizo. Los ritos y las ceremonias relacionadas con las fiestas son muy curiosos. Recuerdo haber asistido a muchas bellas ceremonias cerca del río Dâmboviţa cerca de Bucarest, donde ha asistido el rey, la reina, toda Rumania. Aquí en Bârlad no sé lo que acontece y además no dispongo del tiempo para ver lo que se llevara a cabo. Por cierto, después de mi vacunación anti-cólera, no me siento muy bien. El clima persiste en un estado de frío, el frente se encuentra sin movimiento y nosotros sin correspondencia. La guerra sigue, ¡hasta cuándo!

 20 DE ENERO DE 1917

En la mañana pequeña emoción, una carta, llegada por correo, una simple carta de mi hermano, quien sabe y como desde Francia y con fecha 26 de octubre. Son muy viejas noticias, pero de todos modos, dan placer en leerlas. El trabajo se ha acumulado. La vida regular sin nada relevante, excepto la condenada inyección de ayer que nos ha tumbado a todos. La nieve cae con menos fuerza y el sol trata de asomarse. El frente parece fijarse definitivamente. Sopla un ligero viento del norte. Mi nueva recámara es sencilla, pero me gusta mucho. La cama es estrecha, tengo una mesa de noche, una silla, un simpático horno para calentar – típico rumano entre 2 columnas, algunos trapos bordados colocados en las ventanas, muchos cromos, tarjetas postales pegadas en las paredes y en el suelo dos o tres tapetes tipo campesino y ya es todo. Aquí me puedo concentrar un poco, descanso, alivio el cuerpo y el espíritu, puedo leer, escribir y encontrarme con las viejas costumbres de soltero. Hoy más que nunca con las molestias de la famosa inyección. Leo mucho y es el mejor escape, frente al horno, el mejor remedio, para luchar contra los efectos de la inyección.

21 DE ENERO DE 1917

Día espléndido, ya dejo de nevar, el sol está presente. La temperatura está en – 10 grados bajo cero. El trabajo calmado. En estos días no hubo vuelos. Con algunos amigos hicimos un paseo en un gran parque cercano a la ciudad. Algunas señoras elegantes, también acostumbran a venir aquí, paseándose en trineos por la ancha avenida que cruza este lugar. Es algo curioso, ya que en toda la ciudad se ven pocas mujeres. Algunos oficiales franceses, rusos, ingleses hacen un poco de “footing”, es la única distracción. En la tarde, se esperaban cuatro aviones alemanes, no obstante, es probable que alguna de nuestras escuadrillas no los permitiera entrar.

No los vimos. ¡Mejor! estoy admirado frente a los motociclistas rusos, con gran virtuosidad, manejando entre obstáculos, lodo, como verdaderos campeones.

22 DE ENERO DE 1917

El buen clima continúa, la nieve está cesando de caer, el sol está presente. Han llegado nuevos oficiales franceses de la aviación. Se llaman Paumiat y Bernard, son muy amable lástima que no nos traían correspondencia, ¡seguramente a nadie se le ocurrió! Me pongo a su disposición para sus compras porque partirán de inmediato el frente. Recorremos la ciudad, ellos compran sartenes, comida y como falta de todo, no hay nada, ¡no hay nadie que trabaje! Es difícil encontrar algo, ¡la ciudad es muy judía! Y muy dada a negociar los precios. ¡Es una característica típica Oriental! Además, es discriminatoria. Mis compañeros se extrañan mucho y ellos que vienen de Occidente no están muy acostumbrados a estas tradiciones. Son muy simpáticos, agradecidos conmigo. El resto del día la paso con algo de trabajo en el Gran Cuartel General. No pudimos comprar vino porque su venta está prohibida por causa de los rusos, que han llegado a la ciudad. Son bebedores sin medida, ni pretexto, por esto surgen escenas desagradables.

23 DE ENERO DE 1917

Un día igual a los anteriores la temperatura esta 11 grados, no hay nieve, poco viento, algo de sol, paso el día entre compras, trabajos y un paseo en el parque que está cerca del gran cuartel general. Esperamos el correo del mes, que debe llegar de un momento a otro y que ojalá nos traiga cartas y noticias de nuestro país, que me parece tan lejos pero no olvidamos. Las noticias del frente nada diferente, todo está en calma y parece que las tropas rusas, toman posiciones frente a los alemanes, quizás nos veremos beneficiados en la primavera y así poder regresar a Francia.

24 DE ENERO DE 1917

Nos informan que el oficial que trae el correo llegará mañana, es nuestra esperanza. El resto sigue igual, monótono, todo sin ningún evento especial, trabajo intenso, no hay novedad en el frente, lo único que no cambia es el terrible clima extremadamente frío por lo menos no cae nieve. Algunos comentan que los rusos han podido mejorar las cosas frente a Bârlad. Ya llego el correo y mañana hay distribución.

25 DE ENERO DE 1917

Por fin llegó el correo tan esperado, tengo solo una carta corta de mi mamá, esta misiva ha hecho casi un mes, y quizás sea un síntoma de que el correo será más ágil. La ciudad se está haciendo cada vez más rusa, los oficiales se sienten como en casa, lo que me recuerda a las tropas inglesas que se sentían como en casa en la región de Artois, en 1915, con la única diferencia es que los rusos son muy antipáticos. Las enfermeras rusas son mujeres bellas, de gran fuerza, altas y muy eslavas en sus rasgos de la cara, todas utilizan botas, y una falda larga, una chamarra de cuero tipo hombre y un velo blanco o azul sobre la frente. Tienen un toque masculino y no se alejan del tipo típico ruso, y son diferente de las rumanas. El timbre de voz es fuerte, claro, un poco agudo. Discuten todo el tiempo en grupos al igual que los hombres.

26 DE ENERO DE 1917

Segundo día de distribución de correo. Soy muy feliz teniendo una carta más de París. Es de mi pobre hermano que me platica acerca de varios detalles sobre la vida en la capital durante este período de guerra, pienso cuando nos podremos reunir. Aquí el tiempo continúa igual, un frío con más nevadas, la temperatura es mucho mejor. El tiempo ha congelado también al frente. Las tropas rusas siguen trabajando, se sienten con este clima en su entorno, especialmente con la nieve que les llega hasta las rodillas. Se están instalando en Estado Mayor, líneas telefónicas, hospitales y telégrafos, y toman las cosas como definitivas. En estos momentos, solo hay un ejército rumano y varios ejércitos rusos llamados V y VI siberianos. La vestimenta es curiosa: Los cosacos guardan sus grandes túnicas, que se abotonan en la espalda, no cubren los hombros, y con los pantalones «Bufante» es decir flojos, botas suaves, grandes tocados en la cabeza, principalmente de astracán gris con un gran cinturón, con las pistolas, cuchillos, un gran sable en forma de luna y empuñadura de esmalte, tienen sus cartucheras cruzadas sobre sus pechos. La caballería tiene caballos maravillosos. Tienen un aspecto de guerreros muy característico y diferente a nuestro carácter latino; ¡hay que convivir con ellos porque son nuestros aliados! Deberían de estar en su país.

27 DE ENERO DE 1917

La nieve sigue cayendo sin parar, sin vientos molestos que vienen del norte. Todo es aceptable, esta situación impide a nuestros pilotos volar, actividad suspendida dejando a sus pájaros en tierra. Por el contrario, para nosotros es necesario dedicar un gran esfuerzo en la organización rumana, en coordinación con la aviación rusa, la cual se encuentra en etapa de nacimiento. Bajo la dirección del gran cuartel general trabajamos todos, y me incluyo como intérprete, actividad que acostumbro a realizar sin dificultad. No me quejo ya que así la vida pasa más rápidamente. ¡El espíritu se siente ocupado!

 29 DE ENERO DE 1917

Todavía mucha nieve y también muchos rusos. El segundo cuerpo siberiano acaba de llegar, con la música a la cabeza. Parecen bien equipados, cuando la música se acaba empiezan los cantos. Caminan en filas de 7 soldados, bien alineados, sin importarles mucho la nieve, que más que nada les cae en la cara y los ojos. Es el cuerpo armado mejor que he visto hasta la fecha. Los oficiales caminan junto a sus tropas a unos metros adelante. Se ven muy activos y arrogantes. En su forma de sonreír hay temor, especialmente cuando se les observa. Llegan como dueños y se sienten dueños del país que los recibe como aliados. Se puede entender. Nada importante en nuestra vida diaria. Hay que reconocer que gracias a los rusos se ha establecido el frente. Hace dos días, un consejo de guerra condenó al general rumano Losec que entregó a la ciudad de Bucarest al enemigo. Pasará 5 años en las minas de sal de Dragolton más su degradación.

 30 DE ENERO DE 1917

Ha dejado de nevar, inclusive ha salido algo de sol. Los alemanes han llegado en la mañana para llevar a cabo un tour sobre la ciudad, sin dejar ninguna bomba, así que mi vida sigue normalmente.

 31 DE ENERO DE 1917

Esta mañana comienza, y las siguientes voy a tener mucho movimiento. Mi amigo Farge vendrá desde Iaşi es un suboficial para entregar la paga. Los oficiales y jefes de diversas unidades, desde el frente, se encuentran en busca de sus fondos. Es la ocasión para charlar y tener noticias más frescas y precisas, se realizan las famosas apuestas ¡cuando regresaremos a Francia!, y el fin de la guerra, etc. Así pasamos mejor el tiempo, en estos días hay muchas correspondencias y más trabajo. El clima es frío, helado intenso, pero sin nevadas.

 1 DE FEBRERO DE 1917

Mucho frío, más heladas, un poco de sol, la ciudad está infestada de rusos. Acaparan todo, las cafeterías, tiendas, grandes espacios comerciales que transformen en oficinas. Esto se parece a lo que hicieron los ingleses en el norte de Francia en 1915. Aquí los rusos han vaciado hasta un hospital para ocupar su espacio.

 2 DE FEBRERO DE 1917

El día es bonito y el cielo es claro. Anoche no había nieve y hacía mucho frío. A las 11:00 horas nos visita un avión alemán el cual es bien recibido por la defensa antiaérea. Hasta hoy no han podido dejar caer bomba alguna. Cada vez que aparece algún avión, la población entra en pánico, parece que recuerdan la masacre de Bucarest. Aquí la ciudad está bien resguardada. Seguimos sin noticias desde Francia y la vida continúa normalmente, lo que podríamos llamar una vida de guerra, como si estuviéramos en un cuartel.

3 DE FEBRERO DE 1917

Con un frío sin nieve y un poco de sol, esperamos a los alemanes todo el día y no pasó nada. Esta semana una distracción, quizás la única por el clima tan helado. La vida queda suspendida, el trabajo sin cambios, estúpido pero nos entretiene.

4 DE FEBRERO Y 5 DE FEBRERO DE 1917

Me han asignado para una pequeña misión a Iaşi, saldré por el tren correo a las tres y media de la tarde, gracias a una suerte inesperada, llegaríamos el lunes a las 7 de la mañana en compañía del sargento Farge un buen compañero. Llegamos sin nieve pero con un frío intenso, después de algunas horas de descanso en el sofá de mi amigo, me dirijo al centro. Veo y conversamos con todos mis amables compañeros, y luego me ocupo de mis asuntos. La ciudad es invadida por refugiados rumanos cuya vida es insoportable. No hay restaurantes, no hay pan, muy poco vino, nada de lugares donde dormir y la vida excesivamente cara. Voy a visitar a la señora Dragomirescu, esposa del doctor, quien se ha refugiado junto con su padre, una persona mayor con barba blanca viviendo en una recámara muy estrecha. Piensan emigrar a Rusia para escapar de la hambruna. ¡Si es verdad!, si es verdad Rumanía está en camino hacia la hambruna. Esta pobre gente escapó milagrosamente de la catástrofe de Crimea el 31 de enero de 1913. Están todavía muy traumados por el terror, el doctor está en Bârlad curando a los enfermos.

6 DE FEBRERO DE 1917

En la mañana, el clima está mejorando porque no hay nieve. Voy a ver a mis compañeros los aviadores, a mi primo De Ribes, quien sigue quejándose de la guerra, pero no hay solución. Estoy caminando a mediodía a pesar de que hace mucho frío. Me encuentro civiles y militares, señoras y mujerzuelas muy elegantes, parece no importarles la guerra. La calle se llama calle victoria como la de Bucarest.

Parece que les gusta exhibirse aunque no tenga nada que comer ni esperar algo bueno de su país que está agonizando y que sus habitantes están sufriendo mucho. Sin embargo, sonríen, coquetean, platican y me pregunto si se dan cuenta de su responsabilidad, pobre país, así se le juzga hoy en día. La ciudad está ocupada sobre todo en el centro por las tropas rusas que no siempre son simpáticas, se imponen resienten dueños y que los rumanos se cuiden cundo sea fijada la paz. Vuelve a nevar y para caminar, uno tiene que dirigirse bajo reflejos porque no hay iluminación. Las calles se han vaciado totalmente.

7 DE FEBRERO DE 1917

Nevó abundantemente toda la noche. Las calles están cubiertas de nieve hasta con 30 centímetros. Tardaré poco en terminar mis asuntos y recibo la noticia de que todo está bloqueado y no hay trenes para hoy.

Sigue nevando, parece que el tiempo se esclarece. Me tropiezo con un grupo de prisioneros alemanes, aunque son unos bárbaros, los compadezco de todo corazón y una vez más odio la condenada guerra. Se puede observar que se trata de un conjunto de 100 a 150 soldados, únicamente algunos poseen un abrigo o un abrigo antiguo, y otros ostentan una vestimenta militar sin saco, y otros con una gorra. Además, algunos exhiben su vestimenta militar sin saco, y otros exhiben vestimentas desconocidas, tales como cachuchas, boinas rumanas, otros con zapatos, otros descalzos, algunos privilegiados con botas de cueros o zapatos rotos. Sus hombros están cubiertos de nieve, las caras congeladas y en sus barbas y cabellos se forman pequeños pedazos de hielo. Tienen la mirada perdida, siento que caminan desde hace varios días para llegar aquí desde el frente, se ven miserables y dan lástima. Hoy en la noche voy a cenar con mis compañeros en un restaurante de los pocos que todavía existen. Llegamos a las 6:30 y a penas a las 7: 30 pudimos iniciar a comer. El restaurante está hasta el tope, no podemos escoger. Te dan lo que tiene. Ningún restaurante tiene desde hace tiempo una carta. Esto se acabó. Nos ofrecieron un pedazo de carne, frijoles y una copa de vino, solamente un pedazo de pan. Por cierto, en otros no dan ni siquiera pan, sino mămăligă. A la salida, las 9 .30, me doy cuenta de que las calles están desiertas. La nieve ya no cae.

8 DE FEBRERO DE 1917

Esta mañana aparece el sol sobre la nieve que hace un espectáculo increíble, en la pequeña montaña, colina arriba su viejo monasterio que se recorta en el cielo. Del otro lado de la estación de trenes se aprecia toda la parte norte de la ciudad, todo un conjunto arquitectónico cerca de la vía férrea. Comida con los médicos y otros miembros de la misión sanitaria, todos muy amables.

Conocí a Madame Bonnet, es una enfermera de 2 segundo grado militar, ha estado en la campaña de Serbia, es la líder del grupo, es la mascota del grupo. Es esposa y madre de varios hijos y es sin duda una verdadera francesa. Por la tarde logro hacer algunas compras en tiendas de provisiones para soldados. Al anochecer regresó a la estación. El tren sigue parado ya cumple 48 horas. Se encuentra repleto de soldados rusos, están por todos lados del andén, no pasan desapercibidos porque gritan y se pelean, se empujan, son unos verdaderos brutos. Un grupo llegó rompiendo los vidrios de las ventanas del vagón para entrar y así poder acomodarse más aprisa que sus compañeros, nadie los puede controlar. Tengo suerte, me encuentro a un oficial rumano que me invita a su compartimiento. El tren sale a las 10 horas. Apenas hemos avanzamos 15 kilómetros por la cantidad de nieve que tapa las vías. Después de 5 horas se nos unen 4 locomotoras, la mala noticia es que las quitanieves se quedaron en Bucarest. Me temo que vamos a llegar como a las 6 de la noche del viernes, lo que sumarían 18 horas para tan solo 200 km. Me dicen que el tren ha hecho 24 y 36 horas para cubrir la misma ruta, y este tren es el correo del cuartel general. La falta de líneas férreas contribuye a este problema en Rumania.

En Iaşi, por ejemplo, ya no hay cerillos, pasa un soldado con carbones prendidos para poder encender los cigarros, una moda curiosa de 1917. Llegó a Iaşi, solo con un pequeño trineo se puede uno desplazar, así que aprovecho el viaje y logró comprar víveres y algunos periódicos franceses, por supuesto era del 17 de enero, pero eso es mejor que nada, me hacen falta libros, y toda clase de publicaciones. Los rumanos siguen huyendo hacia Rusia, la mayoría a Kistow o a Kiev. Para estos lugares hay trenes especiales, circulan dos veces a la semana, pasaportes especiales han sido establecidos, con la ayuda consular francesa y son otorgados a estas familias.

10 DE FEBRERO DE 1917

Hoy en la mañana, vuelvo a mi oficina. No hay nieve, pero el aire frío es muy fuerte. La ciudad se vuelve muy monótona y toda la ciudad está en manto blanco. Solo hay algunos trineos que se mueven con la campanita de los caballos. Es muy agradable viajar en un trineo, es una lástima que por las avenidas de mi París no haya este tipo de trineos. En verdad se extraña mis autobuses parisinos.

 11 DE FEBRERO DE 1917

Cayó poca nieve durante la noche, así que hace mucho frío, me dirijo a mi oficina porque hay una reunión en la cual se nos avisa que se han roto las relaciones diplomáticas con China, nadie sabe qué beneficios va a aportar esta coalición reforzada para luchar contra Alemania. Llegan noticias de que los Ingleses tuvieron éxito en el Somme en contra de los enemigos, ojalá esto pueda apresurar el fin de la guerra, así poder regresar a nuestra Francia querida.

 12 DE FEBRERO DE 1917

Me apresuro a llegar a mi oficina para preparar un voluminoso correo, por conducto de un amigo, herido y que está obligado a regresar a París. Son las 11 de la mañana, suena las sirenas, tenemos visitas de 2 aviones. Triplanos Fokker. Curiosamente, salen entre las nubes y pasan por encima del gran cuartel general, pero las subametralladoras antiaéreas que se encuentran a los lados de los edificios los hacen huir sin causar gran daño.

Hoy en la mañana un buen amigo piloto y buen combatiente fue promovido con el grado de sargento porque fue abatido en plenas líneas alemanas. Todos nos alegramos mucho. Hoy sale un correo para la patria lástima que no me puedo transformar en misiva.

13 DE FEBRERO DE 1917

Tiempo tranquilo no hay nieve y un poco de sol lo hace menos frío. Este día será como cualquier otro en la oficina, circulan miles de papeles y dicen que hay crisis de papel, ¡qué ironía! La novedad este día es la aparición de un diario hecho por la misión. No tiene nada de humorístico, no sustituye la revista «La vie parisiene» lo más importante son las noticias del frente en Francia y la política en Europa.

 14 DE FEBRERO DE 1917

El día amanece tranquilo, durante la noche bajo la temperatura aún más que en días pasados, el frío es severo. Está saliendo el sol y contrasta con los árboles con hielo y con algunas estalactitas de las goteras de las casas, es un espectáculo magnífico. Hacia mediodía se puede sentir un cambio de clima un poco más hacia la primavera. Interrumpe esa tranquilidad un grupo de aviones alemanes que vuelan sobre nosotros tratando de tomar fotos del cuartel general y así desapareciendo tan rápido como pueden para evitar las baterías antiaéreas, huyen hacia el norte gran error porque tropiezan con 2 New Port de caza, y comienza la batalla uno de ellos es abatido sobre las líneas rusas. Los pilotos amigos como Revel -Tissot participaron pero no Manchoulas. El segundo abatido tiene un gran impacto en la moral. Por otra parte, nuestro coronel fue condecorado ayer con la gran cruz de la orden de Stanislas de Rusia. ¡Bravo! Se nos informa bien ganada que va a abandonar Rumania y se va a Rusia. Creo que es una «retirada forzosa» para regresar a Francia. Y yo sigo esperando el correo.

 15 DE FEBRERO DE 1917

Hoy amanecimos con un famoso viento helado que viene desde Rusia. El frío es espantoso. Hoy en la oficina me llegan las órdenes que hay que cumplir junto al comandante Leveque para traducir nuevos documentos técnicos – planos, estudios, métodos de productos metálicos, cables y más. Salgó y percibí como el viento me atravesó el cuerpo. La ciudad se mantiene en estado de monótono, al igual que nuestra vida, pienso y deseo que para el fin del año ¡lograremos la paz! Espero recibir correspondencia desde Francia.

16 DE FEBRERO DE 1917

Sigo con mi trabajo poco interesante junto a mi gaga comandante. La profesión de intérprete no es muy excitante en estos días. Me faltaría el inglés que me parece más fácil. Afortunadamente, al medio día me refugió con los asuntos de la aviación, no hay mucha actividad, pero mis compañeros pilotos son muy simpáticos. El frío sigue y no tenemos novedades importantes del frente rumano, y no llegan las noticias de Francia.

17 DE FEBRERO DE 1917

Los alemanes ganaron algunos lugares de los rusos en Doina Valtra en Moldavia, aprovechando el mal tiempo. Los rusos hicieron una muy sangrienta y cruel contraofensiva con muy buenos resultados, venciendo a los alemanes. Hemos comentado con todos los del Estado Mayor la contribución de los Estados Unidos en la guerra. Mi vida sigue de la misma manera, monótona como el mismo tiempo. Desde la salida del comandante “R” vivimos más tranquilos. No tenemos noticias de Francia.

18 DE FEBRERO DE 1917

Mucho viento y nieve muy típica de los inviernos de Rumania. Llegaron al cuartel general algunos prisioneros rumanos que habían escapado de los austriacos y son conducidos por oficiales franceses para ser interrogados. Me llaman para participar como intérprete. No es alegre porque son parte de un grupo que siguió preso de los austriacos. Lo que cuentan es increíble, parece que nos encontraríamos en otro siglo que XX. ¡Qué lástima!

19 DE FEBRERO DE 1917

Sigue la nieve. La vida sin cambios. Me dirijo a la oficina en el gran cuartel general de aviación, siguen los rumores entre mis compañeros de nuestro cambio, desde Bârlad para dejarles el espacio a los rusos, nuestros amables aliados. Para que nos cambiemos con este tiempo, hay que tener paciencia. Nos comentan que desde 1907 o sea más de 10 años no se había visto tanta nieve, estamos como todos los rumanos, deseando que venga la primavera.

20 DE FEBRERO DE 1917

En nuestros lugares, estamos siendo fríos porque buscamos los alimentos, una tarea complicada que nos ocupa y preocupa. Si no fuera por estos problemas, la vida sería menos monótona. Todavía no hay noticias, lo que nos aísla de los nuestros.

21 DE FEBRERO DE 1917

Hoy es el aniversario de Verdún 20-2-16 quizás son pocos aquellos que estuvieron ahí, y pocos los que restan. Qué tristeza, hay que esperar que estén en la gloria. En la prensa rumana se menciona la posible movilización civil. A mi parecer un poco más que difícil y con poca posibilidad de éxito. Aquí el frente rumano sin cambio alguno.

22 DE FEBRERO DE 1917

Los pilotos franceses Manchoulas y Tissot fueron condecorados con el mérito militar rumano. ¡La ganaron a toda lid! ¡Bravo! Las noticias sin algún contenido sensacional. Aquí algunos vuelos poco sustentables de parte de los alemanes, nuestras vidas siguen monótonas, día tras día, también un poco tristes.

 23 DE FEBRERO DE1917

Ya no cae nieve, el tiempo abre un poco al sol, esto permite a nuestros pilotos y claro a los alemanes volar. A las 10 de la mañana suenan las sirenas que nos avisa la visita de los aviones alemanes sin mucho éxito. Los rusos de los cuerpos siberianos han aumentado su presencia y su cantidad de tropas.

 24 DE FEBRERO DE 1917

Hoy estoy muy contento, llego el correo desde París muy temprano por la mañana. La selección se inició en Iaşi, así que tendremos nuestras cartas sin falta. Cada uno espera con impaciencia saber de su familia, es muy comprensible, estar tan lejos de ellos y tener tan poca comunicación, es muy angustiante. Las epidemias con el frío se han desarrollado, especialmente, el tifo hepático y el cólera.

 25 DE FEBRERO DE 1917

Otro día típicamente rumano, triste y frío, con mucha nieve. Hoy la vida se volvió más agitada tomando en cuenta la famosa mudanza de los rusos, instalándose en Iaşi. Si bien Bârlad es triste, quizás perdida, de todos modos estamos bien. A Iaşi se le toma como el centro de las epidemias que llegaron a esta ciudad, como el cólera, el tifo, y dios sabe que otras. A medio día una visita de un avión alemán. El día era claro, así que el teniente Mahieu con sus manos congeladas voló para ir tras él. Regresó enfermo y tuvo que ser evacuado, por sus sufrimientos y llevado a Iaşi,

 26 DE FEBRERO DE 1917

Nada nuevo, estamos viviendo hoy, la mudanza hacia Iaşi está pendiente. El clima sigue frío, gris y sin nieve, hoy el trabajo en la oficina está tranquilo porque las operaciones de la aviación están muy bajas por causa del clima. Solo abren un ojo como para ser un gendarme y cuidarnos ¡gracias! Los rusos ocupan cada vez más la ciudad. Las noticias sanitarias del país son sumamente desfavorables, por lo tanto, deseamos no trasladarnos a Iaşi. El frío es muy intenso y no encontramos madera para calentarnos.

Hay muchos robos, la gente está desesperada, roban las cercas, postes, ventanas, puertas, así que el aspecto de las casas cambia poco a poco. Por supuesto, los rusos contribuyen a esta situación. No tenemos noticias de nuestra patria.

27 DE FEBRERO DE 1917

La madrugada fue brumosa esperando que el tiempo se vaya mejorando poco a poco mientras transcurre el día. Esperamos con ansia la llegada de la primavera. Para aquellos que conocemos el clima rumano, probablemente surgirán lo que se conoce como las «Babes», es decir, las matronas que dan a luz. La vida sigue monótona, sumergidos en la nieve que solo permite patrullas ligeras, sin mayores operaciones. No hay todavía noticias de París. Nos enteramos de que la valija no llego porque los barcos se han retrasado entre Francia y Newcastle. Hay que esperar. En Francia, la ofensiva sobre el frente Inglés ha comenzado con victorias, ojalá se conviertan en una gran ofensiva exitosa en todos los frentes.

 28 DE FEBRERO DE 1917

Hoy el tiempo ha mejorado. Llega un comunicado venido desde Francia, indica que la ofensiva inglesa va de éxito en éxito. Aquí aprovechando el mejor tiempo y por supuesto hemos recibido la visita de aviones alemanes que fueron expulsados rápidamente gracias a la artillería antiaérea. Nuevos destacamentos y servicios rusos llegan a instalarse en la ciudad y como siempre nada organizados se les ha pedido que limpie y proteja las calles, los parques, y los árboles. Siguen con la idea de la mudanza del cuartel general, pero sin precisión. La vida sigue monótona y agradecemos la salida del sol.

 1 DE MARZO DE 1917

Como todas las mañanas tenemos la visita de 2 aviones alemanes, que no pudieron hacer daño por haber sido repelidos por nuestros las baterías antiaéreas. El gran cuartel general se dice que se muda en 8 días ¡será verdad! Un turista francés está muriendo en un hospital rumano. Nadie sabía y nos hemos dirigido al lugar, para ver en que lo podemos ayudar en esta situación. Monsieur Bratianu regreso de Petrogrado y ha anunciado un acuerdo Ruso-Rumano, y con todos los aliados. ¡Yo tengo mis dudas! La radio nos avisa que hemos tenido éxito en el frente del Somme y que se han podido liberar varias poblaciones. El clima mejoró gracias al sol.

 2 DE MARZO DE 1917

El clima se descompuso, no hay visitantes alemanes. El compañero Large falleció hoy en la madrugada, tenía 47 años y dos de sus hijos también fallecieron en el frente de Francia. Como muchos se había enrolado como voluntario. Tan lejos de su patria, de sus esposas, de sus hijos — ¡La desgraciada guerra! Me parece que el tifo hace más muertos cada día. En Botoșani se comenta que un regimiento de aproximadamente 2,800 soldados, de los cuales más de 1,850 mil, han muerto por causa del tifo. Médicos y enfermeras francesas luchan contra este mal sin mucho éxito. Con la llegada de los rusos los alimentos son cada vez más escasos. Nada nuevo, nevó toda la tarde.

 3 DE MARZO DE 1917

Cae nieve, la temperatura fría no ha mejorado. La aviación tranquila, cerca de Iaşi se estableció una gran misión de un hospital bajo la dirección del Dr. Clunet y su esposa, que es la jefa de enfermeras y estará destinado a los que requieren aislamiento, como el tifo. Lo curioso es que todos son médicos y enfermeras franceses pertenecientes a la misión. Pobre gente, cuanta devoción, poca conocida. La epidemia está en todo su apogeo y se está extendiendo en forma difícil de controlar. En el gran cuartel general la higiene es de alta prioridad ante el tifo homicidio, y las medidas son sumamente extremas si las comparamos con las del frente. Hoy las noticias nos indican que las tropas inglesas invaden Mesopotamia y en el frente francés siguen las victorias. Aquí el clima nada nuevo.

 4 DE MARZO DE 1917

Sigue la nieve y el frío, las noticias del frente francés muy buenas, tanto en el río Somme, y cerca de Verdún. ¡Suerte! Aquí los alemanes atacan poco y sin tanto éxito. Han iniciado a utilizar gas asfixiante lo que es malo para los soldados rumanos, que no saben utilizar las máscaras antigás. De acuerdo con oficiales franceses los soldados rumanos piensan que son obuses y no gases. De acuerdo con la estación de radio alemana, parece que no le tienen miedo con la entrada de América y que no aportara gran apoyo a los aliados, dinero, quizás hombres y seguramente mucho material. Hay que vivirlo para conocer la verdad.

 5 DE MARZO DE 1917

Hoy amanecemos con la noticia que anoche falleció Mademoiselle Hennet de Goutel, por causa del tifo en el hospital general. El General Berthelot la condecoro con la citación siguiente «enfermera mayor” voluntaria, miembro de la sociedad de asistencia de los heridos de guerra, integrada por su pedido al servicio de los contagiosos de tifo en el hospital general de Iaşi. En este puesto de honor ha dado un extraordinario ejemplo de abnegación y espíritu de sacrificio, luchando sin medir los grandes retos y peligros, logrando prodigar día y noche el cuidado de los más difíciles enfermos de tifo hemático, lo que provoca su muerte el 4 de marzo de 1917, víctima de su entrega sin límite. Pobre mujer, lejos de su país y lejos de los suyos. Quizás es un principio de derrumbe de la misión. Aquí en el gran cuartel general las actividades siguen a diario y la monotonía en mi vida igual.

 6 DE MARZO DE 1917

El mal tiempo sigue. Un oficial francés que vino de Rusia nos platica que el ruido de una revolución es muy fuerte y que se teme que él Zar Nicolás II de Rusia y toda su familia, podían ser asesinados, no podemos creerlo debe de ser propaganda alemana. Aquí hoy llegó un destacamento ruso muy fuerte armado. Nos están pidiendo que nos vayamos y que dejemos las instalaciones, con mucha prepotencia se sienten como dueños del país, ¡como conquistadores! Por otro lado las buenas noticias del frente francés en Chalons y Perrone con grandes avances todos nos alegramos esperando que sigan así. La vida no nos aporta nada nuevo las actividades diarias sin cambio.

7 DE MARZO DE 1917

La nieve ha dejado de caer. El cielo está iluminado. Hoy tenemos noticias del frente, nos informan que los ingleses están cerca de Bagdad bien por ellos, qué bueno que el frente francés reciba victorias al norte y al oeste de las islas y al norte de Puisieux-au-Mont así como el este de Bouchornes. Aquí la vida material tiene cada vez más dificultades, los rusos cada vez más majaderos, más molestos. Sin duda estos aliados son poco civilizados. Los pobres rumanos se sienten cada vez más borrados frente a ellos, dan pena. Estamos a un paso de la mudanza y esta situación es molesta, vivir así entre cajas y equipajes es nuestra suerte ni modo.

8 DE MARZO DE 1917

Hoy gran sesión de inyecciones anti-viruela. Muchas visitas médicas además gran actividad en el gran cuartel general ya que los rusos quieren asaltar el edificio. Las tropas rusas aumentan día con día y sienten que la ciudad es demasiado pequeña. Nuestro restaurante militar cada vez da un peor servicio y los rumanos ya no saben qué hacer con la falta de alimentos, entonces qué vamos a hacer. Quizás deberíamos ya cambiarnos de sede y se terminaría el asunto. Todavía no hay noticias de Francia, esta situación es muy triste. La vida sigue siendo monótona, trabajo rutinario.

9 DE MARZO DE 1917

Nuevas tropas siberianas acaban de llegar, tienen buen aspecto. El contingente camina en 6 filas de frente. Los hombres son de buena estatura y con sombreros de astracán recordando el Fez turco más o menos de color gris y blanco y grabado con el águila imperial, usan grandes abrigos, con botas altas, caminando y cantando mensajes de guerra. Todos tienen ritmo lento, muy ruso, más rustico, poco militar, en general dan buena impresión. El día se pasa sin incidentes, hoy vimos un poco de nieve el clima se compuso.

 10 DE MARZO DE 1917

Llego el correo de Francia y quizás tenga para la noche alguna carta, sigo esperando con impaciencia. El día bastante ocupado por asuntos de todo tipo. Mejoró el clima volvió a salir el sol, tuvimos algunos vuelos de escuela, sin mayor interés alguno, los pilotos franceses, ubicados en el frente lograron, gracias al buen tiempo, asustar nada más a los alemanes. Hemos iniciado la organización más confortable, llevamos algún tiempo más cómodos y ahora hay que mudarnos. He saludado algunos compañeros llegados del frente y pudimos conversar largamente.

11 DE MARZO DE 1917

Hoy es un buen día, el correo de Francia llegó, viajó por Arcángel después de la caída de “Baguien” por esto el viaje dura 45 días desde París a Bârlad. Desgraciadamente tiene pocas cartas pero estoy de suerte ya que recibo una de mi madre y una de mi hermano. Por los periódicos franceses se entiende que habrá una gran ofensiva en el frente francés al igual que el de los ingleses. Esperamos sean definitivas para dar fin a la guerra. El clima nos hace más jugadas, hoy cayó una gran cantidad de nieve, luego llovió, salió el sol y se soltó un fuerte viento. La helada nos revela que la primavera está cerca, y nuestras vidas sin novedades. No tenemos de qué quejarnos ¡Pobres son los compañeros que están en el frente!

12 DE MARZO DE 1917

El clima se muestra incierto, tuvimos lluvia y luego sol. Lo que nos valió la visita de un avión alemán, como a las 10:30 pero rápidamente huyó. El correo regresa a Francia esta tarde se llevará nuestras cartas y nuestros pensamientos hacia nuestra bella patria. Todos los que queremos están tan lejos. Pensamos que nuestros compañeros del frente francés sigan luchando con valor hasta la victoria y que la paz sea cercana. Aquí la situación en el frente es estable sobre todo por las altas variaciones del clima. Tuvimos un día agotador pero sin mucho interés. La famosa mudanza sigue a la orden del día y quizás pronto llegaremos a Iaşi donde la situación sanitaria sigue muy riesgosa.

13 DE MARZO DE 1917

Amaneció con un tiempo más tranquilo, la radio nos avisa que en el frente francés las victorias se enlazan sobre todo en la montaña de Mesnil y Mainson Champagne y que los ingleses también son victoriosos en otros lugares. Los alemanes han tenido aquí algo de éxito hacia el norte. Los rusos han comenzado a perder terreno. Lo que no se deja de escuchar es la artillería. Aquí la vida sigue igual, nos quedamos un poco tristes porque el correo regreso a Francia. Cuando llega es alegría, cuando regresa quedamos tristes. El trabajo igual.

14 DE FEBRERO DE 1917

No pensábamos, pero volvió a nevar. Además hoy hubo un accidente en el terreno de la aviación donde el teniente Olanesco, cayó con su avión por causas de la nieve y está en estado grave. Fuimos con el capitán Tissot para ayudarlo, ya que sus compañeros rumanos no se ocupan de él. Por cierto han llegado a la dirección mucha gente y han aumentado mis ocupaciones. Tuve trabajo casi toda la noche. Nada más importante que mencionar.

15 DE MARZO DE 1917

Hoy por la mañana, con el mal tiempo, que nos sigue recordando que estamos en el invierno. Las noticias que llegaron de Francia no aportan nada importante. También lo mismo del frente rumano. Parece que lo importante es la nevada. Los rusos siguen preparándose y sentimos que quieren demostrar que son los aliados fuertes. La radio nos avisa que un zepelín alemán fue derribado al volar sobre París, gracias al buen trabajo de las fuerzas aéreas. Parece que el capitán George Guymener ha logrado abatir su 34 avión enemigo. Además 9 aviones fueron derribados en el frente francés, felicidades a nuestros soldados aliados ingleses que también logran éxitos. Aquí nada nuevo. No llegaron periódicos franceses y la vida diaria se complica cada vez más. Me he ocupado de tareas domésticas, como componiendo zapatos.

16 DE MARZO DE 1917

Día triste, gris, monótono, la misma radio no nos avisa nada importante y se queda así casi todo el día. Tampoco hay la llegada de algún alemán. Para entretenernos Lyautey y yo hacemos la posible recolección de alimentos. Vamos a ver a nuestros proveedores, compramos, vendemos y traficamos todo para poder comer. Frente al problema hemos podido arreglarnos, por lo menos hasta el día de hoy. Desde luego los víveres que se encuentran están fuera de precio, por ejemplo una lata de grasa para zapatos de 29 c ya cuesta 1 leí y hasta 1.25 leí, el arroz de 8 a 10 leí el kilo. La carne de 2.50 a 4 0 5 leí y para el pan hay grandes colas sin fin. Pienso en estas tropas miserables, desmotivadas, de veras no sé cómo expresarlo. ¡Pobre país! Desde luego el frente no se mueve por culpa de la nieve. Seguimos esperando la primavera.

17 DE MARZO DE 1917

El tiempo amaneció muy nublado en la mañana. A medio día apareció un sol radiante. La nieve se derrite poco a poco y ya nos sentimos optimistas, acerca de la llegada de la primavera Estamos ocupados con los arreglos de las operaciones rusas para el frente. A las 11:00 horas como es costumbre nos alertan por la visita del avión alemán, es Herman así lo hemos bautizado, ya no es tan educado y lanza 3 bombas cerca de la estación de trenes matando a un ruso, una mujer, un padre de la iglesia ortodoxo y 11 caballos. Puede escapar a pesar de los tiros de los artilleros, regresó hacia medio día con 2 otros aviones pero esta vez tuvieron que huir gracias a la férrea defensa aérea y la aviación.

Vimos con los catalejos, que le dieron la lucha hasta perderlos de vista. ¡La gran noticia del día! es el estallido de la revolución en toda Rusia, nos avisan que el Zar ha abdicado, de verdad no me extraña ya se venía venir.

18 DE MARZO DE 1917

Hoy el día es espléndido, seguimos con las noticias sensacionales venidas de Francia, la radio nos anuncia que el ejército francés ha recuperado Bafaume y que los alemanes al retirarse, incendiaron, robaron y matado como verdaderos salvajes. También avanzan en dirección hacia Lassigny, Nestlé, Noyon y el Compiègne. Todo el día estamos pegados al mapa y discutimos acerca de los combates. Si los éxitos se comprueban, cuantos compañeros seguramente están muertos por esta noble causa que es la paz. Del lado ruso no hay novedad alguna. Las versiones son muchas y nada precisas. Los oficiales rusos viven con cierta alegría este movimiento popular y revolucionario que seguramente cambiará su país. ¿Será esto bueno para nosotros sus aliados? En el frente rumano no se mueve nada, muchos movimientos de artillería y municiones de parte de las tropas rusas que se mueven hacia el Siret. Hoy en la noche para celebrar la victorias francesas nos hemos reunido todos y hemos bebido ¡desgraciadamente un mal vino! con poca comida, lo mejor es que teníamos el corazón feliz.

19 DE MARZO DE 1917

Hoy el tiempo parece espléndido, en la mañana tuvimos sol. A las10:00 horas se nublo y regresamos al tiempo gris, triste del invierno. A las 10:30 gran emoción y felicidad, la radio nos indica que las tropas francesas han retomado Ham, reconquistando Nestlé y Noyon. Los ingleses por su lado han fortalecido su frente desde Arras hasta Péronne. Está bien pensar y alegrarse sin embargo al reconquistar las pequeñas poblaciones, vimos mucha gente aplaudiendo a las tropas, pero deben pensar en algún hijo, marido o amigo que quedó muerto en algún hoyó de un obús o entre los alambres de púas. Aquí la vida sigue igual, quizás, un poco menos fácil. Los rumanos con su segundo ejército no han logrado casi nada, los rusos preparan otro movimiento, se agrupan hombres y material bélico pero tendrán que esperar el deshielo de la nieve, lo que está calculado entre dos y tres semanas. Los alemanes están activos en los frentes de Sireth y de Galați, esperan a ver que va a pasar con las tropas rusas. Acerca de esto no se sabe bien qué pasa con la Duma, entre algunos bien informados afirman que el Zar fue asesinado. No hay que esperar nada extraño de este pueblo. Ahora sí creo que el gran cuartel general va a cambiarse, para Iaşi, ¡ni modo!

20 DE MARZO DE 1917

Tiempo primaveral a las 7 y media de la mañana, la alarma suena, toda la ciudad tiembla, varios aviones alemanes nos visitan tirando unas pocas bombas y huyen ante el fuego de las baterías antiaéreas.

A las 10 regresa nuestro amigo «Herman» como de costumbre, hace su recorrido sobre la ciudad esta vez no deja ninguna bomba, nuestra aviación fue muy activa pero no tuvo mucho éxito. Con este bonito clima lo que uno desea es vivir en paz. Sigo sin noticias de Francia. Seguimos con emociones de nuestros aguerridos compañeros del frente francés, esperando el correo este domingo. El cambio de la mudanza del gran cuartel general está establecido a las 10:00 am, se irá a Iaşi decisión definitiva. Pensamos Leautey y yo como nos arreglaremos allá también. Aquí las acciones del frente no son importantes salvó la preparación de los rusos.

El otro día el tren Iaşi – Botoșani fue bombardeada por aviones enemigos, sabiendo que no había baterías antiaéreas, bajaron mucho solo tocando los últimos 2 vagones en uno de ellos estaba el general rumano Granicianu.

21 DE MARZO DE 1917

El tiempo esta maravilloso después de la horrible nieve, tenemos un poco de calor. Hace unos días llegamos 12 a grados bajo cero. Recibimos el comunicado desde Francia donde las tropas siguen venciendo al enemigo, pero qué desastre de estos bárbaros dejando atrás de su retirada un panorama espantoso. Aquí la gran revolución rusa es poco entendida y me pregunto que tienen los rumanos en ser tan apáticos, parecen ser insensibles ante todo. He podido hablar con oficiales rusos y me parece que están entusiasmados del movimiento en su país, comentando con una sonrisa, que era inevitable y consideran para Alemania como un golpe moral.

A pesar de que la prensa destaca que la revolución se llevó con calma, todos piensan que habrá grandes problemas, los incidentes más violentos fueron en Petrogrado donde según fuentes muy cercanas se llevaron a cabo luchas en las calles y suspendieron la vida pública 5 días. Nuestra salida para Iaşi está fijada para el domingo a las 12 horas. El frente sigue tranquilo.

22 DE MARZO DE 1917

Sigue el buen tiempo. Hoy a las 8 llegaron los alemanes, parece música matutina, la defensa los hace huir estos señores son madrugadores, se pasean como un chiflón. La temperatura muy agradable, el cielo azul. ¡Es la primavera! Las noticias de Francia son buenas y la toman de Roye es esplendida como resultado de la retirada alemana del 17 de marzo último, la línea que pasaba por el Oeste de Lassigny y Roye, fue reemplazada. ¡Nos hubiera gustado estar allá! Se quiere llorar de alegría para acompañar en el entusiasmo de las personas que se sacudieron de los alemanes. Gran actividad de la aviación enemiga aquí en nuestro frente pero sin grandes resultados. Solo cayeron, algunas bombas cerca del terreno de Galați. El correo de Francia está anunciado para estos días. El tifo hace cada vez más muertos sobre todo en los alrededores de Iaşi. En la última semana se registraron 205 muertos. Es algo pavoroso muchos son médicos y enfermeras, que con gran valor ayudan a todos para salvarlos. Los alimentos suben de precio y cada vez son más escasos, la mantequilla de 30 leí a 36 leí, el kilo, el huevo a 50c la pieza, la leche de 1 a 1.50 leí el litro, sardinas la lata de 10 a 12 leí.

23 DE MARZO DE 1917

La vida sigue igual. Es verdad que las cosas parecen que van mejor .Esta mañana la radio no se escuchaba bien ya que los alemanes han logrado interferir la transmisión. Solo se sabe que las tropas francesas van sobre el canal de Saint-Quentin. En el frente rumano las únicas acciones fueron en el frente de la Dobrudja, y el bombardeo a Galați no fue con aviación sino con artillería. La mudanza a Iaşi es el domingo, todo de acuerdo con lo planeado hoy un día muy tranquilo, no hemos recibido la visita de nuestro amigo “Herman». Espero que en Iaşi las cosas serán diferentes y me pregunto si vamos a tener alguna biblioteca, librería, periódicos, por eso deseo tanto la paz.

24 DE MARZO DE 1917

Último día de trabajo en el gran cuartel general. Un día relativamente ocupado, muy temprano 7 y media recibimos nuestra visita de los alemanes, huyen rápidamente por la artillería antiaérea, lo cual hace que se regresen a su lugar de origen. Aquí desde la madrugada mucho movimiento debido a la famosa mudanza, en medio del trabajo cotidiano. Hay que mover muchas cajas. Los martillos y los clavos retumban, todo está listo. Iniciamos el viaje y da nostalgia dejar Bârlad. En cierta forma ya nos habíamos acomodado. Dicen y me consta que Iaşi está sobrepoblada sobre todo invadida de enfermedades como el tifo y epidemias, en fin las órdenes hay que obedecerlas. ¡Hay una buena noticia, el correo de Francia llega a Iaşi mañana!

25 DE MARZO DE 1917

Ayer antes de dormir terminamos todo lo que hay que empacar en mi oficina. En la mañana terminamos la mudanza, todos ayudamos a todos, una parte del material va hacia la rampa de embarque. La camioneta regresa porque no pudo llegar por tanto lodo en la estación. Ha llovido las dos últimas noches, lo que dificulta todas las maniobras. La organización del trasporte es malísima y el gran cuartel general no está a la altura de las circunstancias. Después de mediodía hemos encontrado varios carros con bueyes y después de cargarlos y de más dificultades pudimos llegar a la estación. Aquí nadamos en el lodo, así que volvemos a bajar muebles y cajas con todos los documentos y nuestras mochilas con todo lo personal y a subirlas al vagón. Esta noche parece que van dos trenes, uno que saldrá a las 7:00 hrs con el material que hemos cargado y el otro que saldrá a las 11:00 hrs con el personal, oficiales y tropa. Pero preferimos mi equipo y yo viajar en el tren con el material, así podremos cuidar de nuestras cosas. En el centro del vagón acomodamos una mesa, para poder cenar, jugar y fumar, hasta preparar el té. Vamos a dormir un poco sobre el equipaje, movidos por el tren y en la madrugada todavía no hemos llegamos a Iaşi. Con dificultad llegaremos el lunes en la madrugada.

26 DE MARZO DE 1917

En medio de una muchedumbre y un desorden indescriptible, es fantástico, pero ya llegamos. Fue un día muy agitado, cansado y sin embargo el transporte en la ciudad fue fácil. En la tarde comenzamos a instalarnos en la oficina y luego iremos a buscar donde vivir. Hoy dormiré con mi amigo Farge quien me ofrece un sillón para dormir. El clima es primaveral ¡qué bueno!

27 DE MARZO DE 1917

Nos despertamos con un clima maravilloso. Terminamos los arreglos de la oficina en una escuela militar con poco espacio comparado con Bârlad donde fue también hospital recientemente desocupado, el ambiente huele a cal, formol y ácido fénico, nada muy agradable. La ciudad nos ofrece un triste aspecto, el centro y varias calles están repletas de oficiales bien vestidos, bien arreglados, polveados y perfumados, equipados, distraídos acerca de lo que pasa en el frente. Parece que ni quieren enterarse. Las mujeres demuestran un lujo insolente. Si uno va en los suburbios alejados de los barrios centrales lo que se puede apreciar no es nada agradable.

La mayoría de las casas están transformadas en tiendas y dormitorios para las tropas y ciudadanos sin casa refugiados, algunos con ambulancias al frente son como hospitalitos. En algunas residencias donde antes habitaban personas ahora son bodegas mixtas de mercancías y personas tipo barrio judío todo sucio, todo en desorden. Tuve que ir a la casita de tifosos, sala de selección instalada en la estación de trenes, lo que acabo de ver es increíble y muy triste. La construcción de madera de 30 metros por 10, en la parte trasera hay hombres o más bien moribundos todos unos sobre otros, algunos desnudos, hombres con uniformes, llorando y quejándose, postrados sin esperanza de vida. Otros retorciéndose por los dolores de todo el cuerpo y en medio de todo esto una valiente mujer francesa “Madame Bonnet”, que va y viene en esta carnicería humana ofreciéndoles de beber, alguna medicina inyectada. Algunos soldados inconscientes de su situación pasean de un lado a otro. En una esquina hay un montón de muertos que se recogen de vez en cuando y se vuelven a amontonar cerca del edificio. ¡Qué visión de este mundo!

28 DE MARZO DE 1917

El clima es cada vez más agradable, el tiempo con mucho sol que transmite un aire primaveral. Esto nos da algo de energía para vivir en medio de esta profunda miseria. Que tristeza de ver a esta pobre gente hacer cola de cuatro a seis horas y por fin obtener desde la madrugada, hasta las 9:00 o 10:00 de la mañana un poco de pan. Qué decir de los posibles enfermos que caminan por toda la ciudad acostándose como se puede a veces sin fuerzas para levantarse. ¡Qué importa!, a pesar de que cada día franceses y francesas son alcanzados por las enfermedades. Todos son los que integran las unidades sanitarias ¡son verdaderos héroes! Nosotros tenemos mucho trabajo, solamente al salir a la calle nos damos cuenta de que estamos en plena guerra. Toda Rumania se pasea, en la calle Lupescu, con un despliegue de lujo mientras ¡los soldados se mueren de hambre y tifo!

29 DE MARZO DE 1917

El sol aparece con sus rayos calientes que penetran en nuestras vidas mientras el tifo poco a poco nos merma aquí silenciosa y rápidamente. Aquí todo falta. ¡Las rumanas no tienen el valor de ofrecerse como enfermeras voluntarias! es precisamente por falta de cuidado que las personas tocadas por la epidemia se han desarrollado y hace tantos muertos. Estas señoras se hacen de la vista gorda ante tanta desgracia por falta de ética dándonos el mal ejemplo. Hay un pequeño grupo que demuestra lo contrario, 2 médicos rumanos acaban de morir. La ciudad empieza a tomar medidas drásticas de higiene. No tenemos noticias de Francia salvo que las tropas inglesas siguen avanzando. Y en el frente el rumano no hay cambios.

LOS DÍAS 30 31 DE MARZO DE ABRIL NO HAY NADA ESCRITO

FALTA EL 1 DE ABRIL 1917

2 DE ABRIL DE 1917

Tiempo excelente. La primavera está aquí, sería bueno vivir con este clima pero en otra parte. Con más impaciencia esperamos noticias de Francia. Me encontré al subteniente Bruckner quien está en los servicios de autos aquí en Iaşi, el mismo de siempre, gordo, lento, sin mucha vida, solamente creo que más francés gracias a su mujer. Las noticias indican que la señora Bonnet ha sido internada por tifo, es sintomático, en el hospital rumano San Espiridión. Prometí verla y la encontré más o menos bien, los doctores piensan poder salvarla, deseo que sea verdad. Mi compañero Lourdereau parece estar tocado por el tifo, espero noticias precisas por parte del doctor. La situación en Rusia es de una gran crisis pero parece sin mucho derramamiento de sangre.

3 DE ABRIL DE 1917

La temperatura se ha elevado mucho hace más calor. Que nos esperara para el verano si no nos van a vestir en telas ligeras. Nos acaban de avisar que la valija llegará dentro de 4 días. Buenas noticias. Parece que las comunicaciones están mejorando y en el trabajo fue un día muy difícil. Hoy falleció otra mujer francesa Mademoiselle Flipp también por causas del tifo. Visite a mí a primo De Ribes ubicado en la aerostación. Allá el grupo de especialistas aéreos está compuesto sólo de rumanos. La mortandad es grande.

Hoy fueron otras dos víctimas, el Dr. Félix de la facultad de medicina de Bucarest que fue tocado por el tifo. En el frente francés esperamos tener noticias acerca de la entrada de las tropas norteamericanas ¡ojalá tenga buenas consecuencias!

Desde Rusia parece que la situación se está tranquilizando. El comandante de la plaza emitió un comunicado en que se prohíbe a todo hombre y mujer circular en autos militares. Todo se debe al poco número disponible y al abuso de la gente. Hemos sido informados que el Coronel Dubois herido en la batalla de Craiova acaba de fallecer en medio de grandes dolores. Es otra víctima más. A última hora los Estados Unidos acaban de declarar la guerra a Alemania. Que aportarán nos preguntamos y esperamos que los aliados aporten una victoria final.

 4 DE ABRIL DE 1917

La mañana llega con una noticia muy triste, uno de los nuestros él Doc. Clunet acaba de morir por casas también del tifo, que lastima perdemos mucho con su muerte que salvo tantas viadas. Tuvo una gran alegría que nos impresionó a todos el haber visto a su esposa antes de morir. Fue para él una gran satisfacción. Desde Rusia avisan que las cosas se están tranquilizando y el orden se restablece, las noticias vienen por conducto de compañeros, sin embargo en San Petrogrado las cosas se pusieron muy calientes, de todos modos la guerra civil ha acumulado muchos muertos. Hoy ha hecho mucho calor y un viento caliente a soplado lleno de polvo, al parecer como los vientos calientes que conocí en Egipto y Turquía. Me encontré con el Doc. Nichita muy cansado muy cambiado, ¡trabaja mucho! todos se lo agradecen.

5 DE ABRIL DE 1917

El tiempo es agradable, tengo mucho trabajo, a las diez y cuarto asisto a un espectáculo inolvidable que consiste en la ejecución de un subteniente rumano que al principio de la campaña fue acusado de traición. Facilitó datos de los movimientos de nuestras tropas rumanas en contra de los suyos, parece que era un hombre valiente, fue arrestado en noviembre de 1916, juzgado en marzo del 1917, espero 6 semanas para ser fusilado como un perro. Qué lástima que con un día espléndido pueda suceder algo así cuanto para todos la vida sonríe para él la vida termina. Las tropas y el público forman un cuadrado en el patio de una gran construcción militar, a la izquierda la infantería, a la derecha las escuelas militares y al fondo frente a un poste de madera están los oficiales y las mujeres se empujan para ver. A las 10:00 hrs lo llevan 2 gendarmes en auto sin estar amarrado.  El comandante de la plaza de Iaşi le lee la sentencia, se quita su sombrero lo mismo lo hace para el condenado, sus dos manos están atadas atrás de su cuerpo, se ve tranquilo, recibe al sacerdote, y lo escucha, se despide con la bendición.

Se acercan dos gendarmes para checar si está bien amarrado al poste, le quitan la chamarra, no se resiste y sigue platicando con el comandante de la plaza. Llega un teniente para vendarle los ojos lo que rehúsa. Los oficiales se retiran, ya son las 10:30, se logra zafar un brazo y frente al pelotón grita con una fuerte voz ¡muero feliz! ¡Viva el ejército rumano! El oficial baja el sable que indica a los soldados la orden de disparar y lo matado todo terminó a las 10:40, la justicia se completó. Se escucha una segunda detonación que es el tiro de gracia para asegura que él había muerto. Acercándose dos soldados con camilla lo levantaron para llevarlo a una camioneta. La injusticia o la justicia se cumplió eso fue un comentario de la gente que se asomaba para ver el cadáver

6 DE ABRIL DE 1917

El tiempo es muy bonito hace mucho calor, nosotros muy ocupados. No tenemos noticias de Francia porque han podido intervenir con cierto éxito la radio militar. El oficial responsable del correo, regreso a Rusia, en la búsqueda de las valijas diplomáticas, esperamos que regrese en unas 24 horas. La noticia que viene de Rusia nos trata de convencer de que todo está en tranquilidad y que solamente en Petrogrado fue muy sangriento con peleas calle por calle. Presumen que todo está bajo control, cada soldado ruso se han colocado una banda roja en su uniforme para indicar el cambio de régimen. Al preguntarles si son capaces de indicar que está pasando en su país no saben con certeza que decir. Qué extraño pueblo en este siglo XX.

 7 DE ABRIL DE 1917

Clima excelente mucho trabajo, la aviación se está volviendo más activa. Lástima que no tenemos más que pocos aviones y casi nada de materiales, no llegan. Los pilotos que tenemos están cansados. En fin a pesar de todo impedimos que los enemigos crucen las líneas. Sin embargo hoy bombardearon, provocando algunos muertos y pocas destrucciones materiales. Esperamos el correo de Francia esta noche. A partir de hoy los rumanos inician sus fiestas como si nada estuviera pasando. Qué extrañas personas, caminan por las calles, hay un desfile continuo de elegancia junto a soldados mal vestidos, asustados que parecen no saber hacia dónde ir, algunos tan cansados que se recargan en las paredes de las casas. Unos se duermen en la calle porque no tuvieron suerte de encontrar algún lugar. Pobres soldados rumanos.

8 DE ABRIL DE 191

Un espléndido día primaveral, los árboles han empezado a tener hojas verdes, y pensar que mientras la naturaleza vuelve a la vida, la muerte nos acecha todo el tiempo, sobre todo aquí donde todos los días recibo noticias tristes acerca de algún, amigo, compañero muerto en este país, lejos de los suyos, lejos de su querida Francia, culpa de ese terrible tifo y pensando que nada se puede hacer. El correo llegó esta mañana, el oficial Chaumiere quien se ha atrasado porque perdió la valija en Rusia, se disculpó después de haberla recuperado. No es la primera vez, sin embargo es increíble, porque esperamos el correo para este bonito día de pascua. Deseamos que nuestros seres queridos que se encuentran tan lejos, parientes, amigos, compañeros se hallen bien. Habrá muchas cartas pero para mí solo hubo una carta de mi madre y de mi hermano, creo que no es suficiente, bueno así es la fiesta reducida en Iaşi. Me gustaría saber lo que pasa en el frente rumano. Nada nuevo. Nos está llegando material francés, que estaba en Rusia. Me acabo de encontrar con un compañero de La Sexta División, que llegó aquí al servicio de las ambulancias, bajo la dirección de Su Majestad la Reina María de Rumania y pude platicar con él.

LUNES 9 DE ABRIL DE 1917 LUNES DE PASCUA

Día muy ocupado, muy lleno de problemas, mucha actividad, esta mañana se desarrolla el cortejo fúnebre del Coronel Dubois, del Doc. Cruzet, del soldado Legret, de la monja Antoinette, de Mademoiselle Flipp, todos nuestros muertos por la culpa del tifo tratando de salvar a muchas personas francesas y rumanas. Estuve de servicio en este funeral y tuve que hacer un reporte algo muy triste y lamentable. Pero todos y cada uno querían acompañar a nuestros hermanos hasta la última morada en tierra rumana, instalamos los cuerpos en la Iglesia Católica, donde se presentaron los rezos acostumbrados. Frente a los féretros el general Berthelot expuso sus valores y dedicación en un mensaje con voz firme y fuerte. Después Monsieur de Saint–De -Aulaire, embajador de Francia, luego Ion Bratianu jefe del Gabinete Rumano y el último en dar el mensaje fue el general Prescau jefe del Estado Mayor. Después los llevamos a un cementerio cerca de la ciudad. Regresamos todos muy tristes bajo un calor muy fuerte. La inhumación muy emocionante fue llevada a cabo por nuestros valientes soldados franceses para evitar que no sean manos francesas las que toquen los cuerpos embalsamados. Luego todos regresamos muy apenados. Como a las 2 de la tarde recibí una nota escrita por mi amigo y compañero el subteniente Cabella que en un auto vendría por mí para ir al hospital. Me dirijo rápidamente para ver a mi amigo que no había visto desde hace 48 horas, irreconocible me doy cuenta de que ha sido tocado por el tifo. Le ayudó con su equipaje y lo subo al auto para ir a nuestro hospital francés. Lo entrego en las buenas manos de las monjas, santas mujeres. De regreso a mi oficina me entero de que Cuba entró en la guerra Alemana. Me pregunto quién falta. También tenemos noticias que en el frente inglés se produjo una gran batalla aérea, debemos creer que fue fantástico fuera de serie.

10 DE ABRIL DE 1917

Desde que me levanto trato de informarme acerca de la salud de mi compañero que deje en el Hospital Francés donde me indican que fue trasladado a villa Grerul. Iré mañana a verlo. Son 8 kilómetros desde Iaşi. El tiempo está muy agradable. Seguimos bajo la impresión de las personas que enterramos ayer. Nos hace pensar en nuestros compatriotas en Francia tan lejos de nosotros. Los rusos se pasean por las calles generalmente borrachos.

11 DE ABRIL DE 1917

Me traslado al hospital a ver a mi amigo. El día amaneció gris, triste con mucho trabajo. Lo importante es recibir noticias de nuestros amigos y compañeros, enfermos del tifo. Cerca del Palacio Real, esta mañana vi a la pequeña princesa María caminando a pie, es una persona alta, de tipo latino más bien con un cuerpo alemán, con una linda cara y cabellos rubios. Desde Francia esperamos noticias de las victorias en todo el frente.

12 DE ABRIL DE 1917

Tiempo espléndido cada vez más trabajo. Voy al hospital el Grerul, para ver a mi amigo Cabella que se localiza a las afueras de una pequeña colina. Este hospital fue establecido por fallecido Doc. Clunet para los enfermos franceses.  Allí hay dos voluntarios y muchas enfermeras sobre todo monjas, que asisten a los soldados que sufren de tifo. Actualmente hay aproximadamente 30 franceses. Hay casos muy severos y otros son convalecientes. La pobre Madame Clunet regresa a Francia dejando a su marido en tierras rumanas. Todos siguen hablando de este maravilloso hombre que demostró con su trabajo médico altos valores morales. Hoy sabemos que dos compatriotas están tocados de muerte por el tifo, el teniente de infantería Bourdeau, y el Dr. Lemonnier jefe del hospital del seminario católico. En el frente rumano todo tranquilo, los alemanes bombardean algunos municipios cercanos al frente utilizando bombas asfixiantes y se dicen civilizados. En el frente francés los ingleses han logrado un frente golpe en Arras, tomando once mil prisioneros, ciento diez cañones y doscientos ochenta oficiales. La radio francesa anuncia disturbios en Berlín y Hamburgo en contra de la guerra. Esperamos que para que el 15 de abril llegue el correo desde París, qué alegría. Hay un comunicado que nos indica con tristeza que dos compañeros el subteniente Tresch y el teniente De FLers no regresaron a nuestras líneas después de haber salido a un reconocimiento en la región de Dobrogea ¡quien los habrán hechos prisioneros, los búlgaros o habrán podido aterrizar en Rusia!

13 DE ABRIL DE 1917

Mi compañero Cabella sigue con su tifo. Las tropas inglesas y francesas conquistar más territorios al norte de Francia y más prisioneros. En el frente rumano no hay novedades. El clima sigue espléndido. Nos comunica la muerte de dos compañeros el capitán Arsins el teniente Gaubois, los dos de infantería todo en el frente rumano. Para su entierro no estaré de servicio. Además de los Estados Unidos, entran en guerra Chile y Guatemala para apoyarnos. La aviación alemana muy activa. Nuestros compañeros responden muy bien con la defensa antiaérea, derribaron a un avión enemigo. Hoy recibimos más materiales desde Francia.

ABRIL 14, 15, 16, HASTA EL 18, NO SE PUEDE LEER

Esto es la traducción del cuaderno No.1 de notas de mi papá que llega hasta abril 13. Lástima que no tenemos el número 2 que seguramente cubriría el resto del tiempo y los años 1917 y 1918. En general he descubierto algunos aspectos desconocidos de mi padre como por ejemplo: estar preocupado por la comida, no sólo la suya, y de sus compañeros por no encontrar pan y que había que comer mucha mămăligă al llegar a Rumania.

Que jugaba póker con sus compañeros ¡para mí una novedad!

Que lucho contra el tifo que lo impactó muchísimo. Que la falta de cartas de su familia le molestaba. Que las muertes de sus compañeros, realmente le afectaban mucho.

Que los rusos le parecían unos bárbaros. Que la guerra era odiosa y siempre deseaba la paz.

25 DE MARZO DE 1917

Aquí hay algunos testimonios de algunos amigos de mi papa.

El viaje de Bârlad a Iaşi fue más agradable que el anterior que hice en compañía de mi camarada Domette para mencionar mi salida. Muestra la salida precipitada de Bucarest, viaje del que tenemos malos recuerdos.

 

CABELLA

Me siento feliz de Guimomet a mi amigo Domette como recuerdo del día del bombardeo del gran cuartel general en viajar de Bârlad a Iaşi. Recuerdo afectuoso.

FÉLIX BOULANGER

Esto me recuerda el viaje en Rusia

*Consulta

Paroles Franco- Rumanines SOCEC & S.A. Bucarest 1930

La Belle Aventure de Robert de Flers  – Russie- Roumanie  librairie de paris 1929

MI VIDA, MI HISTORIA JEANNE MARIE JULIE BOUSSARD PARLIER

7 DE DICIEMBRE DE 1930

A mis queridos hijos Pierre y Marcel.

A mis queridos nietos Georges, Jacques, Michel, Claude, y Jean.

 

Acabo de salir de una grave enfermedad, la cual pudo provocarme la muerte, y como consecuencia separarme de ustedes. Apenas regrese a la vida y pienso llevar a cabo una idea que tengo desde hace mucho tiempo en mi corazón, que es la de dejar mis recuerdos. He sentido una gran emoción al leer las memorias por la tía Julie Becquemont y por mi querida tía Joffre, quien fue para mí una verdadera abuela. Ahora me toca el dar a conocer un poco de la historia de mis parientes, de los más antiguos, ya que era la costumbre de antaño escribir el llamado «libro de familia» parecido a un testamento destinado para que los hijos conozcan a sus antepasados… Espero que alguno de ustedes siga con la tradición, entregando los apuntes de una abuela que los quiere con ternura. Nací el 13 de junio de 1863, en Saint Maurice, cerca de la ciudad de Charanton. Tuve como padrino al cuñado de mi mamá, abogado y esposo de su segunda hermana, y como madrina a su hermana mayor casada con Monsieur Ernest Becquemont. Mi padre, Jean-Baptiste Víctor Boussard, era originario de La Cote D’Or, de situación económica buena, viviendo de la producción de sus bienes y disfrutando de la fabricación de vinos marca Chassagne, de gran prestigio.  Todavía hay en Chassagne, descendientes de esta familia, que mis hijos y yo hemos visitado cuando eran pequeños. La ambición, de estas buenas personas, era, que sus hijos mayores recordaran que mi padre tenía un hermano que era sacerdote y una hermana (monja) del Monasterio del Sagrado Corazón de la ciudad. Gracias a ellos, mi padre fue colocado en el seminario de Aytun, lo que demuestra sus conocimientos, su educación en general y su cultura, muy superiores si se hubiera quedado en su pueblo natal. Mi padre no tenía vocación religiosa, así que dejó el seminario a los 20 años y se dirigió a París.

Él era un nombre alto, guapo y con músculos fuertes, cabello rubio y ojos azules, demostrando tener una excelente salud, era amante de la vida. En el café encontraba, casi cada día, a Ernest Becquemont y fue con el que pensaron en el proyecto de casarlo con mi mamá. Mi abuelo, Monsieur Parlier, dirigía en aquella época un comercio de bonetería muy exitoso, ubicado en la rue Faubourg Possioniere No.11. Su yerno, Monsieur Lecris, le ayudaba, por lo que mi abuelo, muy adelantado para su época, se dejaba ayudar, había hecho dos viajes a América y trajo a este país, un nuevo sistema novedoso para su negocio. En este momento se realiza el matrimonio de mi madre. Era viudo, y su esposa Elisa Boulanger, hermana de Laure Joffre, murió muy joven, dejando un hijo. Era oficial de la marina, el cual moriría en 1887, y su barco se perdería en el mar con todo y mercancías.

 

Las 4 hijas eran, las 2 mayores casadas, Julie se casó con el Monsieur Becquemont, Maure se casó con Monsieur Lecris, quedando Marie que fue mi madre y Claire, la más joven, la cual se casó más tarde con el Monsieur G. Teulon, el cual no habría encontrado con su esposa una armonía total de gustos y hábitos. Al quedar viudo se consuela rápidamente. Además, si se encontraba, estaba molesto por cuidar a mi mamá. Mi mamá tenía 20 años, y le gustaba la vida, era inteligente, alegre, de espíritu ágil, muy rápida para contestar, lo que le hacía a veces pasar por malos momentos que enojaban a sus hermanas ya casadas, y esto la molestaba. Ella vivía en la planta baja de la rue Du Faubourg Possioniere, un poco oscura y daba sobre un pequeño patio. Cuando mi padre, fue presentado por Ernest Becquemont me pidió en matrimonio. Mi mamá no tomó en cuenta la diferencia de edad entre quien la pretendía y, con casi 20 años más joven, aceptó su matrimonio con cierto entusiasmo en el cual había poco amor. La ceremonia se llevó a cabo y mis padres emprendieron su viaje de bodas, a Marsella, ciudad en la cual, mi padre tenía muchos amigos. Tengo pocos recuerdos de mi primera niñez, en que mi mamá, de vez en cuando, daba muestras de cariño, me apretaba sobre su corazón y me cubría de besos. Mis tías dirían después qué fui una niña fácil, dulce, lenta, lo que preocupaba a mi mamá, quien era más nerviosa y llena de vida. Dos años después, de mi llegada a este mundo, llegó mi pequeño hermano, que fue bautizado como Henri. Era un bonito niño, robusto, y mi madre a la que le gustaban los niños “hombres” empezó a consentirlo mucho más de lo esperado, lo que le hizo de carácter fuerte y utilizaba sus músculos para pegarles a sus amigos y a su hermana. Fue en estos momentos, cuando los negocios de mi padre quebraron, y la destilería fue vendida a un precio ridículo a nuevas personas, dejando a mi padre y a su cuñado en malos términos, reclamándole su falta de capacidad. Lo terrible es que él dote de mi madre, que era muy importante, se había perdido en esta desgraciada aventura. De Saint Maurice nos mudamos a Neuilly-Sur-Seine, donde vivía mi tía.

Becquemont con sus dos niños André y Paul. La otra tía Lecris, tenía también, dos 2 hijas muy jóvenes, Genevieve y Augustine, tenía a mi mamá y a una amiga, un poco prima de mi tía Lecris, llamada Madame Sandt, ella también vivía con sus dos hijos, Alice y Paul. De estos años tengo el recuerdo de bonitos días en compañía de todos los niños, en los Bois de Boulogne, y desde luego en presencia de nuestras madres. Al estallar la guerra de 1870, no recuerdo la causa o en qué circunstancias dejamos Neuilly. Nos fuimos para Lyon, solamente tenía apenas 7 años y recuerdo que mi mamá lloraba al tener que dejar a su familia, a sus amigas. Recuerdo que vivíamos en un cuarto piso, era un departamento grande con muy pocos muebles y el barrio era agradable cerca de Brotteaux. Mi madre nos llevaba, de vez en cuando, al Parc de la Cote D’or, que quedaba un poco alejado de la casa y otras veces jugamos en la plaza Louis XVI-lugares que quizás hoy ya no existen. Vivíamos en una gran zozobra. Los alemanes, de los que se hablaba todo el tiempo, me daban mucho miedo, se temía que llegarían pronto, y la gente se iba a refugiar en iglesias, compraban bolsas de trigo, quesos y lo que podían. Lo que más me impresionaba era el uniforme de mi papá, que era de la “Guardia Nacional”. Él tenía que dormir fuera de casa, en un sitio llamado «Corps de Garde», recuerdo a mi mamá preparándole, una botella de vino caliente, la cual compartía con sus colegas… Fue en estos años tan difíciles en que mi madre trajo al mundo una linda niña llamada Marguerite. En esta ocasión, a pesar de las dificultades de abandonar París, mi tía Julie pudo llegar a Lyon. La pobre recién nacida vivió solo 2 meses, y una epidemia, que no puedo recordar, la mató. En aquella época nos encontrábamos viviendo en Lyon, fue la que le quitó la vida, esa fue mi primera gran tristeza, la muerte de mi pequeña hermana, mi mamá me enseñó en su cuna a esta pequeña, cubierta de rosas blancas, la cual abracé y la bese, impresionada por su rigidez me asusté mucho. Desde entonces siempre tuve, gran cantidad de temores. Esta situación, la guardaría durante mucho tiempo.

 Terminada la guerra, dejamos Lyon, y con mis padres regresamos a Neuilly-Sur-Siene. Primero rue de Chartre, y después Avenne de Neuilly. Mi padre, afortunadamente, tenía una buena situación, en un comercio de textiles, localizado en la plaza des Victories. Viajaba mucho y se ausentaba por 5 o 6 meses y esto era muy triste para mí. Mi pobre mamá, lloraba frecuentemente, ya que mi padre, era un poco egoísta, mandaba poco dinero a su familia. A pesar de mi edad, pude comprender que mis padres no tenían una buena relación, aunque estuvieran juntos. Acudía a la escuela, en el bulevar Maillot, propiedad de unas señoritas Martineau, unas solteronas protestantes, amigas de la familia Sandt.

Éramos pocas alumnas, principalmente jóvenes de origen inglés. Por ir en forma irregular, no hice muchos progresos. Llegó el momento en el cual tenía que hacer mi primera comunión. Me estaban preparando cuando mi mamá, que esperaba el cuarto hijo, murió en unos cuantos días de una calentura púrpura, por culpa del médico que era responsable de su salud. Mi padre se encontraba en Marseille, atendiendo sus negocios, y fue avisado y llegó de la manera más rápida posible. Recuerdo cómo sufrió, era de carácter violento, pero al mismo tiempo muy sensible, su principal preocupación era cómo ocuparse de los niños pequeños, ya que él siempre estaba de viaje, y fue nuestro amigo Joseph Gantd y mi padre, qué juntos vinieron al internado para darme la terrible noticia. Recuerdo que la dio con todo el corazón, quería mucho a mi madre, y pensaba que esta enfermedad, la podríamos haber evitado. Nos comunicó a mi hermano, y a mí, que, así como quería mi madre, nos quería también. Lloraba yo mucho, me llevaron a dormir con las señoritas Martineau, y durante varios días, trataron de consentirme, a lo que recuerdo, quedaba insensible, entendiendo el tamaño de nuestra desgracia, por lo menos eso es lo que sentía en aquel momento.

Más tarde, cuando estuve de interna, durante los días de visita, veía a mis compañeras con sus mamás y comprendí lo que es no tenerla. Al año siguiente hice mi primera comunión era el 24 de junio de 1876, seguía en el Instituto de las señoritas Martineau, a las que agradezco de todo corazón todo lo hicieron para mi preparación, a pesar de ser protestantes, nunca dejaron ocasión alguna para prepararme en mi primera comunión. Después de las Vísperas religiosas, no dejaron ocasión de llevarme al Panteón a visitar la tumba de mi madre, que había sido colocada en Neuilly, junto a mi abuelo Parlier. Mi hermano fue colocado con mi Tía Becquemont, después en el Colegio Chastal, donde había demasiados muchachos, para ser un alumno interno, quizás esto contribuyó a su mal carácter, en los siguientes años de su vida, le trajeron muchos problemas, todos creían que por falta de atenciones, pero yo estoy dispuesta a perdonarlo porque solamente tenía 10 años cuando perdimos a nuestra madre, y no tuvimos las alegrías de una familia.

Mi vida de juventud, no fue muy alegre. Cada 15 días salía, y visitaba a mi tía Becquemont, ya sea sola o con mi tía Lecris. Es verdad que quería a mis primas, pero sus madres eran muy frías y duras, aunque me dejaban hacer muchas cosas. Ellas no querían a mi padre y trataban de convencerme de que no me quedaría “dote” y, por lo tanto, tendría pocas posibilidades de casarme. Me insistían en que me dedicara en ganar los títulos de la educación, todo el tiempo me lo repetían-seguir mi educación en Inglaterra… Esta oferta se me ofrecía cada rato, haciendo en mi vida una verdadera pesadilla. Pensando en esta idea me ponía a llorar, sobre todo al dormir, figurándome en Inglaterra como en el exilio, al decidir que dejaría la pensión Martineau, sintiendo que Neuilly estaba lejos de mí y lejos de los míos.

Mi tía Lecris escogió una de las mejores escuelas de Passy y se comunicó con mi padre, siempre de viaje. Él hizo algunas observaciones y presentó quejas, sobre todo por el costo de los estudios. La familia decidió ayudarme, e hizo el complemento de los gastos. Así ingresó como estudiante al instituto Bonnier, ubicado en el No. 62 de la rue La Tour. Me sentía feliz, y la maestra Bonnier era una buena mujer. Se ocupaba mucho de sus alumnas, que le devolvían el cariño. En clase sus profesoras, así como los empleados, todos eran felices. La propiedad era una casa muy grande con un hermoso jardín donde las 50 alumnas internas y la misma cantidad de externas. Monsieur Bonnier, era funcionario en el Ministerio de Trabajo Público, y nos daba la clase de historia, de una manera muy interesante, y en los exámenes sacábamos siempre las mejores calificaciones, entre todas las materias. Me quedan 5 años en la escuela. Allí aprendí inglés, dibujo y me gustó mucho el baile, el piano, la gimnasia. Me pregunté más tarde si la educación tan cuidadosa no me impidió tener, una carrera para ganarme la vida. Creo que hubiera sido preferible; sin embargo, en aquella época, una hija de una familia burguesa, no era bien considerada para dejar a su familia. Ya casada debería dedicarse a su esposo y a sus hijos porque no existía la profesión de “Nurse” o de «Fraulein». Al recibir mi título, mi padre solicitó a Madame Bonnier, guardarme algunos meses más como alumna libre, juzgando poco conveniente, que viviera sola en su departamento, y con una sola doméstica. Su deseo se realizó y de tiempo en tiempo hacía las clases con las muchachas, algo muy divertido.

Acompañaba a la directora para ir de compras, comía en su mesa, y tenía el derecho de recibir visitas en otros horarios ya programados. Lógico que esta situación no podía durar para siempre. Mi querida tía Joffre, que me consideraba como su nieta, estaba preocupada por mi futuro. Le decía a mi padre, Monsieur Boussard, que habría de casar a su hija, pero no como un negocio de textiles a un precio más bajo que haya en el mercado.

Un día llego a la escuela, y al verme me miro con aire muy severo, que me impresiona. Desde luego que su persona pequeña, la vi crecer, su vista era particular. Vestía, desde que había perdido una gran fortuna con la Revolución de 1848, una vestimenta de terciopelo. negro, un cuello rojo y tenía botines negros, que le hacían juego, usaba sombreros con velo que cubrían pedazos de su cabellera y un poco sus orejas pequeñas, sus manos eran protegidas por guantes. A pesar de su aire de “Grande Madame”, la comparaban con un gran maestro de la marina. Era algo irreverente de mi parte. Este jueves, me llevaron a una pequeña sala cerca de la dirección, y después de las dudas acostumbradas, con un aire y tono grave, me preguntaron, “Jeanne” quieres casarte. Estaba lejos de pensar en este tema, y contesté no muy convencida, tía, si tú quieres, entonces se enojó, y me hizo un pequeño sermón donde predominaba la importancia del matrimonio, y de un hombre joven, maduro, realizado, que vivía con su mamá y que sería un excelente esposo para mí.

Me quedé un poco aturdida y me puse a pensar, después de su visita, y hablé con mi excelente tía Becquemont. Ella no era feliz en su matrimonio, por lo que se animó débilmente, reservando su opinión al conocer a este joven perfecto. Quince días después, de esta propuesta, fui al departamento de mi tía Joffre, quien vivía en el No. 60 de la rue Bondy, lugar confortable, compartido por su hijo y su nuera Leonie. Este día me cambiaron mi peinado, y mejoraron mi uniforme, con un chal de color. Mis zapatos eran un poco pesados y me los cambiaron por unos bonitos zapatos.

Hizo todo para que este día, sea agradable frente al que sería mi marido, después me informaron que estábamos invitados con nuestros vecinos, contrariamente al plan inicial, reunión compuesta de amigas y amigos, para festejar el cumpleaños de su hijo Georges Domette, así se llamaba este joven. Confieso que me divertí mucho aquel día, sin prestar mucha atención al hijo de la casa. Su madre me pareció muy exuberante y hasta mi padre menciono que era muy exagerada, supe después que Madame Domette había nacido en Florencia, Italia y que vivía en Francia desde hacía algunos años, conservando una extrema agitación y la exageración de los pueblos del Mediterráneo. Venimos a ver a mi futuro marido varias veces en la casa de mis parientes, los Joffre. Fui rápidamente conquistada por su dulzura, su bondad, las atenciones que tenía con su madre, y por mi tía Joffre.

Para todos los ancianos, era joven, guapo, un hombre de 26 años, con ojos negros, labios carnosos, la nariz un poco grande, su frente ancha y bellos dientes blancos. En sus cabellos quedaban todavía algunos chirlos de su niñez. Quizás el único obstáculo que puso en peligro nuestra unión, era que tenía un aire delicado, lo que aumentaba su encanto, todo lo que llegó a ser, una advertencia a mi padre, quien decía que no tenía buena salud.

A pesar de la resistencia de mi padre, quien además afirmaba que estoy todavía muy joven para casarme, logramos ser novios, y fui enviada a Chassagne con los primos de mi padre para alejarme de París por lo menos un año. Sentí que era una decisión draconiana e ¡injusta! Después de un intercambio de cartas que duró varios meses, regresé a París. La tía Julie se había cambiado, dejando libre su departamento de Batignolles, y se instaló en el de mi padre en el Boulevard Richard-Lenoir, para facilitarme encontrarme con mi novio, casi todos los días. Él era empleado en una compañía fabricante de bronces de lujo, dirigida por Monsieur Houlet, quien le daba un trato de amigo, más que de empleado. Los negocios eran muy buenos y mi novio ganaba 400 francos al mes, que era un muy buen ingreso para aquellos años.

Madame Domette había tomado como esposo a un habitante de la Touraine, el cual tenía un gran mérito, haberse educado solo. Sus parientes, que conocimos en Montoire Sur le Loir, estaban decididos a felicitarlo. Por esto el matrimonio fue feliz, hasta la muerte de su hija de 20 años, que era la mayor y había tomado la decisión de viajar a Inglaterra, para llevar a cabo sus estudios, y aprender el idioma inglés, que se enfermó, y en algunos días murió de una epidemia de rubiola. El pobre Monsieur Domette no logra consolarse con lo que considera una muerte injusta. Ocupaba una posición de confianza en el Jockey Club como gerente de cavas. Vivía en el club, donde además le ofrecían todas las facilidades para su familia, sobreviviendo poco tiempo a la muerte de su hija Blanche, murió de una Nefritis en 1875, así recuerda Madame Domette, quien vertió todo su cariño sobre su único hijo que le quedó, justificando este gran amor, y que me afectaría a mí más tarde. Un reumatismo articular le dio el susto de perder a su hijo, que siempre fue el más grande amor de su vida.

El 20 de febrero de 1881 se celebró nuestro matrimonio en la gran iglesia de Saint Joseph, parroquia del domicilio de mi padre. La ceremonia fue grandiosa, mi padre estaba muy orgulloso, y tuvimos una recepción muy suntuosa en el restaurante Mota en la rue de Possioniere, lugar de moda en aquellos días. Se tomó la decisión, de que ocupáramos el departamento de mi suegra, en el 60 de rue de Bondy. Para ella mi padre alquiló un departamento pequeño, pero muy elegante, en el piso superior bien amueblado, con un sistema de comunicación entre nosotros y su mamá.

Nuestro departamento tenía una sala pequeña, en entrada del comedor había dos ventanas que daban sobre la rue Taylor, separadas por una pared de vidrio, se encontraba la cocina, después un corredor que iba hasta una gran recámara con dos ventanas sobre la rue Bondy.

Mi padre con gran ingeniosidad y gusto nos arregló un lugar para la ropa, teníamos un baño, con nuevos muebles, con agua caliente, a base de gas, el departamento se adornó con todos los regalos, nos estábamos acostumbrando, a todo tipo de lujos. Muchos jóvenes de aquella época, no tuvieron la oportunidad de iniciar su vida de casados con toda esta modernidad. Era muy feliz mi marido, siempre de buen humor, siendo la única sombra, el carácter despótico de mi suegra, no aceptando que yo dirigiera mi vida de casada.

Mi suegra tenía un carácter excesivo, muchas crisis nerviosas, por las pequeñas contrariedades diarias. Tuvimos, especialmente su hijo, que buscar todo lo posible para hacerla más conciliadora, y hasta mi padre tuvo la necesidad de intervenir, para facilitar nuestra convivencia, y, sin embargo, muchas veces tuvo gestos de cariño hacia mi persona. La pobre mujer fue alcanzada por una hinchazón cerebral, y unos días antes de las fiestas de todos los santos, cuando se estaba dirigiendo al panteón de Pere Lachaise, cayó al suelo, casi en nuestra puerta. Mi marido, que trabajaba en boulevard St Martin, frente al teatro de L’Ambigu, cruzando rápidamente la avenida y luego al domicilio, junto a su madre, a pesar de los tratamientos quirúrgicos y medicinales del Dr. Schweich, después de 9 días, mi suegra falleció sin poder recuperar el conocimiento, el dolor de mi marido fue muy grande, me lo transmitió totalmente.

Yo esperaba un niño, y todo me apuraba, a recibirlo, y después de la ceremonia luctuosa, el Dr. me obligó a estar en cama, ya que esperaba una llegada prematura. * A pesar de todo, el 28 de noviembre de 1882 trajo a un niño al mundo. Pesaba 6 libras, menos de lo normal, por haber nacido antes. Le colocaron en manos y pies algodones, y le sacudieron cada dos horas, para que pudiera comer. No podía dejar de llorar, pensaba que podía morir, este pequeño estaba muy bello. Me forjé de valor, y pude darle el pecho, en buenas condiciones, y agregaba abriendo su boquita otra tanda de leche, y por fin, después de tres semanas, mi hijo salió de su crítica situación para crecer normalmente. Se le dio el nombre de Pierre Víctor. Las noticias y situaciones tristes que tuvimos que pasar, cambiaron con la felicidad de mi marido, con el nacimiento de su hijo, admirándolo más cada día.

Tuve como ayuda a una enfermera, Madame Moisson, quedando mucho tiempo a nuestro servicio. Fueron días llenos de felicidad. Mi marido ya ganaba 475 francos al mes, lo que era para esos días una pequeña fortuna, y a los que se agregaban los intereses de mi dote de 20,000 francos que me fueron dados por la familia de mi mamá. En Gibert, Petit, Bossion la renta era de 500 al mes y el servicio de 18 francos al mes, vivíamos sin dificultades y hasta podíamos hacer economías. Oh! Porque el tiempo tan feliz no pudo permanecer para siempre. Mi marido, para aumentar nuestras entradas, pidió a su patrón, Monsieur Houlet, recibir nuestros 20,000, que no habíamos tocado y darle los intereses y dejarle una pequeña parte sobre los beneficios de la compañía, que eran importantes. De origen bastante vulgar, no tenía necesidad de dinero, acababa de heredar 200,000 francos, de parte de la abuela de su esposa, la cual había amasado esta fortuna, en una pescadería del mercado de Saint Honoré, sin tener en cuenta todo el trabajo que había desarrollado desde casi 10 años, fue mal educado, impertinente y obligó a mi marido a separarse. Decidió abrir su propio negocio de representaciones, iniciando con cerrajería, marca “Morton”, traía una mantequilla de Normandía, sombreros de paja, y por el poco nivel de ventas, provocaron el gastar nuestro patrimonio.

Mi tía Lecris, solicitó con insistencia a mi esposo, asociarse con Monsieur Guth, su yerno, marido de su segunda hija Agustina. Este muchacho no tenía ocupación, habiendo trabajado en una casa de cambio. La dote, de mi prima, era de 150,000 francos. Sus padres eran muy prudentes y temerosos de protegerla, evitar depilarla al invertir en algún negocio, mi tía convenció a mi marido a buscar un negocio de bronces de arte para los dos y se ocuparía de mi marido, después de muchas búsquedas compró la empresa de Monsieur Ravenett que la vendía por razones de salud. Fue convencido que Monsieur Guth aportara el capital, y mi marido, los clientes, sus conocimientos, su trabajo y ocuparse de la fabricación. Los beneficios se repartirían a partes iguales. Estos beneficios nos parecieron ventajosos y con alegría dejamos nuestro pequeño departamento del No.60, rue de Bondy, para instalarnos en el No.54 de la misma calle.

El lugar era muy bonito, con un gran local, lo transformamos en una gran tienda, y las otras tres recámaras, fueron adaptadas para los joyeros, expertos, y torneros, así como los hornos para los expertos en este esmalte. Y para nosotros, reservamos una gran sala, transformada en comedor, una gran recámara con 2 ventanas, un baño, y una gran cocina. Todo se encontraba en el pasaje de la Casa Cristofle, mi marido tenía gran gusto y era bueno para la organización, todo hacía parecer que íbamos a disfrutar de muchos días llenos de felicidad. Mi pequeño hijo Pierre cumplía 5 años, cuando llego otro niño, nacido todavía en nuestro modesto departamento en el 60 de rue Bondy. Lo bautizamos Marcel, era fuerte y lo pude alimentar sin dificultad, como las buenas mamas, cuando apenas caminaba, nos cambiamos de casa. Teníamos como sirvienta a una mujer de Bretaña, muy capaz, a la cual le pagábamos 15 francos al mes, y durante algún tiempo, mujer joven, que ayudaba al cuidado de los niños. Estaba con nosotros desde la 1.30 a las 6 de la tarde, a veces planchaba la ropa de los niños y le agregaba 25 centavos y su cena. Feliz época, en que la carne (costillas) costaba 30 centavos, la mantequilla, 2 francos, el kilo, un buen pollo, tres francos y 50 centavos. Mi buen marido trabajaba con ahínco, atrayendo los clientes de Outlet, creando bonitos modelos, donde se mezclan felizmente el ónix y los esmaltes de todos colores, dándole al negocio una prosperidad no esperada. Era un gran trabajador.

Tenía dificultades para arrancarlo del taller, donde componía con gran éxito sus diseños, su única diversión era el teatro, y lo hacíamos con cierta frecuencia, buscando localidades económicas, curiosamente algunos de nuestros empleados eran participantes de los teatros de L`Ambigu, de la Porte Saint Martin.

Mi querida tía Joffre, que jugaba el papel de abuela, y acompañaba a los niños, que afortunadamente dormían muy bien. Desafortunadamente, el carácter del Monsieur Guth era detestable, presumiendo que nunca había cedido ante persona alguna, aun con algún pariente suyo, se volvió celoso de mi marido, presumiendo también que los clientes se dirigían más al que a mi marido, para no quedarse en el papel de cajero y administrador. Las discusiones se repetían con frecuencia, tomando los dos, la decisión de separarnos del Monsieur Guth, desgraciadamente mi marido sufría una crisis del corazón, sobre todo después de las dificultades con el socio. Se hubiera tenido la necesidad, para domar este carácter, de tener enfrente a un hombre cuidadoso para imponerse, tratar con calma y así todas las cosas se quedarían quietas sin afectar un negocio próspero. Esto no sucedió, después de varios años se separaron, en muy malos términos… Monsieur Guth, se sintió molesto porque nosotros escogimos como árbitro al tío Gibert y que le había juzgado su actitud con severidad, dejando el negocio en que mi marido había dado tanto empeño, con la muerte en el alma, pero con una cantidad importante.

Mi excelente tía, Becquemont, tenía en Courbevoie una casa que no ocupaba y nos la ofreció, apretándonos con los muebles que teníamos ya comprados. Apenas organizados recibimos la visita del Monsieur Guth padre, que era un hombre con la apariencia de un gordo judío alemán. Después de muchas discusiones nos ofreció comprar el negocio, negando lo que decíamos acerca de su hijo. Mi marido aceptó, ya que no podía soportar más, sobre todo humillaciones, y se sentía cansado física y moralmente, rechazando cualquier reconciliación.

Seguimos el consejo de nuestro gran amigo, el Dr. Schweich, de dejar París por una breve temporada, para buscar un lugar en provincia y así descansar. Nuestros primos de Montoire nos buscaron una linda casa en el camino a la estación del tren, que tenía un bonito jardín. Lo arreglaron bien con muchas flores junto a los árboles frutales. Colocaron una fuente y un gran gallinero. Mis hijos estaban en el paraíso y nosotros felices.

Hice un viaje con mi querido Georges a Burdeos para examinar un negocio de cepillos muy importante, una empresa que necesita grandes capitales. No conocíamos nada, pero los 8 días que pasamos en esta linda ciudad, me encantaron y quedaron grabados en mi memoria como un recuerdo de los más felices. Regresamos encontrando a nuestros hijos bien cuidados por nuestros parientes. Eran alegres y de buena salud, y después de intentar varias opciones, Georges tomó la decisión de tomar una planta de cajas de madera localizada en Nogent-Sur-Seine, en el distrito de L’Aube. La oficina de ventas que se encontraba en la rue de Beranger, bajo la razón social de Rungaldier Foucault, estaba nerviosa al ver que nuestro capital de 60,000 francos era colocado en este negocio. Probablemente, fue la primera vez, desde nuestro matrimonio, que luché con mi marido, pero a él le gustaba, la naturaleza, los animales y deseaba alejarse de París. Así que me dejé convencer por tantas buenas razones que insistía en darme, y dejamos la capital. Me pesaba el corazón y tenía poca confianza hacia el famoso porvenir.

Nogent-Sur-Seine era una pequeña y muy bella subprefectura-distrito, localizada al bordo del Siene. Tres empresas utilizaban algunos centenares de trabajadores, una de ella era de pinceles y cepillos propiedad de los hermanos Leloir, otra fábrica era de órganos y pianos marca Rodolphe, y lo que compró mi marido se llamaba “los juguetes”. La población era compuesta por 4000 almas, dirigidas por un prefecto, siempre ausente, y los que faltaban eran los ministros del tribunal de justicia. Todos unos señores y señoras flojos.

Mi primera desilusión fue la posible habitación que deberíamos ocupar, y ya que la promesa era que pudiera escoger mi casa, tuvimos que tomar la que nos dieron. Estaba localizada al margen del Siene, tan cerca que con una caña de pescar, podría uno pescar desde cualquier ventana, en la planta baja había un gran comedor con 2 ventanas, una gran cocina, con una pequeña bodega, dos cuartos con tres ventanas, una destinada a mi hijo, la otra nuestra recámara y con vista al jardín, que mi marido tomó como oficina. la del fondo. En la parte de atrás se instalaría una sirvienta. Más tarde organizaré 2 habitaciones para visitas, las cuales, a pesar de su mobiliario sencillo, nos daba la posibilidad de recibir durante el verano a mi amiga Lucile Schweich, viuda a muy temprana edad, y a sus 2 hijos Roger y Márcele, la casa había estado mucho tiempo vacía y la humedad destruyendo gran parte de sus instalaciones, en general tenía miedo de colocar ahí a mis hijos, pero gracias a la organización, esta casa fue transformada para ser muy elegante, para vivir mejor. Estaba construida en el camino a la fábrica, no más de 15 minutos de camino, donde uno podía encontrarse a paseantes que acudían a una isla cercana muy bonita.

Sin embargo, yo extrañaba a París. Poco a poco, mi marido se dio cuenta de algunos puntos determinados en la compra presentados por Monsieur Foucault, situación que nos hacía temblar por lo que nos deparaba el porvenir. Mi marido hizo un esfuerzo muy grande, compró herramientas, se inició en la fabricación de juegos de mesa, damas, loto, cajas para puros, de manicura y muchas más. Un valiente maestro artesano, ayudaba a mi marido, sobre todo en los 2 primeros años. Lo que nos hizo creer que los resultados eran válidos para mucho tiempo. Estaba feliz de vivir en una ciudad al aire libre. Podía así trabajar con facilidad para a veces olvidarse de tomar sus alimentos. Lástima, la felicidad completa no existe, en este mundo. La tranquilidad de la que gozábamos fue cortada por una severa enfermedad, que por poco le quitaba la vida a nuestro hijo mayor. Era mayo de 1894, exactamente cuándo se preparaba para su primera comunión, para ser exacto el 7 de mayo, y la razón fue que Pierre tomó frío en la helada iglesia de Nogent, con congestión pulmonar, que a pesar de cuidados especiales, no daban resultados. El 29 de mayo el Dr. solicitó otra consulta, desgraciadamente el Dr. Schweich, padre, había fallecido. Apelamos a un médico de la familia llamado Hallopean quien gozaba de gran fama. Practicó una punción, porque la pleuresía, había llegado a estar llena de pus. Hubo una pequeña mejoría. Sin embargo, el Dr. Meunier, que se mostraba inquieto, porque el niño se debilitaba rápidamente, se opuso a realizar una segunda avisándole a mi marido que existía una posibilidad fatal y el 4 de junio de 1894, a medio día, uno de sus colegas, el Dr. Gelle, cirujano del hospital de Provin, practicó una operación de enfisema que duró 45 minutos. Hasta el 30 de junio vivimos momentos muy dolorosos y también cansados. No deje ni un minuto a mi hijo, descansando durante el día en un sillón cerca de él, y cuando él podía dormir la lectura era para mí la compañía ideal. Poco a poco, recuperaba sus fuerzas, pero sus piernas eran tan débiles, que tuvo, durante dos largos meses, que usar muletas. Aprovechando el buen clima, lo acostábamos en una barcaza plana que pertenecía a la fábrica, acompañado siempre por mí, mientras los técnicos de la fábrica cuidaban a su hermano, los cuales tenían un hijo de la edad de Pierre llamado Eugene. Los Richard decían que Marcel era muy tranquilo, dulce, fácil de cuidar. La esposa del Dr. Munier, que me otorgó su amistad durante la enfermedad de Pierre, también invitaba a Marcel, relación que ha durado hasta la fecha, y he guardado para el Dr. Munier, un emotivo recuerdo muy especial de agradecimiento. A pesar de sus originalidades, su diagnóstico fue más acertado, mucho más que el de los sabios de París.

Cuando nuestro hijo, se restableció por completo, el cual tomó varios meses, una nueva calamidad nos esperaba, lo que por lo menos era para mí. Entré como interno en la escuela de Monsieur Clemente.

Los negocios no iban de todo bien, pero el tío Gibert financió la educación, la que me gustó mucho y que le abrió el camino para sus estudios profesionales del mañana. Mi marido luchaba mucho. Había encontrado a un financiero (dinero) por conducto del tío Armand Gibert. La competencia alemana, la mala gestión de la oficina de París encargada a Monsieur Munier, una persona amable, pero poco seria, todo se acercaba a la quiebra que era casi eminente, y lo que sucedió nos llevó a una ruina total. Al no recibir un posible comprador, se liquidaron las máquinas, los objetos fabricados, la madera, todo lo posible y dios sabe que más había. Faltaba vender el gallinero y las gallinas y el caballo y demás animales que eran queridos por mi marido. Toda esta situación aumentó el deterioro de la salud de mi marido, muy querido y popular en Noguet.

El saber nuestras salidas, los hermanos Veloir, directores de la fábrica de pinceles y brochas, ubicada cerca de nosotros, en las rue de Commines, le propusieron que estuviera como subdirector durante varios meses, así lo hizo, sin embargo, quedarnos en los mismos lugares, donde habíamos fundado nuestra esperanza, nos parecía imposible y decidimos irnos irremediablemente de la ciudad. Con tristeza abandonamos a los amigos, y así fue nuestra decisión final.

DE REGRESO A PARÍS

En 1900 -1902 creo que regresamos a París. Rentamos un departamento cerca de la rue la Gare de L’Est, avenue Saint Dennis, 11, que tenía tres cuartos y una cocina. Lo escogió porque todas las ventanas daban sobre un gran terreno no construido.

Tuvimos al principio dificultades en adaptarnos a los ruidos de la capital. Mi marido encontró rápidamente un trabajo con Monsieur Drapier, cuñado de Monsieur Leloir, con un sueldo de 500 francos al mes. La casa estaba cerca del Boulevard Saint Dennis, no lejos de Les Halles. Inscribimos a Marcel él en el colegio Rollin, lo presionamos para que concursara para una beca, y el director me pidió que yo misma lo preparara para que no fallara. Hay que recordar que mi hijo había pasado una parte de las vacaciones en Nogent. Entendió la situación, era tranquilo para intentarlo, y admitió las preocupaciones de su padre, el cual le demostraba mucho cariño.

El hijo ponía todo esfuerzo de su parte. Fuera del concurso obtuvo una 1/2 bolsa de ayuda monetaria, y seis meses después logró la totalidad de la ayuda. Fue siempre un buen alumno, muy querido por sus profesores. Su hermano Pierre tenía un puesto de diseñador de la fábrica de Monsieur Clement. Su sueldo era de 150 francos, la planta se encontraba en Asnieres y podía regresar a comer a la casa, lo que nos daba la posibilidad de estar en familia más tiempo. Organizamos nuestra vida con pocos ingresos que nos daba un poco de paz. Después de la sacudida recibida, mi corazón no podría calentarse porque vendrían problemas de la salud de mi marido.

Además, se agregaba que mi marido, en los últimos tres años de una vida feliz, las fuerzas de mi amado marido le traicionaban. En varias ocasiones tuvo la necesidad de parar de trabajar. Era bien cuidado por los médicos. Coulon y Bachemont (ahora diputado por Nogent) de repente determinaron un reposo total, y sobre todo después de la última crisis cardíaca, que me daban ansias de no poder ayudarlo, decidí que nos fuéramos a Montoire Sur-Le-Loir, dejando a los dos hijos más o menos bien cuidados con una sirvienta, bien intencionada. Los dos hermanos se querían mucho, se entendían bien. Pierre, que era cinco años más grande, se ocupaba muy bien de Marcel, y lo ayudaba en sus clases del colegio.

En Montoire ocupábamos, en el barrio Saint Laurent, una modesta casa. Tenía un bonito jardín que admiraba mi marido, y a pesar de los problemas, de los pronósticos médicos, mi querido Pierre parecía recuperarse más y más aprisa.

Pronto logró un trabajo que se desarrollaba como secretario en la alcaldía de Montoire, recomendado por su primo Joseph Henry, munícipe. La esperanza no duro mucho tiempo, en diciembre una crisis cardíaca complicada con una pulmonía, congestión pulmonar provocó en 5 días su muerte con una muerte desagradable, muriendo el 20 de diciembre de 1905 y deseando quedarse en el panteón de Montoire.

Sus hijos fueron llamados de urgencia y pidieron acompañarlo en sus últimos momentos de su vida, comentaron que no lo reconocían bien y escucharon sus últimas palabras en las que se quejó de dejar a su familia, a los tres insistió, en una condición muy precaria. Me pregunto todavía, porque un ser humano tan bueno, leal, trabajador, tuvo un destino implacable, donde estaba la justicia divina, felices los que aceptan su camino sin quejarse.

NUEVO REGRESO A PARÍS

Qué triste regreso al Faubourd St. Denis y con qué energía tendríamos que organizar nuestras vidas. Primero había que abandonar el departamento, vender los muebles, algunas joyas, encajes, manteles que había hecho mi madre, y la mayor contrariedad es que mi querido Marcel, dejara el colegio para ir a una escuela profesional de ingeniería, entrando a trabajar en una casa Comisionier Schol, ubicada en rue Martel, y mi hijo mayor estaba trabajando en la planta de acetileno Javal, en la rue de Chateadun. Rentamos un pequeño, modesto departamento en la rue Du Marais, 46, los días pasaban con mucha tristeza, y recibimos préstamos de mi primo Becquemont, y de nuestro amigo, un banquero de Nogent-Sur-Seine.

Vivíamos modestamente, yo deseaba trabajar sin tener ningún conocimiento en asuntos comerciales, y tenía mucho temor de solicitar algún trabajo, con las relaciones de mi marido. Sin embargo, fueron sus amigos cristaleros Monsieur y Madame Zahn, ubicados en la rue de Paradis, que me dieron una oportunidad como empleada por lo menos unos meses.

Prevista de un certificado de capacidad comercial, dado por estas personas, recomendada, me contrataron, en la rue del Temple, con Monsieur Flenois, un pequeño fabricante de bronces y joyería, y me quedé ahí varios meses, que me parecieron muy difíciles, el contacto con trabajadores menores, muchos muy groseros, los cuales aumentaron mi tristeza. Mi hijo Pierre y su patrón, Monsieur Hublin se fueron de viaje para instalar una planta de acetileno en Bucarest y quedamos solos Marcel y yo. Allí, en el departamento de la rue du Marais, estábamos muy solos, y en algunas ocasiones comíamos en un pequeño restaurante en place Des Vosges que Marcel había localizado cerca de mi trabajo. Para mí, era una felicidad romper mi solicitud. Era un muchacho valiente, protegido por mis amigos, los Zahn y con un nuevo certificado me encontré con la casa importadora de orfebrería conocida como Barrier de Turling, y me dieron relaciones con las grandes tiendas.

Tomé una capacitación muy seria, sobre todo de los estilos Louis XV y XVI, estilo imperio, y reconozco que hoy día, jamás había estado tan bien preparada. Con la ayuda de dos viejos artesanos, verdaderos artistas, que me tomaron bajo su protección. Me quedo en esta empresa durante 3 años.

Recibía por parte de mi hijo Pierre correspondencia frecuente y sumas de dinero. Cuando me sentía un poco cansada quedándome con mi prima Helene Gibert, que se había casado con el sobrino del gran orfebre Cristofle, ella me recomendó al colegio Hettemer ubicado en la rue de Londres. Las dueñas eran dos hermanas, muy bien preparadas, educadas, que habían logrado un buen negocio solo para niños de 6 a 12 años de clase social exclusiva. Yo diría aristocrática, niños de familias de industriales, banqueros, y el gran comercio. El método de enseñanza era muy propio. Yo entre como responsable para distribuir los materiales escolares, la impresión de los apuntes de los cursos, y de una pequeña caja de algunos miles de francos. Había veces que mis cuentas no salían bien y yo tenía que poner la diferencia. Marie Hettemer, se ocupaba de lo económico, era poco flexible, y se quejaba de cualquier detalle que afectara la caja. Terminado el curso, decidí dejar el colegio, sobre todo porque mi sueldo era pequeño y los gastos grandes. Había hecho buenas relaciones en el grupo de papas de los alumnos y esto me hacía feliz. Marcel hizo su servicio militar, primero en la ciudad de Evreux, después, gracias a la protección de un pariente de mi mamá Monsieur Desmon, por conducto del presidente del Senado, pudimos cambiarlo al campo militar de Pepiniere, cerca de París, lugar hoy desaparecido. Además, gracias a la intervención de mis amigos Tusieau, nos habíamos mudado a un departamento en Boulevard Montparnasse. No.123, barrio en aquel entonces muy tranquilo, fue en estas fechas cuando se produjo un evento de gran felicidad. La tercera esposa de mi primo Paul, Clotilde Becquemont, dulce y creativa, me comentó que quería celebrar la boda de mi hijo Marcel con su segunda nuera de nombre Simone, la cual era una buena persona.

Por otra parte, fui informada de que esta unión ya había sido comprometida entre los jóvenes, sin que yo me hubiera dado cuenta. Era una muchacha encantadora, tanto física como moralmente, y debo confesar que fui en cierta medida trastornada por esta noticia. Sabía que después de un cansancio nunca curado, Simone daba muy buenas clases de piano, y también supe que por culpa de un catarro mal cuidado, había quedado débil de sus pulmones, después de una breve, estancia en un hospital. Con mi carácter muy sensible ante todo lo relacionado con el problema de salud y sobre todo a los que más quiero, tenía el temor para el futuro de mis próximos nietos.

El matrimonio se llevó a cabo, el 5 de marzo de 1914, fue una ceremonia alegre en el barrio de Annieres, era la feliz época antes de la guerra, aún se podía disfrutar de la paz y de la vida. El banquete se llevó a cabo en un elegante restaurante, y la fiesta fue todo un feliz evento. Se había decidido que yo habitaría con mis hijos, y se me otorgó una pequeña recámara que después sería la de mis nietos, volvía a seguir dando mis clases de francés y así podía contribuir con algunos francos, un poco de ayuda económica pensando que sus ingresos era casi nulos, por suerte mi nueva mi nuera no era exigente en sus gustos, y tenía cualidades de buena ama de casa que siempre fueron parte de sus cualidades. El 2 de agosto de 1914, como un trueno cuando se inició la guerra, los alemanes habían desconocido la neutralidad de Bélgica, y conquistando el norte de nuestro país, se decretó la movilización general. Mi hijo Marcel se presentó al segundo día con el corazón roto, en dejar a su joven esposa que esperaba a un hijo. ¡Qué destino tan cruel! Lo acompañamos hasta la estación de tren —Gare de L’Est– ¡Me pareció que toda la población de París estaba en la calle acompañando a una juventud delirante que se sentía victoriosa! Si muy pronto se darían cuenta de su error! ¡Qué tristeza para tantos que no regresarán!

La Guerra 1914

A su vez mi hijo, mayor para servir a su país, después de muchos trámites, debido al gran desorden administrativo, fue por fin enviado al frente del Norte. Entre el 28 y el 29 de agosto se nos informó, con toda la angustia, que mi querido hijo Marcel, estaba gravemente herido con fractura de tibia y peroné, tras explotarle cerca un obús. Fue trasladado al hospital Larrey en Versalles, después de que su unidad y los heridos tenían que ir hacia el sur del país. Nos trasladamos de inmediato al hospital, en compañía de Pierre, ya que no estaba todavía asignado a alguna unidad. Tuve mucho dolor al ver a mi hijo. Lo tenía delgado y débil porque había perdido mucha sangre, ya que se quedó largas horas en el campo de batalla, antes de ser rescatado con medios primitivos de salud.

Durante varios días nos presentamos en el hospital, y los viajes eran largos y costosos, cansados, sobre todo para mi nuera Simone, ya que estaba esperando su primer hijo. Por intermedio de nuestra querida Clotilde, se nos puso a disposición una casa de campo, propiedad de la Madame Perginez, madre de una hija que fue alumna de Clotilde.

En esta casa de dos pisos, muy confortable, tenía una gran cocina, un gran jardín. En esta mansión tomamos nuestros alimentos, con las provisiones que habíamos comprado y traído desde París.

Ocupamos la planta baja donde se colocaron dos camas, así empezó para nuestra familia, una triste vida que duró 4 meses. Durante el día nos quedábamos en el hospital y tratamos de descansar en las noches, los primeros meses de la guerra quedaron para mí llenos de dolor, y nunca se borraron de mi mente, y además de los sufrimientos de mi hijo Marcel, mi inquietud era mayor y constante para Pierre, ya que se encontraba en el más cruel frente del norte de Francia. En el hospital llegaba una gran cantidad de muchachos heridos llenos de polvo, débiles, hambrientos y llenos de sangre, lo que presentaba un espectáculo conocido después como la matanza más grande que duraría 4 años.

A pesar de toda la buena voluntad de los servicios médicos, médicos, enfermeras y enfermeros hacían mucha falta, y qué decir de la falta de higiene, las instalaciones del mismo hospital, colocado en los viejos establos de Luis XVI. Todo era lleno de piojos, situación injusta para todas estas juventudes, que sufrían después de ofrecer su vida para salvar la Patria.

Simone preparaba la ropa del niño que esperaba, la veía muy valiente junto a la cama de su marido, condenado a la inmovilidad que le cubría toda la mitad – con yeso – de su cuerpo. Yo me preguntaba qué sería del pequeño que no tardaba en llegar! ¡Comprendí que mi hijo quedaría cojo para el resto de su vida!, qué pena.

Los heridos llegaban cada vez en mayor número, los muertos se acumulaban, cada vez más importante, la matemática fatal. Los comunicados en la prensa parecían optimistas, y con una posible victoria y el final de esta pesadilla, todos nos colocaban ante lo desconocido. Al final de diciembre, una gran ofensiva con consecuencias mortales, atrajo una verdadera avalancha de heridos!

Al hospital le faltaban camas y se decidió que los convalecientes se irían a sus casas tomando esto en cuenta de que no podía subir la escalera de Montparnasse 133. ¡Se decidió ir a Courbeuoie! Se hizo el viaje allí, y el médico de la familia le pidió a Marcel si tenía la radiografía de su herida. Aunque no lo podamos admitir, los hospitales no tenían servicio radiográfico. Fuimos al hospital Americano de Neuilly, donde en la radiografía se descubrió que había una pequeña caída al ser aplicado el yeso, por lo que el hueso se volvió más corto, y mis temores se confirmaron, quedaría cojo para el resto de sus días. Sin embargo, Simone y yo, que vimos tantos heridos y muertos, nos congratulábamos en que, por lo menos, estaba vivo y había escapado de este infierno gracias a Dios.

Al iniciar este documento nunca pensé poder terminarlo. Pido disculpas. En verdad sé que han desarrollado, tantos eventos, cambios, tan repentinos, que me falta valor para continuar hasta y después de esta tercera guerra.

*Mi abuela seguramente escribió mucho más porque era su costumbre. No se salvó la última parte

CONDICIONES DE ARMISTICIO CON ALEMANIA

Desde el norte hasta el oeste, siguiendo una línea que va desde Ginebra, Beaume, Bourgués, Verjon, en dirección hacia Tours, hasta el límite y avanza al monte Marsain, hasta Saint-Jean Pied-de-Port, el territorio francés será ocupado por las tropas alemanas.

El Tercer Reich, tendrá en las regiones ocupadas, el derecho de una potencia ocupante, sin inmiscuirse en el régimen interno y la administración del país. El gobierno francés está en libertad de escoger su sede en el territorio ocupado, aun si desea estar en París.

Alemania se compromete, en otorgarle todas las facilidades y las garantías necesarias para su buena marcha; sin embargo, se reserva el derecho en revisar las cláusulas de ocupación, bajo la necesidad, en su caso, de tener una buena administración, la cual permitiría la libre comunicación del gobierno francés. Las fuerzas francesas de tierra, aire, mar serán desmovilizadas, salvo aquellas que sean necesarias para mantener el orden en el territorio continental, el imperio y podrán ser llamadas a las armas.

Las fortificaciones terrestres y marítimas y las costas serán entregadas a Alemania. La Marina de Guerra, salvo algunas unidades, reservadas al gobierno francés, será concentrada en algunos puertos no militares sino de tipo civil. La flota comercial será llamada a regresar, en su totalidad, a Francia, y no se puede realizar ninguna maniobra, y solo podrán dirigirse a puertos de países neutros. La industria de la radio, que se encuentra en el territorio ocupado, dejará de transmitir cualquier tipo de programas, y en el futuro será reglamentada su reanudación. Las hostilidades han terminado en todos los frentes a las 12 horas y 25 minutos.

22 DE JUNIO DE 1940 MONTOIRE SUR- LE- LOIR

Los apuntes que escribo a continuación, espero sean leídos por mis hijos en Rumanía. Esperaba que el correo se normalizara entre Francia y Rumanía, pero parece que no hay grandes cambios a la situación actual.

La catástrofe se ha producido, y Montoire, como la mayoría de las ciudades de nuestra dulce Francia, ha sido invadida por las tropas alemanas. Para nosotros, refugiados de París, o de otros lados, iniciamos una vida amurallada. Ya no hay correo, está prohibido, lo que nos impide tener noticias de nuestros soldados, de nuestra familia, son muy reducidos, sin radio, sin nada, y yo me pregunto qué pasa con el ejército, qué clase de gobierno tenemos, o más bien si tenemos gobierno ¡quién lo integra! ¿Dónde se localiza?

El rumor que recorre el país, la traición, el abandono de parte de los jefes, la incapacidad, todo nos sumerge en una profunda consternación, entonces es verdad que nos vencieron.

Mi querido Marcel pudo salir de París, el 12 de junio, tomando su motocicleta, tardó tres días para llegar a Montoire y se encuentra decepcionado como ustedes no pueden pensar. Tuvo que esconderse en las cunetas para escapar de los bombardeos. Todos los alrededores de nuestro refugio, fueron también bombardeados, no solamente las pequeñas aldeas, sino Vendôme, Tours, Blois, ¡Porque siempre de noche! Frente a esta situación se tomó la decisión por la falta de sueño, y otros problemas, dejar Montoire, actuar e ir a Gua, dónde se encuentra Blanche Becquemont.

No hay ningún medio de transporte, aun a precio de oro. Los niños tomaron sus bicicletas, y Marcel y Simone, pudieron comprar un tándem. Así, cargados de equipaje, y alimentos se incorporaron al lamentable éxodo de los que huían de la invasión alemana. Una acalorada discusión tuvo lugar entre mi persona y mis hijos, acerca de mi suerte. Marcel buscó por todas partes un lugar en algún vehículo que huya de Montoire. ¡Imposible! Y decidí quedarme con nuestros dueños. Fue un momento triste, de despedirnos.

Después de tres difíciles días de viaje, mis queridos hijos regresaron ante la situación que encontraron a 20 kilómetros del río Loire. Los combates eran muy violentos. Se localizan entre Nantes, la Charté-Sur la Loire, y en Rovance. Los muchachos fueron muy valientes, durmieron en las granjas bajo el ruido de los cañones, fue una gran alegría verlos de nuevo, y me comentaron que la mayoría de los automóviles estaban parados por falta de gasolina. La tranquila plaza central de Montoire, se encuentra transformada, en una gran cantidad de pequeños campamentos de soldados alemanes, llenos de materiales, camiones, bicicletas, todo quitado a los franceses. La indiferencia o más bien la aceptación por parte de los campesinos me parece intolerable, y la palabra «patria», ya no tiene para ellos ningún valor. ¡Qué fulminante pérdida de valores! ¡Qué ruinas de todas nuestras esperanzas! El futuro se asoma sombrío y qué decir del presente. No tenemos noticias de Jacques, de Georges, de nuestros parientes, de nuestros amigos.

Domingo 23 de junio de 1940

Triste domingo, llueve y el cielo está sombrío, en armonía con los eventos. Las tropas alemanas se organizan, con una disciplina y orden que todos observamos. En la cabecera del puente de Onstrine, se han colocado unas pequeñas ametralladoras. La bandera del Reich se ha colocado para demostrar su presencia. Dos policías, en motocicleta, atraviesan, por todas las calles, todo el día en Montoire. Se han entregado etiquetas en alemán de cada ciudadano con sus nombres. De vez en cuando caen bombas sobre la ciudad. Ayer, los niños que fueron por alimentos, pudieron esconderse bajo un camión para evitar el bombardeo. En el hotel «Caballo Rojo», la preciosa sala de comer, en la que hemos pasado preciosos, momentos con nuestro amigo Gautrin, fue casi destruida y lo más triste fue la destrucción de la colección de pinturas de Monsieur Bastard.

Seguimos sin periódicos. Sin correo. Con poca electricidad. Sin radio. Es una situación insostenible. Corre el rumor de un armisticio que fue firmado, otros hablan de una paz, en realidad son puros rumores.

Lunes 24 de junio de 1940 LA ST. JEAN

Ahora que sucede, durante 5 horas 5 divisiones alemanas han desfilado por la carretera de Prazay, e informaron que eran ochenta mil hombres con un poderoso armamento, camiones cisterna, lanchas, puentes móviles, y muchas ametralladoras, motocicletas, blindados, etc. ¿Cómo no vamos a estar tristes viendo cómo los conquistadores están tan bien preparados para hacer la guerra? Como no acusar a los que mal preparados iniciaron esta catástrofe.

Martes 25 de junio de 1940

Hoy, como nunca, circulan muchos más rumores. El más destacado en la firma de Paz. ¿De qué clase de paz se trata? ¿Con qué gobierno? ¿Quiénes lo constituyen, dónde se encuentra nuestro valiente ejército?

Miércoles 26 de junio de 1940

Día acostumbrado de mercado. Únicamente una tienda, donde temerosas campesinas que llegaron a vender sus productos como mantequilla, huevo, y algunas legumbres, están desacostumbradas en ver a los soldados alemanes, en general se han portado bien, excepto algunos que roban, las tiendas de alimentos, que encuentran abandonadas porque los dueños han huido.  Podemos decir con tristeza que la bandera del Tercer Reich, ondea en la plaza principal, y junto a ella hay una casa, con algunos prisioneros franceses a los que se habían quitado armas y uniformes.

Jueves 27 de junio de 1940

La hora alemana que nos ha sido impuesta, el toque de queda, inicia a las 10 de la noche. Un vocero de Montoire anuncia que hoy partirán dos trenes para París. Se oyen los ruidos de las locomotoras, los de las maniobras, todo nos alegra, que llegaría a reanudar también el correo. La esperanza era tener noticias de Jacques y de George y de Rumanía de qué pasaría en aquel país. El clima de hoy es muy frío y triste.

Viernes 28 de junio 1940

No nos llega ninguna noticia. Vivimos como encerrados en un círculo sin salida. Me pregunto qué hace el gobierno. Porque no se dirigen a los ciudadanos. Los rumores no tardan en llegar todo el día. Una noticia nos informa que los rusos han invadido Prusia Oriental. La gente culta no puede dar valor a tantos cuentos más que a noticias serias.

Sábado 29 de junio 1940

Movimientos de día y noche de las tropas alemanas. Son casi las 3:30 de la mañana y llega la luz eléctrica. Me apresuro a encender la radio. La primera emisión es en alemán. Marcel traduce y sabemos que la red Royal Air Force ha bombardeado Berlín. Luego sigue una emisión en francés preparada por los alemanes y está llena de mentiras a las que nos empezamos a acostumbrar. Nos dice que la bandera alemana se hizo en la Catedral de Estrasburgo. No siguen diciendo que si Hitler, que la Línea Maginot y la parte izquierda del Rhin serán para Alemania como bien de la Victoria. La última noticia informa que el gobierno, llegó a Badén para firmar la paz.

Domingo 30 de junio de 1940

Hemos dormido muy mal por los movimientos incesantes de las tropas alemanas. Con el corazón destruido y el cerebro cansado, las primeras horas escuché una emisión en francés un poco defectuosa, comentarios sobre la muerte del general italiano Balbo, injurias acerca de Churchill y todo lo que puedas imaginar. Vemos cómo un convoy de 200 refugiados sale en varias furgonetas de carga. Hoy íbamos a festejar San Pedro y San Pablo cómo estará mi hijo y su familia. Deseamos que el padre de Simone, persona de edad avanzada, refugiada en su casa de Saint-Cast, tenga lo mínimo de confort. Pero lo dudamos, siempre tristes por no tener noticias. Hoy por lo menos se compuso el tiempo, el cielo es azul, se nos hace un poco menos tristes.

Lunes 1o de julio de 1940

Todavía sin correo. Lo que se traduce sin noticias. Nos entregan una hoja de un periódico llamado «La Depeche» y editada en Tours, bajo la supervisión de los alemanes, contiene noticias regionales y de Alemania. Las emisiones de la radio celebran las grandes virtudes de los alemanes y continúan flirteando con los franceses colaboradores, fantoches que nos han gobernado muy mal y engañado durante tanto tiempo. A pesar de un lenguaje desagradable, hay que reconocer las fuertes realidades. No tenemos noticias de los prisioneros, no sabemos si Jacques sigue vivo.

La situación es angustiosa, sin noticias desde hace tiempo. Yo tengo la esperanza de que el correo se restablezca lo antes posible y así recibir noticias de todos. El gobierno se trasladó de Clermont-Ferrand a Vichy, y el presidente Lebrun a Royal. Las provisiones no llegan fácilmente desde París, y estoy feliz en parte porque gracias a Marcel, que se ocupa de nosotros, hace un poco de jardinería para tener legumbres. Compone sus pocas herramientas. Ha podido abrir un pozo para agua potable. Los niños van al mercado a ver si hay algo que comprar, y han colocado en el jardín una casa de campaña para jugar un poco.

Martes 2 de julio de 1940

Acabó de saber que el Ejército Rojo invadió la Provincia de Bucovina al norte de Rumanía y se dirige hacia los Balcanes. ¿Qué va a pasar en esta parte de Europa? Todo esto alimenta mi desesperación. Hoy se comunicó el texto oficial del armisticio. Nadie se extraña ante las condiciones impuestas. Estamos bajo la bota alemana, ¡qué pena!

Miércoles 3 de julio de 1940

El mercado alimenticio está más que reducido. Hay gran movimiento de tropas. La colocación de casi una centena de tanquetas, muy bien alineadas, cubren toda la plaza principal, los soldados compran huevos, mantequilla, los oficiales zapatos, calcetines, pañuelos y pagan con marcos alemanes. 1 vale = 20 francos. Los comerciantes no saben bien cómo van a recuperar su dinero.

Jueves 4 de julio de 1940.

Toda la noche y la madrugada las tropas se han movido de un lugar a otro recordando a las hordas de Atila que invadieron las tierras católicas. Curiosamente, la radio sigue con sus groserías victoriosas dirigidas a los ingleses, y me desespera no tener noticias de Jacques, de la familia y amigos.

Viernes 5 de julio de 1940

Grave incidente Franco – Inglés, la flota francesa parece haber sido atacada por la flota inglesa frente a Oran. Para mí es un invento alemán. «La Depeche» (periódico) escribe, el Fiurer autoriza al Gobierno francés, de autodestruir las unidades que se encuentran en Orán, esta autorización es cínica y majadera.

Sábado 6 de julio 1940

El autor del Mein Kampf, parece que ha hallado su meta en la que Francia rompe relaciones con Inglaterra, que vergüenza que nuestro gobierno esté a las órdenes de Hitler, que más va a pasar en el futuro. Es espantoso, hasta pensar en ello. Bienaventurados los de mi edad cuyos días son el reposo perpetuo.

Domingo 7 de julio de 1940

Otro triste domingo. Clima sombrío y muy lluvioso. No fui a misa, y tengo todavía dificultad en calzar mi pie derecho. Parece que no sabremos cuándo se restablecerá el servicio postal y, por lo tanto, no hay noticias. Mis hijos, a pesar de la lluvia, fueron a «Pointe» para saludar a la familia Harvard. Pudieron apreciar la tranquilidad de esta región que, contrariamente a nosotros, está en toda calma.

Lunes 8 de julio de 1940

El clima sigue igual de mal. Lluvia y hace frío. Para tener noticias de Jacques, Marcel ha enviado una carta a la Cruz Roja en Ginebra, solicitando su apoyo para poder tener noticias. Las dudas que representa esta situación nos tienen apesadumbrados qué le estará pasando a este niño, y en cuanto a George, contamos con su buena estrella, que ha podido escapar de esta situación catastrófica. Esperamos estar cerca de la verdad, ¡de repente los alemanes han desaparecido de Montoire! Es un gran alivio. Sin embargo, la otra noche unos aviones alemanes y otro inglés lucharon en el cielo sin saber cómo quedó la lucha aérea. La radio sigue distribuyendo comentarios favorables hacia la nación alemana y en contra de los británicos, ¡qué barata propaganda escuchamos con desprecio! Nos dicen que hay que destruir al imperio inglés, que es el enemigo número uno de Francia. La pobre nación es ya poca cosa, y se nos pide un reconocimiento total hacia Alemania. Al esperar la colocación de este nuevo orden, en París ya han sido sustituidas las banderas francesas, por el Tercer Reich. No se ha salvado ningún monumento, no podemos aceptar esta humillación.

Martes 9 de julio de 1940.

Las mujeres salieron a la calle. Limpian las fachadas de sus casas, están contentos por recuperar su vida parcialmente, gracias a la salida de los alemanes, hace ya 48 horas. Han dejado algunos centinelas para recordarnos quienes son los vencedores. Estamos desesperados por no tener noticias de nadie y de ninguna parte.

El clima cada vez es más frío. Marcel trata de entretener a los niños, y de regreso a las noticias los alemanes piensan que nos hemos vuelto vencibles.

Miércoles 10 de julio de 1940.

El clima se compuso. El cartero no trae nada. Marcel logra enviarle, por correo, que va a París, una carta a los padres de Villeneuve, el compañero y amigo de Jacques, esperando tener alguna noticia. Curiosamente, llega una carta de Marcel, para Simone, ¡fechada el 14 de junio! Quizás sea una señal de que el correo pueda volver a reanudarse. Hoy le tocó a Simone tratar de comprar ciertos víveres-frutas, mantequilla, sal, azúcar-todo en difíciles condiciones de adquirir. No hay jabón, ni café, tampoco productos de limpieza. Hay que entender que las tropas alemanas, recogieron todos los productos, con pagos parciales, siempre en marcos alemanes. Supimos que cada soldado disponía de dos marcos diarios para sus necesidades, más o menos 40 francos, al cambio establecido por las autoridades de la ocupación. Recuerdo que los soldados franceses tenían derecho a 25 centavos al día ¡Qué vergüenza! – En la tarde cayó una fuerte tormenta. Claude, que tenía que hacer unas compras, se cayó de su bicicleta, por evitar a una persona que no se quiso mover a pesar de haber tocado su timbre. El pobre niño tenía heridas en el brazo derecho, las dos rodillas y algo en una pompa, salvo su cara, ¡qué bueno! Casualmente, Marcel captó una estación de radio francesa, seguramente ubicada en la zona libre, no ocupada, que se oye débilmente, pero de todos modos lo mejor que la propaganda alemana.

Jueves 11 de julio de 1940

Noche calmada, tiempo sobrio y tormentoso. Los tres principalmente estamos llenos de tristeza y de inquietudes. La falta de correo aumentó nuestros sufrimientos. Nos sentimos como abandonados de todos, dónde estarán Jacques y Georges. ¿Qué pasa con todos ellos y mi hijo en Bucarest? La radio alemana, llamada francesa, sigue difundiendo mentiras. La radio inglesa trata de poner las cosas en su lugar a quien cree. A las 3 de la tarde llegó el cartero con un telegrama del 17 de junio y una carta de Marie Louise del 11 de junio. No hay que desesperarse algún día, las cartas de junio llegarán en julio.

Viernes 12 de julio de 1940

Le he contestado a Marie Louise, para informarle lo que hemos estado haciendo en su casa. Una fuerte tormenta cambió la temperatura, cambiando el clima a muy frío y con fuertes lluvias. En la tarde recibimos una carta de Paulette fechada el 12 de junio. Todos estos mensajes, aunque tardíos, están llenos de ilusiones acerca de la suerte de toda la familia. Me pregunto, por qué en tan poco tiempo Francia fue destruida, qué fácil fue realizar esta situación.

Sábado 13 de julio de 1940.

Acabo de cumplir 77 años. Un triste aniversario, seguimos sin noticias de Jacques. Algunos prisioneros ya regresaron a sus casas, y han hecho la felicidad de sus familias. El día se hace cada vez más frío. Los niños afortunadamente se ocupan de la construcción de una cabaña. Los días sin sol parecen más tristes. Marcel está empeñado en ir a París el próximo jueves. Todos lo dudamos. Pasó la hora del correo sin ninguna noticia.

Domingo 14 de julio de 1940

Hoy recordamos con tristeza cuando éramos un pueblo feliz y libre, ¡la fiesta nacional, nos parecía exclusivamente reservada a la alegría, que se reforzaba con el pueblo ruidoso, qué llenaba junto a las orquestas, plazas, calles, avenidas! Hoy sufrimos al recordar aquellos tiempos, hoy estamos sometidos por el pueblo alemán. Las noticias vienen de los prisioneros de Normandía y nada más; mis hijos salieron en el tándem a Lavardin, para cumplir con una visita. Como de costumbre fui al Panteón. Claude y Michel se dedican a la construcción de su cabaña. ¡Feliz edad!

Lunes 15 de julio de 1940

Las lluvias no cesan y el frío arrecia sobre todo en las madrugadas. Los días parecen mucho más largos al no recibir noticias que romperían con la monotonía. El aislamiento es deprimente.

Martes 16 de julio de 1940

¡Todos amanecimos reconfortados! El correo nos trae dos cartas de Jacques y es verdad que son del mes de junio, o sea antes de los terribles acontecimientos destructores. Demuestra una buena actitud y todavía cree en la victoria de nuestro ejército. ¿Pobre niño, qué pensará cuando se dé cuenta de que todo se perdió en solamente algunos días y que hemos firmado una paz desastrosa? ¿Dónde se encontrará hoy día? ¿Será prisionero en Alemania? Hay que seguir esperando Marcel, acaba de recibir una carta de Georges. Está en Ars con Betty y se irán, a Île de Ré. Por lo menos él se salvó de la tormenta devastadora, y hemos recibido también noticias de la casa Vuitton. Parece que un pequeño grupo de empleados han reabierto el negocio, y el patrón está en la Haute Vienne. Espera encontrar gasolina para regresar a París. Marcel saldrá al final de la semana, y casi seguro que podrá llenar de combustible su motocicleta. Su ausencia nos hará mucha falta, y creo que él tampoco tendrá una vida fácil llegando a París. Esperemos que se encuentre con el amigo Gautrín. Hemos recibido hoy una carta de Mándame Cheviron del círculo familiar de la residencia donde yo vivía en París, y todavía no tenemos noticias de Bucarest.

Miércoles 17 de julio de 1940

Llovió toda la noche. Se ha recrudecido el frío. Todo parece que el día se vea más triste. A medio día el sol trata de aparecer con ciertas interrupciones. Tuvimos una visita de una señora agradable, inteligente que, junto con sus dos hijos de 17 y 19 años, llegaron de Lavardin y pasaron sus vacaciones aquí, cerca del río Loire. ¡También viene acompañada de su hija de 15 años que se apellida Rayvan! Su esposo es serbio y normalmente vive en Versalles. Hoy tuvimos el placer de recibir una carta de (1) Blanche y ya sí parece que estamos retomando contacto con la familia.

Jean Becquemont está en el Tarn y Garonne esperando ser desmovilizado. Todos estos tristes eventos han hecho que Blanche no haya podido alimentar a su recién nacido por falta de leche. Nos indican que la familia está con los Morín en Saint Quimper, y estábamos seguros de que se habían refugiado en Soisy, propiedad de Jeanne. Los alemanes que se han instalado en la casa de Marie Louise, son cuatro hombres tranquilos y reservados. Hasta cuándo

*Blanche es la esposa de Jean Becquemont, hermano de la tía Simón.

Martes 18 DE JUNIO DE 1940

Recibimos una carta de Pierre con fecha del 5 de junio, parece que en estas fechas tenía la esperanza de una victoria. Qué decepción seguramente al conocer la realidad. El correo no trajo ninguna noticia de Jacques! Es una cruel esperanza. Hay prisioneros que han escrito a Montoire, y sus familias nos dicen que están en Francia y en la ciudad de Le Mans. Hay unas 300,000 personas.

Viernes 19 de julio de 1940

Sigue el mismo mal tiempo. Llueve y llueve, y es verdad que el campo necesita agua, pero también mucho sol. Este último alerta, dando valor, cuando uno tiene el corazón triste. Trabajamos para ver cómo podemos regresar a la normalidad. No recibimos carta de Saint Cast, para saber qué pasa con mi primo y cómo pueden-Mandarme Malvoisin-obtener alimentos.

Sábado 20 de julio de 1940.

Mis hijos, entre tormenta y tormenta, logran con dificultad conseguir alimentos. Los alemanes se han servido, desde el principio, como vencedores. Simone, que sabe cómo arreglar esta situación, hace verdaderos milagros, conoce los mejores proveedores, y el azúcar ha desaparecido en su totalidad del mercado. Marcel ha decidido ir a París, el próximo martes, y su empresa trabaja a ritmo lento. Después de todos estos trastornos, hay que pensar cómo resarcirlos y que hacer el día de mañana.

Domingo 21 de julio de 1940

A pesar del frío intenso hay una reducción de la lluvia, lo que me permite ir a misa. Había poca gente, y el padre trató de no comprometerse, ya no hablaba de los eventos, y se concentró en los comentarios del Evangelio. Pegada a la Iglesia está la Kommandantur, donde despachan los altos cargos militares alemanes. Los vi muy interesados en saber quiénes y cuántos ciudadanos salen de la misa. Y se oye la música muy fuerte de los valses de Franz Lear. Me pregunto, si de veras vivimos no sé en Francia o en Alemania. La realidad nos recuerda que los presentes son los sonidos de los vehículos militares alemanes, ¡que sin descanso cruzan por los caminos y carreteras en patrullajes!, que buscarán, quizás, lo que los aviones ingleses arrojan, o algún avión averiado para capturar al piloto.

El domingo 21 de julio de 1940

¡Qué desgracia! No recibimos a estas alturas noticias de Jacques. Varias amigas del barrio Saint Laurent han recibido correo de sus hijos prisioneros, localizados en Francia, les está prohibido dar direcciones, ningún detalle, ¡hay que perseverar!, es nuestro deseo de recibir noticias. A pesar del mal clima, los cuatro se fueron en bicicleta a Vendôme, y por mi parte fui al panteón. Al salir tuve que esperar a un pequeño desfile de unos cincuenta soldados alemanes, cantando con un ritmo de canciones militares. No hay duda, estamos ocupados por los alemanes.

También me avisaron que los heridos de Montoire se sienten, bien tristes, mal cuidados y afligidos por lo que ven.

Martes 23 de julio de 1940

Aniversario de Marcel 1887 – 1940 A las tres de la tarde, arribó a París con el fin de conversar con Monsieur L. Vuitton acerca del reinicio de los negocios. Nos va a hacer mucha falta. He aprovechado el mal clima para realizar algunas costuras pendientes.

Miércoles 24 de julio de 1940.

Una carta de Marie Louise que se queja de que no ha recibido noticias nuestras de Montoire Seguramente dónde vive está un poco aislada para el correo. Le voy a escribir de nuevo para asegurarle de que cuidamos bien su casa. Uno de los altos oficiales alemanes se suicidó al saber que su esposa e hija, viviendo en Alemania, murieron bajo el bombardeo inglés, de todos modos pobre hombre.

Jueves, 25 de julio de 1940

¡Horrible tiempo, lluvia, viento! Los niños tratan de descansar en el Loire. Acabamos de recibir una carta de Marcel que llegó ayer a París. El ambiente parece lúgubre. No hay circulación solamente de los alemanes. La mayoría de las tiendas o cafés están cerrados. Muchos aviones protegen el cielo de París y en muchos edificios ondean banderas alemanas.

Viernes 26 de julio de 1940

Un tímido sol apareció esta mañana y, a pesar de una noche con lluvia continua, tuvimos además una tormenta llena de truenos. Nos informan que la zona de Rochefort ha sido devastada por lluvia, y un poco de nieve, la pobre de Blanche, se sigue quejando por los eventos trágicos que nos han invadido. Estoy de acuerdo, la maldición de Dios ha caído sobre nuestro mundo. Ayer hemos asistido a un desfile “paso de ganso” estos soldados conservan la cabeza y el cuerpo en forma rígida, lanzando sus piernas en un ritmo ensordecedor, porque las botas pegan con fuerza el piso, en mi opinión es una impresión falta de armonía y lejos de las gloriosas regiones de Galia y muchas más cercanas a nuestras tropas modernas. ¡Me pregunto cuando podremos volver a aclamar a nuestras tropas! —Por cierto, no recibimos noticias de Jacques.

Sábado 27 DE JULIO DE 1940

Recibimos una carta de Marcel. Nos comunican que la casa de Pierre, en París, no ha sido ocupada. ¡Gracias a Dios! Monsieur Vuitton no ha regresado todavía. Mi hijo hace unas compras y luego acude a los Campos Elíseos para saber qué va a pasar, sobre todo en su caso.

Domingo 28 de julio de 1940

El clima ha mejorado. Aunque el frío sigue. Voy a misa de 10:00, y no lejos de mi banca hay 3 soldados alemanes, en uniforme de lujo, que parecen rezar, aunque Hitler había hace tiempo prohibido la religión. He recibido una carta de Tante Louise en la que me dice que toda la familia y los Buttler (amigos de la familia) están bien en Rumanía. Mi amiga sigue en el mismo estado de salud.

Los niños escucharon la misa de las 7 1⁄2. ¡Para tener más tiempo de juego!, están felices disfrutando de su cabaña bien construida. Hoy al 1⁄2 día comerán en ella. Después irán a nadar, lo que les entretendrá por un buen rato. Yo hice mi visita dominical al panteón.

Lunes 29 de julio de 1940

Nada en el correo. Nada acerca de Jacques. El clima es un poco mejor. Simone acompaña a sus hijos a nadar. Son las 5 1⁄2 y he decidido hacer un paseo por un campo solitario muy cerca de la casa. Hay un anochecer, tranquilo, muy bello. Porque cuando la naturaleza es tan buena, los hombres se tienen que matar. De lejos veo a un oficial alemán que pasa junto de mí y me saluda muy amablemente. Nadie puede dudar de que vivimos una rara situación. Me olvido por un momento de que es un enemigo y lo saludo con la cabeza.

Martes 30 de julio de 1940

¡Un día monótono! Claude fue a la playa, ya que le gusta mucho nadar. Michel no es muy feliz en el agua. Rechaza aprender a nadar, parece que puede caminar más fácilmente. Iré hasta la playa para ver a los muchachos. Hay muchos soldados alemanes, todos muy deportistas y disfrutan mucho la natación. Hacen suya la playa. También el estadio municipal donde se reúnen para cantar. Dos veces a la semana juegan fútbol y algo como rugby y hacen varios ejercicios para un próximo desfile militar.

Miércoles 31 de julio de 1940

Hoy recibí una linda carta, muy cariñosa, de Helen de Ribes. Me comunicó que su sobrino Armand Charpentier de Ribes murió en Bélgica. Mencionan que después de muchos días de angustia supieron la fatal noticia. Espero que Dios nos proteja de un dolor tan grande.

Jueves 1 de agosto de 1940.

Recibí una carta de Marcel. Se queja de la irregularidad del correo, y dice no recibir las cartas de Simone. Nos informa que recibió una carta desde verdad fechada el 23 de junio, firmada por Monsieur Steiger de Manurhin. Y nos indica que Pierre está preocupado acerca de nuestra suerte. Comenta en su carta que ha intentado saber de nosotros por parte de la Cruz Roja de Ginebra. Pobres los que se encuentran en Bucarest porque están muy inquietos acerca de la familia en Francia. Además, informa que no recibe carta nuestra. Hoy estoy escribiendo otra carta para mi hijo Pierre.

Viernes 2 de agosto de 1940

No sabemos nada de Jacques. No ha llegado ni el cartero. Todas las noches han patrullado los alemanes, quienes temen la llegada de aviones ingleses. Están listos para su famoso desfile.

Sábado 3 de agosto de 1940.

Simone acaba de recibir una carta de Marcel, que nos informa que ha localizado una lista oficial de desaparecidos y de prisioneros y qué nombre y apellido de Jacques Domette no aparece. Nos comunica, por otra parte, qué mujeres alemanas y niños serán evacuados del territorio alemán hacia París. Para este evento se están ampliando las medidas de ocupar casas y departamentos vacíos. Estas noticias pueden adelantar nuestro regreso a París, y con toda la pena aprendemos que el esposo de Marcela Buttler es un amigo. Fue arrestado por ser irlandés. No lo dejaron llevar ropa, dinero, ni su bastón que necesitaba para caminar. Me parece que están apretando la situación y que nos acercamos a días muy tristes! Los ingleses hablan de esperanza.

Domingo, 4 de agosto de 1940

El tiempo ha mejorado. Los niños y Simone fueron a misa de siete y media y yo a la de las 10… Había muchos alemanes cerca de la pila bautismal. ¡Están muy atentos a la misa! Serán sinceros o están aquí para espiarnos. En plena misa uno de ellos se levantó y se dirigió hacia el altar para sacar dos fotos, incluyendo al padre, que estaba en plena actividad y ante el asombro de todos los feligreses, regresó tranquilamente a su lugar. ¿Qué cosas pasan?

LUNES 5 DE AGOSTO DE 1940

Hago mi visita al Panteón, donde riego las flores, un poco secas por el alto calor, que de repente acaba de cambiar el clima. Aprovecho y voy a visitar a Eugenie. Acaba de llegar Marie Louise, bastante desorientada de encontrar en su casa soldados alemanes y con gran dificultad trata de hablar con ellos. Se muestran amables, y enseñan que la casa está en orden ¡No falta nada! La Kommandantur, anuncia que mañana, martes, tendrá lugar en la plaza Mayor un desfile importante en honor de «sus muertos» e invitan (casi obligados) a la población a asistir, rogando disciplina y en quedarse únicamente en las aceras. ¡Qué cinismo y qué pasa con nuestros muertos! ¿Quieren que nos olvidemos de ellos?

Martes 6 de agosto de 1940

Marie Louise vino a compartir con nosotros la comida de mediodía. Nos platicó todas sus peripecias desde su salida de Montoire y hasta hoy con su suegro al terruño. Acordamos que todos hemos cometido estrategias a veces equivocadas. El desfile alemán inició a las 10 y terminó a las 13 horas. Construyeron un templete cerca de la iglesia, dicen para demostrar que el símbolo religioso no es tan importante. Además, colocaron una gran bandera que ondea en la misma plaza. No había, me contaron, mucha gente porque los habitantes temían que la aviación inglesa aprovechara el evento para bombardear. A mediodía, Simone y sus hijos viajaron a «Chateau-Sur-Loir» para adquirir los libros de Claude. Afortunadamente, no hacía mucho frío. Hicieron 60 km en bicicleta y afortunadamente llegaron aunque cansados a mediodía para comer. El comunicado inglés es bastante malo. La famosa Marie Curie, con la voz clara, se sumó al micrófono y nos dijo con seguridad que para las pobres armas francesas, derrotadas, habrá mejores días y muy pronto. Me pregunto, cuándo llegará esta realidad.

Miércoles 7 de agosto de 1940

Hoy se cumplen 44 días de la ocupación alemana y me parece que ha pasado mucho más tiempo. Hoy pudimos adquirir algunos alimentos en el mercado. Es tiempo de cosechas. Los campesinos no distinguen a quién vender y olvidan que si los alemanes son compradores, su dinero no vale nada.

Jueves 8 de agosto de 1940

¡Qué Dios sea alabado! Recibimos una carta de Jacques fechada el 22 de junio, dónde nos avisa que es prisionero, sin mencionar dónde se encuentra. Es una gran alegría saber que está con vida. En cambio, la carta de Marcel es más triste en la que insiste en que nos carguemos de paciencia. Quisiéramos avisarle acerca de la carta de Jacques, pero el telégrafo está en función únicamente para la Kommandantur, sin embargo, se va a mandar una carta con la esperanza de que llegue en menos de 4 días, lo normal para llegar a París. Aquí cabe mencionar un pequeño incidente: estaban abiertas puertas y ventanas, cuando Michel, acompañado de dos hombres alemanes, le solicitaba agua para beber. Me levanto para tender el asunto y tengo ante mí 2 atletas que seguramente fueron bien nutridos en su juventud. Extienden la mano para saludarme, la madame Guennard, del servicio doméstico, les ofrece vino blanco que rechazan y exigen agua potable. Uno me habla en inglés y averiguó que es hijo de familia, clase media, e insistió en aclarar que aprendió inglés, latín y desde luego alemán, todo en el colegio. Me indica que tiene 32 años, es casado y sin niños. Me quiere convencer de que Adolfo Hitler, nos quiere tender la mano como hermanos y que los franceses lo rechazan para mí. ¡Eso es una fábula! Se despidieron en francés en «A Demain» agregando un saludo militar.

Viernes 9 de agosto de 1940

El tiempo mejora durante el día. Las noches son frescas. Nuestras vidas se desarrollan con monotonía, y los niños disfrutan de una gran libertad. Claude se presta con mayor facilidad a algunas horas de trabajo. Su hermano rechaza todo esfuerzo intelectual que requiera su edad. Es muy perezoso y me preocupa qué podrá hacer en su vida. Marie Louise vino a recoger lo que habíamos protegido con una ocupación de sus bienes.

Sábado 10 de agosto de 1940.

Recibimos cartas de Georges y Marcel, este último indica que el abastecerse con la comida es cada vez más difícil. A pesar de todo, Simone confirma la salida hacia París el próximo 19 de agosto. En la tarde todos fuimos al Panteón, y los niños hicieron algunas composturas a la tumba. ¡Qué tranquilidad hay en este Panteón, ojalá yo pudiera descansar en este mismo lugar!

Domingo 11 de agosto de 1940

Gran misa a las 10 de la mañana con pocos asistentes, el cura mencionó muchas palabras consoladoras a pesar de su poca elocuencia y a las 4 fuimos a visitar en «Lavardin» a Madame Reyvan. Tuvimos un camino soleado, y personalmente me pareció que el viaje fue largo, y cansado, sobre todo con mi ritmo de tortuga. No olvidarse que mis hijos van en bicicleta. Esta señora es interesante, culta, amable, es profesora de dibujo y en sus tiempos libres le gusta pintar al óleo. Su talento es modesto pero de buen gusto y con cierta ingenuidad. Estaba con ella y su hijo que tiene 17 años y su hija de no más de 15 son niños bien educados y tranquilos. Nos dio de merendar, el tiempo fue prolongado y salimos muy tarde. El camino de regreso me pareció más fácil. Sentí el clima más fresco. Veo que puedo caminar con menos cansancio.

Lunes 12 de agosto de 1940

Compras de último minuto ante nuestra salida muy pronto. Tintorería, zapatería, algunos alimentos, incluida la tarjeta de azúcar. Los niños se fueron de pesca a «Lavardín», y Simone fue hacer música con Madame Malecasse. Trato de acabar-poner al día este diario. Estoy escribiendo a Madame Chevillon y nos visita Helen y sus hijas que me parecen bien alimentadas pero atrasadas desde el punto de vista de inteligencia.

Martes 13 de agosto de 1940

Por fin tuve la gran alegría de recibir dos cartas que esperaba con ansiedad. Una de Claire Sanodray que me avisa de no saber nada de sus 2 nietos. Didier, fue evacuado del hospital de Caen y llevado a Rennes en el monumento de un bombardeo. Se lo llevaron a una casa cerca de la calle (en el sótano). Toda la familia se pregunta si podrá caminar algún día porque tiene una pierna herida y la otra sin movimiento. La otra carta es de Madame Danneme, que enseña su corazón de Alsaciana, que sufrió mucho para ir de Vernoullet a Limonges con todo y niños. Comenta los bombardeos, la falta de alimentos, el abandono de las granjas. Debe ser muy duro soportar esta situación a los 75 años.

Miércoles 14 de agosto de 1940

Un mercado un poco más surtido. Es verdad que los ocupantes son los que pueden comprar mejor, ellos prefieren huevo, mantequilla, queso. Vamos a esperar a Madame «Reyvan» y a sus hijos, vamos a cenar y pasar algunas horas de plática constructiva, es una gran mujer. En Versalles, en el hospital, da clases de dibujo y quedamos en vernos en París durante el invierno.

Jueves 15 de agosto de 1940

Festejamos a Santa María. Misa solemne más larga con el Padre poco dedicado a la oratoria y al que comprendemos difícilmente. El día con clima mejorado, sin dejar las mañanas y tardes frescas. A las cinco de la tarde llevé un ramo de Dalias muy bonitas y los pongo sobre la tumba de mi Georges. Sé que seguramente durarán un largo tiempo, no podré verlas. Ya estamos decididos a salir a París el lunes al medio día, yo me pregunto que encontraremos en París. Seguramente nuevos inconvenientes y quizás alguna desgracia.

Viernes 16 de agosto de 1940

Simone hace los arreglos para nuestra salida. Marcel hizo un recorrido de los comercios para poder adquirir los más posibles alimentos para llevarnos a París, especialmente recomendados por Marcel.

Sábado 17 de agosto de 1940.

La tarde dedicada a hacer las maletas, a las 5 vamos a visitar a Marie Louise donde tomamos un café en su lugar en St. Agustin. Nos detuvimos para cenar, y los muchachos estaban muy felices, demostrando su gran apetito que corresponde a su edad, – de regreso a mi casa bastante triste y preocupada por no saber qué nos espera al regreso a la capital. Como podemos pasar el invierno.

Domingo 18 de agosto de 1940

El tiempo ha mejorado, está muy a bonito. A las cuatro de la madrugada se oyeron tres fuertes explosiones. Los muchachos tuvieron mucho miedo, y supimos que fue un bombardeo inglés al campo de aviación cercano Montoire. No dejé de pensar en nuestros pobres prisioneros, podemos saber algo de su suerte gracias a la Cruz Roja americana. Es una buena pregunta, habrá que ir a la calle Newton número 12 para lograr algunas aclaraciones sobre su suerte.

 

*La guerra franco-prusiana fue un conflicto que tuvo lugar desde julio de 1870 hasta mayo de 1871. El desencadenante principal fue el famoso telegrama de Ems. Este conflicto bélico resultó en realidad una guerra franco-alemana debido a que se aliaron a Prusia todos los Estados alemanes (conforme a los planes de Bismarck). Precisamente, después de esta circunstancial alianza militar se produjo la unión política de Alemania.

 

**Neuilly-sur-Seine es una ciudad del Área Metropolitana de París, Francia. Su población es de 60.000 habitantes y cuenta entre ellos con muchas personas conocidas como periodistas, cantantes, actores o políticos. Limita con la ciudad de París por el noroeste y se encuentra en el margen derecho del río Sena.

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BATALLA SOMME Y DE ARRAS – 1914

La Batalla del Somme de 1916 fue una de las más largas y sangrientas de la Primera Guerra Mundial, con más de un millón de bajas entre ambos bandos. Las fuerzas britanicas y francesas intentaron romper las líneas alemanas a lo largo de un frente de 40 km al norte y al sur del rio Somme, en el norte de Francia. El principal propósito de la batalla era distraer a las tropas germanas de la Batalla de Verdun; sin embargo, las bajas de la batalla del Somme terminaron siendo superiores a las de esta última.

MI ABUELO PIERRE DOMETTE CON SU UNIFORME UTILIZADO EN LA GUERRA FRANCO-PRUSIANA DE 1870 CONSISTIA A EN EL KEPI Y PANTALONES ROJOS CON GUERRERA AZUL, UNA PESADA MOCHILA Y UNA BAYONETA LARGA Y DIFÍCIL DE MANEJAR.

Batalla en el aire 
La dominación del espacio aéreo sobre Arras era esencial para dirigir los ataques de artillería y fotografiar los sistemas de trincheras.15 Esto estaba controlado por la Compaña Primera de Estudio de Campo, Ingenieros Reales.16 La observación aérea era un trabajo arriesgado porque, para obtener buenos resultados, el avión tenía que volar a baja altura y poca velocidad sobre las defensas alemanas. Se convirtió en algo más peligroso todavía con la aparición, en marzo de 1917, de Manfred von Richthofen, el «Barón Rojo», con su escuadrón «Circo Volador», altamente experimentado y mejor equipado. Su despliegue supuso un súbito incremento de la tasa de bajas entre los pilotos aliados, y el mes de abril de 1917 termino conociéndose como el Abril Sangriento. Un soldado de infantería alemán escribirá más tarde: «durante estos días se produjo una serie de combates aéreos que, casi siempre, terminaban en una derrota para los británicos, ya que era contra el escuadrón de Richthofen contra quien se enfrentan. Frecuentemente, eran ahuyentados o derribados en llamas cinco o seis aviones seguidos».17 El tiempo medio de vida en vuelo para un piloto del Real Cuerpo Aéreo en Arras era de 18 horas.15 Entre el 8 de abril y el 18 de abril, el Real Cuerpo Aéreo perdió 75 aviones en combate, con una pérdida de 105 tripulantes.15 Estas bajas crearon una escasez de pilotos, y los reemplazos se enviaban directamente al frente desde la escuela de vuelo: durante ese mismo periodo se estrellaron 56 aviones por piloto  inexpertos

15            

Agosto de 1914

El 2 de agosto de 1914, el día de la movilización general, el departamento de guerra adoptó, en un principio, la adopción de un solo paño azul para la fabricación de todos los uniformes. El 8 de agosto, el superintendente general Defait, director del Ministerio de Administración de Guerra, renuncia a la adopción de la tela tricolor por consejo de Monsieur Balsan, fabricante de ropa en Châteauroux. Dos factores fueron en contra de la adopción de la tela tricolor: la falta de alizarina, colorante sintético hecho en Alemania, entre otros, por BASF y la aplicación de la dificultad de la tela tricolor por todos los fabricantes franceses de tela cuya producción era aún difícil de organizar durante la guerra.

El 14 de agosto de 1914, se hizo un pedido a la compañía Balsan para recibir nuevas muestras de telas en varios tonos azules entre “gris hierro azul” y “azul cielo”. Maurice Allain, director de producción de la fábrica, propone incluir una tela que contiene las fibras de lana teñidas con «hierro gris azulado» para los capotes de antes de la guerra. Por lo tanto, se seguirán usando las fibras de lana ya teñidas para este propósito.

En la mañana del 16 de agosto de 1914, el director ejecutivo de la pañería de Chateauroux, Roger de La Selle, lleva a París las muestras al Ministerio de la Guerra. Durante el día, el superintendente General presenta las muestras de tela a Adolphe Messimy en su oficina y personalmente selecciona una tela «gris, azul de hierro», con fibras claras, azules y blancas. Al día siguiente, esta tela es adoptada oficialmente para todos los uniformes del ejército francés.

La tela «Bleu Horizon» 1914-1918[editar]

Las primeras entregas de los uniformes de este color son a finales de septiembre de 1914. Se tarda alrededor de un año antes de que todo el ejército francés esté equipado. Este periodo se llama «la crisis de la ropa».

El uniforme azul es bastante variable, especialmente en lo que se refiere al color, que resiste mal la luz y el clima.

El equipo de campaña:

La mochila era muy poco práctica. Estaba hecha de una lona negra no impermeable que necesitaba una continua limpieza. Horas de entrenamiento eran necesarios para enseñar al joven recluta como organizar su mochila sin ayuda, cosa muy difícil. Incluso soldados muy experimentados no acertaban a montarla correctamente en una emergencia y, habiendo solo un tamaño, los soldados de pequeña estatura sufrían rozaduras e incomodidades porque no ajustaban bien en sus espaldas. Las cocinas de campaña eran poco frecuentes, por lo que los soldados tenían que llevar encima la comida y los utensilios para cocinarla. Esta carga consistía en galletas, latas de carne en conserva, cubos de lona, recipientes metálicos, utensilios colectivos, bolsas de café, botes de uno o dos litros, sal y azúcar y una cafetera por sección. También cada hombre llevaba una bolsa de lona con la ración del día, una taza y cubiertos.